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lunes, 28 de diciembre de 2020

Fidelidad en la naturaleza II

Segunda entrada que realizo concerniente a este curioso y apasionante tema: la fidelidad en el mundo animal. Historias curiosas, sorprendentes, fascinantes. Historias de fidelidad, de acompañamiento por algún motivo ya sea por alimentación, seguridad o, simplemente, que quieren estar juntos pero, al fin y al cabo, historias que merecen ser contadas. 
Antes de comenzar me gustaría agradecer enormemente a Gary Losada y J. Ignacio Valdenebro haberme cedido sus fotografías para ilustrar esta entrada, además no dejéis de visitar el magnífico blog de J. Ignacio: docnature
Los ánsares y las grullas se emparejan de por vida y eso se puede constatar fehacientemente con los ejemplares que están anillados. Actualmente en La Reserva Natural de las Lagunas de Villafáfila podemos encontrarnos con dos casos muy curiosos. 
El primero es el de dos grullas comunes. Ambas anilladas en Alemania por H.J. Haferland con anillas: BuBuR/YGW, anillada con más de 2 años el 11-6-2006 y la BuBuR/GBkW, anillada el 14-6-2004 como pollo. Estas dos grullas conforman una pareja (por lo menos) desde que fueron vistas juntas por primera vez el 1-6-2007 en Alemania. A partir de ahí han sido vistas diez veces con sus pollos del año en tres países diferentes: Alemania, Francia y España. 
En estas fotografías realizadas en diciembre de 2020 por Gary Losada
se pueden ver a los dos miembros de la pareja de grullas.
Esta pareja conformada por estas dos grullas de 16 años de edad crían en la zona alemana de Brandenburg, cuando comienza la invernada se desplazan hasta la zona francesa del Lac du Der-Chantecoq donde descansan y reponen fuerzas para terminar su viaje en La Reserva Natural de las Lagunas de Villafáfila donde estarán gran parte del invierno. 
Lugares donde han sido vistas juntas esta pareja de grullas.
La primera cita con un pollo es del 5-9-2013, en el 2014-15 y 16 no hay constancia de verlas con ningún pollo pero a partir del 3-10-2017, en el 2018, 2019 y 2020 se les ha visto con uno o dos pollos que han traído en su viaje de migración para invernar en nuestro país. 
En las siguientes imágenes tomadas por J. Ignacio Valdenebro
 en diciembre de 2019 se puede ver a la pareja de grullas con uno de sus pollos,
 en la fotografía de abajo el que está a la derecha de la anillada.
Esos pollos del año están realizando un aprendizaje que les servirá para toda la vida. La pareja enseñará a sus pollos a sobrevivir. Les enseñarán por donde moverse en Alemania, donde nacieron, para después mostrarles el camino. Los pollos deberán recordar todo lo que les enseñen sus padres ya que al año siguiente ya no tendrán esa guía tan especial y personalizada, deberán de realizar el viaje sin seguir las indicaciones de los adultos que tendrán otros pollos a los que enseñarles el recorrido. Pero no solamente les enseñan el camino sino que es todo un curso acelerado de supervivencia ya que tienen que aprender qué comer, donde comer, donde descansar, cuales y donde se encuentran los peligros, eso en las tres zonas por las que pasan además de, por supuesto, recordar tanto el camino de ida hacia los puntos de invernada en España como el de vuelta hacia sus lugares de cría en el noreste de Alemania. Todo un aprendizaje imprescindible para la supervivencia de las jóvenes grullas. En los últimos siete años han criado y enseñado a 8 pollos. Les han enseñado a sobrevivir y lo seguirán haciendo en los próximos años y espero que sigan viniendo hasta nuestra tierra. 
Al igual que las grullas, los ánsares comunes conforman parejas para toda la vida y se desplazan en familias. Una pareja anillada en Noruega por Arne Follestad viene regularmente hasta La Reserva Natural de las Lagunas de Villafáfila donde se encuentran actualmente. 
Fotografía tomada en diciembre de 2019.
La hembra de esta pareja tiene el collar LZ5, anillada el 16-6-2016 y el macho porta collar con el código LB2, anillado el 1-7-2018, ambos con mas de 2 años de edad. Pareja vista catorce veces juntos en cuatro países diferentes a lo largo de su viaje desde su Noruega natal hasta España, a las Lagunas de Villafáfila donde invernan regularmente (excepto en 2018 que lo hicieron en la Laguna de La Nava (Palencia)). 
Pareja que siempre se mueven juntos, es muy raro verlos separarse.
Lugares enlos que se han visto juntos:
Noruega, Dinamarca, Francia y España.
Su recorrido queda patente en esta imagen.
En su viaje de venida hasta Villafáfila no hay ninguna observación para aparecer a principios de diciembre en las lagunas donde están hasta finales de enero. Desde aquí pasan a Francia, zona del Pays de la Loire, donde están hasta mediados de marzo; desde ahí su siguiente punto de parada es Dinamarca para terminar a finales de marzo, principios de abril en Noruega en la zona de Rogaland donde crían y pasan los siguientes meses hasta que desaparecen de esa región en el mes de agosto.
Descansando juntos. Uno junto al otro.
Dos parejas de dos especies que comparten sus vidas desde hace años. Ánsares y grullas que viajan miles de kilómetros, enseñan a sus crías, sortean peligros y todo lo hacen juntos. Historias curiosas, fascinantes, increíbles que conocemos por las anillas y collares que portan. Sin ellos sería imposible saber su historia. Sería imposible conocer tantos datos. Historias que hacen posible todos aquellos observadores de España, Francia, Dinamarca, Alemania y Noruega que los ven y lo comunican a sus anilladores. Historias que merecen ser contadas.
(Si queréis recordar la primera entrada relativa a este tema pinchar aquí o en la imagen)

sábado, 21 de diciembre de 2019

Fidelidad en la naturaleza.

La naturaleza es sorprendente, curiosa, apasionante y, en casos como los que voy a contar en esta entrada, fascinante. Ver un ave anillada es descubrir una historia: conocer donde fue anillada, su edad, sus movimientos y, en algunos casos, una apasionante historia de fidelidad. Hace unos días pude ver en las Lagunas de Villafáfila en un grupo ánsares comunes, tres collares. Tres collares que se movían juntos. Tres collares que comían, se desplazaban y cambiaban de zona volando juntos hasta otro lugar de alimentación.
Días después Cristian Osorio y Daniel Sanz (gracias) los volvieron a ver y completaron los dígitos que me faltaban, los tres seguían juntos. A partir de ahí comenzó el descubrimiento de su apasionante historia.
Sus collares eran UD5-UD6 y UE2. Los tres fueron anillados el 18 de julio de 2019 en el mismo lugar de Noruega por Arne Follestad. Después, volvieron a ser vistos, el 14 de agosto en otro punto de Noruega; desde ahí pasaron a Holanda donde fueron vistos el 21 de septiembre en un punto y el 15 de octubre en otra zona diferente. De ahí hasta las Lagunas de Villafáfila donde los pude ver el 15 de diciembre y Cristian Osorio y Daniel Sanz dos días después. Pensemos que estos tres ánsares han viajado unos 3.100 km, en un movimiento migratorio de unos cinco meses y han sido vistos seis veces en tres países diferentes y siempre van juntos, siempre están juntos.
Fotografía de los tres juntos.
Fueron anillados como adultos no reproductores con lo cual es muy difícil saber si son o no son miembros de una misma pollada pero, presumiblemente puede que lo sean y, seguramente, alguno de los otros ánsares con los que van también pueda ser hermano de ellos. ¿Qué les hacer ir siempre juntos? ¿Qué vínculo les une tan fuertemente que no se separan en un viaje tan largo?
Gaviota reidora JAY5.
Si este caso de los tres ánsares es curioso no menos es el de dos gaviotas reidoras que pude ver en el río Duero a su paso por Zamora entre diciembre de 2016 y febrero de 2017. Las dos fueron anilladas en Noruega, el mismo día (11-6-2016), por los mismos anilladores (Morten Helberg y Carsten Lome) y en el mismo lugar; desde entonces se mueven juntas y han venido juntas desde la lejana Noruega, algo realmente curioso. Estas dos gaviotas, ambas de primer invierno, eran JAY5 y JCJ8.
Otro precioso caso es el de una constatación. La constatación de la enseñanza. En el 2014 pude ver a dos grullas anilladas; una adulta la BuYBu-BuYR fue anillada el 10 de junio de 2010 en Alemania; había sido vista (hasta el momento en que las vi), la friolera de 107 veces; de las cuales casi todas eran en Alemania, más 2 en Francia, 1 en Holanda y 6 en España.
La segunda grulla anillada era un joven del año. Su código era: BuWBu-YBuW. Había sido anillada el 16 de julio de 2014 en Alemania; se había visto 4 veces muy cerca de donde se anilló, 1 vez en Holanda y mi observación en Villafáfila a 1602 km de distancia de donde se anilló.
Recuerdo que al terminar de leer el historial del pollo me asaltó una duda: "¿Y si la observación de Holanda fuera la misma en las dos grullas?" Volví a entrar en los historiales y mi sorpresa fue mayúscula cuando comprobé que todas las observaciones del joven coincidían exactamente con las de la grulla adulta. El lugar, las coordenadas, el día, la hora, el observador...¡todo!
Las dos grullas habían estado juntas. El joven estaba donde se encontraba la adulta con lo cual había una enorme probabilidad de que fuese hija suya. 
Imagen de las dos grullas tomada por M. Kirchhoff en Alemania
el 8 de octubre de 2014.
Seguí buscando y encontré varias fotografías realizadas en Alemania donde salían las dos grullas juntas. La grulla adulta estaba enseñando a su pollo a sobrevivir. Le había enseñado por donde debía de moverse en Alemania, donde nació y lo anillaron, para después mostrarle el camino; el 25 de octubre fueron vistas por última vez en Alemania, su siguiente observación fue en Holanda donde se localizaron el 8 de noviembre y de ahí hasta Villafáfila donde las pude observar el día 25 de noviembre de 2014.
La grulla adulta estaba enseñando a la joven la ruta migratoria que deberá de aprender; por dónde ir, a dónde parar y, cuándo llegan al lugar de destino, donde moverse para comer o para descansar; sin olvidarnos de la ruta de vuelta hasta sus zonas de cría en Alemania. La grulla joven deberá de recordar todo lo que le enseñe la adulta ya que al año siguiente ya no tendrá esa guía tan especial y personalizada, deberá de realizar el viaje sin seguir las indicaciones de la adulta que tendrá otro pollo al que enseñarle el recorrido.
A partir del siguiente periodo de cría no han vuelto a verse juntas en ningún momento. Han seguido caminos diferentes. Ambas volvieron a España en algún momento: la adulta a Extremadura y Aragón y el pollo a otro punto de Aragón (Gallocanta).
Un último caso es todavía más sorprendente porque son aves de especies diferentes. Es la historia de una barnacla canadiense y un ánsar indio que he visto en varias ocasiones en Gijón. Historia que protagonizó una entrada que si queréis recordar podéis pinchar aquí.
Historias curiosas, sorprendentes, fascinantes. Historias de fidelidad, de acompañamiento por algún motivo ya sea por alimentación, seguridad o, simplemente, que quieren estar juntos pero, al fin y al cabo, historias que merecen ser contadas.