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domingo, 11 de diciembre de 2016

Historias de gaviotas por Gijón I.

Para alguien de interior cuando vas al mar es algo especial y diferente; hemos pasado unos días en familia en la bella ciudad asturiana en la que en nuestros paseos por la playa y el parque de Isabel la Católica pudimos disfrutar de un buen número de gaviotas y, entre ellas, algunas anilladas. Gaviotas que nos cuentan una historia diferente, una historia singular, su historia.
En esta primera entrada hablaré de las historias de las gaviotas cabecinegras que pudimos ver. La gaviota cabecinegra es una gaviota de las consideradas medianas que adquieren el plumaje de adulto a los tres años de edad; en la provincia de Zamora se puede ver fundamentalmente en las lagunas de Villafáfila ya que allí ha criado en los últimos años. Es una especie originaria del noroeste del Mar Negro (Ucrania) desde donde a mediados del s.XX comenzó su expansión hacia el oeste de Europa para llegar hasta la península ibérica donde inverna en un buen número y crían algunas parejas (entre ellas las de las Lagunas de Villafáfila).
Esta especie es una de las especies de gaviotas que distingo ya que para alguien que no está acostumbrado a verlas es verdaderamente difícil entrar en un mundo tan apasionante y complicado como este y, todavía más, poder distinguir las diferentes especies con sus diferentes plumajes en función de la edad y de la época del año.
En Gijón hay un buen número de gaviotas cabecinegras invernando que se mueven entre la playa de San Lorenzo, El Rinconín y el parque de Isabel la Católica. Entre todas ellas conseguí leer siete anillas, de las cuales, seis eran anillas de color y una solamente con anilla metálica.
Empezaré por la más longeva ya que tiene 18 años y, además, una curiosa historia. Es la E844 que ha sido anillada, ni más ni menos, que en tres ocasiones diferentes.
La primera vez fue anillada el 17-6-1998 como pollo, en Holanda, y solamente con anilla metálica. Desde ese momento hasta su siguiente anillamiento nadie la pudo leer. El 25-5-2001 se volvió a anillar en Bélgica, esta vez con anilla de color blanco y dígitos negros 4HV siendo vista 85 veces hasta su nuevo anillamiento en Bélgica por Alain Le Dreff el 19-5-2012 con una nueva anilla blanca y dígitos negros, la E844; desde ese momento se ha vuelto a ver en 56 ocasiones y, siempre que se ha visto en España, ha sido en Gijón.
La segunda es la que más distancia ha recorrido desde su lugar de anillamiento en Hungría. Fue anillada como pollo por Domján András el 15-6-2016 con el código H6V3. Esta preciosa gaviota ha recorrido 2.054 km desde donde fue anillada hasta su primera y única observación (hasta la fecha) en Gijón.
La tercera es la que tiene el código 32A9 y fue anillada, como pollo, en Holanda por Frank Majoor el 24-6-2010. Ha sido vista una vez en Francia y 15 en España, de las cuales 13 veces en Gijón y 2 en Ceuta.
La siguiente tiene dos años y fue anillada con el código RAR7 en Francia por Franck Salmon el 29-6-2014 y ha sido vista 11 veces en Francia, 1 en Málaga y esta observación en Gijón.
La RJ6R ha sido anillada también en Francia por Franck Salmon el 2-7-2016 y ha sido vista 4 veces en Francia y 16 en Gijón. Algo muy curioso de esta gaviota es que tiene un problema en la garganta ya que la tiene abultada de una forma muy extraña y preocupante. En el magnífico blog de Antonio Gutiérrez, al cual quiero agradecer su magnífica predisposición cada vez que le pido ayuda en temas de anillas, la podéis ver en una fotografía tomada al día siguiente de verla yo.
La última es la RA5K y es la primera vez que se ve desde su anillamiento como pollo por Cap Ornis el 25-6-2016 también en Francia.
A todas estas hay que añadirle una séptima que solamente tenía anilla metálica procedente de Polonia y que será muy complicado de saber algo más de ella ya que la lectura de su código fue incompleta.
Seis gaviotas cabecinegras anilladas. Seis historias diferentes; unas más largas, otras más cortas pero todas nos cuentan su historia, su vida, donde están, que hacen, a donde van, que les pasa…historias apasionantes que podemos saber por la colaboración de todas aquellas personas que leen las anillas y lo comunican, y por la amabilidad de sus anilladores que comparten sus datos con todos nosotros.

martes, 10 de noviembre de 2015

Gijón II.

Un paseo por la playa, y más para alguien de interior, es algo mágico, especial y, si además, tu pequeña es la primera vez que ve el mar, que toca la arena o que las olas cubren sus diminutos piececitos se convierte en algo único y muy difícil de olvidar; maravillosos paseos por la playa en los que siempre hay algo que observar y, si es tu pequeña la que se emociona cuando un perro va corriendo o una gaviota o una garceta pasan volando o las ve en el suelo, la satisfacción se multiplica infinitamente y la sonrisa te ilumina la cara viendo como las señala y grita de emoción.
Las gaviotas, cuando la marea está baja, se posan en la arena mientras las garcetas comunes rebuscan entre las rocas o los vuelvepiedras no paran en sus constantes idas y venidas entre las rocas o las olas y, en uno de esos paseos, tuve la suerte de localizar a una gaviota cabecinegra anillada, mi primera gaviota anillada que había conseguido leer el código completo.
La verdad es que a muchos no os hará ni sensación pero para mi era algo diferente y especial. Como he comentado en muchas ocasiones me gusta especialmente conocer la historia de las aves que veo anilladas, es algo que me llama mucho la atención y que me da igual que sea un ganso, una grulla o una gaviota porque cada una de esas aves tiene una historia que contarnos, una vida diferente y apasionante.
Siempre he pensado que el mundo de las gaviotas, para alguien de tierra adentro, es algo realmente muy complicado, sus diferentes plumajes hacen que te vuelvas loco y, en muchas ocasiones, no sepas que estás viendo por lo que la gente que es capaz de distinguirlas sin problema tienen toda mi admiración y reconocimiento.
La gaviota cabecinegra estaba en un grupo en el que había gaviotas patiamarillas y reidoras; estaban en la playa, descansando. Su anilla era PEA7.
Cuando volví a Zamora me puse en contacto con Antonio Gutierrez (al cual le doy las gracias por su atención y ayuda) de gaviotasyanillas quién, muy amablemente, me indicó los pasos que debía de dar; así es que me puse manos a la obra y en dos días tenía el historial de la gaviota.
Fue anillada  en Mietkow-Wroclaw (Polonia) como adulto de tercer año de calendario el 1 de mayo de 2007, con lo cual tenía once años. Había sido vista 38 veces sobre todo en Francia y España a donde viene desde pocos meses después de anillarse (siempre a Asturias) y es una asidua de Gijón desde el 8 de octubre de 2013 cuando vino por primera vez volviendo, desde entonces, todos los años.
Otro de los habituales de la playa es el pequeño vuelvepiedras que tan pronto te lo puedes encontrar en mitad del paseo comiendo pan junto a los gorriones como entre las rocas buscando y rebuscando comida.
Entre los vuelvepiedras volví a encontrarme con uno anillado que ya había visto en mayo de 2012; este pequeño fue anillado por el grupo GIA-Torquilla en febrero de 2012.
Vulevepiedras anillado. Fotografía del 2 de noviembre de 2015.
El mismo vuelvepiedras anillado en una fotografía
del 13 de mayo de 2012.
El pequeño vuelvepiedras es una de las aves que realiza mayores migraciones; por ejemplo, un vuelvepiedras anillado en Canadá (en el nido) a los dos meses estaba en Portugal habiendo recorrido 5.000 km pero, no solo viajan enormes distancias, sino que lo hacen a una velocidad muy alta, por ejemplo, un vuelvepiedras anillado en Noruega se recuperó once días después en Portugal a 2.300 km de distancia (datos recogidos de la web pajaricos).
Este pequeño limícola no para un instante, busca y rebusca, levanta piedras, da la vuelta a pequeños moluscos que come mientras las olas suben y bajan en un baile constante en el que parece que va a ser tragado por las olas.
Las garcetas comunes son otro de los fijos entre las rocas, sobre todo, con la marea baja, momento que aprovechan para buscar peces o moluscos que quedan en las pequeñas charcas o entre las rocas.
También pueden aparecer diferentes tipos de correlimos o este precioso chorlito gris que se paseaba por la playa.
Como mencioné en la entrada anterior el parque de Isabel la Católica es un lugar para visitar y en él pude disfrutar, a placer, de las evoluciones de varios martines pescadores que volaban en las pequeñas lagunas posándose en sus posaderos desde los cuales se lanzaban como pequeñas y endiabladas flechas sobre el agua.
El Martín pescador es un ave espectacular de un color azul metálico y naranja que impacta cuando lo ves de cerca; es un pequeño rayo que penetra en el agua como una flecha para salir, de vez en cuando, con un pequeño pez al que golpea enérgicamente contra la rama en la que se encuentra y comerá empezando por la cabeza menos, cuando está criando que le lo tragará por la cola para así regurgitarlo con la cabeza hacia adelante y facilitar la comida de sus pollos.
En el parque también había gaviotas patiamarillas y reidoras, garcetas comunes, cormoranes, un ánade rabudo, un pato cuchara o varios patos colorados de origen salvaje que nadaban entre los habitantes domésticos del parque así como un halcón peregrino que vimos varias veces tanto en el parque como en la playa que andaba detrás de las gaviotas.
Hembra junto a dos machos de pato colorado.
Los días se nos terminaron y los paseos por la playa también, paseos que recordaremos como el primer contacto de una niña pequeña y avispada con el mar, niña que mira todo lo que tiene a su alrededor y se emociona con el mundo que descubre día a día y nosotros con ella.

martes, 3 de noviembre de 2015

Gijón I: la barnacla canadiense y el ánsar indio.

El pasado fin de semana he estado en Gijón y un lugar que hay que visitar es el parque de Isabel la Católica en el que disponen de una amplia colección de aves a las que se añaden otras muchas de origen salvaje.
Allí nos encontrábamos paseando viendo las evoluciones de muchas aves tanto domésticas como salvajes cuando una barnacla canadiense llamó mi atención: “Esa barnacla tiene una anilla metálica”. 
Las aves de la colección disponen de una anilla de color pero esta tenía una anilla diferente, metálica, así es que esperé hasta poder hacerle unas fotos para ver que ponía y mi sorpresa fue absoluta, ¡estaba anillada en Gran Bretaña! ¿Qué hacía una barnacla canadiense anillada por el Museo Británico en Gijón?
Su inscripción era: BTO BRITISH MUSEUM NAT LONDON SW7 5212447
Cuando llegamos al apartamento mi curiosidad me hizo bucear en internet y la sorpresa y perplejidad se multiplicaron exponencialmente; la barnacla canadiense había sido anillada el 13 de diciembre de 2011 en Poole (Dorset - Gran Bretaña) y era una hembra. (Para saber más pinchar en avesazulyverde).
El animal tenía cuatro años y se había visto en Gijón desde mediados de 2012, además, volaba sin problemas ya que iba y venía de Gran Bretaña en compañía de un ganso indio que la seguía a todos los lados (en docnatureblog podéis verlos llegando a los acantilados de la costa asturiana en unas fotografías de junio de 2014) pero todavía más sorprendente fue descubrir que había tenido una camada de tres pollos con uno de los dos gansos indios que la acompañan constantemente (ver más en fenixavisunica).
Dos gansos indios la acompañan a todos lados, uno de ellos anillado y perteneciente al parque y el otro sin anillar; uno de los dos era el padre de los tres pollos que habían nacido en 2013 así es que volví al día siguiente para ver si todavía quedaba alguno de los pollos y, efectivamente, uno de los pollos nacidos del cruce de esta barnacla canadiense y el ganso indio estaba en el parque.
Cruce de barnacla canadiense y ganso indio.
Estaba en otra zona, en otra pequeña laguna independiente de en la que se encuentran sus padres junto con un grupo de gansos y ocas.
La historia de la barnacla canadiense anillada en Gran Bretaña resultó ser sorprendente ¿Qué pasará? ¿Se volverán a marchar a Gran Bretaña? ¿Volverán a criar? ¿Seguirán en el parque?
Haciendo esta entrada he recordado que tenía alguna foto de una visita anterior al parque, buscando entre ellas he descubierto esta fotografía.
En ella se puede ver a una barnacla canadiense sin ningún tipo de anilla junto a un ganso indio. ¿Sería otra barnacla salvaje?
Las anillas revelan historias curiosas y variopintas como la historia de esta barnacla canadiense que se ve aumentada con la rareza de su cruce con un ganso indio, sorprendente y extraño. La naturaleza nunca dejará de sorprendernos.
Si queréis saber más acerca del parque de Isabel la Católica no dejéis de visitar elnidodelxuan donde se explica perfectamente la fauna que se puede encontrar en este parque de Gijón.