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martes, 23 de junio de 2020

Aves vistas desde casa (en Zamora), resultado final: 149 especies.

Todo comenzó el 14 de marzo de 2020 cuando se decretó el estado de alarma. Tras el cual debíamos quedarnos en casa para hacer frente a la pandemia que nos estaba afectando. Este estado de alarma ha finalizado 100 días después, el 21 de junio.
Durante los meses mas duros de confinamiento la ventana ha sido nuestra apertura a la naturaleza. Ventana que supuso una puerta de escape, de esperanza. Meses en los que no podíamos salir. Meses en los que 56 zamoranos de 18 localidades diferentes hemos conseguido ver u oir un total de ¡¡¡149 especies de aves!!! Una cifra verdaderamente sorprendente que, sinceramente, nunca hubiéramos podido imaginar. Pinchando aquí podéis ver todas las especies, los colaboradores y las localidades.
Me gustaría felicitar y agradecer a todos aquellos zamoranos que han mirando por sus ventanas, disfrutando de la naturaleza de esta manera tan extraña que nos ha tocado vivir. El conocimiento de la fauna que vive o pasa por nuestras ciudades y pueblos ha tenido un punto y aparte porque hemos recopilado numerosos y valiosos datos que ampliarán enormemente su conocimiento y, nos daremos cuenta, del enorme desconocimiento que teníamos de lo más cercano, lo que tenemos junto a nuestras casas; esa naturaleza urbana que ha pasado muy desapercibida y que hemos descubierto.
Gracias a todos los que me habéis dejado fotografías para ilustrar estas entradas a lo largo de estos meses. Gracias a: Manuel Segura, Hipólito Hernández, Alfonso Rodrigo, Fátima Hernández, Juan Pablo Martín, Fernando García, Pilar Sánchez, Gary Losada y Juanjo González. Y por supuesto gracias a todos los que habéis estado observando y disfrutando de la naturaleza desde vuestras ventanas.
Precioso torcecuello fotografiado por Manuel Segura en Calabor.
Macho de camachuelo fotografiado por
Hipólito Hernández "Poli" en El Puente de Sanabria.
No todo han sido aves. Preciosa Proserpinus proserpinus fotografiada por
Pilar Sánchez en Monfarracinos.
Cacyreus marshalli (mariposa del geranio) fotografiada en Zamora
por José Barrueso.
Lechuza herida que se refugió en la casa de Pilar Sánchez.
Los servicios de medio ambiente fueron a recogerla: tenía un ala herida.
Vencejo común fotografiado en Zamora.
Pardillo común fotografiado en Zamora.
Macho de colirrojo tizón fotografiado en Zamora.
También podréis encontrar información en otros dos blog zamoranos:
saliegosbirding y zamorabiodiversa.

sábado, 2 de mayo de 2020

146 especies vistas por los zamoranos desde sus ventanas.

Aquí seguimos: mirando por la ventana. 50 días llevamos observando la naturaleza desde nuestras ventanas. Ventanas de esperanza. Ventanas de escape. Ventanas que nos siguen dando alegrías. Ventanas desde las que 56 zamoranos de 18 localidades diferentes hemos conseguido ver u oir 146 especies. Una cifra verdaderamente sorprendente que sigue deparándonos sorpresas que nunca hubiéramos podido imaginar ver en la ciudad. Pinchando aquí  podréis ver todas las especies, los colaboradores y las localidades.
Vencejo común en Zamora.
Me gustaría felicitar y agradecer a todos aquellos zamoranos que estáis mirando por vuestras ventanas, disfrutando de la naturaleza de esta manera tan extraña que nos está tocando vivir. El conocimiento de la fauna que vive o pasa por nuestras ciudades y pueblos va a tener un punto y aparte cuando acabe este confinamiento porque habremos recibido numerosos datos que ampliarán enormemente su conocimiento y, nos daremos cuenta, del enorme desconocimiento que teníamos de lo más cercano, lo que tenemos junto a nuestras casas; esa naturaleza urbana que ha pasado muy desapercibida y que estamos descubriendo.
En las siguientes fotografías, todas hechas desde casa, podréis ver una pequeña muestra de la enorme variedad de especies que estamos viendo.
Muchas gracias a: Juanjo González, Alfonso Rodrigo, Manuel Segura, Hipólito Hernández, Juan Pablo Martín y Gary Losada por dejarme vuestras magníficas fotografías para ilustrar esta entrada. Gracias a todos.
Tórtola europea fotografiada por Manuel Segura en Calabor.
Pareja de azulones sobrevolando Zamora.
Hembra de mirlo común fotografiada
por Juan Pablo Martín en Morales del Vino.
Alcaudón común en Zamora.
Carbonero común fotografiado por Gary Losada en Benavente.
Gorrión molinero fotografiado por Juanjo González en Benavente.
Grajilla fotografiada en Zamora por Alfonso Rodrigo.
Alcotán en Zamora.
Cernícalo primilla en la catedral de Zamora.
Precioso torcecuello fotografiado en Calabor por Manuel Segura.
Verderón común fotografiado por Juan Pablo Martín en Morales del Vino.
Lavandera blanca fotografiada en El Puente de Sanabria
 por Hipólito Hernández "Poli".
Colirrojo tizón fotografiado por Alfonso Rodrigo en Zamora.
Pareja de tórtola turca fotografiada en Benavente por Gary Losada.
Milano negro fotografiado en Zamora.
Garza real en Zamora.
Macho de mirlo común fotografiado por Juanjo González en Benavente.
También podréis encontrar información en otros dos blog zamoranos: saliegosbirding y zamorabiodiversa.

martes, 21 de abril de 2020

El patio de mi casa: historia y habitantes alados.

El patio de la comunidad de vecinos en el que está mi casa se ha convertido en una comunidad de verdad. Hemos empezado a aplaudir, a escuchar música con peticiones, a tomar nuestros aperitivos y, lo más importante, a hablar y a conocernos. En este patio al verme con cámara de fotos, prismáticos y telescopio en mano, me han empezado a preguntar e interesarse por lo que estaba haciendo y sorprenderse de todo lo que se puede ver, simplemente, con observar con tranquilidad.
Este patio tiene historia. Una larga historia de auge y caída. Historia que voy a ir contando según describo a sus nuevos habitantes. Historia extraída del magnífico trabajo de Rafael Ángel García Lozano titulado: “El hospital y la capilla de la Cofradía de los Ciento. Aportaciones para el estudio del urbanismo y la arquitectura de Zamora”.
Este patio era el patio de un ilustre palacio, el Palacio de Los Valencia: “El Palacio de los Valencia era una magnífica casona del siglo XV en la que vivió la familia de D. Gonzalo de Valencia, Caballero del Hábito de Santiago, Procurador a Cortes y Patrón de la capilla de San Bernardo de la Catedral zamorana. Los orígenes familiares se remontan al matrimonio del rey Fernando III con Beatriz de Suabia, hija del emperador de Alemania Felipe de Suabia, en 1219. Su última descendiente fue Doña María Antonia de Villafañe…”.
En este patio tranquilo con un pequeño jardín, varios arbustos, arbolitos y un gran abeto se desarrolla una vida paralela a la nuestra que sigue su curso, sigue los dictados de la naturaleza. Tiene sus propios habitantes que actúan según sus necesidades.
Los mirlos comunes están muy atareados consiguiendo comida para sus pequeños que los tienen en un árbol de un patio cercano que escapa a mi visión. La pareja de mirlos se va alternando en las llegadas al jardín. Normalmente el más atareado es el macho, es el que más veces se ve patrullando el césped. Camina despacio, como si estuviera escuchando algo o tuviera un geo-radar para localizar a los pequeños gusanos o lombrices que viven bajo la superficie. Camina a pequeños saltitos para pararse. Inclinar la cabeza y, como si supiera donde está su presa, meter toda la cabeza entre la capa de césped cual experto buceador para después, tirar, como si de un largo espagueti se tratara, y sacar una larga lombriz que sujeta con su anaranjado pico para volver a iniciar nuevamente, la misma operación. Cuando considera que tiene comida suficiente para sus pequeños marcha contento para, a los pocos minutos, aparecer la hembra que hará la misma operación.
La hembra, con más mala leche, no tolera la presencia de las palomas torcaces que también vienen al patio y se lanza chillando y alterada sobre cualquiera de ellas para echarlas del lugar en el que está buscando la comida para sus pequeños pero, las urracas, apostadas en las antenas o en los tejados, son la horma de su zapato y, en cuanto pueden, se lanzan sobre la hembra de mirlo como para decirle que  son ellas las que mandan en el lugar, porque no es por la comida, ya que, en ningún momento, las he visto buscar alimento aquí.
Patio ilustre en el que: “Mediada la segunda década del siglo XIX, mientras se llevan a cabo unas obras de reforma en el palacio episcopal, el Palacio de los Valencia se convierte en la residencia provisional del obispo de la Diócesis, D. Pedro de Inguanzo y Rivero…..Con el devenir del tiempo el palacio acoge a finales del siglo XIX las dependencias de la Guardia Civil, procedentes del cercano Palacio de los Ocampo, a cuyo cargo estaba el comandante Antonio Pascual del Real. El establecimiento de la Benemérita en el Palacio de los Valencia se hace paradójicamente compatible con otros usos en algunos momentos. Allí permanece hasta que se traslada al desamortizado convento de los Trinitarios, en la calle San Torcuato”.
Los estorninos también vienen al jardín. En unos primeros momentos se veía a varias parejas que bajaban juntas y, mientras el macho, reclamaba constantemente, la hembra se dedicaba a comer siguiendo una técnica muy parecida a la de los mirlos. El macho se pavoneaba delante de su amada para intentar camelarla y, la hembra, más práctica, comía tranquila mientras su pretendiente alardeaba ante su presencia.
Estos estorninos también sufren las embestidas de las urracas que son como el matón del lugar. Después de varios intentos de bajar y que los echaran las urracas, esta pareja de estorninos siguió una táctica de despiste.
Se subieron al abeto y se quedaron quietos, agazapados entre sus ramas, esperando. Cuando las urracas desaparecieron, los estorninos bajaron al jardín para continuar con sus quehaceres.
La historia del antiguo Palacio de Los Valencia continúa: “…llega a Zamora en 1866 Federico Cantero Seirullo como director de la línea ferroviaria de Medina del Campo a Zamora. Tras su matrimonio con Isabel Villamil, se hace con parte del palacio, donde fija su residencia familiar y despacho. Se dispone a reformar estas estancias del palacio ya de por sí maltrecho para acoger a su familia sin privarla de las comodidades propias de su condición adinerada. Para ello manda dotar su casa de despacho, sala de billar, sala para audiciones musicales, salones para recepciones, cuartos de baño completos, e incluso decoración pictórica en algunas de las salas. La obra a la que se ve sometido el palacio es de notable importancia, quizá no tanto el aspecto exterior, pero sí transformando su interior de forma sobresaliente. Con sus diferentes inquilinos, todas estas reformas transcurren entre 1864 y 1883, dando como resultado una considerable modificación del edificio. Trasladado Cantero Seirullo a Vigo, su hijo Federico Cantero Villamil le sucede en el cargo, dando continuidad a la presencia de la familia en el palacio".
En tal ilustre lugar ha habido numerosos e importantes visitantes a lo largo de toda su existencia; entre ellos me gustaría destacar a D. Miguel de Cervantes Saavedra que pasó una temporada alojado en el palacio de D. Francisco de Valencia que fue compañero de cautiverio en Argel o la visita de trabajo de Juan Antonio Benlliure (padre del gran escultor Mariano Benlliure) para los trabajos de decoración y reforma encargados por Federico Cantero Seirullo en el interior del palacio.
Los pequeños gorriones comunes se mueven desde los patios y tejados cercanos hasta los arbustos del jardín, se dan baños de arena que les servirán de protección y limpieza ante indeseados inquilinos o se alimentan del delicioso diente de león que comen con gran delicadeza.
En el alto abeto o sobre las antenas se escucha el precioso canto de los pardillos que se desgañitan hinchando el pecho para que su voz resuene y atraiga a su amada. Cuando una hembra ha bajado a comer al jardín, el encandilado macho, se acerca con un regalo, una miga de pan que será un magnífico obsequio que sellará su amor.
La hembra de pardillo no pierde el tiempo; necesita material para su nido y se dedica a recoger los pelos que los perros de los vecinos han caído cuando los bajan a pasear. Es muy afanosa y, cuidadosa y meticulosamente, va recogiéndolos para cuando tiene una buena cantidad volar hacia el lugar en el que su nido está comenzando a tomar forma.
El viejo palacio continúa con su ajetreada vida: “Tras la marcha de la familia Cantero Villamil de la ciudad en 1924, las dependencias menores del palacio, ya conocido vulgarmente como Palacio de los Cantero, fueron habitadas por varios vecinos. Años después pasa a manos de la empresa hidroeléctrica “Saltos del Duero” que lo destina a viviendas para sus empleados…..
….Este fue su último uso, hasta que el abandono y la ignominia de una ciudad despreocupada en los años setenta del siglo XX por sus edificios singulares acabaron con él definitivamente. De la factura original del Palacio de los Valencia poco sabemos. Solamente lo que nos ha llegado por su portada y escudo actualmente integrados en el nuevo edificio…” (el antiguo palacio de Los Valencia fue destruido en 1976)
Las palomas torcaces, tórtolas turcas, colirrojos tizones, grajillas y palomas domésticas son otros de los habitantes de este patio de vecinos en el que, coincidencias que tiene la vida, me enteré hace relativamente poco tiempo, que en el antiguo patio del Palacio de Los Valencia, en los años cincuenta y sesenta se hacían conciertos de música y, curiosamente, mi abuelo Manolo, era uno de los integrantes de la banda de Zamora que tocaban en el antiguo lugar. Lugar que es ahora el patio en el que observo las evoluciones de sus habitantes alados. Lugar en el que los vecinos hemos empezado a conocernos.

miércoles, 15 de abril de 2020

135 especies de aves desde las ventanas zamoranas.

Seguimos en casa pero no por eso estamos dejando de hacer, en versión ventana, lo que más nos gusta: observar la naturaleza. Esa naturaleza urbana que normalmente pasa desapercibida. Esa naturaleza urbana en la que no nos fijamos normalmente; las prisas, nuestro modo de vida ajetreado y sin descanso no nos deja ver lo que tenemos a nuestro alrededor, lo que tenemos alrededor de nuestras ventanas, de nuestros hogares, esa es la naturaleza más cercana.
Esa naturaleza nos está dando alegrías y constantes sorpresas. La ciudad está tranquila, los pájaros se oyen como nunca, el cielo está claro y la atmósfera despejada, llueve diferente, no hay ruidos, polución, ni estelas de los aviones y todo esto se nota en los animales y, a nosotros, nos sorprende.
En todos estos días de confinamiento desde las ventanas de 47 zamoranos hemos podido ver u oir 135 especies de aves en 18 localidades diferentes. Ahí es nada. Una cifra impresionante. Una cifra sorprendente que sigue creciendo y dándonos constantes alegrías y sorpresas. Si pincháis en esta imagen podréis ver la lista completa con las especies, localidades y colaboradores.
Me gustaría felicitar a todos aquellos zamoranos que estáis mirando por vuestras ventanas, disfrutando de la naturaleza de esta manera tan extraña que nos está tocando vivir y haciendo algo muy importante: ampliando conocimientos y aportando datos para un mayor conocimiento de la fauna de nuestras ciudades y pueblos. (Recordar que también hay mucha información en la plataforma de ebird donde se van colgando listas de aves vistas en nuestra provincia (y del resto de España) o en grupos de Facebook en los que es sorprendente lo que la gente ve desde sus ventanas y balcones).
Ahí van unas cuantas fotografías hechas desde nuestras ventanas. Muchas gracias a: Fernando García, Alfonso Rodrigo, Manuel Segura, Hipólito Hernández, Juan Pablo Martín y Fátima Hernández por dejarme vuestras magníficas fotografías para ilustrar esta entrada. Gracias a todos.
Gorrión común fotografiado por Juan Pablo Martín
en Morales del Vino.
Estornino negro en Zamora.
Magnífica fotografía de dos torcecuellos
hecha por Manuel Segura en Calabor.
Herrerillo común fotografiado por Hipólito Hernández "Poli"
en El Puente de Sanabria.
Pareja de azulones pasando por delante de la catedral de Zamora.
Sorprendente fotografía de una abubilla
realizada por Alfonso Rodrigo en el centro de Zamora.
Trepador azul fotografiado por Hipólito Hernández "Poli"
en El Puente de Sanabria.
Sorprendente grupo de cigüeñuelas cruzando la ciudad de Zamora.
Precioso ruiseñor fotografiado por Manuel Segura en Calabor.
Mirlo común fotografiado por Juan Pablo Martín en Morales del Vino.
Pico picapinos fotografiado por Hipólito Hernández "Poli"
en El Puente de Sanabria. 
Verdecillo fotografiado por Manuel Segura en Calabor.
Preciosa fotografía de dos palomas torcaces
realizada por Fernando García en Zamora.
Macho de pardillo ofreciendo un obsequio en forma de pan a una hembra.
No todo son aves. Estos ciervos fueron fotografiados
por Fátima Hernández en El Puente de Sanabria.
 Tenéis también información en los blogs zamoranos: saliegosbirding y zamorabiodiversa.