jueves, 26 de diciembre de 2024

Un año de "Observaciones de campo del lobo ibérico 2.0"

Un año hace ya de la publicación de “Observaciones de campo del lobo ibérico 2.0”. Un año en el que el libro ha crecido y lo ha conocido mucha gente que se acercaba a él buscándolo o simplemente lo encontró y saboreó sus fotografías, sus historias, su intensidad, su pasión, su amor a la naturaleza…saboreó la vida cotidiana del lobo ibérico en su hábitat natural.
Fernando García, José Luis Santiago, Hipólito Hernández y Manuel Segura; además de Javier Talegón (Llobu) que hizo un precioso prólogo que da comienzo y engrandece este libro, son una parte muy importante de esta historia en la que quería hacer un pequeño homenaje a esas personas calladas, inteligentes, elegantes y discretas que aman la naturaleza por encima de todo. Gracias.
Una de las finalidades de este libro es describir cómo vive un lobo ibérico mediante observaciones reales y directas de su comportamiento para conocer mejor su vida, para comprenderlo, entenderlo, valorarlo y respetarlo. Además de poner en valor todo el entorno que rodea al lobo que abarca una enorme biodiversidad.
En este libro encontrarás alrededor de 100 observaciones de campo. Observaciones en las que las fotografías han adquirido un gran valor e interés sin restarle importancia al propio texto.
El libro está estructurado en cinco grandes bloques: “Sentir al lobo”, “El grupo familiar”, “Alimentación”, “Encuentros fortuitos” y “Comportamientos poco habituales”. Cada bloque es independiente y todos se desarrollan mediante el relato de una observación directa de campo en la que se narra una situación o un hecho cotidiano en la vida de un lobo ibérico, de tal manera que al terminar el libro se tenga una idea clara de cómo es su día a día.
Todas las observaciones y fotografías de este libro han sido realizadas a lobos en total libertad, sin causarles ningún daño, molestia o perjuicio, sin interferir para nada en su vida, en sus movimientos o en sus quehaceres. Espero y deseo que guste a todo aquel que se anime a tenerlo entre sus manos, a leerlo, a disfrutarlo, a saborearlo...
Quedan pocos ejemplares en las librerías de Zamora: Semuret, Ler, Mil hojas y Jambrina además de en Salamanca: Víctor Jara y Letras Corsarias (envíos a toda España).

jueves, 19 de diciembre de 2024

Un gran día en Villafáfila: aguilucho papialbo, agachadiza chica, correlimos de Temminck, flamencos, elanio, ortegas, sisón...

El pasado 14 de diciembre fue un gran día en la Reserva Natural de las Lagunas de Villafáfila. Día lleno de naturaleza, magníficas observaciones y agradable compañía que nos hizo disfrutar de una fantástica jornada de campo que comenzó en el frío amanecer de la mañana, escuchando el impactante ulular del búho real que está en época de celo. Búho real recortado en el horizonte que era contestado por su pareja en el otro lado del río.
Llegamos a una Villafáfila espléndida, prácticamente llena de agua y llena de vida. Comenzamos en la Salina Grande donde miles de aves se movían en el imponente espejo de la laguna. Azulones, cercetas, ánades frisos, patos cuchara, silbones o ánades rabudos nadaban tranquilos solamente sobresaltados por la presencia de un azor juvenil o algún lagunero que sembraban el pánico en la tranquila mañana pero, por encima de todos, destacaban los majestuosos flamencos, la enorme cantidad de tarros blancos y la ausencia de la especie más numerosa en los últimos 25 años: el ánsar común.
Ver un flamenco no es nada habitual en las Lagunas de Villafáfila pero eso ha cambiado desde la aparición en septiembre de 2023 de dos jóvenes flamencos que un año y cuatro meses después continúan en las lagunas, a los que se les han añadido 11 ejemplares más; grupo muy curioso que destaca en la inmensidad de la laguna.
Flamencos que se mueven constantemente en busca de alimento removiendo el fondo con sus patas como gigantescos Gullivers en un mundo de Liliputienses.
Dos especies destacan en esta invernada, unos por sus elevados números y otros por el exiguo número de ejemplares. Hay más tarros blancos que ánsares comunes; nadie lo hubiera pensado hace unos años en los que miles de gansos llegaban hasta las lagunas procedentes del norte de Europa, desde el pico máximo de 39.296 en 1999 hasta los escasos 500 de este diciembre de 2024 (474 en el censo del 14 de noviembre de la Reserva). Por el contrario, el tarro blanco, ha subido hasta alrededor de 600 ejemplares, contamos 583 (540 en el censo del 14 de noviembre de la Reserva).
En el entorno de la Salina un sisón se alimentaba entre las hierbas mientras un grupo de alcaravanes se movían de una zona a otra y tres pequeños chorlitos grises descansaban al borde de la laguna.
Chorlitos grises.
Correlimos de Temminck.
Continuamos hasta los lavajos donde un pequeño proveniente del lejano Ártico. Un correlimos de Temminck se movía inquieto en una zona encharcada. Villafáfila es el principal punto de observación de estos pequeños correlimos en toda Castilla y León de forma regular año tras año, en paso, pero el invierno pasado sucedió un hecho sin precedentes, cuatro correlimos de Temminck completaron toda la invernada; de momento, un ejemplar lleva un tiempo en la misma zona, quién sabe si se le unirá alguno más o se quedará todo el invierno.
En esa misma zona saltó una de las sorpresas de la jornada: un precioso macho de aguilucho papialbo apareció ante nuestros ojos.
Aguilucho papialbo.
(Gracias Alejandro Sanz por tu fotografía)
Aguilucho papialbo proveniente del este de Europa y Asia que inverna al sur de Asia y al sur Sáhara que año tras año se va viendo con mayor asiduidad en nuestros campos pero sigue siendo una hermosa rareza que dejó de serlo oficialmente en enero de 2016.
El aumento de avistamientos en los últimos años ha llegado a plantear la posibilidad de una nueva ruta migratoria hasta el sur del Sáhara que pasaría por el sur de Europa y el oeste del mar Mediterráneo uniéndose a la tradicional por Oriente Próximo.
Elanio azul.
En el mismo punto pero más adelante disfrutamos de un majestuoso elanio que capturó un topillo ante nuestros ojos y se lo comió en el poste de una vaya acosado por un par de incansables urracas.
El elanio es originario de Asia y África. Hasta la década de los años cincuenta del s.XX no se encontraba en España. Su aparición se produjo por el aumento de las zonas de cultivos extensivos en los años cincuenta que eliminaron miles de árboles y los campos se destinaron a la agricultura. Así, la mecanización del campo, provocó que se ampliara la extensión de hectáreas, se abarcaba más terreno con la nueva maquinaria por lo que desaparecieron árboles y se ampliaron las zonas de cultivo extensivo. El habitat que necesita el elanio que, en los años setenta, comenzó a criar en nuestro país y, en los ochenta, se extendió hasta parte de Francia.
El elanio es de un tamaño parecido al de un cernícalo e incluso se cierne como él, es decir se mantiene quieto en el aire, en la vertical, donde se encuentra su posible presa, batiendo con fuerza sus alas y mostrándonos su portentoso color blanco inmaculado.
Ganga ortega unos días antes.
(Gracias a Fernando García por la foto para ilustrar esta entrada)
Nuestra siguiente parada fue en la zona de Barillos donde pudimos disfrutar de un grupo de ortegas que comían en una tierra ocultas por su increíble mimetismo que hacía que nos costara verlas.
Ave esteparia que ha sufrido un gran declive en los últimos tiempos. Entre 2005 y 2019 la población de ortegas en Castilla y León se redujo en un 51% (datos del anuario de ganga ibérica y ortega).
Mochuelo.
Chorlito dorado europeo.
Agachadizas, correlimos comunes y menudos, andarríos, combatientes, mochuelos, chorlitos dorados o avefrías iban surgiendo a en nuestro camino. La vida se abría paso en una mañana que llegaba poco a poco a su fin.
Otro de los fantasmas que conseguimos observar fue una preciosa, esquiva y casi invisible agachadiza chica que comía como un percutor en el borde de un charco. Su plumaje críptico hace que sea muy complicado localizarla, tanto que incluso teniéndola muy cerca es casi imposible verla pero pudimos disfrutar de ella durante unos minutos mientras se movía alimentándose en el borde del encharcamiento.
La maravillosa mañana llegó a su fin y nos dispusimos a comer en una agradable, distendida y entretenida conversación en una mesa de amantes de la naturaleza que nos habíamos reunido en nuestra comida de cada año.
Tras hablar de lobos, linces, aves y aves nos dispusimos a finalizar el día desde la zona de la balsa donde nos atrapó la oscuridad de la noche observando a Júpiter, Saturno, Mercurio y la majestuosa belleza de la enorme luna que puso fin a un gran día de disfrute en la naturaleza con una agradable y magnífica compañía.

domingo, 8 de diciembre de 2024

Primer colimbo grande en Zamora.

En muchas ocasiones el avistamiento de un ave sucede de una manera curiosa, fortuita o totalmente inesperada y así ha sucedido con el avistamiento del primer colimbo grande para la provincia de Zamora. El día 6 de diciembre por la tarde, Óscar Losada se encontraba pescando en Santa Eulalia de Tábara cuando apareció un ave extraña que no conocía, era inusualmente confiada, no como el esquivo cormorán que conocía muy bien, tampoco era un somormujo pero tenía una sospecha de lo que podía ser, la grabó y se la mandó a su hermano esa tarde-noche. 
Gary Losada es un experto ornitólogo y mejor persona que llevaba tiempo avisando a su hermano que se fijara en las aves que veía mientras pescaba por si aparecía lo que se confirmó a la mañana siguiente, día 7 de diciembre, en la que Gary se presentó en el lugar para certificar las sospechas; era un colimbo grande, primera observación segura y documentada de esta especie en la provincia de Zamora.
Poco tiempo después del aviso de Gary Losada me encontraba junto a él observando el precioso colimbo grande de primer año que nadaba tranquilo en este enclave zamorano.
El colimbo grande es un ave impresionante, de fuerte pico, cuello robusto y pinta de cormorán cuando lo ves en la lejanía. Ave proveniente del ártico que cría en Groenlandia, Islandia o Norteamérica y que en un grupo muy reducido de ejemplares pasa el invierno en puntos muy concretos de Galicia, Asturias o Cantabria donde Santoña es su principal punto de invernada en España y sus apariciones en el interior peninsular son muy, muy escasas.
Mirábamos embelesados como el precioso colimbo se zambullía una y otra vez en busca de su alimento: cangrejos que nada más salir a la superficie con ellos los desarmaba quitándoles, con una gran pericia, sus grandes pinzas para tragarlos inmediatamente.
Ahí estaba nadando tranquilo, en la mañana zamorana, en la que el frío viento del norte comenzaba a arreciar mitigado por los rayos del sol que nos acariciaban suavemente para calentarnos mientras observábamos su belleza. 
He visto muchos colimbos anteriormente pero verlo aquí, en tu provincia, en tu casa es una sensación completamente diferente, única, una sensación que hace de su observación un momento especial que tratas de aprovechar al máximo, observando todos sus movimientos, su manera nadar como un barco, su manera de zambullirse, su manera de acicalarse; en esa observación intensa y expectante me llamó la atención algo que hizo en varias ocasiones: antes de sumergirse metía solamente la cabeza bajo el agua, era como un periscopio pero al revés, era como si fuera observando lo que había en la zona para zambullirse después en su busca.
El colimbo grande es un gran buceador que tan pronto está a tu lado como que sale del agua a varias decenas de metros de distancia, Gary le cronometró en alguna zambullida 32 segundos bajo el agua.
Este magnífico buceador después de varios intentos y varias capturas comenzó a acicalarse su impoluto plumaje que lo ha traído hasta aquí desde la lejanía del ártico ¿Seremos los primeros humanos que ve? Quién sabe pero desde luego nosotros éramos los que si veíamos por primera vez un colimbo grande en nuestra provincia.

domingo, 1 de diciembre de 2024

Primer calamón en la provincia de Zamora.

Quieto. En silencio. El coche es mi hide desde el que tenía la esperanza de poder ver al calamón común descubierto el día 23 por M. A. García Matellanes en las graveras de Coreses, lugar de un enorme potencial ornitológico, para hacernos una idea de ese potencial según eBird se han visto 201 especies de aves como: archibebe patigualdo chico, flamenco, correlimos pectoral, buscarla unicolor, morito, águila imperial ibérica, águila pescadora, charrancito, correlimos de Temminck, fumarel común o polluela pintoja sin olvidarnos de aves más comunes pero muy importantes, a lo que añadimos la cría de muchas especies entre las que destaca el pato colorado (uno de los dos únicos puntos en los que cría en Castilla y León), la garza imperial o el aguilucho lagunero.
La pena es que este espacio está muy degradado y se está perdiendo por la destrucción para sacar arena o la invasión de carrizos que las han cubierto por completo en muchos casos. Es una zona privada de extracción que no está protegida. Desaparecen graveras, árboles y vegetación. No hay ninguna institución o entidad que haya apostado por este lugar, si así fuera sería un punto de enorme importancia (aún así lo es) para la biodiversidad de nuestra provincia y Castilla y León. Esperemos que en algún momento alguien ayude a este enclave a sobrevivir.
Ahí me encontraba. Buscando al precioso y azulado calamón que por primera vez se había citado en la provincia de Zamora y es uno de los escasísimos registros para Castilla y León. Buscando entre la espesura de los carrizos, fochas, azulones y gallinetas se movían mientras el cetia ruiseñor cantaba al viento o milanos y laguneros pasaban volando, de repente, un trompeteo ronco y grave resonó a mi lado, no me lo podía creer lo tenía a menos de cinco metros, lo oía moverse entre el carrizo emitiendo algunos sonidos más bajos pero no lo veía. Ahí estaba pero no lo veía. Se movía despacio entre los carrizos.
Llegaron más observadores y cambiamos de ubicación para ver en diagonal el punto en el que se movía y…¡allí estaba! Entre la espesura intrincada de los carrizos una cabeza azulada con el enorme pico rojo como un semáforo se asomaba. Estaba quieto, comiendo tranquilo. Pasada más de media hora se levantó y voló a otro punto de la gravera, estaba más lejos pero se veía mejor.
Ahí estaba. Espléndido. Majestuoso. Con ese aspecto de ave prehistórica. Plumaje azul purpúreo, pico fuerte, rojo, patas largas y dedos larguísimos que nos demostraron su enorme habilidad y destreza cuando arrancó con su pico un carrizo que sacó del agua, lo giró con sus dedos para, con el pico, pelar la parte que había estado en el fondo del agua como si de un plátano se tratara y dejar al descubierto su interior que comenzó a comer con enorme destreza y tranquilidad.
Era fascinante verlo comer. Sus dedos eran como una mano que utilizaba con enorme destreza al coger y girar el carrizo. Al terminar comenzó a andar por la orilla y sus dedos demostraron otra de sus habilidades, la capacidad de caminar, subir y moverse por la orilla y vegetación flotante de los intrincados carrizos.
Lo había visto en Doñana y en la Laguna de Navaseca (Ciudad Real), es un ave que me impresionó la primera vez que lo vi y siempre pensé que verlo en la provincia de Zamora sería muy complicado pero aquí está, ha llegado hasta nuestras tierras, esperemos que se quede; es una gran noticia, una especie más para la biodiversidad y la ornitología zamorana que llega hasta las 325 especies (datos de eBird).

domingo, 24 de noviembre de 2024

Censo del lobo ibérico en Castilla y León: la controversia continúa.

Hace unos días la Junta de Castilla y León hizo público el censo del lobo realizado durante los años 2022 y 2023, en Zamora se amplió a 2024 por los terribles incendios de la Sierra de La Culebra de 2022. Desde su publicación hay opiniones para todos los gustos, unas más razonadas y razonables que otras por supuesto. Un profesor de estadística en su primera clase siempre nos decía: “La estadística es la ciencia que más miente porque con unos mismos datos se pueden interpretar resultados totalmente diferentes”. A lo que añadía: “Si tenemos dos pollos. Yo me como los dos y tu ninguno, la estadística nos dice que nos hemos comido uno cada uno”. En esas estamos.
Las fotografías que ilustran esta entrada
 han sido realizadas en el Centro del Lobo de Robledo (Zamora).
La Junta de Castilla y León dice: “Estos datos suponen un incremento del 8 % de las manadas de lobo en la Comunidad, con 14 nuevas respecto del censo de 2012-2013. Al norte del río Duero estos datos representan un aumento del 4 % de las manadas, pasando de 152 a 158, y de un 30 % de crecimiento al sur, pasando de 27 a 35”. ¿Un aumento del 8% es insostenible, es un aumento exponencial con una saturación como viene diciendo la administración regional durante mucho tiempo?
“El biólogo y miembro del grupo de especialistas de la Iniciativa Europea para Grandes Carnívoros (LECIE, según las siglas en inglés) Juan Carlos Blanco destaca que últimamente estaba “algo asustado” ante la insistencia de Castilla y León sobre un “aumento increíble y exponencial” del lobo, que finalmente se ha saldado en un “razonable” 8%. “Los datos son razonables, pero no la propaganda diciendo que había aumentos exponenciales, con ataques en aumento. El ministerio da nueve millones al año a la Junta para pagar daños y tienen que abonarlos, pero eso no implica que los lobos provoquen más daño”, expone el experto, partidario de que estos estudios “se separen del debate político”. (El País: 21-noviembre-2024).
Algo que sucede muy a menudo con los datos estadísticos es la creación de un relato para la consecución de un fin, me explico. La Junta de Castilla y León lleva diciendo a bombo y platillo durante mucho tiempo que el lobo ha aumentado exponencialmente su población ¿Consecuencia inmediata tras la publicación del censo? “Castilla y León presume del aumento del lobo y reclama su gestión para abrir la vía a cazarlo” (El País: 21-noviembre-2024).
En el verano de 2024 el Tribunal de Justicia europeo vetó la caza del lobo mientras su estado de conservación siga siendo “desfavorable”.
Vamos un poco más allá: “La Junta de Castilla y León defiende que la caza del lobo hace aumentar la especie y llama “negacionista” a quien lo critica” (iLeón: 21-noviembre-2024). Lo que se olvida mencionar es que según este censo: “…que remarca que el número total de manadas ha crecido de 179 a 193 en los últimos doce años, desde el censo anterior, pero que sin embargo, apenas aumenta el 3% en la suma de las cinco provincias donde la especie ya no se caza desde 2021, León, Palencia, Burgos, Zamora y Valladolid”.
¿Cuántos estudios científicos hay que digan que matar ejemplares de una especie catalogada como “estado de conservación desfavorable” aumenta su población? Evidentemente ninguno.
¿Por qué no se separa la gestión del lobo del debate estrictamente político y se lleva a temas científicos?
¿El aumento de grupos familiares supone que haya más ejemplares o no? ¿Cuántos lobos hay en Castilla y León? En el censo se nos dice: “Se pueden establecer cálculos del número de lobos en dos momentos del año correspondientes al mínimo y máximo poblacional, además de un porcentaje de lobos no territoriales (periféricos, flotantes o dispersantes) y que pueden representar en torno a la cuarta parte de la población total de lobos. Teniendo en cuenta la composición media descrita de los grupos familiares de 3-4 ejemplares antes de los partos, y de en torno a 7 lobos en época estival, a los que habría que añadir el porcentaje de dispersantes, de acuerdo con la literatura científica se podría establecer un intervalo de entre 965 y 1.737 lobos en Castilla y León, correspondiéndose con la estima mínima, antes de los partos, y la estima en la época estival, respectivamente (unos 1.300-1.400 lobos en otoño)”.
El que conoce el mundo del lobo sabe que estimar ejemplares es muy, muy complicado. Los grupos familiares son un ente cambiante que cada año fluctúa en función de nacimientos, muertes, abandonos o incorporaciones. Aun así en el censo se establece “un intervalo de entre 965 y 1.737 lobos en Castilla y León”. Ni más ni menos que 772 ejemplares entre el mínimo y el máximo.
Sin entrar en cómo se han recogido los datos para la elaboración de la estadística (aquí también hay mucha controversia); la estadística hay que, interpretarla de forma objetiva, sin condicionantes o sesgos intencionados que te lleven a tu terreno o a tus fines. La estadística bien interpretada es una gran herramienta para conocer la realidad pero para interpretarla hay que tener sentido común y, como sabemos, en muchas ocasiones, el sentido común es el menos común de los sentidos.

miércoles, 13 de noviembre de 2024

Todas las especies de garzas de España se han visto en el río Duero a su paso por Zamora ciudad.

El río Duero a su paso por Zamora ciudad alberga una enorme biodiversidad, entre esta enorme variedad destacan las aves, de las que, según datos de ebird, se han podido ver 214 especies diferentes. Entre ellas tenemos las garzas, de las que en nuestro querido río hemos podido ver todas las especies de la Península Ibérica incluida alguna rareza más.
Según SEO BirdLife: “La evolución del conjunto de las garzas consideradas es claramente negativa para la serie de censos de la que se dispone. La población de 70.000 garzas estimadas en la década de 1980 pasó a 60.000 en las décadas de 1990-2010 y diez años después la población estimada es tan solo de 30.000 parejas después de un periodo de estabilidad.”
Avetoro común, martinete común, avetorillo, garcilla cangrejera, garcilla bueyera, garceta común, garceta grande, garza real y garza imperial. Todas se han visto en nuestro río.
Su situación según la UICN (Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza) es la siguiente: Avetoro común: peligro crítico. Martinete común: vulnerable. Garcilla cangrejera: vulnerable. Avetorillo: preocupación menor. Garcilla bueyera: vulnerable. Garceta común: vulnerable. Garceta grande: casi amenazada. Garza real: preocupación menor. Garza imperial: vulnerable.
Avetoro.
De todas ellas el más raro de ver en nuestro río es el avetoro. El avetoro es muy complicado de ver. Es mimético. Si a su enorme habilidad para camuflarse le añadimos su extrema escasez en España da como resultado un ave misteriosa y muy complicada de observar que he tenido la inmensa suerte de poder ver en el río en dos ocasiones: el 12 de abril de 2008 y el pasado 19 de febrero de 2024. En la provincia de Zamora hay cuatro citas y dos de ellas son estas en el río Duero a su paso por la ciudad.
Avetoro.
Avetorillo.
El avetorillo es un ave esquiva, mimética, cuyo plumaje críptico le hace pasar totalmente desapercibido entre los carrizos de la orilla. Es un ave de costumbres crepusculares que se mueve perfectamente entre los carrizos, agarrándose a ellos con una soltura, elegancia y agilidad verdaderamente sorprendente.
Avetorillo.
Varias parejas de avetorillos llegan regularmente todos los años entre marzo y abril criando aquí pero, también, algunos se quedan todo el invierno y no migran hasta África. Es un verdadero lujo poder disfrutarlos y admirar sus delicados movimientos, sus posturas increíbles, su belleza, su mimetismo…
Martinete.
El martinete es un ave migratoria que suele llegar a nuestra tierra proveniente de África a mediados del mes de marzo para comenzar su época de cría y estar entre nosotros hasta el otoño que es cuando regresaría a sus territorios africanos. Este sería el movimiento habitual pero, en el río tenemos un grupo de alrededor de 20-25 ejemplares que lleva años pasando en la ribera del Duero, a su paso por Zamora, todo el periodo invernal.
Dormidero de martinetes en invierno.
Martinete.
Ahí permanecerán todo el invierno hasta que comience la época de cría y se desplacen a otra zona del río en la que comenzará la construcción o acondicionamiento de sus nidos.
Garcilla cangrejera.
La garcilla cangrejera es, después del avetoro, la más escasa y rara de ver en nuestro tramo urbano del río Duero. La primera cita es de Daniel García el 26-5-2022. La he podido ver en tres ocasiones con un máximo de 2 ejemplares en dos ocasiones.
Garcillas bueyeras.
La más abundante de las garzas en nuestro río Duero es la garcilla bueyera que tiene un importante dormidero todo el año en una de las islas en el que, en ocasiones, aparecen sorpresas como algún morito esporádico, garcetas comunes o incluso alguna espátula.
Garcillas bueyeras y morito.
Garza real.
La garza real es la siguiente en número de ejemplares con una importante colonia de cría en una de las islas, en la que también crían martinetes, garcillas bueyeras e incluso alguna pareja de garceta común conforman una nutrida y variada colonia.
Garza real.
Garceta común.
La garceta común es otro visitante regular de nuestro río. Garceta de medio tamaño y aspecto elegante que hace las delicias cuando la ves pescando en alguna zuda u orilla del río.
Garceta común.
Garceta grande.
Elegante, estilizada, de blancura inmaculada. Esbelta y majestuosa a partes iguales. La garceta grande suele aparecer en el río de forma regular a lo largo de todo el año.  
Garza imperial.
La garza imperial llega sobre marzo hasta nuestras latitudes desde África. Garza de colores castaños, grises y púrpuras que da color a las garzas blancas de nuestro río. Garza que he podido ver en muy pocas ocasiones en el tramo urbano del río Duero en Zamora.
Estas son las nueve especies de garzas que podemos ver en la Península Ibérica de forma regular. Todas se han podido ver en el río Duero a su paso por Zamora pero el 12-9-21 Alfonso Rodrigo añadió una especie más, una rareza, una garceta dimorfa.
Ave procedente de África y Asia que se ve de forma ocasional en la Península Ibérica sobre todo en zonas de costa de Cataluña, Comunidad Valenciana y Andalucía. Verla en el interior es todavía más raro.
Esta ave presenta dos patrones de color, uno claro y uno oscuro como la que vio Alfonso Rodrigo en el río Duero zamorano.
Río Duero que debemos conservar y proteger ya que nuestro tramo urbano es una verdadera joya, algo que muchos zamoranos desconocen.