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jueves, 8 de diciembre de 2022

Dos ánsares campestres de la Tundra en Villafáfila.

El pasado día 2 de diciembre Gary Losada descubrió en la Reserva Natural de las Lagunas de Villafáfila dos preciosos ánsares campestres de la Tundra. ¡Enhorabuena Gary!
Ánsar que llega hasta nuestra tierra de una forma muy escasa y ocasional mezclado con los grupos de ánsar común. Imaginemos que en vez de ver uno o dos cada ciertos años pudiéramos ver miles…algo que nos parece impensable actualmente pero que ocurría en la provincia de Zamora.
El embalse de Ricobayo es uno de los principales embalses de la provincia. Se construyó entre 1929 y 1935 en el río Esla, suponiendo una enorme transformación del entorno ya que ocupa casi 6.000 hectáreas y divide la provincia en dos partes: al oeste, la comarca de Aliste y, al este, Tierra de Campos.
Uno de los principales hechos históricos, a nivel ornitológico, acaecidos en este embalse fue que durante muchos años era el principal lugar de invernada del ánsar campestre (ahora ánsar campestre de la Tundra) en nuestro país.
En el libro: “El ánsar campestre y el ánsar común en Castilla y León” de Mariano Rodríguez y Jesús Palacios se menciona que entre 1968 y 1981 este enclave es el principal y prácticamente único punto de invernada del ánsar campestre en España.
Que lejos quedan los tiempos en los que los ánsares campestres invernaban en la provincia de Zamora por miles; en 1968-69: 6.000 ánsares campestres invernaban en la provincia de Zamora siendo uno de los lugares principales de invernada en España y su último reducto.
Su número fue decayendo paulatinamente en nuestra provincia; todavía en 1981 había 3.800 ánsares campestres que continuaban viniendo a pasar el invierno, en 1982: 3.000, en 1983 se produjo una enorme bajada hasta los 1.400 ejemplares, en 1984: 925; 1985: 792; 1986: 450 y así hasta 1991, año en el que vinieron 157. En la década de 1990-2000 continuaron viniendo en muy escaso número pero es a partir de la entrada en el s.XXI cuando prácticamente desapareció y, actualmente, ver alguno es algo extraordinario.
El ánsar campestre de la Tundra es un ganso realmente hermoso, es algo más pequeño que el ánsar común, con la cabeza marrón oscura, las patas anaranjadas y el pico oscuro con una mancha-franja naranja. Ánsar que cría en la lejana tundra siberiana.
Está decadencia absoluta, según los autores anteriormente citados, se produjo por diferentes razones: “…hayan encontrado mejores zonas de invernada en Centroeuropa y hayan preferido poco a poco quedarse en dicho lugar, en vez de en zonas más alejadas……modificaciones en su hábitos de invernada…existe una notable coincidencia de fechas entre la Concentración Parcelaria de sus pastaderos y el comienzo de su declive, aunque no podemos afirmar que dichos hechos estén relacionados”.
Seguramente, un cúmulo de todas estas circunstancias (a las que se pueden añadir la caza o los problemas en sus zonas de alimentación), provocó su decadencia paulatina al igual que le ha sucedido al ánsar común en los últimos años en los cuales, sus números, han bajado desde los casi 40.000 en 1999 hasta los 500-600 que hay actualmente en Villafáfila.
Fotografía en la que podemos ver juntos
 a los 2 ánsares campestres de la Tundra,varios ánsares caretos
 y ánsares comunes.
Si cada vez vienen hasta nuestras tierras menos ánsares comunes también baja enormemente la probabilidad de que entre ellos aparezca algún otro tipo de ánsar infiltrado que no sea el común como los ánsares campestres de la Tundra, los ánsares caretos o cualquier tipo de barnacla. Aunque este año está rompiendo la probabilidad estadística ya que, actualmente, en un grupo de unos 500-600 ánsares comunes se encuentran estos 2 ánsares campestres de la Tundra y 9 ánsares caretos. Todo un lujo para los pocos ánsares que hay en las lagunas de Villafáfila (y en España) poder ver juntos estas tres especies de ánsares.
Esperemos que se queden toda la temporada invernal y podamos disfrutarlos porque son una verdadera rareza y muy hermosos.

domingo, 7 de enero de 2018

91 ánsares caretos en Villafáfila

Seguimos con el ánsar careto. Sé que para algunos les resultará pesado o monótono pero este año es excepcional y como tal debo de continuar escribiendo sobre este precioso ánsar que está dejando números espectaculares en las Lagunas de Villafáfila.
El pasado 29 de diciembre pude ver, en compañía de J. Alfredo Hernández, la espectacular cifra de ¡¡91 ánsares caretos!! Cifra record para las Lagunas de Villafáfila superando los 79 ejemplares que pude ver el 22 de diciembre de 2017 (con Juanjo González), los 78 del día 7 de enero de 2018 (en compañía de Alfonso Rodrigo) y los 55 vistos por Persson H. en 1994 (un año después de dejarse de considerar rareza en España).
Estos impresionantes datos son siempre un mínimo porque en ningún momento se han podido ver todos los que pudiera haber ya que siempre se ha visto parte del gran grupo de ánsares comunes entre los que están infiltrados; con lo cual, seguramente, estemos hablando de más un centenar de ejemplares de este precioso ganso. De momento, la cifra que va a quedar son esos espectaculares 91 ejemplares.
Para darse cuenta de las magnitudes e importancia de estas cifras debemos de poner en relevancia algunos datos de consideración.
Primero. Este año es la invernada de menos ánsares comunes desde que se tienen registros. El último censo del 15 de diciembre arrojaba una cifra de 2.500 ánsares comunes; cifra que se ha visto superada después y, actualmente, según mi previsión, habrá entre 4.500 – 5.000 ejemplares, la menor cifra histórica. Tengamos en cuenta que en 1999 había cerca de 40.000 ejemplares en las lagunas o en 2012 algo más de 15.000. Por lo tanto, el declive de la llegada de ánsares comunes es más que evidente y tremendamente preocupante con muy malas perspectivas.
Quizás pueda llegar a pasar con el ánsar común lo mismo que sucedió con el ánsar campestre, su desaparición. En los años cincuenta del siglo XX los grandes bandos de ánsar campestre se desplazan desde las Lagunas de Villafáfila hasta el embalse de Ricobayo (J.I. Regueras, 1982). En el libro: “El ánsar campestre y el ánsar común en Castilla y León” de Mariano Rodríguez y Jesús Palacios se menciona que entre 1968 y 1981 este enclave es el principal y prácticamente único punto de invernada del ánsar campestre en España: “…un máximo de 6.000 ejemplares en 1968-69 hasta los 3.800 ejemplares de 1981, desapareciendo todos los posibles puntos de invernada distintos del E. de Ricobayo. A partir de 1981 encontramos un descenso uniforme, desde los 3.000 ánsares de 1982 hasta los 134 de la temporada 1989-90 y los 157 de la temporada 1990-91”. Y el resto ya lo sabemos…desapareció y, actualmente, ver alguno en la temporada es algo extraordinario.
La desaparición del ánsar campestre coincidió con la parada del ánsar común que hasta mediados de los años 70 del s.XX simplemente pasaba por aquí, quedándose en un número muy reducido.
La probabilidad de que ánsares caretos vengan es mayor cuanto mayor sea el número de ánsares comunes que lleguen pero…esto es la teoría, la hipótesis, porque este año, esta probabilidad de: a más ánsares comunes más posibilidades de ánsares caretos, se ha roto.
Segundo: las cifras de caretos son muy reducidas durante los últimos años. Los que yo he podido ver, en las últimas invernadas, hablo de cifras máximas vistas por mi (pueden variar algo pero no mucho con las oficiales) son las siguientes: invernada 2012-13: 25 ejemplares (21-1-2013) – 2013-14: 6 ej. (19-1-2014) – 2014-15: 13 ej. (6-12-2014) – 2015-2016: 3 ej. (29-11-2015) – 2016-17: 2 ej. (12-11-2016) – 2017-18: 91 ej. (de momento el 29-12-2017).
Desde 2012 a la actualidad serían: 25-6-13-3-2 y 91 ejemplares. Es decir, en esta invernada he visto casi el doble de caretos de los que había visto en los últimos 5 años.
El ánsar careto proviene de la tundra siberiana, migrando hasta centro Europa (Bélgica, Holanda, Alemania) donde se mezcla con los ánsares comunes y, una mínima parte, viaja hasta nuestro país. 
En la siguiente imagen se puede ver el increíble viaje de diferentes ánsares caretos marcados con GPS en Holanda (datos procedentes de la página www.blessgans.de).
Viaje que, algunos de ellos, un tanto por ciento muy bajo, prolongan hasta nuestro país mezclados con los ánsares comunes que provienen de Noruega y paran en Holanda, Bélgica o Alemania para terminar invernando entre nosotros.
La siguiente imagen es otro ejemplo del viaje de algunos ánsares caretos marcados en Hungría que utilizan otra ruta para llegar desde sus cuarteles de invierno a sus cuarteles de cría, en la fría e inhóspita tundra siberiana.
Los ejemplares que utilizan esta ruta es muy difícil, prácticamente imposible que lleguen hasta nuestras tierras.
Este es el ánsar careto, un espectacular viajero que, este año, nos está dando grandes alegrías en las Lagunas de Villafáfila.

sábado, 28 de noviembre de 2015

Ganso campestre en Villafáfila.

Ayer, por la tarde, he podido ver mi primera sorpresa de la temporada de gansos en las lagunas de Villafáfila, un precioso ganso campestre en el entorno de la laguna de Barillos.
El ganso campestre es un ganso realmente hermoso, es algo más pequeño que el ganso común, con la cabeza marrón oscura, las patas anaranjadas y el pico naranja con manchas oscuras.
Que lejos quedan los tiempos en los que los gansos campestres invernaban en la provincia de Zamora por miles, en 1968-69: 6.000 gansos campestres invernaban en la provincia de Zamora siendo uno de los lugares principales de invernada en España y su último reducto.
Ganso campestre el 22 de febrero de 2012.
Su número fue decayendo paulativamente en nuestra provincia, todavía en 1981 había 3.800 gansos campestres que continuaban viniendo a pasar el invierno, en 1982: 3.000, en 1983 se produjo una enorme bajada hasta los 1.400 ejemplares, en 1984: 925; 1985: 792; 1986: 450 y así hasta 1991, año en el que vinieron 157 y, desde ahí, hasta la actualidad solamente vienen ejemplares aislados, mezclados con los gansos comunes y no todos los años. (Todos estos datos han sido sacados de: “El ansar campestre y el ansar común en Castilla y León” de Mariano Rodríguez y Jesús Palacios)
Dos fotografías de un ganso campestre el 22 de abril de 2012.
Está decadencia absoluta, según los autores anteriormente citados, se produjo por diferentes razones: “…hayan encontrado mejores zonas de invernada en Centroeuropa y hayan preferido poco a poco quedarse en dicho lugar, en vez de en zonas más alejadas……modificaciones en su hábitos  de invernada…existe una notable coincidencia de fechas entre la Concentración Parcelaria de sus pastaderos y el comienzo de su declive, aunque no podemos afirmar que dichos hechos estén relacionados”.
Ganso campestre que durante muchos años estuvo
en el centro de interpretación de las lagunas de Villafáfila.
Foto tomada el 7 de enero de 2012.
Seguramente, un cúmulo de todas estas circunstancias (a las que se pueden añadir la caza o los problemas en sus zonas de alimentación), provocó su decadencia paulatina al igual que le está sucediendo al ganso común en los últimos años en los cuales, sus números, han bajado preocupantemente pero, lo primero que hay que tener en cuenta es ¿por qué vienen?
Foto tomada por Fernando García
 (al cual agradezco enormemente prestármela para esta entrada)
de dos gansos campestres el 20 de enero de 2006.
La razón fundamental de su venida es por la dificultad para encontrar alimento. Sus zonas se ven cubiertas por nieve, fuertes vientos y mal tiempo que provoca que la comida escasee, desaparezca o sea muy difícil encontrarla por lo que deciden desplazarse más al sur en su busca. Así, la razón fundamental de la disminución de gansos que viene hasta nuestras tierras en los últimos años es que tienen comida en la zona de Alemania y Holanda ya que grandes extensiones de tierra ganada al mar que se utilizaban para el cultivo de flores se están abandonando y dejando libres, con lo cual, en esas tierras crecen los pastos que son alimento para todos estos gansos que encuentran comida y, además, el invierno, tanto en Alemania como Holanda es, cada año, menos duro, con lo cual, se unen estas dos circunstancias para que miles de gansos no se muevan de esas zonas y los que bajan desde los países nórdicos se queden, en gran número, también allí.
Ganso campestre el 17 de marzo de 2012.
Cada año bajan menos gansos comunes que, además, llegan más tarde y se quedan menos tiempo.
Si cada vez vienen hasta nuestras tierras menos gansos también baja enormemente la probabilidad de que entre ellos aparezca algún otro tipo de ganso infiltrado que no sea el común como los gansos campestres, como este ganso campestre que comía tranquilamente entre un pequeño grupo de gansos comunes.
Los últimos gansos campestres vistos en las lagunas de Villafáfila fueron un ejemplar el 3 de enero de 2015 visto por Jordi Faus, otro ejemplar el 25 de diciembre de 2014 por Cristian Osorio y dos ejemplares que pude ver el 10 de enero de 2014. Como se puede comprobar son muy pocos ejemplares entre los miles de gansos comunes que llegan hasta nuestras tierras.
Dos gansos campestres el 10 de enero de 2014.
Comienza una nueva temporada de gansos en las lagunas, temporada que espero traiga más sorpresas aunque, las previsiones de llegada de gansos, según los datos de los últimos años, no sea muy halagüeña, pero, las previsiones están para romperlas y, me haría mucha ilusión y sería una gran noticia que este año se rompiera la tendencia a la baja de la llegada de gansos de los últimos años a España. Veremos...

viernes, 10 de enero de 2014

Villafáfila: 4 piquicortos, 2 campestres y mucho más...

Hay días que sales al campo y son para recordar durante mucho tiempo. Hoy (10-enero-2014) es uno de esos días. Llegaba a las lagunas con la intención de dar una vuelta y comprobar la cantidad de agua que habían cogido en las navidades. El resultado...¡espectacular! Da gusto ver las lagunas con la enorme cantidad de agua que tienen. Hacía, como mínimo seis años, que no las veía con este volumen de agua.
Si la tarde comenzaba con esta maravillosa visión ni que decir tiene todo lo que vino después. Las lagunas rebosan agua. Rebosan vida por los cuatro costados. Azulones, miles de avefrías, chorlitos dorados, pato cuchara, ánade silbón, ánade rabudo, ánade friso, combatiente, tarro blanco, cernícalo vulgar, estornino negro y pinto, garza real, focha común, busardo ratonero, aguilucho lagunero, águila real, avoceta, cerceta común, avutardas,...y los platos fuertes del día que voy a intentar contar con la misma emoción con la que los viví.
Había visto varios gansos con collar azul oscuro que había conseguido leer. Los tres eran viejos conocido: Gfg- Lko y Bp8. Los tres anillados en Noruega en 2008, 2012 y 2011. Esta invernada de gansos estaba siendo muy floja pero hoy había más y cuando se ven más grupos siempre cabe la posibilidad de encontrar algo especial como así me ocurrió mientras miraba un grupo.
Según pasaba con el telescopio un ganso levantó la cabeza. Tenía el pico muy corto, triangular y oscuro. ¡Un piquicorto! El último que había visto fue en diciembre de 2011. ¡Dos piquicortos...! ¡Tres! ¡Cuatro! Había cuatro piquicortos juntos.
Este ganso que está considerado como rareza en España solamente cría en Groenlandia, Islandia y en la isla de Spitsbergen (archipiélago de Svalbard) situada en el océano Glacial Ártico perteneciente a Noruega. Los piquicortos de esta isla invernan en centro Europa (Holanda, Dinamarca,...); de ahí pueden proceder estos piquicortos que se ven en España ya que pueden haber llegado mezclados con los grandes grupos de gansos comunes que invernan en nuestro país procedentes de estas zonas.
Piquicortos mezclados con gansos comunes.
Después de haber estado observando con detenimiento y emoción a los cuatro piquicortos continué recorriendo las lagunas para encontrarme con la siguiente sorpresa. 
En el borde del agua unas patas naranjas resaltaban como un faro en una noche de tormenta. ¡Un campestre! Este precioso ganso estaba al borde de la laguna. Observando atentamente, con el cuello estirado y pendiente de todo, cuando, de repente, se aproximó otro ganso a él.¡Era otro campestre! Había dos juntos. Allí estaban. Tranquilos. Uno comía y el otro observaba.
Pareja de gansos campestres al fondo.
(Las fotografías son meramente testimoniales dada la distancia)
Un poco más adelante pude ver una avefría especial. Una avefría totalmente blanca que había descubierto Cristían Osorio hacía un tiempo y Alfonso Rodrigo había incluido en una magnífica entrada en su blog.
Es un ave preciosa. Espectacular. Diferente. Un ave que resaltaba como una bola de nieve en una tierra oscura. No sé si es leucística o albina pero lo que si sé es que es una auténtica preciosidad.
Pero el día no acabó ahí. En un recorrido en busca de nuevos gansos me encontré con algo que parecía una barnacla canadiense pero no lo era. Inmediatamente recordé una entrada de J. A. Fernández Ugarte en la que contaba la historia de un híbrido de barnacla canadiense y ganso común que había visto en La Nava. Era muy parecida. ¿Sería la misma? ¿Habría venido hasta aquí?
No pude hacerle ninguna fotografía ya que se ocultó detrás de una pequeña loma y no salió más. Una auténtica pena de imagen.
Estas fotografías de esta pareja de gansos caretos están tomadas hace unos días.
Tres gansos caretos grandes completaban el poker de cuatro gansos diferentes que había visto en la tarde. Ganso común. Ganso campestre. Ganso piquicorto y ganso careto grande. Un auténtico lujo de día. Una gozada que tardará en repetirse.

domingo, 29 de diciembre de 2013

Lagunas de Villafáfila: cada año hay menos gansos.

Esta temporada de gansos está siendo muy preocupante. La sensación cuando vas a las lagunas es que cada vez hay menos gansos. Si hace unos años se podían ver más de 20.000 ahora mismo la cifra no llega a los 10.000. Se ha producido un descenso de más del 50% en muy poco tiempo.
La razón fundamental es que cada año bajan menos gansos desde Alemania y Holanda. El año pasado se quedaron más de 200.000 gansos a invernar allí, con lo cual, si cada vez bajan menos, cada vez habrá menos en las lagunas de Villafáfila ya que, además, las lagunas de La Nava están recibiendo más gansos incluso ha quitado el segundo puesto en número a Villafáfila y pelea por el primero con las marismas del Guadalquivir.
Todos estos gansos que no están viniendo hasta nuestro país lo hacen por una razón fundamental, tienen comida en la zona de Alemania y Holanda. Grandes extensiones de tierra ganada al mar que se utilizaban para el cultivo de flores se están abandonando y dejando libres, con lo cual, en esas tierras crecerán los pastos que son alimento para todos estos gansos que encuentran comida y, además, el invierno, tanto en Alemania como Holanda es, cada año, menos duro, con lo cual se unen estas dos circunstancias para que miles de gansos no se muevan de esas zonas y los que bajan desde los países nórdicos se queden, en gran número, también allí.
Caretos grandes y gansos comunes este diciembre en Villafáfila.
En el año 2012 se contabilizó la llegada a España de 58.168 gansos mientras que el año anterior fueron poco más de 100.000. Esos 58.168 gansos se distribuyeron de la siguiente forma: 21.610 en las marismas de Guadalquivir, 21.437 en las Lagunas de La Nava y Campos 15.121 acudieron a las lagunas de Villafáfila. En este año 2013 los datos serán todavía más bajos ya que, por ejemplo, en las lagunas de Villafáfila, en el último censo, se contabilizaron 9.000 gansos.
Ganso campestre a la izquierda y común a la derecha en marzo de 2012.
Pareja de gansos piquicortos, en primer término,
en la Salina Grande en diciembre de 2011.
Si cada vez vienen hasta nuestras tierras menos gansos también baja enormemente la probabilidad de que entre ellos aparezca algún otro tipo de ganso infiltrado que no sea el común como los gansos campestres, barnaclas cariblancas, gansos indios, gansos piquicortos o careto chico, incluso algún tarro canelo o barnacla cuellirroja; aún así, este año y el pasado, los caretos grandes han venido en un buen número, lo cual, es una enorme alegría.
Ganso indio a la izquierda y careto asomado a su derecha en diciembre de 2012.
Pareja de barnaclas cariblancas, en la zona de pasto, en noviembre de 2012.
Tarro canelo en la laguna de San Pedro en enero de 2013.
Careto grande y ganso campestre entre un grupo de gansos comunes
en el centro de interpretación de Villafáfila en enero de 2012.
Barnacla cuellirroja en noviembre de 2006 en el centro de interpretación.
Pareja de gansos campestres en enero de 2006.
Lo realmente preocupante es la tendencia tan acusada de la falta de gansos en los últimos años que se va acrecentando de una manera exponencial cada año que pasa, esperemos que esta tendencia se revierta y podamos seguir disfrutando de estas aves tan hermosas, curiosas e inteligentes.
(Quiero agradecer enormemente a Pepe San Román y Fernando García su colaboración para la realización de esta entrada, ya sea, mediante sus acertadas apreciaciones o sus fotografías)

sábado, 29 de diciembre de 2012

Mi primer collar amarillo y mucho más...

La mañana amaneció soleada y fría, con una luz espectacular para la fotografía y muy buena visibilidad, así es que me dirigí  hasta las lagunas de Villafáfila, que en esta época están en su mayor auge a nivel de cantidad de ejemplares. Nada más pasar Villarrín un grupo de gansos comía tranquilamente. Continué hasta el cruce de Otero de Sariegos donde, como dice uno de nuestros refranes,"todo mi gozo en un pozo". No se veía absolutamente nada. La niebla era tremendamente densa y lo cubría todo desde ese punto.
Como he comentado en varias ocasiones las Lagunas de Villafáfila son de agua salada, hecho que sorprende a mucha gente que llevo a conocer este magnífico entorno. Este hecho provocado por el tipo de suelo ha propiciado desde la prehistoria la extracción de sal que fue muy importante y codiciada ya que no había ningún otro lugar cercano de extracción de este mineral, con lo que a lo largo de la historia las salinas fueron controladas por señores poderosos (nobles o reyes) y la Iglesia.  Las lagunas eran un centro de abastecimiento de sal y como tal debían de ser protegidas y controladas ya que la sal era un bien de primera necesidad. 
Allí estaba. Entre la niebla. Un ganso con collar amarillo.
Según me dirigía hacia el pueblo de Villafáfila distinguí un gran grupo de gansos muy cerca de la carretera, detrás del pinar. Bajé y me situé entre los pinos desde donde se distinguían las siluetas de miles de gansos. Según los miraba con el telescopio apareció uno diferente, ¡tenía un collar amarillo! Los gansos con este collar han sido anillados en Alemania y no son muy comunes en esta zona. Tenía que intentar leerlo pero la niebla era un adversario demasiado poderoso.
Allí estuve más de media hora esperando ver el código de su collar. Nunca había conseguido leer entero un ganso con este tipo de collar y con este parecía que iba a suceder lo mismo. En un fugaz momento en el que el sol derrotó a la niebla conseguí ver la letra grande. Era una N. Poco a poco el sol se abrió paso hasta dejar al descubierto al ganso. Esta era la mía. Por fin lo leería. Cuando estaba completamente despejado, la visibilidad era buena y el ganso lo tenía a menos de 60 metros...¡se fue! Se marchó y me dejó completamente decepcionado. Una vez más no podría leer un ganso con collar amarillo.
Siempre alerta. Mientras unos comen, otros vigilan.
Otro momento importante en la historia de Villafáfila fue la reunión entre Fernando el Católico y Felipe el Hermoso el 27 de Junio de 1506. Felipe había desembarcado en La Coruña proveniente de Flandes. Desde allí se dirigió hasta Puebla de Sanabria donde esperó a que el rey Fernando llegara. Así el 20 de Junio de 1506 se reunieron en el campo de Remesal donde discutieron la incapacidad de la reina Juana para gobernar. Días más tarde firmaron en Villafáfila el Tratado de la Concordia en el que se ponía por escrito lo acordado en Remesal en el que Felipe el Hermoso (marido de Juana la Loca) quedaba como rey de Castilla y Fernando el Católico (padre de Juana) se retiraba a Aragón.
Tras mi frustrada lectura del collar y viendo que la niebla había levantado me dispuse a continuar mi visita a las lagunas. Según me acercaba al pueblo un pequeño grupo de gansos comía tranquilamente a unos 200 metros de la carretera. ¿Y si estaba ahí? Siempre hay que probar suerte y aunque el grupo era muy pequeño cabía esa posibilidad así es que paré en un camino alejado. Coloqué el telescopio y...¡allí estaba! No se me podía escapar. Recorrí un buen tramo de la carretera andando para intentar verlo mejor. Me acerqué todo lo que pude y después de casi cuarenta minutos de: "vamos gírate", "la N ya la he visto", "parece un 7", "otra vez el mismo lado. Gírate", "¡Es el 77!". Lo leí. Era el N77.
Era el N77.
El tratado de Villafáfila duró muy poco tiempo ya que el 25 de septiembre de ese mismo año murió Felipe el Hermoso, y Fernando el Católico volvió a ser el rey como regente de su hija Juana la Loca ya que el hijo de esta con Felipe solamente tenía 5 años. Sería el futuro Carlos I de España y V de Alemania.
De ahí, de Alemania era de donde provenía el ganso. Había sido anillado el 11 de Junio de 2008. Tenía 4 años y era una hembra. Se anilló en Bergen (Rügen) y era la primera vez que se le veía en España. Esta era su primera lectura en nuestro país, lo cual supone un orgullo añadido. Primera vez que conseguía leer un collar amarillo y además era la primera vez que se le veía en España. A este ganso se le ha visto 25 veces. De ellas, 23 en Alemania, 1 en Polonia y 1 en Villafáfila. Mi satisfacción era total. Todas estas observaciones, alemanas y polaca, se produjeron en una zona muy concentrada, con lo cual se había movido muy poco, por lo tanto esta vez puede que fuera su primer desplazamiento hasta nuestras tierras o quizás había venido antes y nadie lo había conseguido leer.
Continué toda la mañana por las lagunas con una enorme satisfacción pero las lagunas siempre sorprenden y me tenían reservadas otras sorpresas.
4 gansos caretos. 3 adultos y un joven que está entre los dos adultos que se ven bien.
El tercer adulto está de espaldas en el centro de la imagen.
Al fondo de este grupo de gansos comunes se ven 4 gansos caretos.
Este año está siendo muy bueno en la entrada y observación de gansos caretos. Pude ver un grupo de 12 en la Salina Grande y otros 5 junto a la carretera de Otero, pero la siguiente estrella fue un tarro canelo que llevaba varios días por la zona y que por fin pude ver. 
Tarro canelo en el centro de la imagen rodeado de un gran grupo de gansos
en el que había varios caretos y dos gansos marcados con un collar azul oscuro. 

 Al fondo varios tarros blancos.
No es la primera vez que veo un tarro canelo en las lagunas pero sí es la primera de este año. El tarro canelo vive habitualmente en el norte de África, oriente de Europa y parte de Asia. Tiene un color inconfundible, llamativo y vistoso además de muy espectacular. Pasa casi todo el día fuera del agua y no es nada común verlo en nuestras tierras.
Imagen, no tomada en Villafáfila, de un tarro canelo.
Imagen de un tarro canelo tomada el 6 de febrero de 2011 en la laguna de Barillos.
Aparte de los gansos caretos y el tarro canelo volví a ver un ganso campestre que fue la imagen frustrada de la mañana ya que pude sacarle una fotografía pero, por diversas razones, salió muy movida. También un águila real llamó mi atención. Era una adulta y estaba posada en un montón de alpacas. Observando. Oteando y esperando su oportunidad.
Alcaudón real.
Un alcuadón real, tres cigüeñas blancas, un bando de doce perdices, verderones y jilgueros, chorlitos dorados, avefrías, estorninos, cercetas comunes, frisos, azulones, silbones, cucharas, tarros blancos, avocetas, un rabudo, ratoneros, laguneros, milanos reales, algún mochuelo, correlimos comunes y algunas gaviotas reidoras fueron salpicando mi recorrido por las lagunas.
 De un lado los cazadores. Del otro las perdices dentro de la Reserva.
Momento de aseo. Los estorninos pintos forman enormes bandos.
Porrón bastardo que continúa en el Centro de Interpretación.
En el centro de interpretación seguía el porrón bastardo además de fochas, zampullines, azulones, frisos y alguna agachadiza. 
Grupo de fochas espantadas ante la presencia de un aguilucho lagunero.
El día anterior había ido a las lagunas con unos familiares y, junto a la pequeña
Claudia que estaba emocionada leyendo los collares de las fochas, 

 conseguimos leer el de esta, que resultó ser la primera observación que se hacía
de este ejemplar desde que se anilló el 3 de febrero de este año.  
La mañana llegaba a su fin. Había sido una buena jornada que se vio reforzada cuando José Miguel San Román, al que agradezco enormemente su celeridad y gestiones, me mandó el historial de mi primer ganso marcado con un collar amarillo.