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lunes, 5 de mayo de 2025

Gaviota de Bonaparte en Villafáfila y mucho más.

El pasado día 20 de abril David Santamaría y Miguel Martín descubrieron un ejemplar de 2º año de gaviota de Bonaparte en la Reserva Natural de las Lagunas de Villafáfila. Primera cita para Zamora y primera para Castilla y León. Cita de un enorme valor de esta pequeña gaviota americana muy parecida a la gaviota reidora.
Dos días después me acerqué hasta las lagunas que están verdaderamente deslumbrantes de agua y vida por los cuatro costados. Mi principal objetivo era intentar ver a esta pequeña gaviota americana. Al poco de llegar la localicé en una zona de la Salina Grande entre un grupo de gaviotas reidoras. Comía sin parar, constantemente se alimentaba de insectos que cogía de la superficie del agua con gran rapidez, en ocasiones me recordaba a un falaropo en sus movimientos.
Esta gaviota americana anida en Alaska y Canadá pasando el invierno en zonas más templadas de América del Norte, América Central y las Antillas. Verla aquí es una extraordinaria noticia de un ave escasa en nuestro país y todavía más difícil de ver en el interior peninsular lo que da más valor a su descubrimiento, además David Santamaría y Miguel Martín la descubrieron en vuelo, entre un grupo de gaviotas reidoras que llegaban a dormir a la Salina Grande, toda una demostración de pericia y maestría en la identificación, enhorabuena.
La gaviota de Bonaparte no paraba en ningún momento de alimentarse, junto a las reidoras se podía apreciar su menor tamaño, el gris dorsal extendido por el cuello, su mancha auricular más grande que en una reidora y, sobre todo, su pico negro y fino.
Estuve todo el tiempo en la misma zona observando sus evoluciones, ocasión única para ver una gaviota de Bonaparte en nuestra provincia.
Combatientes.
Villafáfila está imponente y majestuosa, las lluvias han llenado todas las lagunas y numerosos encharcamientos jalonan las cunetas y campos. Agua que atrae vida. Agua que es un poderoso imán en el que tarros blancos, patos cuchara, ánsares comunes, combatientes, agujas colinegras y colipintas, pagazas piconegras, avocetas, cigüeñuelas, azulones, correlimos comunes, menudos, zarapitines, zarapitos trinadores y reales, gaviotas reidoras y cabecinegras, fumareles comunes y cariblancos además de visitantes poco comunes como patos colorados, un correlimos de Temminck que ha pasado todo el invierno, canasteras o los últimos en llegar a las lagunas como son un fumarel aliblanco y un archibebe patigualdo chico, además de innumerables pajarillos y rapaces junto con las imponentes avutardas o las escasas gangas ortegas. 
Garcilla bueyera.
Pato cuchara.
Patos colorados.
Collalba gris.
Lavandera boyera flavíssima (inglesa).
Cigüeñuela.
Ganso del Nilo.
De vez en cuando otros visitantes como esta corza, se dan un paseo por las lagunas ante la atenta mirada de sus habitantes habituales.
Villafáfila es un disfrute para los sentidos que debemos aprovechar, cuidar, respetar y disfrutar.

lunes, 3 de mayo de 2021

Porrón pardo y limícolas en una Villafáfila llena de vida.

Villafáfila está preciosa, impresionante de vida y movimiento. Cada día surgen nuevas sorpresas y una de ellas surgió el pasado viernes 30 de abril cuando Alfonso Rodrigo descubrió un porrón pardo en la Salina Grande.
Parada 1: A primera hora del día siguiente me encontraba en la laguna con la esperanza de poder ver al precioso porrón pardo. Nada mas llegar lo localicé. Nadaba junto con una pareja de cercetas comunes de las que no se separaba en ningún momento.
Descansaba y se alimentaba en la zona mas profunda de la laguna con lo cual la distancia era enorme para cualquier fotografía decente pero daba igual, lo estaba viendo y disfrutando. Era mi primer porrón pardo. (Gracias Alfonso Rodrigo).
Este porrón pardo es la cita histórica número 10 para Zamora (datos de Alfonso Rodrigo, al cual se lo agradezco enormemente). Porrón pardo al que le gustan las zonas de humedales profundos con abundante vegetación y muy poco las aguas salinas. Las citas anteriores en Villafáfila se produjeron en la balsa de decantación que es de agua dulce siendo mas inusual verlo en plena salina donde se encontraba este.
El porrón pardo es un ave escasa, muy escasa. En España sobrevive en ciertos puntos del Levante, Castilla la Mancha y Andalucía donde se encuentra en profunda decadencia. Está catalogado en Catálogo Nacional de Espacies Amenazadas como en peligro de extinción y en Europa como especie casi amenazada.
Zarapito trinador.
Allí estaba, en mitad de la salina, entre avocetas, tarros blancos o cigüeñuelas que están en pleno proceso de cría mientras los zampullines cuellinegros exhiben sus mejores galas o las gaviotas reidoras defienden sus territorios. Nadaba. Descansaba. Se alimentaba. Era un extraño en un lugar diferente en el que los ánsares han sacado adelante a sus pollos o los cernícalos se ciernen sobre las praderas en las que zarapitos trinadores y cigüeñas se alimentan sin descanso ante la atenta mirada de un precioso búho campestre que parece que todo lo ve.
Parada 2:
Estos días en Villafáfila se están viendo grupos enormes de limícolas como el que estábamos viendo en un encharcamiento en el que miles de mosquitos salpicaban la superficie del agua que estaba repleta de comida en su fondo, lodo que albergaba un suculento alimento en el que un gran grupo de correlimos comunes se alimentaba sin descanso junto con una garceta común, dos andarríos bastardos, tres archibebes claros, cigüeñuelas, frisos y azulones mientras las pagazas piconegras patrullaban la zona seguidas de milanos o ratoneros que observaban las preciosas lavanderas boyeras con sus mejores galas.
Correlimos tridáctilo.
Archibebe claro.
El encharcamiento era un verdadero festín para los correlimos comunes y chorlitejos grandes entre los que había varios infiltrados: dos correlimos tridáctilos y un chorlitejo patinegro que se entremezclaban con ellos en la búsqueda constante de alimento. Están en migración y deben de coger fuerzas para llegar a sus zonas de cría en el Ártico.
Comencé a contar el grupo y cuando me llegaba por el correlimos común 602 una flecha negra cayó como un rayo del cielo sobre el gran grupo que se levantó asustado y espantado. Un halcón peregrino se lanzó sobre los asustados correlimos que salieron despavoridos ante la violencia del ataque. 
El halcón falló pero levantó todo el gran grupo que huyó a toda velocidad. El halcón busco una nueva presa, cogió altura y volvió a caer sobre unas golondrinas que vieron como el halcón las perseguía insistente pero sin éxito. El halcón se fue y me quedé sin saber cuantos correlimos había en el grupo pero el momento fue espectacular.
Parada 3: la laguna de La Rosa es una pequeña laguna que es de las primeras que se quedan sin agua; tiene poca profundidad y mientras tiene agua es un lugar muy bueno de observación. Junto a ella me encontraba cuando un grupo enorme de correlimos comunes aparecieron sobre la pequeña laguna. Cientos de pequeños correlimos volaban apelotonados como un enorme cardumen de peces en la inmensidad del océano.
Es increíble como vuelan tan juntos. Ir en gran grupo tiene muchas ventajas pero ¿como se mueven? ¿qué hace que uno de estos correlimos no se choque con otro en el grupo?
Un pájaro que vuela en una gran bandada debe de preocuparse de no chocar con los que están a su lado, de moverse en la misma dirección que los demás y debe estar siempre cerca de los de alrededor. Tiene que cumplir esas tres normas dentro de una bandada de cientos o miles de aves como él.
En el año 2010, K. Bhattacharya y Tamás Vicsek científicos de Budapest (Hungría) publicaron en la revista New Journal of Physics una teoría en la que "... se ve a las aves representadas por partículas con parámetros como la posición y la velocidad. En ausencia de un líder que tome la decisión, el cambio colectivo que hace pasar a los pájaros desde la situación de vuelo hasta la del aterrizaje viene determinado en buena parte por las perturbaciones aéreas a las que cada ave está sujeta, como por ejemplo las derivadas de la posición de vuelo del pájaro dentro de la bandada. Una perturbación provoca otras, esas a su vez tienen el mismo efecto, y así sucesivamente. El fenómeno puede compararse con una avalancha en un montículo de arena".
Por lo tanto un ave cambia su posición dentro de la bandada fijándose en las aves que tiene a su alrededor. Estas aves, que tiene alrededor suyo, son unas seis o siete que se encuentran en su entorno inmediato, sin importar lo cerca o lejos que se encuentren. Es decir, hará lo que hacen los que están a su lado y así hará otra ave y así otra, es como una pequeña explosión de acciones con su onda expansiva.
Pero ¿qué hace que se muevan esas seis o siete aves a la vez? Los mismos investigadores en el año 2012 fueron más allá y lo explicaron cómo si las aves fueran partículas de un metal que se orientan cuando sufren un fenómeno de magnetización. Es decir, cuando un ave de la bandada decide cambiar de rumbo se produce un efecto de “imantación” que hace que sus vecinos inmediatos (esos seis o siete individuos) le imiten. Y cada uno de estos vecinos afectará a la trayectoria de sus vecinos y estos a los otros y así sucesivamente, haciendo que todo el grupo se mueva a la vez, al unísono.
El enorme grupo de correlimos se movía al unísono en un espectáculo deslumbrante, se movían como un todo, es como si hicieran magia, se mueven como uno sólo.
721 correlimos comunes conté en casa en una de las fotografías que les hice, además llevaban algunos infiltrados: 15 correlimos tridáctilos, un correlimos zarapitín y un chorlitejo grande volaban entremezclados con los correlimos comunes en el gran grupo.
Las distancias en Villafáfila son enormes. El gran grupo junto con otros tres grupos parecidos bajaron en la orilla de unas islas en el centro de la laguna de Barillos, demasiado lejos para poder ver o distinguir nada mas. En el mismo entorno agujas colipintas, chorlitos grises, espátulas y garcillas bueyeras se alimentaban o descansaban.
Parada 4:
La mañana llegaba a su fin y la reverberación era enorme. Paré en Otero de Sariegos para ver la parte mas cercana de la Salina Grande en la que un grupo de 72 combatientes se exhibían con sus mejores galas nupciales. Preciosos. Imponentes. Altivos. Gallardos. Pavoneándose delante de las hembras que veían como imponentes y espectaculares machos con golas y plumajes blancos, dorados, negros o marrones se pegaban exhibiendo sus fuerza y elegancia, incluso alguno que había conseguido alejar a sus oponentes se subió sobre una hembra simulando una cópula.
Pronto se irán a sus zonas de cría en el norte pero me dejaron un precioso e imponente broche a una gran mañana en ese enclave tan querido e importante que son las Lagunas de Villafáfila.

lunes, 1 de mayo de 2017

Correlimos pectoral en Villafáfila.

La mañana estaba siendo excelente y muy agradable. No hacía frío y, en compañía de mi amigo Fernando García, habíamos visto un buen ramillete de aves interesantes (sólo con ellas tendría una entrada muy curiosa) pero lo más espectacular y sorprendente nos quedó para el final que es por donde voy a empezar esta entrada.
Nos encontrábamos en el centro de interpretación observando a los espectaculares combatientes en plumaje nupcial cuando un ejemplar me llamó la atención. No lo veíamos bien porque estábamos en un gran contraluz pero le comenté a mi amigo Fernando que me parecía un correlimos pectoral.
Nunca había visto uno pero me sonaba que podría ser, así es que decidimos cambiar de camino y ponernos con mejor luz para ver si lo podíamos observar mejor. Llegamos y seguía con la mosca detrás de la oreja, estaba casi seguro pero…había que confirmarlo ya que mi inexperiencia con esta especie era total. Rápidamente, vía wasap, Alfonso Rodrigo confirmó mis sospechas y una amplia sonrisa se dibujó en mi cara.
Se dio la casualidad que nos juntamos con un grupo de excelentes pajareros gallegos: Ricardo Hevia, Antonio Gutiérrez, Pablo Gutiérrez y David M. Lago que también lo habían visto desde otro punto diferente.
El correlimos pectoral se movía tranquilamente por la orilla alimentándose sin prisa pero sin pausa. Pudimos observarle a placer y ver sus características principales: el estriado del pecho (de ahí su nombre), sus patas claritas de color oliva o el dorso de tipo escamoso con plumas negras y los bordes rojizos.
Resulta que esta preciosa ave es capaz de recorrer miles de kilómetros ya que cría en el noroeste de Siberia o Alaska pero inverna en Sudamérica, Australia o Nueva Zelanda. Es un ave viajera como demostraron: “Bart Kempenaers y Mihai Valcu, del Instituto Max Planck de Ornitología en Seewiesen (Alemania), colocaron sistemas de seguimiento a las aves para seguir sus movimientos. Así descubrieron que, después de recorrer cerca de 14.000 kilómetros desde sus refugios invernales en América del Sur, pudieron continuar volando, viajando de un lugar a otro para encontrar hembras receptivas. La distancia media recorrida por cada uno de estos animales era de 3.000 kilómetros, pero el récord superó los 13.000” (fuente: el país)
Actualmente no está incluido en el listado de aves raras de España pero lo estuvo hasta que el año 2015 fue su último año de inclusión en dicha lista. Es un ave preciosa que por aquí es una rareza total que pudimos disfrutar plenamente.
Las siguientes estrellas del día fueron los 7 correlimos de Temminck que pudimos observar o 2 vuelvepiedras (verlos por aquí es bastante escaso) sin olvidarnos de los espectaculares combatientes en plumaje nupcial o los correlimos zarapitín, correlimos tridáctilo, archibebe oscuro y claro, andarríos bastardo, búho campestre, abejarucos, águila calzada y así hasta una larga lista pero, la estrella del día ,fue el precioso correlimos pectoral.
Un gran día...

sábado, 22 de octubre de 2016

En el embalse de Ricobayo.

El embalse de Ricobayo es uno de los principales embalses de la provincia de Zamora. Se construyó entre 1929 y 1935 en el río Esla, suponiendo una enorme transformación del entorno ya que ocupa casi 6.000 hectáreas y divide la provincia en dos partes: al oeste, la comarca de Aliste y, al este, Tierra de Campos.
Uno de los principales hechos históricos, a nivel ornitológico, acaecidos en este embalse fue que durante muchos años era el principal lugar de invernada del ánsar campestre en nuestro país. Si, del ánsar campestre, algo realmente impensable actualmente. Imaginemos que en vez de ver uno o dos en la temporada pudiéramos ver miles…un auténtico sueño.
En los años cincuenta del siglo XX los grandes bandos de ánsar campestre se desplazan desde las Lagunas de Villafáfila hasta este embalse (J.I. Regueras, 1982). En el libro: “El ánsar campestre y el ánsar común en Castilla y León” de Mariano Rodríguez y Jesús Palacios se menciona que entre 1968 y 1981 este enclave es el principal y prácticamente único punto de invernada del ánsar campestre en España: “…un máximo de 6.000 ejemplares en 1968-69 hasta los 3.800 ejemplares de 1981, desapareciendo todos los posibles puntos de invernada distintos del E. de Ricobayo. A partir de 1981 encontramos un descenso uniforme, desde los 3.000 ánsares de 1982 hasta los 134 de la temporada 1989-90 y los 157  de la temporada 1990-91”. Y el resto ya lo sabemos…desapareció y, actualmente, ver alguno en la temporada es algo extraordinario. El por qué de su desaparición es un tema apasionante pero para otra entrada ya que quiero centrarme en los avistamientos de hace unos días.
Llegué al amanecer a una de las zonas más conocidas del embalse. El viento soplaba helador y, mientras los pescadores se colocaban en sus lugares habituales, monté el telescopio. Mi primera mirada se dirigió hacia una pequeña concentración de grandes aves blancas. Treinta y dos espátulas descansaban en una de sus orillas.
Ver espátulas siempre me satisface y más si, como este era el caso, había alguna anillada. Desde donde estaba no era capaz de leerlas así que me cambié de ubicación para intentarlo.
Un hecho muy importante que ha sucedido esta pasada primavera y verano en otro punto del embalse de Ricobayo ha sido la reproducción, por primera vez en la provincia de Zamora, de seis parejas de espátulas; teniendo éxito cinco de ellas con un total de 10 pollos volados. Algo realmente fantástico que ha supuesto un hito en la ornitología zamorana.
No solamente las espátulas se reprodujeron con éxito sino que, en la misma colonia había también cormorán grande, martinete común, garceta común, garcilla bueyera y la enorme sorpresa de dos parejas de garcilla cangrejera que supusieron otro momento histórico ya que también era la primera vez que se reproducían en Zamora y en Castilla y León.
Estas dos parejas consiguieron sacar adelante siete pollos siendo la reproducción más al norte de esta especie en España. (Para saber más acerca de estos hechos pinchar aquí para las espátulas y aquí para las garcillas cangrejeras (en este enlace debéis buscar en: Aves de España: "Primer caso conocido de reproducción segura de garcilla cangrejera en Castilla y León)).
Llegué a la nueva ubicación desde la cual la visión de las espátulas era mucho mejor, pudiendo leer sin problemas las tres anilladas. Las tres eran procedentes de Holanda, habían sido anilladas como pollos y era la primera vez que se veían fuera de su país de anillamiento (salvo una que se vio en una ocasión en Bélgica).
El ejemplar con el código: aRY/NfPY fue anillado el 6-6-2016 y ha sido visto en una ocasión en Bélgica, otra en Holanda y esta en España.
La segunda tenía como código: NfPN/aYG siendo anillada también en el 2016, el 28 de mayo y es la primera vez que se le ve desde su anillamiento.
La tercera espátula tenía el código: NfNN/aNR fue anillada el 15-7-2015 y ha sido vista siete veces en Holanda y esta observación en el embalse de Ricobayo a 1506 km de su lugar de anillamiento.
En esta zona del embalse las garcetas grandes son especialmente abundantes y es una auténtica gozada seguir sus evoluciones. Conté un total de 55 ejemplares que supusieron mi record personal. Estas grandes y espectaculares aves blancas se movían de un lado para otro en busca de la fácil y abundante comida de que disponen en este lugar. Entre ellas las abundantes garzas reales, algunas gaviotas reidoras y una solitaria gaviota sombría.
Ánade azulón, ánade friso, avefría, cerceta común, ánade silbón, somormujo lavanco, cormorán grande o incluso dos solitarios tarros blancos se movían por esta zona del embalse en la cual muchas de sus orillas embarradas suponen un auténtico festín para todos los limícolas que deambulaban incesantemente por ellas en un incansable frenesí alimenticio.
Agujas colinegras, chorlitejos grandes, agachadizas comunes, correlimos comunes y zarapitines, andarríos chico y hasta un solitario chorlito gris se movían incansablemente sobre la superficie embarrada de algunas de las orillas del embalse que conformaban una gran mesa a la que acudían numerosos comensales.
Las lagunas de Villafáfila están secas y, seguramente, muchos de sus habitantes se hayan desplazado hasta este enclave ya que disponen de alimento suficiente y la tranquilidad necesaria para sentirse cómodos.