Llevo todo el verano en Sanabria, lugar al que voy desde muy, muy pequeño, lugar al que tengo un enorme cariño y considero mi segunda casa. Lugar que recorro y descubro en cada una de mis salidas.
Puebla de Sanabria es una villa sobria, elegante y muy hermosa abrazada por el río Tera junto al cual paseo muchas tardes. A lo largo de su ribera te puedes encontrar una gran variedad de fauna que se mueve tranquilamente en sus orillas o en sus cristalinas aguas. Fauna que pasa desapercibida para la mayoría de los paseantes que la recorren charlando amigablemente o haciendo deporte en sus orillas.
Estos pequeños habitantes están ahí, solamente hay que fijarse un poco y tener algo de suerte. Así, en uno de mis paseos, llegué hasta una de las presas que tiene el río. Allí se encontraba un grupo de personas que se hacía fotografías junto al agua que caía entre las piedras. Llegué con mis prismáticos y me puse a mirar. Al cabo de unos minutos se acercó una de las personas y me preguntó: “¿Hay algo?” Le contesté que si, a lo cual me preguntó varias veces más y ante su interés le conté lo que estaba viendo: ”…martín pescador, andarríos chico, garza real, mirlo acuático, azulón, lavandera blanca y cascadeña,…”; a lo cual uno de sus acompañantes respondió: “¿Todo eso está ahí?”. Ahí estaban, ante la indiferencia general.
Por desgracia la educación ambiental es prácticamente inexistente en nuestro país. Hay muchas maneras de hacer educación ambiental pero yo echo en falta una muy especial, una que atrajo a miles de niños como yo hacia el apasionante mundo de la naturaleza: los programas de televisión relativos a la fauna ibérica. Programas en televisión que atraigan a los niños, que les absorban, que les fascinen. Echo en falta programas de nuestra fauna. Evidentemente hay documentales de naturaleza pero son todos relativos a lugares lejanos, a leones, hienas, guepardos, osos polares o ballenas. Programas que están muy bien pero ¿nuestros niños saben lo que es un milano, o un roble, o un corzo, o que a los ciervos se le caen las cuernas o como influye la desaparición de cierta especie o por qué son importantes las aves? Por ahí se debe empezar. Por temas cercanos. Por temas que nos rodean porque lo primero que hay que aprender es lo que tenemos a nuestro alcance.
Aquí, en Puebla, el río Tera está al alcance de todos y, en sus orillas, he estado observando una gran variedad de animales. Empezaré por uno muy especial: el pato mandarín que vi por primera vez hace casi un año. Ahora mismo está con el plumaje menos vistoso pero igualmente hermoso.
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Serie de fotografías tomadas en agosto de 2014. |
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El pato mandarín sigue asociado a un grupo de azulones. |
Ave hermosa, diferente, espectacular y aunque para muchos sea algo anecdótico al presuponer que es un ave escapada de alguna colección para mi es especial.
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Foto tomada en mayo de 2014 al supuesto mismo ejemplar en Puebla de Sanabria. |
Es un pato de una belleza deslumbrante; rojo, naranja, azul, verde, negro, blanco, crema... colores que se muestran en este bello pato que fue importado de Asia Oriental a Europa en el s. XVIII y, actualmente, existe una población asilvestrada en Inglaterra (unas 7.000 parejas) que proviene de escapes o sueltas y que se ha extendido a Francia, Holanda y Bélgica.
Sigo convencido que este pato proviene de alguna zona de Europa y ha venido hasta aquí asociado a un grupo de azulones. No está anillado y eso me hace pensar que no proviene de un parque zoológico o colección particular ya que estos ejemplares siempre están anillados y, este pato mandarín sanabrés, no lo está.
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Foto tomada en febrero de 2014. |
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Mirlo acuático. |
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Andarríos chico. |
En los paseos por el río, en esta época, el martín pescador, el mirlo acuático, el andarríos chico, la garza real, la cigüeña blanca, el azulón, el zampullín chico o las lavanderas blanca y cascadeña se observan con un poco de paciencia; además, golondrinas y aviones comunes planean sin descanso sobre las frías y cristalinas aguas bajando a coger un poco de agua a cortos intervalos y cientos de estorninos negros y grajillas duermen en los árboles de su orilla. Sin olvidarnos de otras aves como: jilguero, colirrojo tizón, gorrión común, pito real o vencejo común.
Si se continúa hasta la cola del embalse de Cernadilla podremos disfrutar de somormujo lavanco y en esta época del año de algunos limícolas como el correlimos común, chorlitejo grande y chico, algún archibebe claro o agachadiza común e incluso las cigüeñas negras que pude disfrutar en compañía de Alfredo Valiente; dos adultos y un joven que bajaron a pescar.
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Cigüeña negra: dos adultos y un juvenil. |
Otro de los habitantes del río que se puede ver en Puebla de Sanabria es la nutria que en la época veraniega es muy esquiva pero que también nos deja rastros de su paso por allí. Animal especial que he podido disfrutar en varias ocasiones y que en invierno es más fácil de observar.
El río también es foco de atracción para corzos, ciervos, jabalís y zorros que puedes observar a primera hora de la mañana aunque ahora, con las obras del AVE, es más complicado localizar pero sus huellas los delatan.
Culebras de agua, caballitos del diablo, libélulas y, sobre todo, mariposas son otros de los visitantes del río.