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domingo, 24 de noviembre de 2024

Censo del lobo ibérico en Castilla y León: la controversia continúa.

Hace unos días la Junta de Castilla y León hizo público el censo del lobo realizado durante los años 2022 y 2023, en Zamora se amplió a 2024 por los terribles incendios de la Sierra de La Culebra de 2022. Desde su publicación hay opiniones para todos los gustos, unas más razonadas y razonables que otras por supuesto. Un profesor de estadística en su primera clase siempre nos decía: “La estadística es la ciencia que más miente porque con unos mismos datos se pueden interpretar resultados totalmente diferentes”. A lo que añadía: “Si tenemos dos pollos. Yo me como los dos y tu ninguno, la estadística nos dice que nos hemos comido uno cada uno”. En esas estamos.
Las fotografías que ilustran esta entrada
 han sido realizadas en el Centro del Lobo de Robledo (Zamora).
La Junta de Castilla y León dice: “Estos datos suponen un incremento del 8 % de las manadas de lobo en la Comunidad, con 14 nuevas respecto del censo de 2012-2013. Al norte del río Duero estos datos representan un aumento del 4 % de las manadas, pasando de 152 a 158, y de un 30 % de crecimiento al sur, pasando de 27 a 35”. ¿Un aumento del 8% es insostenible, es un aumento exponencial con una saturación como viene diciendo la administración regional durante mucho tiempo?
“El biólogo y miembro del grupo de especialistas de la Iniciativa Europea para Grandes Carnívoros (LECIE, según las siglas en inglés) Juan Carlos Blanco destaca que últimamente estaba “algo asustado” ante la insistencia de Castilla y León sobre un “aumento increíble y exponencial” del lobo, que finalmente se ha saldado en un “razonable” 8%. “Los datos son razonables, pero no la propaganda diciendo que había aumentos exponenciales, con ataques en aumento. El ministerio da nueve millones al año a la Junta para pagar daños y tienen que abonarlos, pero eso no implica que los lobos provoquen más daño”, expone el experto, partidario de que estos estudios “se separen del debate político”. (El País: 21-noviembre-2024).
Algo que sucede muy a menudo con los datos estadísticos es la creación de un relato para la consecución de un fin, me explico. La Junta de Castilla y León lleva diciendo a bombo y platillo durante mucho tiempo que el lobo ha aumentado exponencialmente su población ¿Consecuencia inmediata tras la publicación del censo? “Castilla y León presume del aumento del lobo y reclama su gestión para abrir la vía a cazarlo” (El País: 21-noviembre-2024).
En el verano de 2024 el Tribunal de Justicia europeo vetó la caza del lobo mientras su estado de conservación siga siendo “desfavorable”.
Vamos un poco más allá: “La Junta de Castilla y León defiende que la caza del lobo hace aumentar la especie y llama “negacionista” a quien lo critica” (iLeón: 21-noviembre-2024). Lo que se olvida mencionar es que según este censo: “…que remarca que el número total de manadas ha crecido de 179 a 193 en los últimos doce años, desde el censo anterior, pero que sin embargo, apenas aumenta el 3% en la suma de las cinco provincias donde la especie ya no se caza desde 2021, León, Palencia, Burgos, Zamora y Valladolid”.
¿Cuántos estudios científicos hay que digan que matar ejemplares de una especie catalogada como “estado de conservación desfavorable” aumenta su población? Evidentemente ninguno.
¿Por qué no se separa la gestión del lobo del debate estrictamente político y se lleva a temas científicos?
¿El aumento de grupos familiares supone que haya más ejemplares o no? ¿Cuántos lobos hay en Castilla y León? En el censo se nos dice: “Se pueden establecer cálculos del número de lobos en dos momentos del año correspondientes al mínimo y máximo poblacional, además de un porcentaje de lobos no territoriales (periféricos, flotantes o dispersantes) y que pueden representar en torno a la cuarta parte de la población total de lobos. Teniendo en cuenta la composición media descrita de los grupos familiares de 3-4 ejemplares antes de los partos, y de en torno a 7 lobos en época estival, a los que habría que añadir el porcentaje de dispersantes, de acuerdo con la literatura científica se podría establecer un intervalo de entre 965 y 1.737 lobos en Castilla y León, correspondiéndose con la estima mínima, antes de los partos, y la estima en la época estival, respectivamente (unos 1.300-1.400 lobos en otoño)”.
El que conoce el mundo del lobo sabe que estimar ejemplares es muy, muy complicado. Los grupos familiares son un ente cambiante que cada año fluctúa en función de nacimientos, muertes, abandonos o incorporaciones. Aun así en el censo se establece “un intervalo de entre 965 y 1.737 lobos en Castilla y León”. Ni más ni menos que 772 ejemplares entre el mínimo y el máximo.
Sin entrar en cómo se han recogido los datos para la elaboración de la estadística (aquí también hay mucha controversia); la estadística hay que, interpretarla de forma objetiva, sin condicionantes o sesgos intencionados que te lleven a tu terreno o a tus fines. La estadística bien interpretada es una gran herramienta para conocer la realidad pero para interpretarla hay que tener sentido común y, como sabemos, en muchas ocasiones, el sentido común es el menos común de los sentidos.

domingo, 22 de junio de 2014

Censo del lobo: llegó la controversia.

El pasado mes de enero publiqué una entrada en la que hablaba de la controversia que iba a generar el censo del lobo (de Castilla y León) cuando se hiciera público. Hace unos días salió el informe oficial y desde entonces no hago más que escuchar barbaridades acerca del "aumento significativo de los lobos en Castilla y León"; que "si hay tantos se podrán matar más", o "la única especie en extinción es el ganadero", sin olvidarnos del "teníamos razón. Están por todos lados".
La Junta de Castilla y León ha sacado unos datos oficiales en los que hay 179 manadas (152 al norte del Duero y 27 al sur) lo que supone una población de alrededor de 1.600 lobos en nuestra comunidad, siendo aproximadamente el 60% de la población total en España y habiéndose producido un aumento del 20% desde el censo realizado en el 2000-01. Para llegar a estas conclusiones desglosan todo el trabajo realizado entre 2012 y 2013: 1.073 avistamientos, 93 escuchas, 89 fototrampeos, 328 indicios, 143 restos de alimentación, 1068 celdas UTM, 51.229,5 km prospectados a pie, 10.085 excrementos, 2.828 huellas, 438 rascaduras....datos, datos y más datos, algo que a la Junta de Castilla y León le encanta (en cualquier sector).
Estos datos ya han tenido contestación entre naturalistas, científicos y ecologistas que no están de acuerdo con la manera de realizar el censo, ni con los resultados obtenidos, lo cual no quiere decir que su manera sea la correcta. Detrás de todos esos datos hay un pequeño ejército de agentes medioambientales que realizan su trabajo de la mejor manera posible, supongamos que haya algunos que no lo hayan hecho correctamente pero el resto si y han conseguido un montón de datos que no hay que menospreciar porque sí.
Creo que el tema se debería de centrar en dos aspectos básicos:
1º: La población real de lobos.
2º: Qué hacer para convivir con el lobo.
En la inmensidad de la sierra nevada aparece la figura del lobo...
1º: La población real de lobos.
Lo primero que habría que hacer es ponerse de acuerdo en la cantidad de lobos que hay. La Junta ha elaborado el censo con su personal junto con la Consultoría de Recursos Naturales S.L. algo que a buena parte de los científicos no acaba de convencer.
En el censo deberían de participar biólogos, naturalistas o expertos independientes junto con el personal de las guarderías para poder ver los diferentes enfoques y así llegar a un número lo más acertado posible en el que todos estén de acuerdo. 
El mar de datos que nos ofrece es como una inmensa cortina de humo, como un paraguas gigante en el que todo cabe y todos caben, es como una barra libre que sirve para que todos pidan de lo suyo. Según estos datos diferentes asociaciones y colectivos ya le están pidiendo el aumento de cupos para matar lobos, o el aumento de batidas, o mayor eliminación de ejemplares por parte de la patrulla lobo o la declaración de especie cinegética al sur del Duero.
...dejemos que continúe viviendo en nuestros campos.
Si lo perdemos será lamentable.
2º: Qué hacer para convivir con el lobo.
Este es el tema básico en el que hay que ponerse de acuerdo, en el que las posturas encontradas son cada vez más inflexibles, en el que los puntos de encuentro se distancian inexorablemente.
No todos los ganaderos opinan igual. Hay un número creciente de ganaderos que hace todo lo posible para adoptar medidas para convivir con el lobo y minimizar daños, e incluso erradicarlos, pero, por desgracia, las voces que más se oyen son las de los ganaderos que quieren ver al lobo muerto, que solamente les interesa que no haya lobos en su zona.
¿Por qué el ganadero no se acostumbra a la presencia del lobo? La respuesta es sencilla porque, donde había lobos, desaparecieron hace años y ahora, que están volviendo, se han acostumbrado a vivir sin ellos, con lo cual, deberán volver a usos tradicionales como defensa con mastines y cercados, además de pastores eléctricos, incluso, en determinadas zonas, se están metiendo burras entre el ganado para detectar la presencia del lobo.
El ganadero debe de acostumbrarse a convivir con el lobo; por cierto, los rebaños peor protegidos son, en general, los más atacados y, curiosamente, donde menos ataques hay es donde más lobos hay, en la Sierra de la Culebra; ya sé qué alguno me dirá que hay menos ganaderos, cierto, pero a esos ganaderos ¿cuánto les atacan? mucho menos que a otros ya que tienen mastines y están acostumbrados a la presencia del lobo y conviven con él. Comprendo a aquellos ganaderos legales que pierden sus ovejas y la Junta no les paga pero, disiento de aquellos que olvidan encerrarlas, dejan a las más viejas solas o dicen que ha sido el lobo cuando han sido perros y acusan al lobo de haberlas atacado. Seamos serios. Unos que digan la verdad y otros que paguen.
En definitiva, el problema del lobo es, simple y llanamente, un problema de dinero. Unos porque quieren recuperar el dinero de sus ovejas muertas, seamos francos ¿solamente las matadas por ataques de lobos? No. Se intentan colar como ataques muchas más. Y otros porque no quieren pagar en tiempo y forma, más el lucro cesante, lo causado por el lobo. Es decir, dinero y mentalidad.
El lobo debería de ser un bien rentable o el inicio de un despegue económico, el revitalizador de la economía y vida para determinadas zonas de nuestra provincia y comunidad y no una fuente constante de conflictos que por la cerrazón de unos y otros tiene muy mala solución.
Agradezco enormemente a mi amigo Fernando
prestarme sus fotografías para ilustrar esta entrada.
“Este animal tiene que convivir siempre con el hombre y hay que conjugar políticas medioambientales que favorezcan la integración del lobo en su hábitat y los intereses de los ganaderos, sin perder nunca la perspectiva”. Estas declaraciones hechas por Juan Manuel de la Torre, presidente nacional de ASCEL (Asociación para la Conservación y el Estudio del Lobo Ibérico), sí me parecen unas declaraciones coherentes y responsables. Intentemos esa integración y no busquemos, como diría mi abuela, "duros a cuatro pesetas". Hagamos que haya políticas de apoyo al ganadero y al lobo, a los dos, ya que no son excluyentes y deben convivir. Todos ganarán y ganaremos.
Por lo tanto, determinar el número de lobos y qué hacer para convivir con ellos son dos puntos básicos para solucionar el problema del lobo. Pero ¿cómo llegar a un acuerdo si los extremos se separan cada vez más? Siempre hay intereses que distancian a los interlocutores, intereses que esperemos se vayan acercando, intereses que priman sobre el bien común, intereses que solamente son válidos "los míos". Traten de acercarse. De adoptar posturas integradoras. De ver el bien común. De ver el bien general. Sino el conflicto tendrá muy mala solución o ninguna.
(Mas información  en: 

domingo, 19 de enero de 2014

Censo del lobo: controversia a la vista.

¿Cuántos lobos hay? Esa es la pregunta del millón. La pregunta cuya contestación va a generar un sin fin de comentarios, ríos de tinta en periódicos y opiniones encontradas; no tengo la menor duda que cuando se haga oficial el resultado del censo del lobo que se ha realizado en Castilla y León en los últimos dos años surgirá la controversia.
Unos dirán que hay muchos, otros que son muy pocos, otros que se ha engordado el censo en función de determinados intereses, otros que no se ha hecho bien porque dan menos de los que hay...Todos los comentarios serán más o menos interesados, salvando las distancias, unos tendrán más razón que otros.
Partimos del último censo oficial que se realizó en 2001 dando una cifra de 149 manadas. Aquí viene el primer problema, desde mi punto de vista, ¿por qué se habla de manadas y no de individuos? Si se habla de manadas ¿cuántos individuos tiene una manada? Evidentemente no es lo mismo una manada que otra. No es lo mismo el lugar en el que está una manada y en el que está otra y menos aún los recursos que tenga esa para sobrevivir. Por lo tanto, ¿cómo se hace el censo? ¿se hace una estimación? Bien. Esa estimación, supongamos que es la media, ¿la media de qué? La única forma de saber a ciencia cierta cuantos lobos componen una manada es seguirlos y controlarlos durante tiempo. De esa manera se sabrá cuantos la componen con un margen de error mínimo. ¿Se ha hecho así? 
Quiero que quede suficientemente claro que respeto el trabajo de los celadores y agentes medioambientales que se han currado los "recorridos" para hacer el censo del lobo. Ellos hacen su trabajo y lo hacen bien (en la mayoría de los casos) pero luego hay que tratar esos datos, hay que cocinarlos  

El consejero de Fomento y Medio Ambiente de la Junta de Castilla y León ya nos está preparando al comentar recientemente que: "los últimos datos disponibles procedentes de los resultados provisionales del nuevo censo regional que se encuentra en elaboración durante el período 2012-2013, y que se refieren a las Reservas Regionales de Caza y a los terrenos situados al sur del río Duero, confirman ese incremento poblacional". Si todavía no hay resultados porqué nos va diciendo que hay más.
Hablamos de manadas, no de individuos (se que cuantificar los individuos sería muy complicado pero su aproximación sería más correcto) que como he comentado antes no es lo mismo ya que la estimación de individuos por manada es muy elástica y hay que añadir los individuos errantes, dispersantes o flotantes más la oscilación de nacimientos por año en función de multitud de variables.
La Junta de Castilla y León considera que, actualmente, en nuestra comunidad, hay 136 manadas seguras y 69 probables, con una tendencia de estabilidad. A esas manadas de lobos habría que añadir los lobos errantes (jóvenes o viejos), por lo tanto nos encontraríamos unos 1.500-1.700 lobos en la comunidad. ¿Son muchos o pocos? ¿Se deberían de cazar? Depende de a quién le preguntes. Para unos será un número muy alto de lobos y se deberían de cazar más; para otros son muy pocos y no se deberían de cazar.
Muchos científicos consideran que se dará una población de lobos mayor de la que realmente hay. Según Theo Oberhuber, portavoz de Ecologistas en Acción: “Si se calcula la población lobera por grupos, en vez de cuantificar los ejemplares existentes, se corre un grave riesgo de manipular el indicador tendenciosamente con el objetivo de avalar una postura preconcebida, que es la de aumentar la caza del lobo en base a un supuesto incremento del número de manadas”. O como comenta Alberto Fernández Gil (ASCEL): “La Administración debería conocer el tamaño de la población y solo se habla de grupos, a los que se asigna un número bastante elevado de miembros”.  
Juan Carlos Blanco, uno de los autores del último censo realizado en 2001, plantea dudas acerca de la realización del censo actual ya que "nadie sabe cómo se hacen los censos que difunde la Junta, porque los elaboran su personal de Medio Ambiente, no biólogos...La Junta ha querido tener un estricto control político sobre la información del lobo...ya que los datos que ofrece son completamente exagerados".
Todo lo que concierne al lobo levanta controversia y la realización del censo no podía ser menos. La controversia está asegurada cuando se den a conocer los resultados del censo y sino, al tiempo.
(Si queréis conocer más acerca del tema no dejéis de leer el siguiente artículo)