miércoles, 1 de julio de 2020

¿Por qué se destruyen todavía nidos de aviones y golondrinas?

Hace unos días salió en prensa la noticia de un hombre investigado en un lugar de la provincia de Zamora por destruir 19 nidos de avión común. Me parece increíble que todavía haya gente que se dedique a destruir nidos de unas aves que lo único que hacen es bien para la sociedad; quizás haya que explicarlo porque parece que, o se olvida, o se ignora entre un segmento de la población.
Empecemos por los beneficios, que no son pocos. Aviones, golondrinas y vencejos son los tres mosquiteros. Son aves insectívoras que vienen desde África para criar en nuestros pueblos y ciudades.
Avión común.
Aves que: “Como aves cercanas al ser humano, su presencia es un indicador de la buena calidad ambiental de nuestros pueblos y ciudades. Donde hay vencejos, golondrinas y aviones, el entorno es más saludable para las personas. Se trata de animales muy beneficiosos, que ingieren una gran cantidad de insectos voladores. Por ejemplo, una golondrina, cuya dieta se basa principalmente en moscas, mosquitos, hormigas voladoras, avispas, chinches y pequeños escarabajos, puede consumir unos 60 insectos a la hora (unos 850 insectos diarios), lo que representa unos 150 gramos de insectos al día por golondrina; esto supone unos 55 kilos de insectos consumidos por cada golondrina al año, o lo que es lo mismo, 310.250 moscas-mosquitos anuales” (SEO/BirdLife).
Si una golondrina consume unos 850 insectos diarios y un avión común alrededor de 500 moscas y mosquitos al día: ¿Cómo es posible que todavía se sigan destruyendo sus nidos? ¿No entendemos que son un beneficio enorme para nuestra sociedad?
Avión común.
Destruir estos nidos es un delito: “La Ley 42/2007, de 13 de diciembre, del Patrimonio Natural y de la Biodiversidad, recoge el listado de las especies, subespecies y poblaciones merecedoras de una atención y protección particular en función de su valor científico, ecológico, cultural, singularidad, rareza o grado de amenaza, así como aquellas que figuran como protegidas en los anexos de las directivas y los convenios internacionales ratificados por España. El R. D. 139/2011 de 4 de febrero para el desarrollo del Listado de Especies Silvestres en Régimen de Protección Especial y del Catalogo Español de Especies Amenazadas contiene entre las especies que requieren una protección especial la el avión común.
El artículo 334 del código Penal sanciona con penas de prisión de seis meses a dos años o multa de ocho a veinticuatro meses este tipo de acción. Se recuerda que para la destrucción de los nidos realizados por estas aves, se requiere autorización de la autoridad competente, Servicio Territorial de Medio Ambiente de la Junta de Castilla y León, que tras comprobar que se reúnen los requisitos exigidos por la legislación aplicable podrá emitir las oportunas autorizaciones”. (Extraído del artículo de Zamora 3.0.)
Eliminan miles y miles de insectos que pueden provocarnos molestias y enfermedades a cambio de un lugar en el que poder anidar. Si sopesamos beneficios con molestias (incluidos los excrementos por los que tanto se protesta) creo que salimos mucho más beneficiados. Salimos ganando con creces.
Sus nidos. Esos nidos que son una verdadera obra de arte. Esos nidos que se destruyen son dignos de un arquitecto de renombre. 
El avión común es un verdadero artesano y arquitecto, un estratega consumado que no construye su nido en cualquier lugar, necesita primero una comprobación, una prueba de que donde va a construir su nido es el lugar idóneo, el lugar adecuado para lo cual hace un experimento.
Aviones comunes recogiendo barro.
Su nido está construido con barro que mezcla con su saliva y va llevando poco a poco en el pico hasta el lugar escogido pero: ¿Ese lugar resistirá el peso del nido o se caerá? El avión común elabora un plan para saber si ese lugar resistirá el peso del nido: va colocando pequeñas bolas de barro en diferentes puntos y las deja secar, quiere comprobar el grado de adherencia que tiene el barro en ese lugar. Una vez secas y hecha la comprobación elige el sitio específico ya que, si la adherencia es buena, el nido no se caerá.
Avión común construyendo el nido.
Una vez elegido el lugar comienza la ardua tarea de construcción artesanal del nido llevando cientos de pequeñas bolas de barro mezcladas con su saliva en el pico desde el punto en el que recoge el suministro de barro hasta el lugar escogido. (La ausencia de zonas de barro en las ciudades es uno de los factores que ha provocado la bajada de las poblaciones de avión y golondrina en los últimos años así como la falta de lugares adecuados para criar o el uso generalizado de pesticidas para eliminar insectos, su alimento).
Después de muchos viajes con el material de construcción en su pico el nido empieza a tomar forma de bola, en la que dejará una pequeña entrada el avión común mientras que la golondrina o el avión roquero lo dejarán abierto por arriba.
Nido de avión común.
Nido de golondrina común en un lugar muy curioso.
Nido de avión roquero.
Finalizada la construcción hay que adecuarlo por dentro para lo cual recogerá pequeñas hierbas secas o ramitas a las que añadirá un fino colchón de plumas quedando un lugar perfecto para la cría de sus pequeños polluelos. Una verdadera obra de arte. 
Avión roquero recogiendo material para forrar el nido.
Esa obra de arte, lugar de cría de aviones y golondrinas es la que todavía, algunas personas, no entienden que no pueden destruir porque nos reportan muchísimos más beneficios que molestias y además es un delito. Gracias a Dios las campañas divulgativas y la educación a los niños ha provocado que estas destrucciones de nidos sean cada vez menores pero, por desgracia, todavía quedan algunos que no lo entienden.
Hace años, en un pueblo sanabrés, me encontré este nido de golondrina tan curioso sobre un grifo. Grifo que quedó totalmente inutilizado pero, el dueño del lugar, en una preciosa lección, no lo destruyó sino que dejó que allí criaran sus preciadas golondrinas; es más, incorporó una manguera para poder (mediante otra llave) seguir sacando agua del mismo lugar sin destruir la preciosa obra de ingeniería. Estaba convencido que el hecho de criar allí las golondrinas le traía suerte, lo llevaban haciendo muchos años en su casa. Toda una lección.

7 comentarios:

  1. Interesante, supercurrada y completísima entrada la que acabas de publicar tanto en el contenido como en las fotografías. Mi más sincera enhorabuena. Saludos.

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  2. Esa pregunta me la hago todos los años, es incomprensible.

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  3. Fácil, llevate a la golondrina a cagar a tu puerta.

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    1. Hombre, compa Vicente. Si uno lo desea, hay maneras de adecuar el alto de la puerta para que las jiñadas se sujeten arriba y, cuando estos últimos dinosaurios migren tienes abono para tus macetas.

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  4. Genial, nunca tuve toda la información junta. Muchísimas gracias

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  5. Genial la información facilitada y muy currada. ENHORABUENA!!!

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  6. Muy buen articulo, quiero hacer este ciclo formativo educación y control ambiental ya que quisiera trabajar en el el desarrollo de programas de educación ambiental y me gustaría saber si este tipo de estudios son confiable para conseguir empleo.

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