Tercera entrega de los árboles, bosques o bosquetes que me han causado, por diversas razones, una especial impresión. En esta entrada me gustaría hablar del bosque zamorano por excelencia, por lo menos para los que somos de Zamora ciudad, El Bosque de Valorio.
Desde que tengo uso de razón voy a Valorio. Primero a jugar con mis padres, luego a correr y hacer deporte o de merienda con mi familia y más tarde buscando animales que poder observar y fotografiar. El bosque y volveré a decirlo, aunque alguno me llame pesado, es un “bosque” no un parque, aunque en el s.XIX una parte de él se acondicionara como parque romántico y actualmente, en una parte concreta, nos encontremos con chiringuitos, campos de fútbol o un parque para niños.
El 20 de Mayo de 2011 fue declarado Zona Natural de Esparcimiento de Castilla y León por la Junta. Figura jurídica de protección para “enclaves de fácil acceso desde núcleos urbanos para proporcionar a la población lugares de descanso, recreo y ocio de un modo compatible con la conservación de la naturaleza”. Esta declaración lo protege de futuras actuaciones irregulares o perjudiciales o, por lo menos, eso espero.
Muchos días paseo por el bosque, me gusta sobre todo el otoño y el invierno en él. Los pinos emergiendo de la niebla, el rocío y el hielo le dan un carácter especial y de gran encanto. El bosque ha sido y seguirá siendo lugar de paseos, de caminantes solitarios, de deportistas, de meriendas, de juegos, de flora, de fauna, de naturaleza en general que aflora junto a la ciudad.
Desde la Edad Media se conoce el bosque por dos razones principales. Una porque durante muchos siglos fue utilizado como una explotación forestal y la segunda por la leyenda de la Virgen de La Hiniesta en la que Sancho IV en 1290 salió de caza con su halcón persiguiendo a una perdiz que se refugió en una retama (hiniesta). Al llegar el rey donde se había refugiado la perdiz se encontró con una imagen de la virgen. El rey impresionado le construyó la iglesia de Santa María la Real , surgiendo el pueblo de La Hiniesta. (Actualmente esa parte del bosque desde La Hiniesta hasta los límites actuales ha desaparecido).
Arroyo que cruza Valorio. |
De la flora autóctona del bosque, robles y encinas, quedan muy pocos ejemplares. Lo que más encontramos son pinos y dado su carácter de aprovechamiento forestal tenemos datos de repoblaciones sucesivas de pinos en el bosque. La que más me interesa es la que se realiza en 1762, en la cual se plantan los pinos piñoneros que pueblan el centro del bosque en la actualidad. Pinos que actualmente dan una imagen grandiosa de Valorio. Grandes pinos que me impresionaban de pequeño por su altura y enorme copa, y lo siguen haciendo ahora. Grandes pinos de tronco grueso que surgen como enormes setas en los que se alberga una enorme diversidad de aves. Grandes pinos que tienen 250 años y siguen erguidos y orgullosos viendo pasar el tiempo y a sus gentes.
Jóvenes junto a los colosos pinos piñoneros. |
Valorio tiene una extensión de unas 80 hectáreas distribuidas a lo largo de dos kilómetros y medio de longitud, en el que nos encontramos unas 158 especies de vertebrados (según los datos de un gran conocedor de la fauna del bosque como es J. Alfredo Hernández Rodríguez) destacando una gran variedad de aves, en función de la época del año, nos encontraremos con urraca, buho chico, oropéndola, abubilla, lavandera blanca y cascadeña, carbonero, herrerillo, halcón peregrino, estornino, ruiseñor, pito real, pico picapinos menor, autillo, lechuza,… además de una buena población de conejos, así como ratón de campo, lirón careto o musaraña, y pasos ocasionales de algún jabalí o ciervo despistado que se adentran en el bosque.
Fuente del León. |
Otro momento importante de acciones en el bosque es entre 1841 y 1852 en los que se reforesta de nuevo y reacondiciona con la construcción del gran paseo de entrada, La Casa del Guarda, el estanque de Los Pinares y la Fuente del León en 1884. El bosque va perdiendo extensión a lo largo de los siglos y en 1927, con la llegada del tren, termina por configurarse su tamaño actual.
En estos días de nieblas Valorio parece encantado. Los grises, verdes y marrones se entremezclan formando una paleta de colores que abrazan los pinos, álamos y chopos, mientras un pito real chilla en la lejanía, una lavandera pasea por el arroyo o un corredor hace deporte. Así es Valorio. Lugar de ocio, esparcimiento y disfrute para paseantes, deportistas o amantes de la naturaleza.
Sí, es un bosque realmente bonito. A mí me encanta ir en primavera y escuchar a los estorninos imitando a otras aves, además del sonoro relincho del pito real (que también puede verse y oírse junto al Duero). En 2010 era chocante ir en verano por el arroyo y a cada pocos metros había un ruiseñor. Otras aves que veo alguna vez, además de las que has mencionado, el escribano soteño, el mirlo cantando al atardecer, el carbonero común y garrapinos, el cernícalo y por supuesto los entrañables verdecillos y verderones. Muy curioso es ver alguna vez a las pegas (urracas) acosando a algún milano. ÚLtimamente veo demasiadas huellas de bicicletas por allí y a veces creo que van a demasiada velocidad en los senderos altos. En fin, esperemos que la llegada del AVEchucho ese o como se llame no sea perjudicial para este bonito lugar que tenemos tan a mano
ResponderEliminarSaludos
Gracias por el comentario. Por tus palabras creo que también a tí te encanta Valorio. Un saludo y gracias.
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