Ha pasado una semana desde que Cristian Osorio (nuevamente enhorabuena y gracias) dio la noticia de la aparición de una gaviota de Sabine en las Lagunas de Villafáfila y, para nuestra alegría, sigue en el mismo lugar. Lugar al que he acudido en varias ocasiones para poder observarla y, cada vez que la veo, más me admira su belleza y más me sorprende que haya llegado hasta aquí.
Se muestra tranquila, pasa la mayor parte del tiempo alimentándose sin parar, haciendo pequeños vuelos en la balsa o hasta la miseria de agua que sale hasta la Salina Grande que, como toda Villafáfila, está completamente seca.
Se muestra tranquila, pasa la mayor parte del tiempo alimentándose sin parar, haciendo pequeños vuelos en la balsa o hasta la miseria de agua que sale hasta la Salina Grande que, como toda Villafáfila, está completamente seca.
A ver a la preciosa y rara gaviota han venido aficionados
de diferentes puntos de nuestra comunidad y fuera de ella. Gente que se admira
de que se encuentre aquí y se pueda disfrutar tan cerca. Admirar su belleza,
poder ver sus detalles: su aro rojo alrededor del ojo, su collar negro sobre la
cabeza gris, sus delicadas patas negras, su pico negro y amarillo, su gris,
blanco y negro de las alas. Un auténtico privilegio poder admirarla. Como una
imagen vale más que mil palabras ahí van unas cuantas para que podáis contemplar
toda su belleza.
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