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domingo, 10 de diciembre de 2023

Divagancia y escasez en el mundo de las aves.

La aparición de aves raras es un imán para los amantes de las aves. Esas aves no es común verlas en nuestra tierra, por lo tanto su aparición es un momento único para poder disfrutarlas y, quién sabe, si verlas por única vez en la vida.
Dentro de la aparición de estas aves podemos diferenciar dos grandes conceptos: divagancia y escasez.
Por un lado si nos referimos a aves divagantes serán aquellas que no deberían de estar aquí; son aves que por diversas razones llegan hasta nuestra tierra situada muy lejos de su zona habitual de distribución.
Una de las razones por las que pueden llegar es debida a que durante su migración anual se desvían por fenómenos meteorológicos (fundamentalmente temporales de viento), es lo que se conoce como deriva migratoria.
Archibebe patigualdo chico entre la niebla zamorana
de las graveras de Coreses..
Correlimos pectoral en la Reserva Natural
de las Lagunas de Villafáfila (Zamora).
Suelen ser aves jóvenes e inexpertas que están migrando hacia sus cuarteles de invierno. Normalmente, las aves americanas que llegan hasta nuestra tierra, llegan por deriva como por ejemplo: correlimos pectoral, archibebe patigualdo chico, cerceta aliazul, correlimos de Baird o agujeta escolopácea, pero también pueden llegar otras aves marinas empujadas por los fuertes vientos como sucedió con alguna gaviota de Sabine, la reciente aparición de un charrán ártico en el río Duero a su paso por Zamora ciudad que estuvo una semana entre nosotros o la última gran entrada de falaropos picogrueso empujados por los temporales (para todos los ejemplos de esta entrada he tomado como referencia Zamora, exceptuando dos muy concretos).
Gaviota de Sabine en Villafáfila (Zamora).
Charrán ártico en el río Duero a su paso por Zamora.
Falaropos picogrueso en el embalse de Ricobayo.
También sucede que hay aves que tras partir de su zona original, no paran en su zona de llegada, continúan en la misma dirección llegando hasta nuestra tierra, a esta situación se le llama rebasamiento (overshooting). Por ejemplo el busardo moro, un marabú que apareció en el vertedero de Zamora o un pelícano que visitó Villafáfila hace algunos años, todos procedentes de África.
Pelícano en Villafáfila (Zamora).
Una tercera posibilidad es la migración inversa. Muchas aves aprenden su ruta de migración, sus padres se la enseñan y estas se la enseñarán a sus hijos como sucede con ánsares o grullas pero hay muchas aves que la ruta de migración la tienen de forma innata, es decir, saben hacia donde deben de migrar.
Normalmente las aves saben orientarse, saben dónde está el norte y el sur y saben en qué dirección deben de migrar pero a veces la dirección funciona mal y lo hacen en sentido contrario al que deberían de ir en realidad, es decir, se desorientan, saben la dirección pero no el sentido. Normalmente las aves siberianas que llegan a Europa lo hacen por migración inversa, desorientación. Un ejemplo es el mosquitero bilistado, el alcaudón norteño estepario o el chorlito dorado siberiano.
Mosquitero bilistado en Zamora ciudad..
Alcaudón norteño estepario en Villafáfila (Zamora).
Otra forma de divagancia es el nomadismo. Se suele producir por la disponibilidad de alimento. Las aves van siguiendo la comida a lo largo de diferentes lugares y territorios como por ejemplo pasó con la gran entrada de estorninos rosados en 2021 de los que en Zamora no conseguimos ver ninguno como si lo hicieron en la vecina Salamanca.
Estornino rosado en Salamanca ciudad.
Hay aves que migran infiltradas entre otras que no son de su especie pero que se parecen, se llama asociación, por ejemplo los ánsares que vienen con los grandes grupos de ánsares comunes como pueden ser los piquicortos y los campestres, las barnaclas cariblancas o la barnacla carinegra que actualmente se encuentra en la Reserva Natural de las Lagunas de Villafáfila o el primer gavión que se vio en la provincia de Zamora infiltrado entre gaviotas reidoras y sombrías.
Barnacla carinegra en Villafáfila (Zamora).
Ánsares campestres entre comunes en Villafáfila (Zamora).
Gavión atlántico en Zamora ciudad.
El segundo gran concepto es la escasez, es decir, aquellas aves que vemos muy de vez en cuando. Tienen una aparición que puede ser previsible porque la península ibérica es el límite de distribución de su migración anual o de su invernada habitual. Por ejemplo correlimos de Temminck o correlimos gordo.
Correlimos de Temminck en Villafáfila (Zamora).
Pareja de correlimos gordo en Villafáfila (Zamora).
También puede suceder que en ciertas partes de Europa central, donde invernan miles de aves, desciendan bruscamente las temperaturas por una gran ola de frío provocando que zonas donde se alimentan muchas de esas aves se vean cubiertas por el hielo, lo que les obliga a moverse en plena invernada hacia el sur en busca de alimento; esto sucedió el invierno pasado con una gran entrada de chorlitos dorados y avefrías. A este fenómeno se le llama fuga de temperos.
Un caso muy especial lo encontramos en aquellas aves que recorren el océano Atlántico en un barco, un viaje asistido. El caso más famoso es el de los búhos nivales que aparecieron en noviembre de 2021 en Asturias y Cantabria.
Búho nival en Cabo Peñas (Asturias):.
Búhos nivales que volarían mar adentro desde el norte de Canadá y, cuando estuvieran cansados, se posarían en un carguero que los trajo hasta nuestras costas.
Movimientos de aves que causan asombro y admiración desde tiempos inmemoriales; que nos hacen sentirnos felices cuando vemos un animal que quizás no volvamos a ver nunca más.

domingo, 21 de noviembre de 2021

Y vimos al búho nival.

Llegamos al borde del acantilado. Se le veía la parte alta de la cabeza, unas manchas negras en fondo blanco se vislumbraban entre las piedras cuando, de repente, asomó la cabeza.
Lo he visto. He visto a esa maravilla alada, blanca con pequeñas manchas negras que le dan un toque elegante, majestuoso, inquietante. Sus ojos amarillos y penetrantes te miran entre sorprendido e intrigado. Te miran profundo. Intenso. Te dejan sin palabras. Sólo puedes admirarlo y sorprenderte de que esté aquí, de que lo estés viendo, de que un hecho tan inusual como este haya sucedido, de que estás viendo un búho nival, un búho originario del Ártico canadiense, norte de Noruega o de la zona de Siberia. Un búho que nunca nadie imaginó poder ver en España y, en cambio, aquí está, en el acantilado, en el Cabo Peñas (Asturias) donde cientos de curiosos acuden, acudimos y acudirán para intentar admirarlo, para empaparnos de sus gestos, miradas, vuelos, movimientos de cabeza o el mínimo gesto que nos sorprende, emociona y alucina a partes iguales.
Esta es la cronología de una sorprendente historia con imágenes de todos los zamoranos amantes de los pájaros y de la naturaleza que se han desplazado a verlos desde que aparecieron. Gracias a Alberto Laiz (y a María Bueno), Alfonso Rodrigo, Carlos A. Ramírez, José Miguel San Román (y a Noelia que se emocionó enormemente cuando lo vio), Manuel Segura y Fernando García por prestarme sus maravillosas fotografías llenas de calidad pero, sobre todo, llenas de emociones de un hecho inolvidable:
Macho en Verdicio el 14 de noviembre.
8 de noviembre: aparece un búho nival en el entorno de la Virgen del Mar en Santander. Es recogido y llevado al Centro de Recuperación de Fauna Silvestre de Cantabria donde muere al día siguiente por desnutrición y deshidratación. Es la primera cita de esta especie en España.
10 de noviembre: Ramón de Maroto fotografía a una hembra en vuelo en Moniello (Asturias).
13 de noviembre: Manuel Alonso Ríos localiza en Cabo Peñas (Asturias) un macho de primer invierno.
14 de noviembre: Luis José Salaverri localiza al macho en Verdicio (Asturias).
16 de noviembre: un trabajador del puerto del Musel (Gijón) localiza al macho en una zona de acceso restringido.
17 de noviembre: Pablo Álvarez Valdés relocaliza a la hembra en el Cabo Peñas. Se vuelve a ver el macho en el puerto del Musel (Gijón).
Hembra en Cabo Peñas.
A partir de ahí la hembra continúa en la zona del Cabo Peñas y el macho en el Musel. Dos ejemplares jóvenes que han llegado a nuestras tierras, según todos los expertos, en un viaje asistido en un barco, es decir, volarían mar a dentro y cuando estuvieron cansados se posaron en un carguero en el que hicieron gran parte del viaje, por cierto, se sabe que el día 10 de noviembre llegó un gran barco al puerto del Musel (Gijón) procedente de la bahía de Baffin (Canadá).
Impresionante fotografía de Manuel Segura
en la que se ve toda la magnitud de esta preciosa hembra:
envergadura alar, patas,...
Este hecho ya sucedió en enero de 2014 en Holanda donde aparecieron por sorpresa y ante el asombro de todo el mundo cinco búhos nivales. Historia contada por Frans van der Esch: “El 7 de diciembre, navegué como pasajero en un buque portacontenedores desde Nueva York a Europa. Dos días después pasamos por Canadá, a unas 50 millas de Terranova, y de repente nos visitaron 9 grandes pájaros blancos. Supe de inmediato que eran búhos nivales. He visto uno en Vlieland antes. Mi profesor de biología en ese momento no quería creer eso, así que realmente lo investigué en ese momento. Supe de inmediato que había 2 machos y 7 hembras. ¡Realmente hermoso! Estaban agotados por la violenta tormenta que estaba ocurriendo y se aposaron juntos en los contenedores. Una vez en alta mar, no pudieron moverse y permanecieron a bordo". (Toda la historia pinchando aquí).
Si sorprendente es la llegada, más intrigante será qué va a pasar a partir de ahora: ¿Cuánto aguantarán aquí? Si pasan todo el invierno ¿Qué sucederá cuando llegue la primavera? ¿A dónde irán? ¿Al norte? Una historia increíble que todavía no se ha terminado de escribir ni de contar pero mientras tanto, toda la gente que vamos a disfrutar de la increíble experiencia de ver un búho nival tenemos que ser educados y respetuosos con el búho, con el entorno natural en el que se encuentra y con todo aquel que hasta allí se desplaza desde diferentes lugares tanto de España como de fuera de ella, mientras estuvimos viendo a la preciosa hembra a nuestro alrededor había gente de Madrid, Navarra, Zaragoza, Vigo, Salamanca, Cádiz, Portugal e incluso ingleses. Cuidemos comportamientos. Seamos educados, respetuosos y pensemos en todos aquellos que querrán verlo y podrán hacerlo si el búho no sufre molestias por parte de ningún descerebrado.
El búho nival es una especie mítica, totémica, icónica; una especie que todo amante de las aves sueña con ver en algún momento y ese momento ha llegado y es aquí, en España, en Asturias, en el Cabo Peñas donde muchos sueños se han hecho realidad.