Una semana mas. Una semana mas desde mi ventana. Desde la ventana de muchos zamoranos. Desde la ventana de 38 zamoranos de 17 localidades desde las que hemos visto ¡111 especies!, ni más ni menos que 111 especies desde cada una de nuestras ventanas.
Desde especies comunes como el colirrojo tizón, el mirlo común,
la paloma doméstica o el estornino negro hasta especies mucho más sorprendentes
como el búho chico, el torcecuello, el pico picapinos o el vencejo real pasando
por especies que nunca me hubiera imaginado que se vieran desde casa como la
cigüeña negra, la pagaza piconegra, el zarapito real o el chorlito dorado
europeo. (Si pincháis aquí veréis la lista completa). Quiero agradecer enormemente a dos amigos: M. Segura y H. Hernández "Poli", grandes amantes de la naturaleza y magníficos fotógrafos prestarme sus preciosas fotografías para ilustrar esta entrada.
Precioso escribano soteño fotografiado por M. Segura en Calabor. |
Trepador azul fotografiado por H. Hernández "Poli" en El Puente de Sanabria. |
Pinzón vulgar fotografiado por M. Segura en Calabor. |
Pico picapinos fotografiado por Poli en El Puente de Sanabria. |
Serín verdecillo fotografiado por M. Segura en Calabor. |
Las ventanas están abiertas, abiertas a la naturaleza
urbana o rural, abiertas a la esperanza, abiertas a un mundo que antes no
mirabas, no prestabas atención, estaba ahí y no tenía nuestro interés. Ahora no
nos queda más remedio y nos estamos sorprendiendo de todo lo que se puede ver
desde la ventana de nuestra casa, con sus peculiaridades y diferencias de unas ventanas a otras, ya sea por la
ubicación de la ventana, el campo de visión o la capacidad para ver (no sólo
para mirar).
Mi ventana me sigue dando alegrías. Me sigue dando aire.
Me sigue dando vida. Sigo viendo la mayoría de las especies que he comentado en
las anteriores entradas pero aparecen sorpresas, momentos únicos o
momentos impactantes.
Vencejo real. |
El vencejo real es el más grande de los vencejos
españoles, desde luego para mí, el más bonito y espectacular. Es un ave
especial, diferente, un ave que como todos los vencejos tiene la silueta típica
en forma de arco. Vencejos que nunca se posan en el suelo y si lo hacen sería sinónimo de muerte, no podrán levantar el vuelo y morirán.
Una vez leí un artículo que me impresionó y quiero poner
aquí un extracto de él: “Los ornitólogos saben desde hace mucho tiempo que el
vencejo es una criatura especial. Las observaciones y las mediciones con
radares les hacía sospechar que estas aves son capaces de pasar largos periodos
en el aire, sin necesidad de tocar tierra o bajar al nido, hasta el punto de
que se cree que duermen en el aire, dando vueltas en círculo. El equipo
de Felix Lietchi, del Instituto Ornitológico de Suiza, acaba de presentar
la primera prueba de que el vencejo real, la especie de mayor tamaño de estas
aves, realiza una verdadera proeza: es capaz de pasar seis meses en el
aire, durante su migración transahariana, sin bajar ni posarse en un solo
momento.
El trabajo, publicado en Nature Communications; Liechti
F., Witvliet W., Weber R. & Bächler E. (2013). First evidence of a 200-day
non-stop flight in a bird, Nature Communications, 4 DOI: 10.1038/ncomms3554;
sugiere que estos animales realizan todas sus necesidades fisiológicas,
incluido el sueño, durante su larguísimo vuelo. Los autores del estudio
colocaron unos pequeños receptores a seis ejemplares de vencejo
real (Tachymarptis melba) y recapturaron a tres de ellos a su regreso a
Europa tras un periodo de siete meses. Los datos recogidos en los receptores
indicaban la posición mediante GPS y valores como la incidencia del sol, la
posición respecto al suelo y la actividad de sus alas. Los resultados, explican
los científicos, no dejan lugar a dudas: los tres vencejos volaron desde África
occidental hasta Europa durante el periodo de no cría y recorrieron una distancia
de 2000 km durante alrededor de 200 días sin dejar de volar” (Extracto
sacado del siguiente enlace).
Este precioso vencejo real lo he visto en varias
ocasiones de la última semana. Hasta seis ejemplares he podido ver juntos.
Vencejos reales que vuelan rápidos, sin descanso, infatigables entorno a mi
ventana. Una alegría para la vista.
Vencejos reales que vuelan por debajo de la atenta e inescrutable mirada del águila calzada que vigila esperando su ocasión. Ocasión
en la que, en una décima de segundo, se gira, pliega las alas y se lanza como un
misil en picado sobre una desdichada paloma del tejado.
Palomas que viven en el alambre como les gusta a varios
mirlos cercanos a mi casa. Mirlos que se acercan a pequeños saltitos al
objetivo. Ven al gato. Lo controlan. Saben donde está y qué va a hacer.
Los gorriones aprovechan la tranquilidad del patio para
darse un merecido baño de arena. Arena que les servirá como protector de parásitos. O para ir llevando material a su preciado nido que permanece oculto en un pequeño arbusto.
La vida sigue. Los herrerillos comunes se han unido a mi
lista de vecinos al igual que los jilgueros, las currucas capirotadas, los
verdecillos, los mosquiteros o los verderones que cantan y se mueven por la
tranquilidad de la ciudad. Incluso un sorprendente pito real cruza por mi
ventana. Pito real al que he oído varios días tamborilear en algún árbol
cercano. Sin olvidarme de un aguilucho lagunero que he podido en varias ocasiones o
las gaviotas reidoras y sombrías que están en plena migración.
Un total de 42
especies llevo vistas desde mi ventana. Especies que cada una de ellas ha
llenado mis anhelos de naturaleza.
Cigüeña blanca con material para su nido. |
Águila calzada morfo claro. |
Los buitres leonados siguen pasando regularmente. |
La vida sigue. La vida tranquila de la fauna de ciudad.
Fauna que estamos viendo y descubriendo desde nuestras ventanas.
(Podéis encontrar más información sobre las aves vistas en la provincia desde casa en otros dos blogs zamoranos: saliegosbirding y zamorabiodiversa.
(Podéis encontrar más información sobre las aves vistas en la provincia desde casa en otros dos blogs zamoranos: saliegosbirding y zamorabiodiversa.
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