sábado, 29 de abril de 2017

El avetorillo

La mañana estaba heladora. Hacía sol pero el viento cortaba la cara con fuerza acrecentando la sensación de frío. Una pequeña neblina se movía por la superficie del río como un fantasma de forma indeterminada mientras una garza real intentaba pescar en una de las orillas, un solitario martinete permanecía inmóvil sobre una rama seca y un precioso Martín pescador se acicalaba delante de la entrada a su nido.
Martinete.
Garza real.
Pollada de minúsculos azulones siguiendo a su madre.
El río empezaba a cobrar vida. Una pollada de minúsculos azulones seguía azarosamente a su madre, los milanos negros se movían del nido y los andarríos comenzaban sus andaduras por las zudas y orillas cuando un macho de avetorillo voló río arriba y se metió entre unos juncos. Imposible volver a verlo; el carrizal se lo había tragado como un enorme dragón.
Aproximadamente una hora después, en otro punto del río, un ligero movimiento entre los carrizos llamó mi atención. Paré. Coloqué el telescopio y…allí estaba, otro precioso macho de avetorillo bebiendo agua asomado del carrizal.
El avetorillo es la más pequeña de nuestras garzas pero es tremendamente hermoso y espectacular de poder ver. Se esfumó pero sabía por donde se movía así es que esperé a que volviera a aparecer…y apareció.
El avetorillo es un ave esquiva, mimética, cuyo plumaje le hace pasar totalmente desapercibido entre los carrizos de la orilla. Es un ave de costumbres crepusculares qué se mueve perfectamente entre los carrizos agarrándose a ellos con una soltura y elegancia sorprendente. 
Todo él está diseñado para vivir en este hábitat. Sus largos dedos y uñas le permiten agarrarse firmemente a estrechos carrizos en posturas dignas de un equilibrista consumado. Su largo cuello es perfecto para equilibrarse y estirarlo hacia el agua para poder pescar pequeños peces qué coge al acecho con su largo y fuerte pico. Su plumaje es de un color mimético con el entorno. Está perfectamente adaptado a la vida entre los carrizos.
Allí estaba. Mimético. Hierático. Sin inmutarse lo más mínimo. Se sentía seguro. Se sentía oculto entre los carrizos que lo protegen y cubren como una gran capa de invisibilidad. Sus largos dedos se agarran a los pequeños carrizos como si de ventosas se trataran adoptando posturas imposibles para cualquier otra ave. Se movió y voló. Pero lo hizo hacia mi. Se posó todavía más cerca, al descubierto, en la misma orilla.
Ahora estaba nervioso, intranquilo ya que se puso en la típica postura que los avetorillos adoptan cuando están intranquilos o nerviosos. Estiró su cuerpo cuan largo era y levantó el cuello verticalmente, se puso como si fuera una vara, rígida, inmóvil, como si fuera una caña más del entorno. 
Pasados unos minutos se relajó y adoptó una postura imposible, estaba haciendo un “spagat” sobre dos ligeros juncos mientras no quitaba ojo de la superficie del agua. Estaba intentando pescar, hizo varios intentos pero no consiguió nada así es que se estiró y con una gran agilidad comenzó a caminar entre los juncos y cambió de ubicación.
En el tramo urbano del río Duero a su paso por Zamora tenemos varias parejas de avetorillos que llegan regularmente todos los años entre marzo y abril para criar aquí pero, también, algunos se quedan todo el invierno y no migran hasta África. Es un verdadero lujo poder disfrutarlos y admirar sus delicados movimientos, sus posturas increíbles, su belleza…como tuve la suerte de hacer con este precioso avetorillo macho durante bastante tiempo en la fría mañana de abril. 

domingo, 23 de abril de 2017

Gran variedad en Villafáfila.

La mañana se presentaba muy agradable. Hacía fresco pero se notaba que iba a calentar en condiciones, demasiado calor para estas fechas que da un color extraño al campo, parece que estuviéramos mucho más adelantados en el calendario pero no, estamos en abril y lo de “aguas mil”, de momento, ha pasado a la historia pero falta que hace ya que o llueve en las próximas semanas o el agua de las Lagunas de Villafáfila, este año, va a durar muy poco. Solamente tienen agua, aparte de las lagunas del Centro de Interpretación; la Laguna de San Pedro, la Salina Grande y la Laguna de Paneras, nada más, el resto está como un secarral.
En estas condiciones la variedad de especies que están en las lagunas es enorme y, de limícolas en particular, más todavía ya que tienen unas fantásticas condiciones de orillas enormes de limos para poder moverse y alimentarse. (Toda esta entrada se refiere a dos visitas en días seguidos)
La primera parada la hice en la laguna de San Pedro donde el día anterior me encontré con 36 espátulas que estaban en migración. No se habían visto la tarde anterior y a media mañana volaron de las lagunas. Las espátulas, ahora mismo, están en constante movimiento y este grupo seguramente había parado a descansar para proseguir su viaje al norte.
En estos grupos de espátulas, casi siempre, hay alguna anillada (algo que como sabéis me apasiona) que nos cuenta su historia y en este grupo había cuatro de las que solamente pude leer dos (las otras me quedaban más lejos y cuando lo intenté se marcharon). Uno de estos ejemplares con código NfGP/aNP fue anillado en Holanda el 11 de junio de 2015 por Leon Kelder y es la primera vez que se ve fuera de Holanda.
El otro ejemplar es todo un misterio. Estaba anillada con anilla de color y dígitos en la pata izquierda y anilla de metal en la derecha pero hay un problema ya que una cosa es lo que yo pude ver y otra es lo que diferentes expertos me comentan, me explico. El color de la anilla para mi era naranja pero me comentan que tenía que ser roja (seguramente estaría muy desgastada). Los dígitos que pude observar eran negros pero me dicen que tenían que ser blancos y estarían muy sucios o habrían perdido el color.…así es que no tengo ni idea de donde puede ser, si alguno sabéis algo, os agradecería la información.
Archibebe común.
La pequeña laguna de San Pedro estaba muy animada. Un buen número de especies se alimentaba tanto en sus orillas como en la propia laguna. La naturaleza es sabia y la evolución de miles de años ha hecho que entre tanta variedad de especies, en un lugar tan reducido, haya comida suficiente para todos.
La adaptación de sus picos y patas de diferentes formas y longitudes les permite comer a todos y no molestarse, aprovechando los recursos que les ofrece la laguna. Así, un buen grupo de más de cien pequeños limícolas, se movían incansables por una de sus orillas, entre ellos correlimos de Temminck, correlimos menudo, correlimos tridáctilo, correlimos zarapitín, chorlitejo grande, chorlitejo chico y correlimos comunes tenían una actividad frenética en busca de alimento. Junto a ellos algunos andarríos bastardo, andarríos chico y avefrías.
Archibebe oscuro.
En esta laguna había una pareja de archibebe claro y un precioso archibebe oscuro con un plumaje espectacular además de archibebes comunes, cigüeñuela común y avoceta común que veían pasar nadando tarro blanco, ánade friso, cuchara común, focha común, ánade azulón y una solitaria pareja de cerceta común que todavía aguanta en la laguna.
Garza real que parecía Gulliver junto a pagazas piconegras y ánade azulón.
Pagazas piconegras en plena faena...
También un buen grupo de pagazas piconegras volaban en un baile frenético y se posaban en una de las orillas donde se dedicaban a temas amatorios o, simplemente a descansar. Junto a ellas apareció un fumarel cariblanco y varios comunes que estuvieron un momento y desaparecieron.
Mientras me encontraba en la animada laguna llegaron procedentes de León dos familias de amantes de la naturaleza y excelentes pajareros: J. Alberto Fernández Ugarte, su hijo Iker, José Rey, su mujer y su hijo Martín con los que estuve el resto de la mañana disfrutando de la naturaleza además de su magnífica, agradable y sabia compañía.
Precioso aguilucho cenizo melánico con una gran reverberación
que aumentaba según pasaba la mañana.
Aguilucho cenizo, milano real y negro, aguilucho lagunero, cernícalo primilla, perdiz, búho campestre, abejarucos o un buen número de pequeños pajarillos como jilgueros o trigueros se movían por los agostados campos de nuestro alrededor hasta llegar a la Salina Grande donde pudimos añadir chorlitejo patinegro y combatiente; así como varias especies que pude ver el día anterior como aguja colinegra, gaviota cabecinegra, gaviota sombría o agachadiza común.
La Salina Grande está llena de vida. Sus grandes orillas son un hervidero de limícolas que se concentran en las zonas más alejadas donde había un bando de más de 400 ejemplares de imposible observación.
Cigüeñuela gigantesca en comparación con los pequeños
correlimos de Temminck.
La Casa del Parque fue nuestro siguiente punto de observación donde la estrella fue el correlimos de Temminck ya que pudimos ver y disfrutar de 8 ejemplares (a la vez) pero estoy seguro que había alguno más. Estos pequeños correlimos están regresando de sus lugares de invernada y han recalado en las lagunas durante algunos días para descansar y proseguir su viaje al norte de Europa.
Correlimos de Temminck y correlimos menudo.
Junto a ellos había un buen número de andarríos bastardos que se movían por las orillas de la laguna donde un precioso combatiente exhibía sus galas nupciales mientras algunos gansos empollaban en sus nidos, las fochas tenían sus combates como auténticos expertos en artes marciales o los porrones europeos y moñudos nadaban tranquilamente en la laguna.
Si en una de las lagunas eran los limícolas los que más nos llamaron la atención, en la otra fueron los fumareles comunes que nos mostraban su pericia y destreza a la hora de pasar en oleadas volando a ras de agua haciendo la siguiente operación: bajaban hasta la misma superficie, introducían y abrían el pico en el agua e iban unos metros con él abierto para capturar cualquier insecto que se pusiera en su camino. Espectaculares.
Fumarel común bajando a la superficie del agua.
Batalla de fochas.
Cigüeñuelas junto a un precioso combatiente con sus galas.
La agradable e intensa mañana terminaba con la sensación de una enorme variedad de especies pero con la preocupación de la escasez de agua.          

lunes, 10 de abril de 2017

El conejo de monte: tan importante como olvidado.

Nunca hablamos de él. Todas nuestras miradas están puestas en grandes mamíferos, especies en peligro de extinción, aves raras o encuentros inesperados pero, cerca de todos ellos, lo más normal, es que haya un conejo.
El conejo es básico, es importantísimo para la vida de multitud de aves y otros animales. Sin él muchos otros animales lo pasarían muy mal. Es un elemento básico e imprescindible en la cadena trófica de nuestros campos. ¿Cuántos animales dependen de él? ¿Cuántos animales prácticamente desaparecerían si no estuviera?
El conejo vive en grupos familiares compartiendo una o varias madrigueras, en dicho grupo familiar pueden pasar dos situaciones: una en la que sean varias parejas en la misma zona y en diferentes madrigueras o que el grupo familiar esté en una gran madriguera en la que se establecerá una jerarquía tanto en machos (habrá un macho dominante) como en hembras (de una a tres hembras dominantes).
El conejo tiene una elevadísima mortalidad, debida, fundamentalmente, a tres causas: su caza por parte del hombre, las enfermedades y sus depredadores naturales.
La caza: El hombre ha cazado y sigue cazando al conejo desde tiempos inmemoriales.
Enfermedades: dos enfermedades han causado y siguen causando estragos en las poblaciones de conejos.
La primera es la mixomatosis creada en 1952 en Francia por el doctor Armand Delille que inculcó ese virus a unos conejos que le comían sus terrenos lo que provocó que se extendiera por toda Europa matando a millones de ellos.
La segunda es la neumonía hemorrágico vírica que apareció en 1984 en China y en España lo hizo en 1987. Esta nueva enfermedad terminó con gran parte de la población española de conejos.
Depredadores naturales: El conejo es predado por algo más de cuarenta especies de animales. Esta predación se produce desde el momento en el que nacen ya que en ese momento pueden atacarle comadrejas, hurones, turones, culebras o cualquier otro mustélido; según van creciendo los jóvenes conejos sus peligros siguen siendo muchos y variados ya que, una vez que salen al exterior, numerosas aves pueden acabar con él y, si consigue llegar a ser adulto se unirán a su captura grandes aves rapaces además de ginetas, linces o cualquier otra especie que pueda capturarlo.
Esta enorme mortalidad se compensa por su elevada tasa de reproducción. El conejo puede tener crías en cualquier época del año; dependerá de si las condiciones son las adecuadas, fundamentalmente de si hay comida suficiente y la climatología es la adecuada. Las hembras pueden quedarse preñadas desde los cuatro meses de edad y, si las condiciones son óptimas, pueden tener una camada cada mes.
Las variaciones en la población de conejos puede determinar la vida de otras muchas especies incluso cuando no hay depredadores naturales que las regulen, el conejo se puede convertir en una plaga como sucedió en Australia, donde se introdujeron tres parejas que a los 3 años tenían 14.000.000 millones de descendientes provocando una verdadera plaga al no tener depredadores naturales. Y, ¿qué hicieron? Introducir zorros para que los regularan; pero estos, teniendo comida más fácil de conseguir que el conejo como eran las especies autóctonas, que nunca habían visto un zorro, se dedicaron a comérselos. Con lo cual tuvieron dos problemas los conejos y los zorros.
Muchos animales dependen del conejo para sobrevivir. Muy estudiado es el caso del lince ibérico que basa su alimentación, sobre todo una hembra en época de cría, en la caza del conejo aunque, como se ha demostrado recientemente con la historia de Kentaro, un macho solitario puede sobrevivir sin alimentarse de conejos ya que Kentaro lo hacía, fundamentalmente, de corzos.
La lista de animales que pueden alimentarse del conejo es amplia y variada desde los mencionados anteriormente hasta lagartos, jabalís o incluso cigüeñas o garzas pueden, en algún momento de sus vidas, alimentarse de él. El conejo de monte: tan importante como olvidado.

miércoles, 5 de abril de 2017

Cantábrico.

Tenía muchas ganas de verla y os aseguro que no me ha defraudado nada en absoluto. Me ha parecido absolutamente espectacular con una fotografía deslumbrante y una música envolvente que nos cuenta la vida de varias especies en la cordillera cantábrica a lo largo de las diferentes estaciones del año.
Pero quizás algo muy importante ha sido llevar a 48 alumnos de educación secundaria que han visto algo que, la inmensa mayoría de ellos, desconocía por completo. Esto es una forma de hacer educación ambiental. Esto es una manera de intentar inculcar valores de respeto y conocimiento de la naturaleza a nuestros jóvenes; es evidente que, como en todos los ámbitos de la vida, habrá muchos de ellos que no les haya interesado pero la posibilidad de verla e interesarse por ella la han tenido y, otros muchos, han salido impactados del cine, incluso durante la proyección preguntaban cosas de lo que estaban viendo en la pantalla y no entendían.
Por fin se hacen documentales en España de nuestra naturaleza con una calidad extraordinaria. De vez en cuando me volvía en mi butaca y veía caras de asombro en muchos de mis alumnos, caras que no quitaban ojo de la pantalla; siempre hay alguno más revoltoso de lo habitual pero os aseguro que la inmensa mayoría estaban muy pendientes de lo que tenían delante de ellos.
Ante sus ojos lobos, osos, jabalís, armiños, salmones, rebecos o gatos monteses…animales que no habían visto de esta manera. Animales nuevos para ellos. Animales que pueden despertar una conciencia de curiosidad, de interés, un sentido de la responsabilidad, una apreciación y valoración de lo que tenemos en nuestros bosques, quién sabe, ojalá haya despertado en alguno de ellos alguno de estos sentidos, ojalá alguno de ellos se sienta atraído por estos temas. Como he dicho muchas veces: primero conocer, luego valorar y respetar para después conservar.
Imagen de lobos ibéricos sacada
de la página wandafilms, productora de la película.
La película está llena de momentos hermosos, bellos, impactantes, tristes, crudos, simpáticos, duros…así es la naturaleza. Para mi hay varios momentos que me han parecido sublimes e impresionantes; en ellos se juntan la situación tan complicada de la especie, el ciclo de vida tan peculiar y amenazado o el documento conseguido.
Dos años de rodaje por parte de un amplio equipo de grandes profesionales y naturalistas capitaneados por Joaquín Gutiérrez Acha en la dirección, guion y fotografía y José María Morales en la producción junto con Santi Vega en la música y un sonido en directo impactante por Carlos de Hita han conseguido un magnífico trabajo que no va a dejar indiferente a nadie.
Imagen de la mariposa hormiguera oscura
 sacada de la página wandafilms, productora de la película.
Uno de esos momentos es la narración del ciclo de la mariposa hormiguera oscura (Phengaris nausithous). Es un documento de una gran importancia y calidad. Todo en ella es inusual y único, desde la única planta de la que se alimenta (las flores de pimpinela) hasta el tipo de hormigas que la recogen para llevarla al hormiguero. Impactante.
Otro de los momentos estelares es el cortejo y cópula de la araña pisaura o el parto de una víbora de seoane. Momentos únicos y espectaculares narrados con imágenes de una enorme calidad en las que se han empleado cámaras de alta definición, infrarrojas o superlentas, todo ello aderezado con una música embriagadora y una narración certera y concisa que te va envolviendo a lo largo de la vida de estos animales.
Imagen del urogallo cantábrico sacada
 de la página wandafilms, productora de la película.
Otro de los momentos importantes es el cortejo y monta del urogallo cantábrico. Ave en caída libre. Ave que está en una situación crítica y que han conseguido rodar unas escenas de enorme importancia. En una entrevista hecha a su director en vozpopuli.com comenta: “El primer año no conseguimos ninguna imagen de este animal, los cantaderos están vacíos, están en un momento muy crítico, de desaparición. Muchos expertos dicen que ha entrado en esa espiral de no retorno en la que, por mucho que hagamos, ya va a ser muy difícil devolverlo al monte. De manera que, el haber filmado una secuencia muy completa, incluso con apareamientos, fue un momento álgido que no sabemos cómo surgió. Fue un regalo, parecía que nos lo brindaban de despedida... Esperemos que esto no sea así y que se acabe recuperando, pero es muy difícil.”
Cantábrico es una película recomendable a cien por cien pero, seguramente, dure muy poco en nuestros cines. No es una película comercial, ni de grandes actores o actrices, ni americana, ni que tenga una campaña de marketing y merchadising desorbitante…es una película de la vida de algunos animales de nuestra fauna en un lugar mágico y espectacular como es la Cordillera Cantábrica, hecha con un gusto exquisito y una enorme sensibilidad.