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martes, 26 de mayo de 2015

Los arribes del Duero.

Después de pasar la mañana por la ribera sayaguesa nos dirigimos hasta los arribes del Duero. Cañón espectacular y hermoso que nos trajo unas cuantas sorpresas pero antes me gustaría explicar como se formó este imponente cañón.
Hace unos años volvíamos de la sierra de Andujar y uno de los temas sobre los que veníamos hablando eran los “cerros testigo” y el porqué eran así. A raíz de ellos mi gran amigo Ernesto Hernández (al cual agradezco enormemente su colaboración para la realización de esta entrada ya que sin él hubiera sido imposible de hacer) nos explicó a Isabel y a mi la creación de los arribes del Duero de una manera sencilla que voy a intentar reproducir para que se entienda perfectamente (quiero contarlo de una manera sencilla, sin desviar la atención sobre nombres o años para centrarme en como se formó que es lo que realmente me interesa).
Hace millones de años el río Duero no existía; los ríos de la zona que ahora ocupa la cuenca del Duero eran ríos menores que desembocaban en el mar Cantábrico depositando sedimentos en la zona central de la actual meseta. En esa época, la actual meseta, estaba cerrada en el oeste por pequeñas sierras como la Sierra de la Culebra o la Sierra de la Estrella (Portugal) con dirección noroeste-suroeste y por el lado noreste el Sistema Ibérico.
Cientos de años después un nuevo plegamiento, el llamado plegamiento Alpino dio lugar a los grandes sistemas montañosos de la península ibérica (Pirineos, Cordillera Cantábrica, Sistema Central) con lo cual la salida de esos ríos quedó cerrada transformando el interior de la actual meseta en un gran lago con ríos que se iban moviendo depositando sedimentos, cuando habían sedimentado totalmente una zona, el cauce de esos ríos se movía a derecha o izquierda para ir rellenando otra zona, cuando esta zona también estaba rellena de sedimentos, el cauce se vuelve a mover hasta otra zona y así, sucesivamente, a lo largo de miles de años, provocando que la gran zona interior limitada por las montañas se fuera rellenado de sedimentos.
Mientras tanto, en la sierra de Portugal, un pequeño río procedente de la zona de la Sierra de la Culebra va horadando la montaña de oeste a este, ya que la gran pendiente entre la sierra y la costa portuguesa facilita la erosión y el arrastre.
Cuando este río alcanza la zona del actual Duero, la cubeta interior bascula hacia el Atlántico, encontrando una salida y, el Duero, comienza a abrirse paso entre las fracturas aparecidas en los terrenos graníticos.
La fuerza del agua, la dureza y la fractura del terreno hacen que el Duero se vaya encajonando más y más hasta formar el arribe, con una diferencia de altura desde los cero metros sobre el nivel del mar en Oporto hasta los mas de 700 m que tenía entonces el depósito interior.
Por esa apertura fluye el río. La cuenca que había funcionado como un gran lago, comienza a vaciarse hacia Portugal provocando una erosión hacia atrás y excavando, en las zonas rocosas, cañones (los arribes del Duero). En las zonas blandas, la erosión lateral hace que los valles adquieran una forma más ancha surgiendo todo el valle del río Duero quedando zonas altas y planas que no son erosionadas, los cerros testigo, que son la altura original que tenía la meseta después de la gran sedimentación provocada por el enorme lago antes de encontrar la salida y que podemos ver en el paisaje de la actual meseta.
Este imponente cañón se vio inalterado durante miles de años y la fuerza del río Duero fue excavando su configuración. El río en este tramo era un río bravo, de fuertes pendientes, de rápidos y muy peligroso que era frontera entre España y Portugal, lugar de contrabando que se cruzaba saltando sobre estacas clavadas en el suelo y que sobresalían sobre los rápidos. Era un lugar peligroso de fuertes pendientes rodeado de abruptos precipicios de hasta 400 m de altura que conformaban un entorno hostil que se vio modificado totalmente con la creación de sucesivas presas que remansaron el bravo río Duero desde 1902, año en el que se construyó la primera presa sobre el río Duero, la presa de San Román o El Porvenir en el inicio de los arribes del Duero y que suministraba energía eléctrica a Zamora, Valladolid, Toro, Salamanca y numerosos pueblos; a partir de ahí, se sucedió la construcción de diferentes presas tanto en la zona española como la portuguesa, configurando el estado actual del río Duero que pasó de ser un río bravo y rápido a un río remansado y tranquilo en el que la altura de los acantilados del cañón se vio recortada en más de la mitad quedando en unos 200 m de altura en la zona más alta.
(Si queréis ver una entrada anterior sobre los arribes pinchar aquí)
En este precioso e imponente cañón de casi 200 km de longitud nos encontrábamos disfrutando de un espléndido día en el que pudimos observar algunos de sus habitantes más conocidos y otros que no deberían de estar ahí.
Observar el cañón es una maravilla y, si además, puedes observar a alguno de sus habitantes como buitre leonado, águila calzada, alimoche, águila real,  o vencejo real la observación es mucho más entretenida.
Águila calzada.
Alimoche.
Águila real.
Buitre leonado.
Nos faltó uno de los habitantes más famosos del cañón, la cigüeña negra que hemos podido disfrutar en otras ocasiones.
Cigüeña negra.
Podarcis guadarramae lusitanicus.
Gracias Abel por la identificación.
Podéis ver un magnífico reportaje 
en su blog
PINCHANDO AQUÍ
No solamente pudimos disfrutar de las aves sino que también de algunas lagartijas que tomaban plácidamente el agradable sol de la tarde pero, la gran sorpresa del día, fue una pequeña mariposa que no ha puesto de acuerdo los diferentes expertos que he consultado, lo único que les ha puesto de acuerdo es que esta pequeña mariposa no debería de estar ahí y es un bombazo que sí esté ahí; me explicaré.
Lycaena tytirus o Lycaena bleusei esa es la cuestión. Ninguna de las dos debería de estar en este lugar. La Lycaena tytirus se distribuye por el norte de Castilla y León, encontrándose también en Sanabria, por lo tanto en los arribes no está.
La Lycaena bleusei, por el contrario, se distribuye por el sur de nuestra comunidad, por lo tanto, tampoco debería de estar ahí entonces ¿qué hacía ahí?
Solamente pude hacerle fotografías con las alas abiertas lo que supuso que su identificación como una u otra especie fuera prácticamente imposible ya que los especialistas consultados opinaban que podía ser cualquiera de las dos, el caso es que, su sola presencia allí ya era un "bombazo".
El día llegaba a su fin y nos volvíamos con la agradable sensación de haber disfrutado de una esplendida jornada de campo.

jueves, 7 de febrero de 2013

Por los arribes de Almaraz.

El pasado sábado, como todos los primeros sábados de mes, realicé una ruta por la provincia de Zamora con el grupo "Ruteros". En esta ocasión nuestro destino fue Almaraz de Duero y su espectacular entorno con el río Duero de protagonista.
Salimos desde el pueblo hacia las ruinas de la ermita de San Pelayo situada en un promontorio con unas estupendas vistas del río y uno de sus meandros. Las ruinas de la ermita se asientan sobre un santuario rupestre en el que se observan cubetas y cazoletas con pequeños canales que según Benito del Rey y Grande del Brío estaban relacionados con rituales en los que el agua era la protagonista.
Según llegábamos un águila real se levantó de la parte más cercana del arribe y, entre que cambié el objetivo de la cámara y no, se alejó, permitiéndome sacar unas fotografías más testimoniales que otra cosa pero en las que se ve la majestuosidad de un águila especial, un águila espectacular, de vuelo poderoso que cuando caza sigue el relieve del terreno para lanzarse a por su presa a la que coge desprevenida. Según se iba alejando otra águila apareció en el cielo, seguramente la pareja ya que crían por esas tierras.
El águila real era una de las alimañas que había que erradicar en las malditas Juntas de Extinción de animales dañinos que destrozaron la fauna española durante demasiados años. Entre los años 1954 y 1962 se mataron 1.207 águilas reales en 18 provincias españolas. Cifra irreal porque hubo un número muy elevado de huevos, pollos y águilas que no fueron incluidos en las cifras oficiales, por ejemplo en Madrid  los guardas forestales eliminaron 76 águilas reales en un año o en Teruel donde entre 1959 y 1962 se eliminaron 232 pollos y 30 huevos. Pero todavía se mataron más ya que las provincias que no tenían esas juntas de extinción también se perseguía a los mismos animales, por ejemplo en Zamora. Cifras terribles y vergonzantes que deberían de hacernos reflexionar sobre las barbaridades que se cometieron en esos oscuros años con la fauna cuyas consecuencias seguimos padeciendo en la actualidad.
Enfrente de este promontorio se puede ver la central hidroeléctrica de El Porvenir construida en 1902 y que tiene el privilegio de ser la primera central hidroeléctrica que se hizo en el Duero y una de las primeras de España. Con esta central se abastecía de luz a Zamora, Valladolid, Salamanca, Toro y muchos pueblos.
Desde este punto se puede observar uno de los últimos territorios del lince ibérico en Zamora, ya que el felino más amenazado del mundo habitó nuestra provincia hasta finales de los ochenta o principios de los noventa y, en esta zona, hay numerosos avistamientos de este maravilloso animal que, tristemente, ante la apatía general y la incomprensión de la administración, dejó de recorrer nuestros territorios.
Desde allí bajamos hasta la misma orilla del río donde nos sorprendió ver una nutria. Otro animal que también fue perseguido por las Juntas de Extinción de animales dañinos que eliminaron 104 ejemplares entre 1954 y 1962 (desde 1944 ya se perseguía a esos animales dañinos hasta 1968 con lo cual serían muchas más).
La nutria cruzó el río para resguardarse en la orilla contraria bajo la sombra de unos árboles. En el río Duero siempre ha habido nutrias y, como he dicho en muchas ocasiones, no es un animal que viva solamente en aguas limpias y cristalinas sino que lo hace donde tenga comida y tranquilidad.
Tras numerosas subidas y bajadas llegamos hasta las buitreras de Pereruela donde, ante nuestra sorpresa, no había ni un sólo buitre pero las vistas nuevamente hacían del lugar un entorno privilegiado y lleno de sensaciones.
Nuestro siguiente punto fue una de las muchas minas de estaño que hay por la zona ya que desde época romana se explotaron hasta finales del siglo XIX. Ismael Calvo Madroño en La Descripción geográfica, histórica y estadística de la provincia de Zamora de 1914 comenta en diferentes párrafos: "1863: ...minerales de estaño en filones de cuarzo que arman dentro de la formación granítica en Almaraz y Arcillera...no hubo durante el año, más que dos minas productivas,...dieron 11 quintales y medio de estaño, que se consumió en la provincia". En en 1875 habla de la mina La niño en Almaraz y en 1910 comenta que ya no había ninguna en marcha.
Entramos en diferentes galerías y en una de las minas encontramos tritones ibéricos. Un anfibio muy especial ya que es un endemismo de la península ibérica y vive, digamos con dos estilos, una vida terrestre desde, más o menos, el verano hasta noviembre y una acuática el resto del año.
Los cormoranes estuvieron presentes en buena parte del recorrido.
La belleza del paisaje se veía jalonada por alguna perdiz que entonaba su típico canto o que volaba costosamente de una ladera a otra. Los milanos reales pasaban por nuestras cabezas e incluso un compañero pudo ver algún zorro que huía asustado ante tanto extraño o un gavilán que volaba hacia el arribe. Pudimos observar numerosas huellas (tejón, zorro, gato montés) y nidos en los cortados del arribe, lugar idóneo para muchas aves.
Parte alta de la primera cascada de Las Pilas.
Las cascadas de Las Pilas era otro punto importante en la ruta. Llegamos hasta ellas por la parte alta y fuimos bajando hasta acabar en la parte más baja, junto al río Duero. Es increíble que nos encontremos con sitios tan impresionantes como este y que sean tan desconocidos. Desde arriba la vista es impactante pero todavía lo es más cuando comienzas a atravesar la montaña por un túnel que te permite salir al otro lado, en la primera caída de agua, desde donde, por un estrecho sendero, llegas hasta la parte más baja de estas hermosas cascadas donde se encuentra el segundo gran salto de agua.
Túnel para atravesar la montaña y salir al otro lado de la primera cascada.
Primera cascada, nada más salir del túnel.
(la primera foto de la cascada está hecha desde arriba)
Desde aquí sale la segunda cascada.

Segunda cascada. La que llega al río.
Junto a ella se encuentran las ruinas de un poblado minero como si se tratara de un pueblo fantasma que se niega a desaparecer.
Pasamos junto a muros, ventanas, huecos de puertas y piedras para continuar paralelos al río y seguir disfrutando de la parte inicial de los arribes del Duero donde los aviones roqueros no paraban un sólo instante y nos encontramos con unas nuevas buitreras, también vacías, de sus habitantes habituales.
En Almaraz hay una leyenda que dice que había siete poblados y se decidieron unir en uno sólo, en el centro, para ser más fuertes y así es como nació el pueblo actual, cuyo nombre proviene del árabe y significa labrantíos. Como todas las leyendas tiene algo de verdad ya que alrededor del pueblo actual se han encontrado numerosos restos de asentamientos y castros y a uno de ellos nos dirigimos, El Castillo, en el que solamente se puede ver un montón de piedras que forman lo que sería una antigua muralla. Nuestra ruta terminó tras unos 26 kilómetros de vistas increíbles, naturaleza desbordante y sorpresas que harán que vuelva para poder disfrutarlos nuevamente.
(Doy la gracias a José Antonio Parro y Joaquín Calvo por prestarme alguna de sus fotografías para ilustrar esta entrada)
(Los datos de animales cazados han sido tomados del trabajo realizado por Eduardo J. Corbelle Rico y Eduardo Rico Boquete titulado “La actividad de las Juntas de Extinción de animales dañinos en España, 1944-1968.Fuente: Dirección General de Montes, Caza y Pesca fluvial, Sección de caza. Juntas provinciales de extinción de animales dañinos y protección a la caza y relación estadística de alimañas capturadas y premiadas  por las Juntas, 1954-1962. Archivo de la Dirección General de Conservación de la Naturaleza, Fondo Documental del Monte, sección Caza, cª 150.)