miércoles, 29 de agosto de 2012

Una anilla. Una historia.

La migración de las aves ha fascinado a los científicos y no científicos durante siglos. Sus recorridos se han estudiado y analizado concienzudamente o simplemente han despertado la curiosidad de mentes inquietas.
Desde la antigüedad se han marcado aves. Se conocen anécdotas históricas como la pérdida de un halcón peregrino del rey francés Enrique IV en el año 1595 que fue recuperado, veinticuatro horas después, en la isla de Malta, a 2.160 kilómetros de distancia.
El anillamiento de carácter científico tuvo su inicio en Dinamarca, donde H. C. Mortensen, en 1899 anilló 164 estorninos pintos. Desde ese momento el anillamiento de aves se fue extendiendo por todo el mundo hasta que en 1930 se empieza a anillar en España
Focha marcada con un collar de lectura a distancia el 3 de Febrero de 2012
 en la Casa del Parque en Villafáfila.
Una anilla es como si fuera el DNI del ave que la lleva. Esa anilla llevará un número y un remite nacional que servirá para saber todos los datos de esa ave. Pero no solamente es importante anillar al ave sino que es tan importante o más, intentar seguir sus evoluciones, es decir, saber a dónde va, qué distancia recorre, cuáles son sus rutas y eso se hace mediante la comunicación de todos aquellos que la ven en un lugar, leen la anilla y lo comunican. Con la documentación de esos avistamientos se pueden saber sus rutas migratorias, su longevidad o sus desplazamientos.
Cuando ves un ave anillada es un momento especial. Lo primero que haces es intentar leer la anilla, algo que normalmente no se consigue, todo dependerá de la distancia, de la posición de la numeración, de los movimientos del animal o del tiempo que sea observado.
Este año he podido observar varias aves anilladas. En algunas no he podido leer la totalidad de su numeración como me sucedió con un águila imperial en el Parque Nacional de Doñana pero en otras si lo he conseguido y gracias a ello saber el historial del ave avistada. 
Águila imperial ibérica anillada en Doñana. 
Concretamente en el águila imperial intenté saber algo de ella poniéndome en contacto con el centro de anillamiento de Doñana, mandándoles una fotografía y el lugar en la que estaba, pero ni aún así fueron capaces de saber que águila imperial era.
Cada año en España se anillan unas 350.000 aves por anilladores del Centro de Migración de la SEO. En nuestra provincia, sobre todo, en Villafáfila, se marcan unas 500 al año. Alguna de esas aves anilladas tienen una peculiar historia como por ejemplo la de un ganso común, con collar TVS que pude observar en la lagunas de Villafáfila este invierno. Este ganso fue anillado en Noruega el 8 de Julio de 1999. Tenía la friolera de casi 13 años.
Entre los miles de gansos que llegan todos los años a las lagunas de
Villafáfila se observan algunos anillados, sobre todo,
 en el norte de Europa (Suecia, Noruega, Dinamarca,...).
El color de los collares en los gansos es indicativo del país en el que fueron anillados, por ejemplo un ganso anillado con un collar de color azul oscuro es de Noruega, Suecia o Dinamarca, el amarillo es de Alemania, el negro de España o el rojo de Checoslovaquia. Por lo tanto, cuando ves un ganso con un collar de un color determinado, sabrás de dónde proviene.
Como es en Villafáfila donde más se anilla en la provincia de Zamora es donde más aves se ven anilladas, aparte de ser donde más se concentran y sobre todo donde más observadores hay. Así, este año, se han anillado un buen número de fochas. Además, a algunas de ellas, también se les han colocado collares amarillos, para facilitar su identificación a distancia. Estas fochas se ven con frecuencia en las lagunas del centro de Interpretación. 
Focha con el número 132, anillada en Villafáfila, delante de un ánade rabudo. 
Todas las aves se anillan con anillas metálicas y, como dice José Miguel San Román (GIA-León): "Las anillas que se ponen siempre en las aves son las metálicas. El marcado con colores, es secundario. Se usa solo en algunos proyectos concretos y en una pequeña parte de las aves que se anillan con metal. Por ejemplo, este año en Villafáfila se han anillado muchas fochas con metal y solamente un 10% del total de anilladas, se les ha puesto collar amarillo. 
Pese a que los collares, marcas alares, anillas de pvc de colores o de lectura a distancia (de grullas, gaviotas, gansos, fochas, etc), aportan información mucho más rápido, lógicamente interfieren más en la vida del ave que una anilla metálica que casi no se ve, así que hay que usar estos métodos de manera más selectiva y nunca en todos los individuos que se anillan".
El problema que tienen las anillas metálicas es su lectura. Es muy complicado leerlas a distancia, razón por la cual se empezaron a usar anillas de colores y con códigos en algunos individuos de los anillados, que se puedan leer desde lejos. Pero todas las aves que se anillan con colores, también llevan su anilla de metal en la pata. La ventaja de la anilla metálica es que nunca la pierde y las otras, en ocasiones, sí.
Vuelvepiedras anillado con anilla metálica en una pata y de color en la otra.
Fue anillado en la bahía de Gijón en Febrero de 2012 por el grupo GIA-Torquilla.
Petirrojo, con anilla metálica, anillado en Villafáfila.
Algo curioso de las anillas metálicas es que llevan un remite; en España es: MIN. MED. AMBIENTE. ICONA. MADRID. Un organismo desaparecido pero reconocible a nivel mundial.
Como muchas veces vale más una imagen que mil palabras aquí tenemos un ejemplo claro del movimiento de las aves. En estas animaciones podemos ver el seguimiento que han realizado por toda Europa, a lo largo de un año, a cormoranes y gansos comunes anillados. (Fuente Euring. Si queréis ver más pinchar aquí)
En esta primera animación se ven los movimientos de los cormoranes.
En esta otra podréis ver los movimientos de gansos comunes también a lo largo de un año por Europa.
En definitiva el anillamiento de aves es y será un método de gran importancia para conocer más acerca de ellas. Método al que podemos colaborar remitiendo la información de las aves anilladas que nos encontremos en nuestros paseos por el campo.
(Quiero agradecer enormemente a José Miguel San Román (GIA-León), anillador de Villafáfila y amante de la naturaleza, su inestimable colaboración para la realización de esta entrada.)

2 comentarios:

  1. Los comentarios son un elemento de expresión y participación en el blog. Como tales deben de ser constructivos y se emitirán opiniones siempre con respeto y sin faltar a nadie. Ha habido un comentario desafortunado. Creo que debemos de respetar el trabajo de los demás. Puede que no nos guste ver a animales con anillas o collares pero os aseguro que se hace en base a un proyecto científico y con todas las medidas necesarias para que el animal no sufra. Respetándolos por encima de todo. Rogaría que todo aquel que haga comentarios sea respetuoso con el trabajo de los demás o sus opiniones y, por supuesto, sería recomendable que los comentarios se firmaran si no aparece su dirección. Espero seáis comprensivos y sigáis participando en este blog sin obligarme a tomar decisiones que no sería necesario realizar. Gracias por vuestra comprensión.

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  2. Hola:
    Por favor rogaría autorización para poder usar parte de este artículo como uno de los puntos en los que resaltar el valor del anillamiento y la lectura de anillas en un informe de actividad a presentar ante la delegac. de medio ambiente de Castilla la mancha en el que presentamos los resultados de las sesiones de lectura de anillas mediante fotografía en un muladar de Ciudad Real.
    Gracias.

    Miguel A. Domínguez - migdomin@hotmail.com

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