Hace unos días Juan José González descubrió un grupo de 13 chorlitos carambolos en una zona de Zamora nada habitual para ellos, por lo menos que se sepa, ya que la mayoría de las citas en la provincia de Zamora se han producido en la Alta Sanabria donde Hipólito Hernández y Manuel Segura los controlan en sus pasos anuales.
Si este magnífico grupo de chorlitos carambolos se ha visto en esta zona ¿Cuánto nos perderemos? ¿Cuántas aves podemos ver? ¿El 20 % de las aves que pasan por nuestra tierra? ¿El 10 %? ¿Cuántas aves no seremos capaces de localizar? Es muy difícil de saber. Es muy complicado de cuantificar pero desde luego es un tanto por ciento muy alto lo que no vemos. Aun así, el aumento de observadores, hace que cada vez veamos más cosas, tengamos más información y las redes sociales, ebird y blogs hacen que corra como la pólvora, aprendamos unos de otros y veamos aves donde, normalmente, no deberían de estar (o eso creemos).
He podido ver el grupo y, por fin, disfrutar de esta emblemática especie que ha hecho escala en tierras zamoranas.
El chorlito carambolo es una especie proveniente de la tundra Ártica (Escandinavia y Rusia) que migra hasta el continente africano (algunos pueden invernar en el sur de la Península Ibérica) y es en una de las paradas de ese enorme viaje cuando lo podemos ver en la provincia de Zamora.
Allí estaban ejemplares adultos y de primer invierno, en una tierra de labor en el medio de la nada. Tierra y algunas recién brotadas hierbas era lo que habían elegido para parar, descansar y alimentarse. Zona en la que no paraban de moverse de un lugar a otro en pequeñas carreras pero siempre entorno a la misma zona; se estaban alimentando constantemente de todo lo que pudieran encontrar. Había que coger fuerzas para continuar el largo y peligroso viaje hasta África.
El chorlito carambolo es una de esas aves que tienen un dimorfismo sexual inverso, es decir, es la hembra (un poco más grande) la que atrae a los machos con un plumaje vistoso para ser fecundada y posteriormente poner los huevos en un nido en el suelo de la tundra ártica. Ahí termina su labor ya que es el macho el que incubará y criará a los pequeños chorlitos. En los años noventa del s.XX se localizaron en el pirineo oriental varias parejas que crían en esa zona.
Este grupo de 13 ejemplares es el más grande de los vistos en la provincia de Zamora superando a los 11 ejemplares vistos por Joan Ximenis el 16-10-2015 en la Reserva Natural de las Lagunas de Villafáfila y los 9 ejemplares vistos el 16-9-2013 por Hipólito Hernández en la Alta Sanabria (datos extraídos del gran blog el pernil de Alfonso Rodrigo).
Cuatro días han permanecido desde que se localizaron, no se sabe si llevarían más tiempo, este magnífico grupo en la tierra zamorana. Normalmente son bastante confiados ya que es sus lugares de cría no están habituados a ver humanos por lo que no nos tienen miedo, circunstancia que se aprovechó durante años en Inglaterra para cazarlos y ser servidos como un majar en selectas mesas (actualmente está prohibido).
Esta misma temporada del postnupcial Manuel Segura localizó 2 ejemplares juveniles en la Alta Sanabria el pasado 22 de septiembre de 2023. Las siguientes fotografías pertenecen a esos ejemplares y nos muestran la enorme belleza además de la buena mano de Manuel Segura al cual le agradezco enormemente sus fotos para ilustrar esta entrada.