La mañana era perfecta. De visibilidad excelente. De esos
días de enero en los que la atmósfera está limpia y se ve de una manera
excepcional. Tampoco hacía mucho frío, sólo faltaba tener un poco de suerte y
ver a ese animal mítico que es el lobo. Lobo que las últimas semanas está
siendo el protagonista de noticias en prensa, radio y televisión de una forma
alarmante, progresiva y preocupante. Sinceramente creo que el tema del lobo hay
que tratarlo con mesura, con tranquilidad y con cabeza; en este tema sobran los
extremismos, radicalismos, exageraciones, insultos, salidas de tono y utopías
imposibles y, por desgracia, las últimas semanas se ha declarado la guerra
abierta desde que la Diputación de Zamora presentó en Fitur la campaña relativa
al Lobo Vivo y el festival a celebrarse en Villardeciervos el próximo
septiembre acerca del lobo.
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Agradezco enormemente a Fernando García sus fotografías de unos momentos inolvidables. |
A los cinco minutos de buscar por la sierra apareció. Uno,
dos, tres,...seis preciosos lobos jugaban tranquilamente entre los brezos. Eran
jóvenes lobos que estaban afianzando relaciones, estatus y jerarquía entre
ellos. Se perseguían. Saltaban unos encima de otros. Se mordían simuladamente.
Corrían de un lado a otro en un maravilloso espectáculo. Eran jóvenes lobos que
comienzan la época más crucial de su vida. El momento en el que van a empezar a
dispersarse, un momento muy peligroso en la vida de un lobo. Momento en el que
son muy vulnerables. Momentos en los que la mortandad es muy alta. Momentos en
los que las cacerías y carreteras afectan de una manera fatídica a la vida de
estos jóvenes lobos.
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Imagen muy testimonial del grupo de lobos. |
En el tema del lobo hay que ser, lo primero, educado y si
defiendes tus argumentos con exabruptos pierdes toda la razón que
puedas tener. No es lógico que se quiera defender al lobo atacando a todo aquel que no comulga contigo.
Es un gran error porque, al final, el perjudicado será el lobo. La Diputación
de Zamora presentó en Fitur ese festival de una manera que ha encendido a todos
aquellos que no aprecian al lobo. Los ganaderos han reaccionado de una manera enérgica, incluso ganaderos que ven al
lobo de una manera no tan hostil. Y, además, responsables de asociaciones defensoras del lobo que presentaron ese festival están
soliviantando los ánimos de todos aquellos que no comulgan con el lobo, e
incluso de asociaciones, naturalistas o empresas que ven al lobo como un
recurso importante pero que lo defienden de otra forma; de una forma educada,
exponiendo sus principios y sin soliviantar a nadie, escuchando a todos e
intentando llegar a algún acuerdo.
Los seis jóvenes lobos emprendieron la marcha por un camino.
En hilera. En una fila muy lobera en la que todos siguen la misma senda, en la
que sus huellas se confunden y es difícil saber cuántos ejemplares van
caminando. Se dirigían hacia un lugar en el que dos lobos adultos les
esperaban.
Estaban tumbados. Tranquilos. Uno de ellos se levantó y
todos los recién llegados fueron acercándose a él. Se olían. Saltaban
alrededor. Se reconocían. Estaban contentos. El otro permaneció tumbado. Era
más grande que los demás. Su cara era mucho más oscura que la del resto y
pudimos ver su tremendo porte cuando se levantó. Era corpulento. Fuerte. De
enorme cabeza negra y más ancho que los demás. Caminó despacio alejándose de
los jóvenes mientras el otro lobo adulto lo seguía entre los brezos. Se
perdieron entre la vegetación.
Otra noticia que está enervando los ánimos en contra del
lobo es la idea que han lanzado diferentes asociaciones, particulares y empresas de hacer una cuestación popular para pujar en
la subasta que se celebra todos los años en Villardeciervos en la que se
subastan los animales a cazar en la reserva y, entre ellos, un número determinado
de lobos. La idea es aportar dinero para pujar en la subasta y salvar a un
lobo pero, realmente, no se podrá salvar a ninguno ya que aunque consigan
comprar el derecho de matar uno, eso no significa que no se vaya a matar puesto que
pueden pasar dos cosas. Que se vuelva a sacar el lobo a otro cazador para
cumplir el cupo de ese lugar en concreto, en este caso la Reserva Regional de
Caza de Sierra de la Culebra, o que no se cace allí y se haga en otra zona, con
lo cual lo único que se consigue es publicidad ya que saldrá en todos los
medios de comunicación nacionales, incluso internacionales; pero, ¿eso le
interesa al lobo? Esa publicidad, que puede estar muy bien desde un punto de
vista simbólico y ético, ¿es práctica para el lobo?; sinceramente, creo que lo
único que se consigue es caldear más el ambiente de lo que está con una
actuación sensacionalista para llamar la atención, que puede perjudicar más al
lobo que beneficiarle.
Los seis jóvenes lobos no siguieron a los dos adultos, se
fueron en dirección contraria. La hilera de lobos se formó nuevamente hasta que
de repente comenzaron una estrategia diferente. Empezaron a desplegarse en
abanico, ¿que hacían? Nos dimos cuenta que a unos cientos de metros de ellos un
pequeño grupo de ciervas estaban atentas, con las cabezas levantadas y las
orejas tiesas. Olían el peligro. Olían a los lobos que se habían desplegado de
dos en dos. Dos fueron por la izquierda de las ciervas. Dos a la derecha de las
ciervas y los otros dos dieron un rodeo por encima de un pequeño pinar. La
estrategia estaba diseñada. Comenzó el intento de caza. Los dos lobos de la
izquierda fueron los encargados de acosar a las ciervas para llevarlas hacia
los dos lobos de la derecha que las esperaban a la entrada del pinar. La
persecución se desarrolló a toda velocidad. Los lobos querían que las ciervas
no entraran en el pinar o si lo hacían sacarlas rápidamente de allí hacia los
otros dos lobos que estaban esperándolas fuera por la parte alta.
Las ciervas corrían guiadas por la hembra experta, la mayor,
la que marca el plan de fuga; gracias a esa cierva se salvaron ya que se adelantó
a los lobos y se refugiaron en el pinar, donde es muy difícil que pudieran cogerlas; además, las ciervas, no salieron por donde querían los lobos, sino
que corrieron por dentro del pinar para salir a campo abierto unos cientos de
metros más a la izquierda, donde los lobos no podían alcanzarlas.
Los lobos habían fallado. Algo lógico en ejemplares jóvenes
que están aprendiendo. Cazar se aprende. Las técnicas de caza se enseñan por
parte de los lobos adultos y entre ellos el macho alfa que es el que elabora y
dirige toda la estrategia y, ese macho dominante, no estaba en este grupo.
Los ánimos están demasiado caldeados. La guerra está
servida. Lo que más debería de haber, no lo hay. Mesura. Las opiniones están
enquistadas y así es imposible llegar a un acuerdo, nadie cede, nadie acerca
posturas, así es imposible llegar a algo. No hay que ser radical. Hay que
intentar defender al lobo desde posturas educativas, lógicas y razonables, no
desde posturas enfrentadoras, provocativas y agresivas.
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Lobo desenterrando "algo" que después se comió. |
Los seis jóvenes lobos se reunieron nuevamente y continuaron
en su hilera hasta unas rocas donde descansaron del lance. Donde jugaron, se
tumbaron, se asomaron al valle y nos mostraron toda su belleza. Continuaron su
camino. El reconocimiento de su territorio. El lugar que próximamente la
mayoría de ellos abandone para siempre y comience una época peligrosa de
vagabundeo que puede durar meses, años o toda la vida. Unos tendrán la suerte
de conseguir un territorio propio. Otros de entrar a formar parte de otra
manada. Algunos vagabundearán toda la vida y otros morirán en el intento. Así
es la vida de un lobo joven. Incierta y peligrosa.
Habían pasado volando dos horas maravillosas viendo lobos,
disfrutando de su presencia, observándolos en plena libertad, sin molestarlos
ni interferir en su vida. Al lobo hay que cuidarlo, valorarlo y respetarlo
desde posturas coherentes, educadas y haciendo una labor de educación ambiental
en todos los ámbitos posibles (niños, medios de comunicación, grupos,
asociaciones, internet...) y no desde posturas radicales e inflexibles que lo
único que consiguen es soliviantar los ánimos en contra de ese animal tan preciado
que debemos de cuidar, el lobo.