lunes, 29 de enero de 2018

El zorzal real.

Hacía varios días que Cristian Osorio había descubierto un grupo de zorzales reales al final del bosque de Valorio, ese bosque tan querido por los zamoranos (si queréis saber algo más de él pinchar aquí). Cuando tuve la oportunidad me dirigí hasta el lugar en compañía de mi amigo, gran fotógrafo y amante de la naturaleza, Fernando García. Llegamos y nos pusimos manos a la obra, había que buscarlos.
El zorzal real llega hasta la península ibérica en el invierno, procedente del norte de Europa (Península Escandinava y Rusia) donde la crudeza del invierno le hace bajar hasta nuestras latitudes.
Agradezco enormemente a Manuel Segura cederme algunas de sus
magníficas fotografías de zorzal real para ilustrar esta entrada.
La mañana estaba agradable, no hacía viento y el frío no se dejaba notar. Comenzamos a escrudiñar el prado en el que debían de encontrarse. En él: urracas, grajillas, cornejas, algún cuervo y estorninos negros y pintos se alimentaban sin descanso mientras un alcaudón real observaba desde su atalaya esperando una oportunidad; una perdiz cantaba al viento, un pito real emitía su característico sonido y varias parejas de tarabillas se perseguían de arbusto en arbusto mientras algunos milanos reales no perdían detalle de todo lo que sucedía en el prado.
No aparecían. Buscamos hasta que, pasados unos minutos, un precioso zorzal real apareció tras una depresión del terreno. Allí estaban.
Es muy raro ver un zorzal real tan próximo a la ciudad, es más, J. Alfredo Hernández (quizás el mejor conocedor del bosque de Valorio) confirmó que era la especie número 151 para el bosque.
Comenzaron a aparecer. Estaban ocultos en varias pequeñas vaguadas. 1,2 3…hasta 37 pudimos contar pero había más. Un tiro en la ladera cercana fue como un resorte que los levantó y pudimos ver que había alrededor de 50 ejemplares, poco tiempo después J. Alfredo y Maribel contaron 56.
El zorzal real es un ave preciosa, elegante y espectacular que, normalmente, no tenemos la oportunidad de poder ver y disfrutar. Algo que Fernando y yo hicimos durante los siguientes minutos viendo sus evoluciones cuando se volvieron a posar, lástima que un poco más lejos.
Se posaron en diferentes arbustos, ocultos. Son aves tímidas y huidizas que siempre están alerta, en ello les va la vida ya que son aves que se cazan tanto en España como en Europa.
Las rutas de entrada en la península ibérica son dos: a través del País Vasco y Navarra o por la costa del mediterráneo. Seguramente los que llegan hasta aquí vengan por la ruta vasco-navarra.
Cuando se tranquilizaron bajaron nuevamente al suelo y comenzaron a comer. Cogían lombrices de una forma que me recordaba a los gatos monteses o a los lobos cazando topillos en cualquier pradera de montaña. Se quedaban quietos. Se tensaban y se lanzaban en picado en busca de la lombriz o gusanillo que sacaban colgando en el pico para comérselo inmediatamente.
Dentro del grupo se diferenciaban perfectamente dos tipos. Había ejemplares con el pecho blanquecino y otros, en cambio, tenían el pecho rojizo y espectacular. Los primeros eran jóvenes y los segundos adultos, a más rojizo más edad.
Entre los zorzales reales había otros zorzales infiltrados. Varios zorzales charlos y comunes comían junto a ellos.
El zorzal charlo es el más grande de nuestros zorzales, seguido del zorzal real, el zorzal común y, por último el alirrojo. Los cuatro se han visto en el bosque de Valorio.
Zorzal charlo.
Zorzal común.
Zorzal alirrojo.
Estuvimos varios minutos y continuaron guardando las distancias; se alimentaban y se erguían, estaban en alerta. Un nuevo tiro resonó en la ladera pero esta vez no volaron sino que se agacharon. Se pegaron al suelo como si intuyeran que el tiro no era para ellos sino que venía de la lejanía y sólo debían de ocultarse.
Vimos tres especies de zorzales juntos. Sería increíble poder verlos a los cuatro a la vez, en el mismo lugar y más, en un lugar tan emblemático y querido para todos los zamoranos.

2 comentarios:

  1. Quando caminhamos pela natureza, nem sempre podemos ver tudo o que queremos... mas podemos aproveitar ao máximo tudo que avistamos.
    Preciosa entrada deste gracioso passarinho...
    Um beijo

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