No se escucha nada. No se oye nada. No se siente nada. No hay
pajarillos. Ni grillos. Ni el sonido del viento chocando contra las ramas. Ni el
resquebrajarse de ramas al moverse un animal. Nada.
El silencio es impactante. De
vez en cuando la tierra cruje. Crepita. Como si se asentara poco a poco. Como si
se recolocaran sus entrañas ante la catástrofe sucedida.
No hay colores. Todo es gris y negro. Los árboles parecen
esqueletos que se contorsionan en una lenta agonía. Las piedras se
descascarillan como frutos secos.
El corazón se te encoje y el alma llora cuando un ciervo berrea en el quemado. Pulula como un alma en pena buscando consuelo. De nuevo el silencio. Ese silencio tétrico. Ese silencio de muerte.
Donde había vida...
....ahora hay silencio y muerte...
El corazón se te encoje y el alma llora cuando un ciervo berrea en el quemado. Pulula como un alma en pena buscando consuelo. De nuevo el silencio. Ese silencio tétrico. Ese silencio de muerte.
Donde había vida...
1 de agosto de 2012... |
Mismo lugar el 30 de septiembre de 2012. |