Ayer 21 de marzo fue el día del Árbol, a mi mente vino una conversación de hace unos días que escuché en la salida del colegio de mi hija. El colegio iba a llevarlos (3º de Educación Primaria) al Bosque de Valorio en Zamora ciudad a hacer una actividad para conocer, valorar y respetar a los árboles, la conversación fue la siguiente:
-¿A dónde van mañana los niños?-preguntó una madre.
-A Valorio a abrazar árboles –contestó otra.
-¡Buenos cojones! –espetó un padre y continuó- ¿A abrazar árboles? ¡Vaya chorrada de mis cojones!
Sin palabras. Esa es la idea que, por desgracia, tiene todavía una parte de la población. ¿Qué valores va a trasmitir ese padre a su hijo acerca de la naturaleza? ¿Qué respeto le va a inculcar hacia el medioambiente? Es dura e imprescindible la labor de educación ambiental a nuestros niños ya que algunos mayores están anclados en la prehistoria medioambiental. Esas personas, quizás es que no saben los beneficios de los árboles, ahí va una infografía de las que les enseños a mis alumnos quizás les valga para empezar a entender su importancia (aunque dudo que alguno entre en este blog).
En muchos de mis proyectos con mis alumnos aparecen los árboles y lo mezclo con las matemáticas para que aprendan de las dos cosas, algo que les resulta, cuanto menos sorprendente.
Me gustaría recordar dos de las entradas que han aparecido en este blog relacionadas con los árboles:
Es triste tener que escuchar comentarios como el de ese padre. Es triste ver que a estas alturas todavía una parte de la población ignora por completo la importancia del medioambiente y lo que le repercute a ellos. Pero es reconfortante ver como ese grupo de niños de 8 años volvieron encantados de la actividad que hicieron buscando, abrazando y conociendo a los árboles de su bosque de Valorio. Todavía hay esperanza.