He estado unos días en Galicia. Días de descanso que siempre
vienen bien pero aún de vacaciones estás pendiente de los animales que se
pueden mover alrededor. Uno de esos días nos encontrábamos en la playa cuando ante
mis ojos y, entre todos los bañistas, apareció un grupo de charranes patinegros
que comenzaron a lanzarse como pequeños proyectiles a las frías aguas en busca
de comida. Rápidamente me volví al hotel en busca de la cámara. Había que
aprovechar el momento.
A los pocos minutos regresé a la playa y me situé en uno de
los extremos para poder tener una buena perspectiva de las evoluciones de los
charranes patinegros. Nadie se había percatado de ellos o, por lo menos, los
ignoraban por completo. Solamente Isa y yo los observábamos y admirábamos sus
evoluciones sin perder detalle.
Es impresionante ver la manera que tienen de pescar.
Patrullan la playa en una especie de baile elegante hasta que se ciernen,
observan el agua, agachan la cabeza y se lanzan como un auténtico misil
plegando las alas para formar una figura aerodinámica que corta el aire a una
tremenda velocidad y entra en el agua como una lanza para, a los pocos segundos,
surgir con su preciada presa.
Son elegantes y muy
efectivos ya que la inmensa mayoría de las veces surgían de las frías aguas del
atlántico con su captura en el pico que se comían al instante para comenzar una
nueva ronda de patrulla entre los bañistas que seguían en el agua sin hacer
ningún caso a los pequeños proyectiles que caían a su alrededor.
Nos miraba más la gente a nosotros con la cámara que a las
evoluciones de los charranes que no paraban de subir y bajar, de lanzarse y
salir del agua. Es impresionante la capacidad de vuelo que tienen, la destreza
en sus picados, la efectividad.
Para alguien de tierra adentro todas las aves marinas son
llamativas y, verlas pescar, aún más; ya sé que para algunos es algo normal
pero para nosotros era una novedad, algo diferente y hermoso que nos llamó
poderosamente la atención pero, en la playa, suceden más cosas y mientras los
charranes patinegros hacían sus cabriolas y vuelos una joven gaviota
patiamarilla se afanaba en intentar comer su captura.
Un buen rato estuvo la joven gaviota mirando la manera de
comerse a la estrella de mar. Que si la cojo por aquí, que si la cojo por allá,
que si la pico por este lado, que si la pico por el otro. Después de un buen
rato consiguió quitarle uno de los brazos y comérselo; aunque, seguramente, fue
la estrella de mar la que lo sacrificó para libarse de la gaviota ya que cuando
esta se lo comió, dejó a la estrella a un lado y siguió buscando cangrejos o
pequeños peces entre las rocas y pequeñas pozas que dejaba la marea o a pedir a
sus padres que se movían entre las rocas cercanas.
Las estrellas de mar son unos invertebrados especiales que
son capaces de sacrificar uno de sus brazos para librarse de un depredador y,
después, regenerarlo, ya que tiene un complejo sistema nervioso que es capaz de
prodigios como ese.
Los charranes estuvieron un buen rato pescando en la playa.
Cuando la marea fue subiendo, desaparecieron. Su exhibición había terminado por
hoy.
Pedazo fotos amigo,no es nada facil al vuelo y con esos contraluces...la del pececillo con la rompiente desenfocada de fondo es muy buena.
ResponderEliminarUn saludo.
Hola Xurde. Muchas gracias. La verdad es que fue complicadillo conseguir pillarlos en condiciones; mi pena fue no conseguir una foto decente en el momento de entrar en el agua (algo muy complicado sin alta velocidad). Un saludo.
EliminarEs admirable la pericia de los charranes patinegros que tan fluidamente nos has descrito en tu veraniega crónica.
ResponderEliminarCasualmente 'Ojolince y Sra.' hemos compartido playa estas vacaciones con unas cuantas familias de estos amigables charranes que, sin duda, dan mucho juego a aficionados (como nosotros) y fotógrafos de naturaleza.
Al menos tres grupos familiares se repartían la extensa playa denTrengandín (Noja, Cantabria) y podíamos seguir sus pesquisas a lo largo de los casi 4 kms. de playa... Eso sí, como bien señalas, no tienen ningún problema para pescar haciendo picados entre el tumulto en la hora punta del baño.
Todo un placer disfrutar de sus acrobacias y, como no, de tu crónica estupendamente amenizada sobre nuestros acompañantes de este verano.
Un saludo de 'Ojolince y Sra.'
Hola Ojolince y Sra. Yo os vi en la playa de Paxariñas (cerca de Portonovo). Son todo un espectáculo. Muchas gracias por vuestro comentario y un saludo.
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