Después de la entrada que realicé acerca de los habitantes
del río Duero a su paso por Zamora me surgió la idea de la realización de esta
entrada tras hablar con un magnífico conocedor de la fauna zamorana como es J.
Alfredo Hernández. Antes de continuar me gustaría agradecer tanto a Alfredo como a Gonzalo Alarcos su inestimable colaboración para la identificación de algunos ejemplares que ilustran esta entrada así como a Nano por prestarme sus fotografías.
En una de las fotografías aparecía un galápago europeo.
Animal que hacía años que no tenía constancia de su existencia en el río Duero
a su paso por Zamora y que me hizo recordar la historia de un nido de galápagos
que sucedió hace algún tiempo.
Galápago europeo entre los juncos. |
El galápago europeo tiene un color oscuro manchado de pintas
amarillas; por el contrario, el galápago leproso, es de color pardo oliva, sin
pintas amarillas, aunque algunos conservan líneas naranjas o amarillas en la
cabeza y las patas (sobre todo los juveniles). De esta sencilla manera se
podrán diferenciar, siempre que se vean relativamente bien. Evidentemente hay otras formas más técnicas de
diferenciarlos como el tamaño o la forma y color del caparazón.
Galápago europeo. Observar las pintas amarillas en la cabeza y pata derecha. |
Pareja de galápagos leprosos al sol de la mañana. |
Las hembras harán un agujero, casi siempre de noche, en una
zona protegida, cercana al agua, donde pondrán hasta 18 ó 20 huevos y es aquí
donde comienza nuestra historia.
Esa puesta se realizó en la orilla del río a su paso por
Zamora pero las puestas de huevos son un manjar para muchos otros animales como
zorros o jabalíes que si las localizan
darán buena cuenta de ellas. Mi amigo Nano se encontró una puesta en
malas condiciones, la recogió y se la llevó para casa.
Se calcula que pueden llegar a desaparecer el 95% de los
huevos o neonatos de una puesta de galápagos (tanto europeos como leprosos) y
eso, en una especie catalogada en España como vulnerable, es una tremenda
pérdida.
Resto de un nido de galápagos después de agrandar el agujero. |
Las puestas de los galápagos deben estar a una temperatura
determinada, algo fundamental ya que, si la temperatura baja, se puede perder.
Esa temperatura también va a determinar el sexo de los jóvenes galápagos ya que
si baja de 28º se producen machos y a más de 29º, hembras. Por lo tanto, la
temperatura, es básica para que la puesta llegue a buen fin.
Los galápagos tienen actividad desde primavera hasta finales
de octubre o principios de noviembre dependiendo de la temperatura; el resto
del tiempo lo pasarán hibernando enterrados.
Pequeños galápagos leprosos recién nacidos. |
Galápago subido en un tronco termorregulándose. |
Tres galápagos europeos. |
Galápago leproso con el anzuelo clavado. |
Tortugas de Florida (de orejas amarillas a la izquierda y de orejas rojas a la derecha). |
Con respecto a la introducción de especies exóticas hay que
tener sentido común y saber que está prohibido soltar tortugas alóctonas, es
decir, de fuera de la península Ibérica, como son las tortugas de Florida,
tanto de orejas amarillas como de orejas rojas, que se han convertido en un
verdadero problema en determinadas zonas de nuestro país por las sueltas de estos
animales por parte de personas que se han cansado de ellas y las han llevado a
un río, charca o lago.
Estas tortugas de florida son especies invasoras y muy
dañinas ya que se adaptan rápidamente y desplazan a los galápagos autóctonos,
el europeo y el leproso, al compartir alimento, territorio y zonas de cría.
Aún así, el galápago sigue en nuestro río Duero. Cuando lo
veáis en algún paseo recordar que es una especie vulnerable y, como tal, debemos
de cuidar.
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