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domingo, 11 de noviembre de 2012

La incomprensión humana y la crudeza de la naturaleza.

Las culebras y serpientes no tienen buena fama. Te pueden gustar más o menos pero lo que hay que hacer es respetarlas y no matarlas porque sí; simplemente por el hecho de ser culebras o porque  caigan mal. Estos animales hacen su función en la naturaleza, nos gusten o no, y esa función es importante. (Para la realización de esta entrada he tenido que pedir ayuda a un experto en herpetofauna como es Abel Bermejo al cual agradezco enormemente su colaboración y a J.Alfredo Hernández que en su momento me ayudó a distinguir algunas).
Ayer estuve en una ruta de todo el día cerca de Zamora. Salíamos de Pereruela y en una parte del camino íbamos por la ribera de Mogatar cuando nos encontramos con la cruda realidad de la naturaleza. Las leyes de la vida salvaje son duras y en ciertas ocasiones puedes comprobar la crudeza de la realidad. Ante nuestros ojos apareció una escena que nos es fácil de ver (seguramente a alguno de los lectores le impresione pero la naturaleza también es esto). Una culebra viperina estaba comiéndose a un sapo corredor. La escena era impactante.
Culebra viperina "bilineata".
La culebra viperina o culebra de agua debe su nombre al parecido que tiene con la víbora, esta que nos ocupa es menos parecida porque es de diseño "bilineata", es decir, tiene dos líneas longitudinales claras (normalmente amarillas) sobre un fondo oscuro que recorren todo su cuerpo. 
Culebra viperina (no bilineata) en el agua.
Víbora hocicuda.
Normalmente se parece tanto a una víbora que se confunden demasiadas veces siendo un beneficio para ella (otros animales la ven como una víbora y tienen cuidado) o un perjuicio en determinadas ocasiones (una persona puede matarla al confundirla). Tiene la cabeza triangular y un zig-zag muy parecido al de las víboras e incluso se comporta como ellas, se enrosca y se ponen en defensa como las víboras. Algo que saca de dudas claramente son los ojos. En todas las víboras las pupilas son verticales y en las culebras son redondas. Esta culebra es totalmente inofensiva. Ni tiene veneno, ni ataca, ni es perjudicial.
Según la culebra se estaba comiendo al sapo corredor me fijé en algo raro, parecía que le faltara un ojo. Más tarde revisando las fotografías me dí cuenta que era cierto. Estaba tuerta. La verdad es que solamente se me ocurren dos posibilidades ante tal hecho. Una que sea una herida del ataque de un depredador y otra que algún "desalmado" le diera un golpe. La primera la encontraría normal, la segunda me parecería un absurdo y un ejemplo más de la incomprensión hacia estos animales.
Otro ejemplo de incomprensión hacia las culebras sucedió este verano mientras me encontraba en el campamento del Sancho II en Puebla de Sanabria. En uno de los caminos de entrada a la Residencia me encontré con esta culebra.
Era una joven de culebra meridional que después de hacerle unas fotografías cogí para quitarla del camino. Estaba en un sitio peligroso ya que al ser la entrada y zona de paso de mucha gente podía ser un motivo de peligro para los niños (que se pudieran asustar) y para la propia culebra. Así es que la cogí y la llevé a una zona de jardín alejada para que no le pasara nada y continuara con su vida.
Esto sucedió por la mañana. Por la tarde cuando salíamos al río, en medio de la entrada al recinto un revuelo de voces me hizo acercarme y para mi sorpresa y tristeza allí estaba la joven culebra lisa meridional, muerta, aplastada de un golpe. Mi indignación y rabia bulleron como una olla exprés. La recogí de nuevo, esta vez muerta, y la dejé en un campo cercano para que algún ave u otro animal la aprovechara.
Cuando volvimos del río pregunté a toda la gente que trabajaba en la residencia si alguien sabía algo del asunto y descubrí a la culpable. Una de las limpiadoras de la residencia la vio en la entrada y, ni corta ni perezosa, cogió una piedra y le aplastó la cabeza. Su delito fue, como me dijo la señora: "Era una víbora". A lo cual le contesté que no lo era y ella me respondió: "Da igual. Todas las culebras son malas". Fui incapaz de hacerle entender que estos animales tienen una función y que, incluso las víboras, que son venenosa, si no les haces nada o metes las manos donde no te llaman, no te van a hacer nada de nada. Simplemente hay que tener cuidado con ellas y seguir unos principios básicos de precaución. 
El capitel del centro representa a Adan y Eva con la serpiente.
Iglesia de Santiago de los Caballeros (Zamora).
Quizás, nuestra educación de rechazo a estos animales sea la culpable de la manía que se les tiene. Recuerdo que la culebra durante siglos ha representado el mal, sin ir mas lejos el demonio se encarnó en una serpiente en el "Pecado original" y ha estado entre las supersticiones y mitos de las personas durante generaciones y generaciones. Quién no ha oído alguna historia acerca de culebras que maman de mujeres y estas para descubrirlas echan harina en el suelo, o que son capaces de hipnotizar; en definitiva la creencia popular aderezada con los mitos, leyendas y la ignorancia han jugado una mala pasada a estos animales, que te pueden caer mejor o peor, te pueden gustar más o menos pero hay que respetarlas.

martes, 3 de mayo de 2011

Días de animales extraños.

Estos días me encuentro con mis alumnos, los de mi amigo Ernesto y unos estupendos compañeros de Tenerife en el CEAm de Villardeciervos (Zamora) En nuestros paseos y rutas por el campo nos estamos encontrando con animales poco conocidos o difíciles de ver. Entre ellos me gustaría destacar dos: la víbora hocicuda y la araña lobo, que nos hemos encontrado en el día de hoy.
La víbora hocicuda la enconramos en mitad de un camino, atravesando de un lado a otro. Cuando nos vió y la rodeamos, se sintió presionada y adoptó una posición defensiva. Incluso, al tirarme en el suelo para fotografiarla y acercarle el objetivo de la cámara, intentó atacarlo. Rápidamente nos dimos cuenta de que era una víbora, la verticalidad de su pupila no dejaba duada alguna y por su hocico levantado, al observarla a ras de suelo, nos confirmó que se trataba de este peculiar animal, la víbora hocicuda. Seguramente le estropeamos el plan de caza, pues estos animales cazan al acecho, clavando sus colmillos en la presa, que paraliza y mata en pocos segundos a sus presas, compuestas principalemente por pequeños roedores e incluso algún reptil (lagartijas, etc). Al hombre puede causarle serios problemas por las reacciones a su veneno, como puede ser la inflamación del miembro mordido.
 Por la tarde, mientras paseábamos, vimos en la tierra, al lado de la carretera un extraño agujero, demasiado grande para ser un hormiguero, demasiado pequeño para ser una hura. En estas, mientras lo contemplábamos, asomaron unas patas, y luego el cuerpo entero de una araña de gran tamaño y aspecto amenazador. Dudábamos si fuera una araña lobo, cosa que luego comprobamos con una guía, cerciorando nuestras sospechas. Dicha araña, nos demostró su fuerza y fiereza cuando le acercábamos una pequeña rama y la atacaba cerrando sus pedipalpos, mientras nos miraba entre asustada y cabreada. Después de las correspondientes fotos, la dejamos en paz volver a su agujero, desde el que, agazapada, espera que alguna de sus presas, en general pequeños insectos, pasen cerca del agujero y entonces se abalance sobre ellos.