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lunes, 26 de febrero de 2018

Gangas ibéricas y avutardas.

La estepa zamorana es un paisaje llano, con ligeras ondulaciones, abierto y extenso que se ve salpicado de campos de cereal, girasol o colza con barbechos en los que los árboles y arbustos son muy escasos (hemos arrancado todos para favorecer las grandes extensiones de cultivo); en este ambiente nos encontramos con las aves esteparias. Aves que poco a poco han ido retrocediendo. Aves que se ven relegadas y amenazadas por unos factores que afectan en mayor o menor grado a todas; factores como la destrucción de polladas al trabajar la tierra (siega, roturación), disminución de barbechos, aumento de los regadíos, utilización incontrolada de productos químicos, la caza o la desaparición de las linderas en las que se podían refugiar o criar hacen que su cantidad haya descendido a números preocupantes y, su amplia distribución de hace años, se haya visto reducida muy sensiblemente a zonas muy pequeñas en las que intentan sobrevivir. La presencia de estas aves esteparias es un indicador fiable de que un territorio es más sano y equilibrado.
De dos de estas aves esteparias pude disfrutar a la vez, juntas, algo que, por desgracia, cada vez es más difícil. Es una reminiscencia del pasado. Una imagen que en otros tiempos podía ser habitual ahora mismo es francamente muy extraña: gangas ibéricas y avutardas.
Sabía por la zona en la que se movían las gangas así es que comencé la búsqueda meticulosamente, observando los campos planos y pelados salpicados por montones de piedras que se han ido retirando, durante generaciones, de los campos de cultivo, que ahora sirven de atalaya o refugio a diferentes aves como mochuelos, busardo ratonero, cuervos o milanos.
No aparecían. Volví por el mismo camino y nada. Me dirigí hacia otra zona y no aparecían, así es que decidí marchar, no podía estar más tiempo pero, la naturaleza te sorprende en cualquier momento y, justo cuando me iba, el grupo apareció en una de las tierras por la que había pasado dos veces anteriormente.
Allí estaban. Comiendo. Tranquilas y, para mayor sorpresa, un grupo de 36 avutardas estaban pasando justo por detrás de ellas. Una imagen sorprendente y, por desgracia, de otros tiempos, recordemos que se encuentran en el Libro Rojo de las aves de España con la categoría de "vulnerable".
La ganga ibérica parece creada por un diseñador de renombre. Su gama y disposición de colores la hace especial, diferente y muy vistosa. Estaban entre las pequeñas hierbas, agachadas, a ras de tierra. Se desplazaban pegadas al suelo; machos y hembras se entremezclaban en una ida y venida en busca de comida mientras varias calandrias cantaban en las cercanías o se perseguían correteando.
En esta fotografía, tomada en otra ocasión, en el mismo lugar,
se puede apreciar su belleza.
Esta preciosa ave esteparia solamente se puede encontrar en una zona muy pequeña de Zamora, lugar que es como un santuario ya que ha pasado de estar ampliamente distribuida a una pequeñísima zona al suroeste de la provincia. Entre 8.000 y 11.000 ejemplares se estiman en toda España; entre 250 y 400 ejemplares es la población estimada en Castilla y León, y entre 30 y 50 la estimada para Zamora (Según los datos de la Junta de Castilla y León), pues bien, pude ver un total de 47 ejemplares en dos grupos: uno de 35 y otro de 12; es decir, casi la totalidad de la población de la zona.
La luz era muy mala y la distancia considerable pero verlas
es una auténtica maravilla.
Verlas es una auténtica delicia para los sentidos; sus colores, su disposición y su escasez hacen de su observación un auténtico privilegio y más si se ven junto con la gran ave, la más pesada que puede volar, la avutarda.
La reverberación era tremenda.
En esta zona había visto avutardas pero tantas juntas, nunca. 36 grandes avutardas se movían buscando comida. En nuestro país se encuentra más de la mitad de la población mundial.
En España se estima una población de entre 24.000 y 26.000 ejemplares, de los cuales alrededor de 10.000 se encuentran en Castilla y León y, de ellas, 4.000 en Zamora.
Los números de las avutardas son mejores que los de las gangas ibéricas. Estas aves se mueren, las estamos dejando desaparecer. Cometeríamos un error imperdonable si dejáramos que continuaran bajando sus números hasta su extinción. ¿No podría haber un programa para que estas preciosas gangas ibéricas no desaparecieran? ¿No se podría hacer algo?

jueves, 16 de noviembre de 2017

Avutardas, grullas y ánsares en una Villafáfila seca.

Villafáfila está sin agua. Todas las lagunas están completamente secas; solamente hay agua en cuatro puntos; cuando digo agua me refiero a cuatro charcos de diferentes tamaños pero a fin de cuentas, charcos.
España está sufriendo una preocupante sequía pero, como una imagen vale más que mil palabras, el día 13 de noviembre AEMET (Asociación Española de Meteorología) publicó las siguientes imágenes:
A dicha imagen le acompañaba este texto: “Índice de Vegetación: En estas dos imágenes comparamos el desarrollo de la vegetación a 31-10-2014 con el del 31-10-2017. Los tonos marrones revelan ausencia de vegetación. La diferencia salta a la vista”. “No es que donde en 2014 había árboles ahora no los haya, sino que falta vegetación herbácea por la ausencia de lluvias. Digamos que es otra forma de ver la sequía”.
AEMET cataloga el año hidrológico 2016-17 como “muy seco”: 15% menos de precipitaciones con respecto a la media.
Esta falta absoluta de agua está provocando importantes problemas de abastecimiento, restricciones, daños en la agricultura y ganadería, problemas de energía, aumento del efecto invernadero, derivada económica, incendios…y, por supuesto, afecta a la flora y fauna de nuestro entorno.
Así está ahora mismo la Salina Grande. Seca.
Ante este panorama mi visita a las lagunas no tenía demasiadas expectativas pero, como sucede muchas veces, la naturaleza me sorprendió. Unas 1.200 grullas y algo más de 1.000 ánsares se mueven por la zona. Las aves han venido, van viniendo pero…como no llueva rápido y mucho…desaparecerán, se irán y la invernada será un auténtico desastre. Se irán a otras zonas como Herrín de Campos donde tienen el agua asegurada mediante su llenado artificial.
Grupo de ánsares llegando a la Salina Grande.
Villafáfila es uno de los pocos lugares del mundo en el que puedes encontrarte juntos: avutardas, ánsares y grullas. Un espectáculo realmente imponente y majestuoso del que pude disfrutar a placer.
La Casa del Parque es otro de los puntos en los que hay agua. En ella un precioso zampullín cuellinegro se movía entre porrones europeos y moñudos junto con fochas, azulones, ánsares o zampullines comunes que recorrían la laguna ante la atenta mirada de un cormorán grande y una garza real.
Los campos están secos. Perdices, bisbitas, estorninos, alondras y pequeños bandos de avefrías se ven salpicando el seco amarillo de las hierbas mientras, un pequeño mochuelo, observa desde su atalaya como un aguilucho lagunero y un cernícalo vulgar patrullan el terreno en busca de alimento o unos conejos se refugian en sus madrigueras asustados por el vuelo de un milano real o un busardo ratonero.
Combatientes, tarros blancos, cercetas comunes, correlimos comunes, patos cuchara y azulones se agolpan en las pequeñas láminas de agua como verdaderas sardinas en aceite, sin espacio para moverse…sin agua.
La situación es muy preocupante, muy delicada. La pasada primavera la temporada de cría fue un verdadero desastre. Las previsiones para esta invernada son desastrosas. No tiene pinta de llover. No hay previsiones de lluvia. Si no llueve, el campo se muere y con él sus habitantes.

miércoles, 2 de noviembre de 2016

Barnacla cariblanca en una Villafáfila seca.

Las lagunas de Villafáfila necesitan agua. Hay muy poca concentrada en tres puntos básicamente: La Balsa, La Rasa y El puente romano. El resto, seco. Aún así saltó la agradable sorpresa de la presencia de una barnacla cariblanca que descubrieron Cristian Osorio y Estrella Huerga.
La barnacla cariblanca al anochecer.
Como me encontraba por las lagunas me acerqué para intentar localizarla y así poder disfrutarla, quizás sea de las pocas que veamos este año.
El día estaba agradable y decidimos acudir en una visita familiar hasta las lagunas para que mi pequeña diera un paseo y viera “patos”, como dice ella. En los tres puntos de agua pudimos ver: grulla, tarro blanco, ánsar común, combatiente, zarapito real, chorlito gris, ánade friso, ánade real, ánade rabudo, pato cuchara, avefría, agachadiza común, chorlitejo grande, correlimos común y ánade silbón; así como en la balsa de decantación no faltaron los fieles zampullines chicos y fochas que normalmente se ven en este lugar, sin olvidarnos de cernícalo vulgar, estornino negro y pinto, aguilucho lagunero o busardo ratonero que se pueden ver a lo largo de la reserva o cormorán grande, porrón europeo y moñudo que se encontraban en el Centro de Interpretación.
Las avutardas son fieles a Villafáfila.
Garza real en mitad de la nada.
En esta época del año las grullas tienen un papel destacado, unas 600 se encuentran en este momento en la reserva. Las puedes ver comiendo a primera hora entorno a la Laguna Grande para irse alejando paulativamente a lo largo del día para volver al anochecer a dormir a la seguridad de la poca agua que hay en la Salina.
Grupo de grullas en la Salina Grande.
Grullas comiendo con algunos ánsares comunes entre ellas.
Los ánsares deberían de ser los siguientes en número pero, por desgracia, ya sabemos que su número ha caído en picado en los últimos años. Actualmente habrá entorno a 500-600 en toda la Reserva; cifra irrisoria que como no haga más frío en el centro y norte de Europa y aquí llueva, no van a venir, ¿para que desplazarse miles de kilómetros si tienen comida suficiente en centro Europa?
Incluso, si vinieran unos miles, para que se quedaran en las Lagunas de Villafáfila tiene que llover, tiene que haber agua sino esos miles se irán a las lagunas de La Nava y Campos que ya han comenzado a llenarse artificialmente de agua.
Los números no engañan y el declive de la invernada de ánsares en Villafáfila es constante, así, por ejemplo, en el año 2012: 15.121 ejemplares acudieron a las lagunas de Villafáfila; en el 2013: 9.000; en el 2014: 12.000 y en el 2015: 5.300. La invernada de ánsares en Villafáfila se está muriendo. Si comparamos estos números con los casi 40.000 ejemplares del año 1999 el impacto es aún mayor; en dieciseis años se ha pasado de 40.000 a 5.300 ejemplares…sin palabras.
Entre los pocos ánsares que hay actualmente se ha colado una barnacla cariblanca. Una lotería, ya que, la probabilidad de que algún ánsar menos común o alguna barnacla se cuele entre los pocos grupos de ánsares comunes que hay, es muy, muy baja pero…ahí está.
La barnacla cariblanca se encontraba en la zona de La Rasa. La localicé volando con un pequeño grupo de ánsares comunes que aterrizaron en la escasa lámina de agua. La barnacla se separó de ellos y comenzó a moverse entre los azulones y rabudos que allí se encontraban mientras, cientos de grullas, pasaban volando a la zona de la Salina Grande que tenía agua para pasar allí la noche.
Salina Grande.
El día terminó y nos fuimos con la triste sensación de la sequedad de las lagunas.

miércoles, 3 de junio de 2015

Aves de la estepa zamorana.

El diccionario de la Real Academia de la Lengua nos dice que estepa es un: "erial llano y muy extenso". La estepa zamorana es un paisaje llano, con ligeras ondulaciones, abierto y extenso que se ve salpicado de campos de cereal, girasol o colza con barbechos en los que los árboles y arbustos son muy escasos; en este ambiente en el que parece que no puede haber nada nos encontramos una gran biodiversidad y, entre ella, las aves esteparias. Aves que poco a poco han ido retrocediendo. Aves que se ven relegadas y amenazadas por unos factores que afectan en mayor o menor grado a todas; factores como la destrucción de polladas al trabajar la tierra (siega, roturación), disminución de barbechos, aumento de los regadíos, utilización incontrolada de productos químicos, la caza o la desaparición de las linderas en las que se podían refugiar o criar hacen que su cantidad haya descendido a números preocupantes y, su amplia distribución de hace años, se haya visto reducida muy sensiblemente a zonas muy pequeñas en las que intentan sobrevivir.
La presencia de estas aves esteparias es un indicador fiable de que un territorio es más sano y equilibrado. Entre las aves esteparias he elegido un pequeño grupo que es representativo de la situación en la que se encuentran en nuestra provincia.
Sisón.
El sisón, la avutarda, la ganga ibérica, el alcaraván o la ganga ortega son aves típicas de la estepa castellana que han ido cayendo en sus números y áreas de distribución, algunas de una forma alarmante; aún así, por ejemplo, la mayor parte de la población mundial de sisón y avutarda se encuentra en España y, en Zamora, un tanto por ciento muy elevado.
Macho de sisón entre las hierbas y volando.
Hace unos días pude disfrutar de la observación de varios sisones, entre ellos un precioso macho que lucía espléndido con su collar negro; un macho que en una pequeña ladera se exhibía ante una hembra. El macho andaba orgulloso, con el cuello estirado, elegante y altivo pero me descubrió y, como si estuviese entrenado por el mejor instructor militar hizo un "cuerpo a tierra" y desapareció, se lo tragaron las hierbas y arbustos en los que se movía, había desaparecido; eso es lo que les está pasando a los sisones de nuestra provincia, están siendo relegados a pequeños reductos en los que intentan sobrevivir, aún así se estima una población de unos 2.800 machos en periodo reproductor en nuestra provincia, números que son de los más altos de España.
Majestuoso vuelo del sisón.
Ganga ibérica.
La ganga ibérica es un ave que parece diseñada por un estilista de prestigio que con sus colores y distribución nos muestra su elegancia. Esta preciosa ave esteparia solamente se puede encontrar en una zona muy pequeña de Zamora, lugar que es como un santuario ya que ha pasado de estar ampliamente distribuida a una pequeñísima zona al suroeste de la provincia. Entre 8.000 y 11.000 ejemplares se estiman en toda España; entre 250 y 400 ejemplares es la población estimada en Castilla y León, y entre 30 y 50 la estimada para Zamora (Según los datos de la Junta de Castilla y León).
Grupo de gangas ibéricas.
Grupo de ganga ibérica con alguna calandria entre ellas.
Algo mejor se encuentra la ganga ortega que aún resiste en varias zonas de nuestro territorio, estimándose una población en toda España de 37.000 ejemplares, unos 10.700 en Castilla y León y en Zamora entre 150 y 200 según la Junta de Castilla y León.
Alcaraván.
Otra ave mimética es el alcaraván que, al igual que las demás decae en sus números; antes eran muy comunes y ahora son como un oasis en el desierto. Es mimética. Silenciosa. Pasa completamente desapercibida a menos que se levante y corra agachada con su característico movimiento o eche a volar. La ves y no la ves. Es una piedra en el camino que tiene unos 3.500 ejemplares en Castilla y León.
Alcaraván.
Grupo de avutardas.
De este grupo de aves, en nuestra provincia, la que presenta mejores números es la avutarda; el ave por excelencia de la estepa castellana que tiene una buena población en varias zonas, llegando hasta los 4.000 ejemplares. La avutarda es el ave más pesada que puede volar y, al igual que el sisón, en nuestro país se encuentra más de la mitad de la población mundial.
Avutarda.
Ave espectacular e imponente que asombra cuando la ves de cerca dado su gran tamaño, envergadura y potencia. En España se estima una población de entre 24.000 y 26.000 ejemplares, de los cuales alrededor de 10.000 se encuentran en Castilla y León y, de ellas, 4.000 en Zamora.
Todas estas aves esteparias se encuentran en el Libro Rojo de las aves de España con la categoría de "vulnerable" excepto, el alcaraván, que está catalogado como "casi amenazado".
La presencia de las aves esteparias es un buen indicador de la salud de nuestros campos y cometeríamos un error imperdonable si dejáramos que continuaran bajando sus números hasta desaparecer.
(Todos los datos de esta entrada son de los últimos censos realizados o de las estimaciones de la Junta de Castilla y León, algunos de los cuales son de hace varios años con lo cual la población puede haber sufrido algunos cambios)

lunes, 24 de noviembre de 2014

Parece que llegan los gansos.

La semana pasada se habían censado 650 gansos; una cifra realmente muy baja para las fechas en las que estamos. Hoy he vuelto a las lagunas de Villafáfila y parece que la entrada de gansos estos últimos días ha sido aceptable. He podido observar varios grupos grandes que le van dando otro color a las lagunas que poco a poco van cogiendo el agua tan necesaria.
En el primer grupo, después de revisarlo varias veces, pude ver al primer infiltrado de la temporada, un precioso ganso careto adulto que estaba tumbado al fondo, detrás de un ganso común que lo tapaba casi por completo.
A los pocos minutos se levantó y comenzó a recorrer todo el grupo con ese andar lento y un poco torpón mostrándome las barras negras del vientre que le caracterizan. 
Cruzó de lado a lado del gran grupo de gansos comunes para al final levantar el vuelo en solitario, un vuelo majestuoso y elegante precedido de una corta carrera.
La segunda sorpresa se encontraba en el siguiente grupo de gansos, un collar azul, el Gg4 un ganso anillado en Dinamarca en el 2013 y que tiene cinco observaciones, de las cuales 2 son en su lugar de anillamiento y tres en las Lagunas de Villafáfila: el 11-12-13 y el 19-2-14 fue visto por J.J. Orduña, J.A. Casado y J.M. San Román. También en este grupo pude observar un ganso careto joven que dormitaba tranquilamente entre el grupo de gansos comunes.
Parece que por fin, los gansos van viniendo, esperemos que la temporada no sea tan floja como la del año pasado en la que vinieron solamente 9.000 gansos, la cifra más baja desde que se hacen los censos en las lagunas de Villafáfila.
En el año 2012 se contabilizó la llegada a España de 58.168 gansos mientras que el año anterior (2011) fueron poco más de 100.000. Esos 58.168 gansos se distribuyeron de la siguiente forma: 21.610 en las marismas de Guadalquivir, 21.437 en las Lagunas de La Nava y Campos y 15.121 acudieron a las lagunas de Villafáfila; el descenso de gansos es evidente. Lejos quedan los años en los que en las lagunas se podían encontrar casi 40.000 gansos esperemos que este año no se siga acentuando el declive de la invernada de los gansos en nuestras lagunas; pero en Villafáfila siempre hay más...