miércoles, 25 de mayo de 2011

El críalo.
En una de mis excursiones a las Lagunas de Villafáfila me encontré con esta ave, que nunca había fotografiado, y menos tan de cerca.
La tarde era bastante calurosa e íbamos, en coche, por un camino desde Otero de Sariegos hasta la laguna de Barillos, donde esperábamos encontrar a las avutardas. El día estaba siendo bastante bueno ya que habíamos visto una gran cantidad de cernícalos, tanto comunes como primilla, avefrías, cigüeñuelas, cercetas, ánades reales, algún ganso, patos cuchara, golondrinas y aviones, un mochuelo, avocetas, un aguilucho cenizo, charranes, perdices, un aguilucho lagunero y varios milanos negros.
 En definitiva un buen día. Cuando. En una valla, llamó mi atención un pájaro extraño. Parecía un enterrador del oeste. Quieto. En equilibrio. Mirándonos como si sopesara nuestro peligro. Era un críalo.
Curiosa ave que, junto con el cuco, son las dos únicas que no hacen nidos y por tanto no crían a sus pollos, sino que se los dejan a otras para que se los críen. El críalo (de nombre premonitorio. “Críalo tu que yo me canso”. Su nombre no es por eso, sino por el sonido que hacen) suele poner sus huevos en los nidos de las urracas que siempre están alerta cuando los ven llegar. Recuerdo hace años una curiosa escena y ahora me doy cuenta de que eran una pareja de críalos los que elaboraron una sofisticada estrategia.
Unas urracas entraban y salían de su nido. Su ajetreo era constante. Cuando un pájaro extraño (ahora se que era un críalo) se aproximó e incordió tanto a la pareja que estas salieron tras él. Me sorprendió que cuando lo perseguían no hacían ruido, algo muy raro para estas escandalosas aves; mas tarde, leyendo libros di con la solución. Lo hacen para no llamar la atención de otras urracas o córvidos y así no indicarles que están dejando el nido sólo, y lo puedan atacar.
El caso es que las dos salieron tras el críalo y mientras…, otro críalo salió de su escondite (ni siquiera lo había visto). Entró en el nido de las urracas. Era la hembra y seguramente puso algún huevo. Terminó y salió a toda velocidad. Cuando volvieron las urracas ya se había ido. La estrategía había sido perfecta. Habían conseguido su objetivo. Despistar a las urracas para conseguir dejar en su nido algún huevo.
Tras las fotos de rigor. El críalo se bajó del alambre un poco más allá, donde se encontraba otro, seguramente la pareja que comía tranquilamente gusanos e insectos que picoteaba de la tierra. Por cierto en zonas de pinares los críalos comen muchas orugas de la procesionaria del pino, lo cual es muy beneficioso ya que las tienen, mas o menos controladas.
También, aparte de ser un poco jetas, cumplen con la función de regular a las urracas ya que limitan los pollos que puedan criar. En definitiva un ave que junto con el cuco utiliza a otras para que les cuiden los hijos. Fue un buen día de excursión que terminó, de la mejor manera posible, con una maravillosa puesta de sol que nos llamaba a volver otro día.

1 comentario:

  1. Es curiosa la diferencia de estrategia entre el cuco y el críalo. Mientras que los pollos del primero, al nacer tiran del nido a sus "hermanastros", los del críalo basan su estrategia en nacer antes y alimentarse más de lo que traen los "padres" Al robarle el alimento a sus hermanos, salen antes del nido, y los dejan en estado de desarrollo muy atrasado, la mayoría de las veces mueren. ¡Muy buena foto!

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