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viernes, 19 de enero de 2024

¿Dónde están actualmente los ánsares?

En la entrada anterior quise hacer una evolución desde 1979 hasta 2023 de la invernada del ánsar común en la Reserva Natural de las Lagunas de Villafáfila (Zamora). Evolución que seguía una gráfica campaniforme de menos a más para volver a bajar nuevamente hasta prácticamente ser residual. Vista la evolución y las principales causas de este declive en los últimos años surgía la siguiente pregunta: ¿Dónde están los ánsares ahora?
Como decía en la entrada anterior, la mayoría de ellos se encuentran en zonas de Holanda, Bélgica, Alemania o norte de Francia pero quería dejar claro mediante un mapa y la acumulación de observaciones reales, donde se encuentran, para lo cual he sacado los mapas de Euro Bird Portal que se conforman en tiempo real con “El objetivo de EBP es establecer un repositorio de datos europeo basado en datos agregados de portales de registro de aves en línea de toda Europa con los siguientes objetivos principales:
1-Describir patrones espacio temporales a gran escala de distribución de aves (cambios de distribución estacionales, patrones migratorios, fenología) y sus cambios a lo largo del tiempo.
2-Mejorar el valor de los portales de recopilación de datos en línea.” (Texto extraído de EBP).
He sacado los datos en todos los mapas entre el 24 y 30 de diciembre de 2023 (se puede ver la evolución de la especie a lo largo de todo el año, es decir, dónde están en cada momento del año)
En este primer mapa se muestra dónde están los ánsares comunes. Tengamos en cuenta que estos mapas se conforman: “Para aprovechar al máximo los datos recopilados por los portales en línea de toda Europa,… nuestro objetivo es crear un depósito de datos común que contendrá datos de cada uno de los sistemas existentes”.  (Texto extraído de EBP).
En este mapa los ánsares comunes se encuentran mayoritariamente en grandes zonas de Alemania, Holanda, Bélgica, Inglaterra, Dinamarca, parte de Polonia y sur de Suecia. Es decir, se han movido muy poco desde sus zonas de cría e incluso algunos ni siquiera lo han hecho como los ánsares que crían en esos lugares que prácticamente no se desplazan o los que bajan desde Noruega y el norte de Suecia o Finlandia que mayoritariamente se quedan en esas zonas.
Desde ahí se extienden de forma concéntrica a zonas de Polonia, República Checa, Hungría o norte de Francia; una rama baja por la costa francesa hasta la Península Ibérica para entrar por el País Vasco y Cantabria, bajando a la Reserva Natural de las Lagunas de Villafáfila, lagunas de la Nava, Boada y Campos (Palencia) y la Laguna del Oso (Ávila) en Castilla y León para continuar a los humedales de Extremadura, hasta el Parque Nacional de Doñana (Huelva) y el estuario del Tajo en Lisboa (Portugal) con algunos reductos en la cuenca del Ebro hasta Cataluña.
También se observan datos en Eslovaquia, Hungría e Italia y muy pocos en zonas de Rumanía, Grecia o Turquía.
Pensemos que Villafáfila es uno de los puntos de España que más ánsares nos encontramos. En el momento de la realización del mapa había poco más de 600. Con esos pocos ejemplares nos podemos hacer una idea los que puede haber en zonas similares.
¿Dónde están el resto de ánsares que venían infiltrados en los grandes grupos de ánsares comunes? Algunos ejemplares de ánsares caretos, campestres, piquicortos o barnaclas cariblancas acompañaban a los ánsares comunes; en los siguientes mapas se observa donde se encontraban entre el 24 y 30 de diciembre de 2023.
Ánsar careto.
Ánsar campestre.
Ánsar piquicorto.
También podía aparecer, con mucha suerte y muy esporádicamente, entre los grandes grupos de ánsar común algún ánsar chico. En el siguiente mapa vemos lo exiguo de su población que se concentra entre el 24 y 30 de diciembre de 2023 en zonas de Holanda, Alemania e Inglaterra.
Ánsar chico.
Esta es la distribución de las principales especies de ánsares en plena época de invernada. En España tenemos unos pocos ánsares comunes que son una mínima parte de los miles que llegaban hace muy pocos años.

sábado, 16 de diciembre de 2017

20 ánsares caretos, 1 barnacla cariblanca, 1 piquicorto (posterior) y…agua.

Magnífica tarde por las lagunas en las que la primera alegría me la llevé nada más llegar…¡hay agua!
No es mucha pero es una capa de agua que va a atraer a muchas aves estos días, aves que están saliendo de Europa por el temporal de frío y nieve y que pasaban por aquí sin quedarse, ahora, con un poco de agua, la cosa puede cambiar y ha empezado de la mejor manera posible.
La imagen de arriba las lagunas actualmente.
La imagen de abajo las lagunas hace unos días.
Las dos fotos tomadas desde el mismo sitio.
Lo primero que vi nada más parar fue la barnacla cariblanca que descubrieron el día 3 Juan A. Casado y Diana Domínguez. Barnacla que destacaba entre todos los gansos que la rodeaban cerca del agua.

Hace una semana estábamos completamente secos, sin una gota de agua y las lluvias de los últimos días han dejado una maravillosa sensación de vida en las lagunas. Vida que se ha visto incrementada tanto en cantidad como en variedad. Grandes grupos en los que se pueden ver azulones, silbones, frisos, rabudos o cercetas comunes junto con tarros blancos, algunas gaviotas sombrías y la sorpresa de 3 zarapitos reales, grullas (pude ver unas 500-600), aguilucho lagunero, aguilucho pálido, milano real.... Hay vida. Hay movimiento.
Pero volvamos con la barnacala cariblanca. El año pasado tuvimos otra barnacla cariblanca que pudiera ser o no la misma de este año. Es un ave preciosa que reluce entre los ánsares. Ánsares que han visto incrementado su número hasta, calculo que unos 4.500-5.000 (según mi impresión de ayer) y entre estos ánsares empezaron a aparecer ánsares caretos.
Esta invernada ya había visto un grupo de 7 caretos el pasado día 22 de noviembre pero ese grupo desapareció días después. Según miraba entre los ánsares apareció una cabeza, entre las hierbas, con la base del pico blanca, ¡un careto! Y otro, y otro..así has 10 ejemplares de diferentes edades que se movían entre las hierbas.
Mi sensación era que había más porque salían de una zona que no se veía y lo hacían por los dos extremos de la zona cerrada así es que cambié mi posición hasta otra zona desde donde poder verlos mejor.
Nada más llegar aparecieron otros 4 y otros 2…¡16 caretos! Había 16 preciosos caretos que se movían tranquilos en la zona más alejada posible de cualquier camino. De repente, se levantaron, oportunidad para contarlos todos y…sorpresa…¡eran 19! La tarde estaba siendo fantástica. Minutos más tarde apareció otro en el mismo lugar del que habían levantado el vuelo…¡eran 20 caretos!
La última vez que había visto un bando de veinte fue el 21 de enero de 2013 que vi un grupo de 25 con un ánsar indio, desde entonces siempre eran grupos pequeños hasta este precioso grupo de 20.
La tarde seguía y un ánsar raro me llamó la atención, la pena fue que lo vi un segundo porque se metió entre las hierbas y no apareció más. Al final de la tarde hablando con Jose M. San Román,  biológo y amigo, en la Casa del Parque; le comenté que me había parecido ver un ánsar campestre a lo que él me contestó que no descartara un piquicorto y hoy, al día siguiente, Manuel Rodríguez ha visto un ánsar piquicorto que, con muchas probabilidades, era este mismo ejemplar (Enhorabuena Manu y gracias).
Actualizo esta entrada dos días después porque he visto ver al ánsar piquicorto volando con un grupo en el que iban ánsares caretos y la barnacla cariblanca entre un numeroso grupo de ánsares comunes.
Ánsar piquicorto.
Las sorpresas seguían apareciendo. Pude leer 4 collares. 3 azules y uno que se ve blanco pero no lo es, es amarillo. Además de otros dos que me fue imposible leer y otro que tengo mis dudas.
Curiosamente dos de estos ánsares con collar estaban juntos, los ZE1 y ZE7, dos ánsares que habían sido anillados el mismo día, en el mismo sitio de Noruega y seguían juntos. El 19-7-2017 por Arne Follestad. El ZE7 lo había visto hacía unos días.
El LZ5 es un ánsar curioso porque tiene la letra L puesta al revés y ya nos visitó el año pasado. También está anillado en Noruega en 2016 por Arne Follestad.
Ese ganso en una fotografía del invierno pasado.
El siguiente ganso es el NCE un ganso que descubrió Manuel Segura hace unos días con un collar blanco que nos trajo locos hasta que un anillador sueco (gracias Goyo Parra por la gestión) dijo que era un collar amarillo, procendente de Alemania. Os aseguro que de amarillo tiene poco y si no mirar la magnífica foto de Manuel Segura, al cual le agradezco enormemente dejármela para ilustrar esta entrada, al igual que la extraordinaria foto de un pequeño grupo de caretos que vio hace unos días con este ánsar del collar blanco.
La historia de este ganso es la de un viajero. Desde que ase anilló en 2011 en Alemania por Thomas Heinicke, se le ha visto, ni más ni menos, que ¡93 veces! en cuatro países diferentes: Alemania, Holanda, Hungría y España.
Dos días después he conseguido ver al piquicortoMagnífica tarde en las lagunas que espero sigan cogiendo algo de agua o, por lo menos, mantengan la que tienen. 

miércoles, 2 de noviembre de 2016

Barnacla cariblanca en una Villafáfila seca.

Las lagunas de Villafáfila necesitan agua. Hay muy poca concentrada en tres puntos básicamente: La Balsa, La Rasa y El puente romano. El resto, seco. Aún así saltó la agradable sorpresa de la presencia de una barnacla cariblanca que descubrieron Cristian Osorio y Estrella Huerga.
La barnacla cariblanca al anochecer.
Como me encontraba por las lagunas me acerqué para intentar localizarla y así poder disfrutarla, quizás sea de las pocas que veamos este año.
El día estaba agradable y decidimos acudir en una visita familiar hasta las lagunas para que mi pequeña diera un paseo y viera “patos”, como dice ella. En los tres puntos de agua pudimos ver: grulla, tarro blanco, ánsar común, combatiente, zarapito real, chorlito gris, ánade friso, ánade real, ánade rabudo, pato cuchara, avefría, agachadiza común, chorlitejo grande, correlimos común y ánade silbón; así como en la balsa de decantación no faltaron los fieles zampullines chicos y fochas que normalmente se ven en este lugar, sin olvidarnos de cernícalo vulgar, estornino negro y pinto, aguilucho lagunero o busardo ratonero que se pueden ver a lo largo de la reserva o cormorán grande, porrón europeo y moñudo que se encontraban en el Centro de Interpretación.
Las avutardas son fieles a Villafáfila.
Garza real en mitad de la nada.
En esta época del año las grullas tienen un papel destacado, unas 600 se encuentran en este momento en la reserva. Las puedes ver comiendo a primera hora entorno a la Laguna Grande para irse alejando paulativamente a lo largo del día para volver al anochecer a dormir a la seguridad de la poca agua que hay en la Salina.
Grupo de grullas en la Salina Grande.
Grullas comiendo con algunos ánsares comunes entre ellas.
Los ánsares deberían de ser los siguientes en número pero, por desgracia, ya sabemos que su número ha caído en picado en los últimos años. Actualmente habrá entorno a 500-600 en toda la Reserva; cifra irrisoria que como no haga más frío en el centro y norte de Europa y aquí llueva, no van a venir, ¿para que desplazarse miles de kilómetros si tienen comida suficiente en centro Europa?
Incluso, si vinieran unos miles, para que se quedaran en las Lagunas de Villafáfila tiene que llover, tiene que haber agua sino esos miles se irán a las lagunas de La Nava y Campos que ya han comenzado a llenarse artificialmente de agua.
Los números no engañan y el declive de la invernada de ánsares en Villafáfila es constante, así, por ejemplo, en el año 2012: 15.121 ejemplares acudieron a las lagunas de Villafáfila; en el 2013: 9.000; en el 2014: 12.000 y en el 2015: 5.300. La invernada de ánsares en Villafáfila se está muriendo. Si comparamos estos números con los casi 40.000 ejemplares del año 1999 el impacto es aún mayor; en dieciseis años se ha pasado de 40.000 a 5.300 ejemplares…sin palabras.
Entre los pocos ánsares que hay actualmente se ha colado una barnacla cariblanca. Una lotería, ya que, la probabilidad de que algún ánsar menos común o alguna barnacla se cuele entre los pocos grupos de ánsares comunes que hay, es muy, muy baja pero…ahí está.
La barnacla cariblanca se encontraba en la zona de La Rasa. La localicé volando con un pequeño grupo de ánsares comunes que aterrizaron en la escasa lámina de agua. La barnacla se separó de ellos y comenzó a moverse entre los azulones y rabudos que allí se encontraban mientras, cientos de grullas, pasaban volando a la zona de la Salina Grande que tenía agua para pasar allí la noche.
Salina Grande.
El día terminó y nos fuimos con la triste sensación de la sequedad de las lagunas.

miércoles, 9 de diciembre de 2015

Barnaclas cariblancas y gansos indios en La Nava.

Dos días hemos estado en las Lagunas de La Nava. Dos días llenos de observaciones y disfrute con los amigos y familia. Dos días en los que hemos podido ver gansos, muchos gansos, 12.500 era el censo del 13 de noviembre pero ahora mismo hay muchos más, según lo que he podido hablar con gente del lugar superarían los 17.000 ejemplares y, entre ellos, pudimos disfrutar a placer y con verdadero placer de las estrellas del momento en La Nava, las 11 barnaclas cariblancas y los 4 gansos indios (aunque hay 6 en total).
Tiempo tendré en la siguiente entrada de hacer una valoración más exhaustiva en base a datos, registros de collares y apreciaciones personales del por qué este año en La Nava hay gansos y en Villafáfila muy pocos y por qué muchos de los que se veían en Villafáfila ahora mismo están en La Nava. Este será el tema de la siguiente entrada, ahora me quiero centrar en las barnaclas cariblancas y los gansos indios.
El primer día las vimos muy pronto, comían en un campo pero, se ocultaron detrás de una loma y no teníamos acceso de poder verlas; así es que esperamos pacientemente a ver si teníamos un poco de suerte y, la suerte llegó, de la mano de una de esas personas que ya sea en Villafáfila o La Nava les gusta incordiar a la gente que vamos a ver las aves y que disfruta espantando miles de gansos que están tranquilamente comiendo ya sea con gritos, palmadas, toques de claxon o, como fue este caso, meterse directamente en el gran bando detrás de la loma con 5 perros para que los persiguieran, desde luego esta gente todavía no se entera que La Nava o Villafáfila son conocidas mundialmente por las aves que van allí y, si van las aves, la gente que nos gusta la naturaleza y verlas, también vamos y gastamos en el bar, en la gasolinera, en la tienda, en el restaurante o incluso dormimos varios días por la zona en casas rurales y, todo eso, supone dinero para la zona además de renombre y publicidad que traerán nuevos visitantes; sigue habiendo gente de muy, muy cortas miras; pero sigamos…
Mínima parte del gran grupo que se levantó.
Entre ellos dos gansos indios y una barnacla cariblanca.
El caso es que el entrar a asustar a los gansos haciendo una exhibición de poderío perruno nos sirvió para que todo el bando de miles de gansos se levantara y, un pequeño grupo se situara delante de la colina donde, también, bajaron las 11 barnaclas cariblancas y los 4 gansos indios.
Nunca había visto tantas barnaclas cariblancas, ni tantos gansos indios; el máximo había sido 4 barnaclas cariblancas y 1 ganso indio en Villafáfila; ahora estábamos viendo 11 y 4. Estuvimos gran parte de la primera y segunda mañanas observándolos; sus evoluciones, su manera de comportarse, como comían, descansaban o se disputaban zonas con los gansos comunes.
Las 11 barnaclas casi siempre iban en grupo, no se separaban casi nunca y de los cuatro gansos indios, dos siempre iban con las barnaclas y, otros dos, estaban un poco más independientes aunque, cuando se movía todo el grupo, se volvían a reagrupar todas las barnaclas y los gansos indios.
La mayor parte del tiempo lo pasaron comiendo, siempre, muy cerca unas de los otros, surgiendo pequeñas disputas con los gansos comunes por la elección de una zona concreta del campo en el que estaban comiendo. Comían sin parar durante un buen rato y paraban para descansar o estirar patas y alas; por cierto, las revisamos una a una por si acaso hubiera alguna anillada pero nada de nada, al igual que los gansos indios.
Me gusta disfrutar de estos animales. Me gusta mirar, observar y ver como evolucionan, como vigilan unos y comen otros, como se comunican constantemente con sonidos, gestos o movimientos. Puedo estar dos horas viendo un bando de gansos y disfrutar y, sigo sin entender, aunque los respeto, a aquellos que llegan, miran las barnaclas cinco minutos y se van y, de los cinco minutos, pueden estar cuatro contando batallitas o futuros avistamientos; es su manera de disfrutar del campo, la respeto pero no la comparto, tenemos opiniones diferentes, una no es mejor que la otra pero yo disfruto más con la de observar detenidamente el tiempo que haga falta.
Las dos mañanas dieron para mucho pero para menos de los que quisiéramos ya que nos quedaron muchos grupos de gansos sin revisar, sobre todo por la distancia, y cuando digo muchos, digo miles, miles entre los que se debían de encontrar los 10 gansos caretos que también andan por la zona pero disfrutamos de 16 lecturas de collares de 12 individuos diferentes, incluidos un collar amarillo (alemán) y otro negro (anillado en Doñana) que era el primer collar de este color que conseguía leer, algo que me hizo especial ilusión. El análisis de estas lecturas lo dejo para la siguiente entrada ya que me servirá para argumentar mi opinión en relación a Villafáfila y La Nava.
También pudimos ver garceta grande, aguilucho cenizo, milano real, mochuelo, busardo ratonero, halcón peregrino (incluida una subespecie europea más grande y clara), ánade friso, ánade azulón, pato cuchara, ánade silbón, ánade rabudo, avutarda…pero lo que si constatamos fue una sensación de que había poco de todo, pocos números de todo, excepto los buenos bandos de gansos.
En dos días conocimos a gente muy agradable; entre ellos Enrique Gómez de trato amable y conversación fluida que nos informó de curiosidades, datos o apreciaciones de todo lo que se movía por la zona, al cual se lo agradecemos enormemente (por cierto, si lee esta entrada que no se preocupe que le mandaremos todos los avistamientos puntualmente).
Los días terminaron y nos fuimos con la agradable sensación de haber disfrutado del campo, de la naturaleza, de los amigos y de la familia, un verdadero lujo y placer.

domingo, 29 de diciembre de 2013

Lagunas de Villafáfila: cada año hay menos gansos.

Esta temporada de gansos está siendo muy preocupante. La sensación cuando vas a las lagunas es que cada vez hay menos gansos. Si hace unos años se podían ver más de 20.000 ahora mismo la cifra no llega a los 10.000. Se ha producido un descenso de más del 50% en muy poco tiempo.
La razón fundamental es que cada año bajan menos gansos desde Alemania y Holanda. El año pasado se quedaron más de 200.000 gansos a invernar allí, con lo cual, si cada vez bajan menos, cada vez habrá menos en las lagunas de Villafáfila ya que, además, las lagunas de La Nava están recibiendo más gansos incluso ha quitado el segundo puesto en número a Villafáfila y pelea por el primero con las marismas del Guadalquivir.
Todos estos gansos que no están viniendo hasta nuestro país lo hacen por una razón fundamental, tienen comida en la zona de Alemania y Holanda. Grandes extensiones de tierra ganada al mar que se utilizaban para el cultivo de flores se están abandonando y dejando libres, con lo cual, en esas tierras crecerán los pastos que son alimento para todos estos gansos que encuentran comida y, además, el invierno, tanto en Alemania como Holanda es, cada año, menos duro, con lo cual se unen estas dos circunstancias para que miles de gansos no se muevan de esas zonas y los que bajan desde los países nórdicos se queden, en gran número, también allí.
Caretos grandes y gansos comunes este diciembre en Villafáfila.
En el año 2012 se contabilizó la llegada a España de 58.168 gansos mientras que el año anterior fueron poco más de 100.000. Esos 58.168 gansos se distribuyeron de la siguiente forma: 21.610 en las marismas de Guadalquivir, 21.437 en las Lagunas de La Nava y Campos 15.121 acudieron a las lagunas de Villafáfila. En este año 2013 los datos serán todavía más bajos ya que, por ejemplo, en las lagunas de Villafáfila, en el último censo, se contabilizaron 9.000 gansos.
Ganso campestre a la izquierda y común a la derecha en marzo de 2012.
Pareja de gansos piquicortos, en primer término,
en la Salina Grande en diciembre de 2011.
Si cada vez vienen hasta nuestras tierras menos gansos también baja enormemente la probabilidad de que entre ellos aparezca algún otro tipo de ganso infiltrado que no sea el común como los gansos campestres, barnaclas cariblancas, gansos indios, gansos piquicortos o careto chico, incluso algún tarro canelo o barnacla cuellirroja; aún así, este año y el pasado, los caretos grandes han venido en un buen número, lo cual, es una enorme alegría.
Ganso indio a la izquierda y careto asomado a su derecha en diciembre de 2012.
Pareja de barnaclas cariblancas, en la zona de pasto, en noviembre de 2012.
Tarro canelo en la laguna de San Pedro en enero de 2013.
Careto grande y ganso campestre entre un grupo de gansos comunes
en el centro de interpretación de Villafáfila en enero de 2012.
Barnacla cuellirroja en noviembre de 2006 en el centro de interpretación.
Pareja de gansos campestres en enero de 2006.
Lo realmente preocupante es la tendencia tan acusada de la falta de gansos en los últimos años que se va acrecentando de una manera exponencial cada año que pasa, esperemos que esta tendencia se revierta y podamos seguir disfrutando de estas aves tan hermosas, curiosas e inteligentes.
(Quiero agradecer enormemente a Pepe San Román y Fernando García su colaboración para la realización de esta entrada, ya sea, mediante sus acertadas apreciaciones o sus fotografías)

miércoles, 7 de noviembre de 2012

Barnaclas, gansos y grullas.

El pasado lunes fui a las lagunas de Villafáfila. La tarde estaba soleada aunque, según fue avanzando, el frío, se fue haciendo cada vez más patente y el aire nos cortaba la cara. Había quedado con mi amigo Fernando García, amante de la naturaleza y gran fotógrafo como podéis ver en algunas de las fotografías que ilustran esta entrada.
Las grullas fueron nuestro primer objetivo. Lo que primero te llama la atención cuando ves una grulla es el tamaño que tiene. Pueden llegar a medir 1,15 metros de altura y 2 m de envergadura.
Dos jóvenes grullas en los laterales y dos adultas en el medio.
Estas larguiruchas y espigadas aves son elegantes y charlatanas, no paran de emitir ruidos constantemente como en una conversación sin fin. Vimos varios grupos comiendo en las tierras o volando por encima nuestro. Actualmente hay unas 1.000 en las lagunas; entre ellas vimos muchas jóvenes que son un poco más pequeñas y tienen  la cabeza gris-castaño.
Grulla joven (derecha) y adulta (izquierda).
Las grullas pasan el invierno en España (la última pareja que crió en nuestro país fue en 1954 en la Laguna de La Janda en Cádiz). Lo deciden el segundo año de su vida ya que el primero acompañan a sus padres hasta donde estos vayan. 
Grullas volando sobre las lagunas.
Extremadura y la laguna de Gallocanta (Zaragoza) son los principales lugares en los que las grullas pasan el invierno en la Península Ibérica. Las que llegan a Villafáfila provienen de Europa pasando antes por Gallocanta para dirigirse hasta Extremadura. Algunas se desvían hasta Villafáfila para, unas descansar y después proseguir su camino, y otras quedarse para pasar aquí el invierno.
Grullas y gansos.
Estos días comienzan a llegar los grupos de gansos que actualmente se pueden contabilizar en unos 5.000. Como decía en una entrada anterior junto con los gansos comunes vienen infiltrados y a esos era a los que buscábamos entre los miles de gansos que comían, chillaban o dormitaban en los campos.
Hace unos días había visto un ganso careto que buscamos concienzudamente. No fuimos capaces de encontrarlo pero tuvimos otras sorpresas. Según miraba detrás de una zona de hierbas me pareció ver una barnacla cariblanca. "¡Ahí está. La tengo!" Dije emocionado a mi compañero. La barnacla es un ave que me gusta especialmente. Recuerdo hace unos cuantos años un documental que vi en la televisión en el que estos pequeños gansos anidaban en cortados de considerable altura y cuando nacían, los pollos, saltaban a caída libre desde los alto de los acantilados. La verdad es que me impresionó como caían como pequeñas pelotas rebotando en el suelo (sobreviven un elevado número) y se reagrupaban rápidamente junto a sus padres que los llamaban nerviosos porque los zorros árticos deambulaban en busca de los que pudieran coger.
Barnaclas entre los gansos.
Allí estaba la barnacla cariblanca. Salió de las hierbas y la pudimos ver con total claridad. Estaba un poco lejos para hacerle fotografías pero, algunas testimoniales, le pudimos hacer. Al poco salió una segunda y ¡una tercera! Las tres comían tranquilamente en la pradera. Una de ellas se fue hacia la derecha y la pareja continuó a la izquierda pero nuestra sorpresa fue cuando la que había ido al lado derecho volvió con una compañera. ¡Había cuatro! Nunca había visto ese número en las lagunas. Las dos de la izquierda nos las taparon las hierbas y no las volvimos a ver. Las otras se asustaron por algún motivo, son bastante temerosas y esquivas, marchándose volando hasta un lugar bastante más alejado.
Barnacla cariblanca tumbada a la derecha y
a la izquierda otra asomada detrás de una loma.
Las barnaclas cariblancas se reproducen desde Groenlandia hasta Siberia; siendo de este último lugar de donde proceden la mayoría de las que vemos en España. Siempre es una alegría para mi ver una barnacla y, cuatro, todavía más.
Ganso común con collar azul LKU.
En estos bandos enormes de gansos también aparecen algunos anillados, con su collar de colores en el que llevan un código y un color determinado. Según el color que tenga el collar, vendrán de un país o de otro (lugar donde han sido anillados); por ejemplo si el collar es azul oscuro es de Noruega, Suecia o Dinamarca, si es amarillo es de Alemania, el negro de España o el rojo de Checoslovaquía. Pudimos ver y leer dos collares. Todos azules cuyos códigos eran LKU y LKO. De estos gansos hay pocos datos. Simplemente que son anillados en Noruega y que el LKU fue visto también por Cristian y Víctor Salvador y del otro es las primera observación que existe de él (agradezco a José Miguel San Román su rápida gestión con estos gansos anillados pero todavía no se pueden ver datos en sus fichas, así es que cuando sepa más o algo de sus andanzas lo pondré en una entrada). 
Se ven enormes bandos de estorninos pintos.
Agachadizas (foto tomada hace unos días en mi anterior vista).
Entre grullas y gansos pudimos ver otros habitantes de las lagunas como son: zarapitos reales, miles de avefrías y en algún bando infiltrados chorlitos dorados, miles de estorninos pintos, bandos enormes de azulones con cucharas, silbones, frisos y cercetas comunes, mochuelo, varios laguneros, milanos reales y ratoneros, grupos de perdices, agachadizas, combatientes, tarros blancos, chorlitejos grandes y correlimos comunes, muchas bisbitas y alondras. 
¿Dónde están las perdices?
Milano Real comiendo.
Grupo de gansos levantándose de un campo.

En definitiva parece que este año promete y espero que sigamos encontrándonos agradables sorpresas en los próximos meses aunque me gustaría que tuviésemos cuidado; que respetásemos las líneas de observación, los carteles están para algo o ¿es que estos "individuos" no lo habían visto?, ¡ah! ¿y la valla que había entre medias? 

Sí. Seguramente fuera eso porque no voy a pensar que se metieron en plena laguna a hacerse fotos o a ver a los patos más de cerca. No. No. Eso no lo voy a pensar. Seguro que no habían visto el cartel aunque... una foto tan cerca de los patos, ¡queda genial! y, si además, se levantan todos y se van volando, mejor que mejor, ¡que espectáculo! Todo esto respetando las normas y sin molestar nunca a los animales. 
Sé que los que leéis este blog respetáis las normas pero por desgracia hay mucha gente que "se hace el sueco" que "no sabe leer" o simplemente les da igual lo que ponga. Ahí entra nuestro trabajo con los niños. Hay que hacerles entender desde pequeños que la naturaleza hay que respetarla, cuidarla y quererla; que sí hay unas normas son por y para algo, qué no son porqué sí . Son para respetarlas y para cumplirlas y sí lo hacemos ganaremos todos y, además, nos sentiremos satisfechos.