Estoy absolutamente impactado, desolado, triste, apesadumbrado, no salgo de mi asombro, es una maldita pesadilla hecha realidad. El incendio de la Sierra de la Culebra y parte del valle del Tera es un enorme monstruo que avanza sin control devorando todo lo que encuentra a su alcance (un perímetro de cerca de 70 kilómetros. 120 km al día siguiente de estas líneas). No es momento de hablar de responsables, que los hay, ya habrá tiempo.
Es momento de hablar de las gentes que se están jugando la vida para intentar apagar este tremendo incendio que lleva consumidas mas de 25.000 hectáreas oficialmente (30.800 el día 20), aunque son muchas más ya que esas mediciones se hacen sobre plano, es decir, no se tienen en cuenta laderas, valles ni cortados.
Mi enorme agradecimiento a las personas que me ha cedido las fotos. Ánimo. Cuidaros y gracias por vuestra labor. |
Es el momento de hablar de los cientos de desplazados que han tenido que dejar sus casas, sus pueblos, su vida. Unas 2.000 personas que están viendo como su vida, su medio de existencia se quema, desaparece tragado por el enorme monstruo del fuego. Esta es la lista de pueblos que han sido evacuados hasta el momento (espero no haberme dejado ninguno): Boya, San Pedro de las Herrerías, Cabañas de Aliste, Mahíde, Pobladura de Aliste, Palazuelo de las Cuevas, Las Torres de Aliste, Villanueva de las Peras, Litos, Villardeciervos, Flechas, Cional, Codesal, Villanueva de Valrojo, Ferreras de Arriba, Ferreras de Abajo, Otero de Bodas, Olleros de Tera, Val de Santamaría, Calzadilla de Tera, Villar de Farfón, Junquera de Tera, Milla de Tera, Pumarejo de Tera, Melgar de Tera y Vega de Tera, más Calzada de Tera que están confinados en un punto del pueblo.
Todas estas personas están desalojadas de su vida. Están siendo atendidos en Benavente, Alcañices, Camarzana de Tera y La Bañeza por voluntarios de la Cruz Roja, psicólogos y voluntarios que están haciendo un enorme trabajo al igual que la Guardia Civil que sin descanso controla accesos, carreteras y pueblos. Ánimo a todos ellos.Y ánimo a las gentes de los pueblos que durante día y noche lucharon para que las llamas no entraran en sus casas.
Que se juegan la vida no es una forma de hablar, es literal. Amigos cercados por las llamas que se han salvado por los pelos o como les ocurrió a varias patrullas de la Guardia Civil que acababan de desalojar a unas personas y viéndose cercados por las llamas, se tuvieron que refugiar en mitad de una de las presas de la zona. Eso es jugarse la vida por ayudar a los demás. Gracias y ánimo a todos.
Se quema La sierra de la Culebra, ahora El Valle del Tera y, probablemente (ojalá no), cuando leáis esto ya estará el fuego en la provincia de León. El fuego no va a parar hasta que no cese el viento o llueva. Es un monstruo demasiado grande con un hambre enorme de destrucción.
Es el momento de hablar de la imposibilidad de calcular pérdidas por el fuego: a nivel económico, social y medioambiental. Es un drama de proporciones épicas.
A nivel económico: Las gentes de la sierra vivían principalmente de tres cosas: ganadería, agricultura y turismo. La ganadería desaparece: no hay que comer, no hay a donde ir; sin olvidarnos de las cientos de colmenas que se habrán perdido, el aprovechamiento micológico o las castañas. La agricultura: desaparecida. El turismo era una de las fuentes principales de ingreso en las gentes de la sierra: miles de personas se acercaban hasta aquí cada año a hacer senderismo, observación de fauna, conocer el paisaje, bañarse en verano, volver a sus orígenes, incluso cazar…¿vendrán ahora que todo ha desaparecido?
A nivel social las pérdidas son irreparables. “Se están quemando los castaños que plantaron mis bisabuelos” decía un hombre en Ferreras de Arriba. Recuerdos. Sentimientos. No queda nada.
A nivel medioambiental es una pérdida imposible de calcular. Desde insectos, invertebrados o micromamíferos hasta mamíferos, aves o reptiles todo está afectado. El soporte de flora ha desaparecido. Plantas, arbustos, árboles,…todo muerto y con ello toda la vida que conlleva a su alrededor.
Estamos en pleno periodo de cría. Todas las camadas de lobos y zorros muertas. Polladas de aves muertas. Crías de ciervos y corzos muertas. Nutrias, garduñas, martas, tejones, jabalís, conejos, liebres, tritones, lagartos…todos afectados.
Los adultos que consigan sobrevivir tendrán que desplazarse a zonas limítrofes con los problemas que traerá (ya hablaremos de eso en otro momento). Pero no nos olvidemos de que ríos, embalses y acuíferos se verán contaminados por las cenizas que en cuanto llueva un poco comenzarán a correr hacia los cursos de agua dejando la tierra sin capa fértil y contaminando ríos; se auguran problemas de abastecimiento de agua.
Es terrible. Desolador ver quemar una tierra que conoces tan bien, en la que has pasado muchas horas y horas, que has recorrido caminos y valles que has llevado a niños para explicarles la importancia de cuidar y respetar el entorno natural, que vas en cuanto puedes.
Seguiré yendo, quizás será la forma de apoyar a esas gentes que lo han perdido todo. Seguiré parando en Villardeciervos, Villanueva, Ferreras, Cional o Mahide a tomar algo, seguiré echando gasolina en Otero, seguiré comprando en el supermercado, seguiré cogiendo alguna casa rural de vez en cuando. No los dejemos solos. No merecen quedarse solos ya bastante solos los han dejado aquellos que decían: “Mantener el operativo de incendios todo el año es absurdo y un despilfarro. Sería tirar el dinero público que es de los castellanos y leoneses. ” (Juan Carlos Suarez-Quiñones: 4-2-2018, Diario de Valladolid. Consejero de Medio Ambiente, Vivienda y Ordenación del Territorio).
¿Y ahora qué? ¿Cuánto dinero público se va a tener que invertir en este desastre? ¿No hubiera sido mejor tener una previsión? ¿No hubiera sido mejor que sabiendo la ola de calor, los enormes vientos y la extrema sequía hubiera estado activado el operativo de incendios en su totalidad y no al 40 % (y ni siquiera eso porque un tanto por ciento de ese 40 estaban de vacaciones forzosas)?
Las condiciones del incendio han sido terribles. Si hubiera estado el total del operativo de incendios activo y no lo consiguen controlar, se hubiera hecho todo lo posible con todos los medios posibles, nada que decir, pero no ha sido así…
Ahora la prioridad absoluta es apagarlo. tendrá que ser el incendio el que se apague, el que pierda fuerza, que el viento cese o llueva, entonces se podrá parar por los cientos de personas que están jugándose la vida, trabajando para que este monstruo pare su terror. Hay que estar orgullosos de ellos. Ánimo a todos.