miércoles, 1 de febrero de 2012

No seas cafre. ¡No lo abandones!
Hace pocos días en la finca de nuestra familia, cuando llegó mi hermano se encontró con un perro atado a la puerta. Lo habían abandonado.
Si quieres a un animal, ¿por qué lo abandonas? Si es tu perro o tu gato, ¿por qué lo abandonas? ¿Qué corazón hay que tener para abandonar a un animal que te da todo su cariño y fidelidad? No hay que tener corazón, ni conciencia, ni remordimiento…¡Hay que ser un desalmado!
Cada vez que me encuentro con una noticia del abandono de un animal me pongo enfermo. Y lo hago todavía más si recuerdo a mis gatas o perros que salvamos la vida y nos dieron todo su cariño durante mucho tiempo.
Hace muchos años recogí dos gatitas (Tigri y Milindris), de pocos días de vida, que habían abandonado  en una caja en la basura. Al pasar por el contenedor escuché sus lamentos y, ni corto ni perezoso, las busqué y me las llevé a casa. Las criamos a biberón ayudados por una perra que teníamos, llamada Chata, que las adoptó como si fueran sus propios cachorros y las crió. Les daba calor, las limpiaba y las cuidaba. Las gatas siempre la consideraron su madre. Estas dos gatas vivieron en nuestra casa mucho tiempo y convivieron con más perras a las que consideraron de su familia. Podían dormir todas juntas en un mismo sitio, apoyadas unas en otras. Una de las gatas vivió con nosotros 18 años y la otra 20. Nos dieron su cariño de una manera incondicional y cuando se murieron, un poquito de nosotros lo hizo con ellas.
Gatito perteneciente a una camada de 3
 que habían nacido en el hueco de un árbol.
En España, según la Fundación Afinity, en base al “XXII Estudio Anual del Abandono”, sobre los datos comunicados por 296 protectoras de animales y 710 ayuntamientos, se abandonaron en 2009, la friolera de 115.879 perros y 35.794 gatos. Datos escalofriantes que nos dejan en vergüenza y en evidencia de lo irresponsables que somos en nuestro país. Pero a estos datos hay que sumar todavía más; los animales que no se recogieron, los que murieron y los que sacrificaron los ayuntamientos. ¿A cuántos nos iríamos? Seguramente a cifras mareantes.
Si recuerdo a mis gatas también recuerdo otro día que íbamos, mi hermano y yo, a la finca y en el camino que llega a ella, entre las encinas, a unos 80 metros, vimos algo que a los dos nos hizo un nudo en el estómago. Paré el coche. Bajó mi hermano. Cogió un hacha y se fue hacia allí. Un golpe seco cortó la cuerda que un, perdonar, no puedo evitarlo, un hijo de puta, había atado a una rama y colgado a un pobre perro. 
Por desgracia muchos perros de caza siguen siendo sacrificados o abandonados en España. Esto no quiere decir que todos los cazadores maten a los perros. No. Sino que algunos lo hacen, con lo cual no se puede generalizar. Pero algunos los matan por no cazar bien, por ser mayores o simplemente por no hacer caso o terminarse la temporada. Entre ellos, los galgos, son especialmente sacrificados. 
Ringo consiguió varios CAC y quedar
varias veces 2º y 3º en su grupo.
Uno de ellos salvamos una vez. Se llamaba Ringo y era cariñoso, tierno, valiente (murió por serlo) y muy simpático, además lo presentamos a algunas exposiciones caninas obteniendo varios premios; pero su dueño anterior no lo quería por considerar que no cazaba como a él le interesaba con lo cual se propuso matarlo (inyección) o colocarlo, así es que lo llevó a una clínica veterinaria, coincidiendo allí con mi hermano que lo vió y se lo llevó.
Según el estudio de la Fundación Afinity las causas del abandono son: el cambio de domicilio (13.6%), las camadas indeseadas (13,5%), la pérdida de interés por el animal (13,3%), el comportamiento del animal (algo muy relativo. 11.7%), el fin de temporada de la caza (11.5%), factores económicos (8.7%), embarazo (7.1%), falta de tiempo por el nacimiento de un hijo (6.4%), alergias (6.4%), ingreso en un centro hospitalario o defunción (3.8%) y vacaciones (3%).
Si recuerdo a las gatas también recuerdo a Santi, un precioso gato blanco y rojo que recogí en Valorio. Allí lo habían dejado a su suerte. Santi era especial. Lo llevamos a la finca y se crió entre perros. Paseaba entre todos ellos sin ningún problema. Era un gato adoptado por todos ellos. Lo llamabas y venía como un perro. Vivió hasta que un día, curiosamente un día de caza, desapareció.
Gata amamantando a su cachorro
que me encontré por el campo.
Gracias a Dios no todos somos descerebrados o no tenemos corazón. Un tanto por ciento muy grande de personas quieren a sus perros o gatos, los cuidan y los consideran un miembro de su familia y los abandonos de animales están bajando poco a poco y las adopciones van subiendo.
De los perros abandonados el 39.2% son adoptados, el 25.5% permanecen en el refugio que los acoge, el 16.8% son devueltos a sus propietarios y el 15.5% son eutanasiados. En cuanto a los gatos, el 38.2% permanecen en el refugio, el 27.6% son adoptados, el 18.6% eutanasiados y el 4.7% devueltos a sus propietarios.
Seamos sensatos y antes de adquirir un perro o un gato pensémoslo. Va a vivir con nosotros mucho tiempo. Nuestra decisión debe de estar meditada (tipo de raza o elegir el animal que más se adapte a nosotros) y no debe de ser un capricho. Si ya lo tenemos, debemos educarlo y sociabilizarlo y, por supuesto, si es una perra, saber que tendrá celos y se puede quedar preñada.

Por lo tanto será una decisión importantísima ya que de ella dependerá la vida de nuestra mascota. Cuidar y querer a vuestro perro o gato. Él os lo devolverá con creces.
(Todos los datos de esta entrada están sacados de la Fundación Afinity)

1 comentario:

  1. Es una pena que seamos tan poco sensatos, como tu dices hay que meditar bien antes de tomar una decisión tan importante como tener un perro o un gato. Es importante tener claras las decisiones que tomamos en la vida ya que muchas veces implica hacer daño a los demás, no solo a los animales, también a las personas

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