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jueves, 27 de febrero de 2025

Santoña y III: desde el Calidris de Aves Cantábricas.

Una magnífica manera de disfrutar de las aves en el estuario del río Asón dentro del Parque Natural de las Marismas de Santoña, Victoria y Joyel es desde el barco Calidris de Aves Cantábricas donde, Alejandro García, con enorme tranquilidad y serenidad, además de su sapiencia y ojo entrenado te muestra todos los habitantes de la bahía.
Siempre que me acerco hasta este magnífico enclave una visita obligada es montar en el barco de Alejandro; desde el que disfrutas de otra manera, disfrutas desde dentro y ahí las aves se ven de otra forma.
En este viaje me gustaría destacar dos especies de las casi 50 vistas: el paiño europeo y el zampullín cuellirojo.
El paiño europeo es la más pequeña de las aves pelágicas que vemos en la Península Ibérica, es decir, las que pasan toda su vida en alta mar y solamente se acercan a tierra para reproducirse. Un grupo de ellos había entrado al estuario para protegerse del temporal de los días anteriores, también entraron algunos ejemplares de paiño boreal pero no pudimos verlos.
El paiño europeo es una pequeña ave, no más que un gorrión, de alas largas, coloración negruzca con el obispillo y franja blanca en las alas que no paraban de volar incansablemente en busca de alimento. Pasaban a nuestro alrededor a enorme velocidad en un constante vuelo acrobático en la agradable mañana.
Durante siglos tenían mala fama entre los marineros porque creían que estaba asociada a las tormentas, al mal tiempo. De ahí su nombre en inglés: European Storm-Petrel. Storm:tormenta.
Recuerdo hace unos años cuando recogí un paiño en el puerto de Lastres que había caído al suelo. Al tenerlo en la mano te das cuenta de lo pequeño y frágil que es. (Recordar esa entrada aquí)
El zampullín cuellirrojo es casi idéntico al cuellinegro pero, en esta época su cabeza “plana” le delata sin remisión.
Es el zampullín más escaso que tiene sus principales cuarteles en Finlandia además de Dinamarca, Suecia, Rusia o Noruega desde donde nos visita en invierno. Experto buceador, como todos los zampullines, con las patas muy atrás para facilitar la inmersión y el buceo que le permite tanto alimentarse como escapar de cualquier peligro.
Santoña es el único lugar de la Península Ibérica en el que este pequeño y hermoso zampullín inverna de forma regular año tras año en pequeños números.
Como, según se dice, una imagen vale más que mil palabras que mejor manera de apreciar algunas de las aves y experiencias que se disfrutan desde el Calidris que con una pequeña muestra de algunas de las imágenes tomadas en la salida por el estuario para mostrar la enorme diversidad de especies y la forma tan maravillosa de poder disfrutarlas: desde el agua.
Zampullín cuellinegro
Colimbo grande
Cisne vulgar
Cormorán moñudo
Somormujo lavanco
Espátula
Gavión atlántico
Chorlito gris
Tarro blanco
Correlimos tridáctilo
Gaviota cabecinegra y ostrero
Barnacla carinegra
Gaviotas patiamarilla y sombría con gavión atlántico.
Zarapito real
Gaviota reidora
Zampullín cuellinegro
Colimbo grande
Visitar el Parque Natural de las Marismas de Santoña, Victoria y Joyel con Alejandro García, de Aves Cantábricas siempre es muy, muy recomendable.
(Agradezco enormemente a Fernando García sus preciosas fotografías para ilustrar parte de esta entrada)

lunes, 24 de enero de 2022

Nueva visita a Gomecello I.

Amanecía. La mañana no estaba tan fría como debería para la época, tres grados sobre cero era una buena temperatura para comenzar, el principal problema era la persistente niebla que nos acompañó hasta bien entrada la mañana.
Miguel Rodríguez y Miguel Martín me esperaban para que les acompañara en su visita al vertedero de Gomecello. Miguel Rodríguez es un joven biólogo con madera de profesor que da gusto escuchar, sus explicaciones son claras, concisas y precisas, de enorme sabiduría, paciencia y un conocimiento absoluto de todo lo que se puede mover en Gomecello donde (junto con Miguel Rouco) realiza, desde hace siete años, una extraordinaria labor de estudio de todo lo que se mueve en ese entorno. Miguel es un joven salmantino (con raíces zamoranas) que, a pesar de su juventud, es una referencia nacional en el mundo de la ornitología, con un enorme futuro al que solamente él será capaz de ponerle techo. Gracias Miguel.
Junto a él, otra de las promesas de la ornitología salmantina: Miguel Martín. Un jovencísimo pajarero de enormes y sorprendentes conocimientos para su edad que se hace fuerte en su carácter introvertido, su poco hablar hace que todo lo que dice sea acertado o en busca de una puntualización que le permita afianzar sus conocimientos.
Hasta prácticamente las 10:30 h de la mañana no levantó la niebla lo suficiente como para poder ver todo el mundo que estaba oculto ante nuestros ojos y que solamente escuchábamos: miles de gaviotas se levantaban, comían o descansaban en tejados, zona de alimentación o en el suelo.
Era mi segunda visita a Gomecello. Comenzamos a buscar entre las miles de aves que allí se encontraban. Miguel, con su característica amabilidad, nos iba contando todos los pormenores de las gaviotas que nos íbamos encontrando.
Gaviota reidora y cabecinegra de primer invierno.
La primera sorpresa fue una gaviota cabecinegra de primer invierno que se movía cerca de un grupo de reidoras que bebían agua en unos charcos cercanos. Aquí, a los ilustres visitantes para distinguirlos rápidamente se les pone nombre, el de esta gaviota cabecinegra es Karina.
Entre las exquisiteces de Gomecello se encuentra el gavión atlántico. Sus citas en el interior son muy escasas y casi siempre asociadas a grandes bandos de gaviotas sombrías y en vertederos. El gavión atlántico es la mayor gaviota que se puede ver en España, puede alcanzar hasta 1,65 m de envergadura. Se puede ver en ambos lados del Atlántico Norte, reproduciéndose en Islandia, Escandinavia, Groenlandia, Gran Bretaña y noroeste de Francia, además de en el nordeste de Norteamérica; en la península ibérica se suele ver, de forma esporádica, en invierno en la costa gallega y cantábrica. Verlo en el interior es muy, muy complicado. He de decir que he tenido la inmensa suerte de verlo en el río Duero a su paso por Zamora ciudad un memorable 17 de diciembre de 2020 (recordarlo aquí).
Gavión atlántico de tercer invierno.
Allí estaba el ejemplar de tercer invierno. Grande. Potente. Fuerte. Imponente ante las gaviotas sombrías. ¿Su nombre? De momento no tenía así es que rápidamente iniciamos una ronda de nombres para tan ilustre visitante, el elegido fue: Azarías.
Miguel habla, nos cuenta lo que vamos viendo y es capaz de distinguir las gaviotas con un solo vistazo. En todos sus movimientos y comentarios derrocha conocimientos del lugar y de las especies que allí nos vamos encontrando. Otra de las especies que llegan en invierno hasta Gomecello es la gaviota argéntea.
Gaviota argentea Clint (primer invierno).
La gaviota argéntea es abundante en el norte y oeste de Europa pero en España es una escasa invernante que se suele ver en las costas del cantábrico y atlántico además de sus apariciones puntuales en algunos vertederos del interior. Especie a la que tengo muchas ganas de ver en la provincia de Zamora donde aun no se ha visto. Especie que no desisto en intentar ver en Zamora y como dice Miguel Rodríguez: “Más difícil es ver un gavión atlántico y lo viste así es que todo puede pasar”.
Gaviota argentea Tamara (tercer invierno).
Clint (primer invierno), Celsa (segundo invierno) y Tamara (tercer invierno) me permitieron aprender in situ, ver las explicaciones de Miguel Rodríguez acerca de sus características principales es todo un lujo: aspecto compacto, pico algo rosado en la base…aprender viendo y escuchando al que sabe. Un verdadero privilegio. Como decía mi abuelo: “Escucha a los que más saben porque de ellos es de los que más se aprende”.
Ya, en ese momento, Miguel tenía la sensación de que Celsa era una vieja conocida; días más tarde y, tras un exhaustivo estudio, confirmó que Celsa era Miguelita un ejemplar que había estado en Gomecello el año anterior entre el 22 de octubre de 2020 y el 13 de marzo de 2021 y había vuelto este invierno.
Gaviota argentea Miguelita (primer invierno) el 30-12-2020.
Abajo, Celsa (segundo invierno) el 30-12-2021
que resultaron ser el mismo ejemplar.
Mis ojos miraban para todos los lados intentando absorber lo que veía a mi alrededor. Las miles de gaviotas comían, descansaban o se movían de una zona a otra, algo más de 300 cigüeñas blancas descansaban tranquilas mientras estorninos pintos y negros, garcillas bueyeras o gorriones se movían incansables entre los grandes grupos de gaviotas. Además de los oportunistas milanos reales o dos milanos negros que se han quedado a invernar aquí y bisbitas, pinzones, lavanderas, jilgueros, pardillos, escribanos trigueros, colirrojos o unos solitarios zorzales comunes, un veloz esmerejón o un aguilucho lagunero e incluso chorlitos dorados o avefrías.
Gaviotas sombrías.
Gaviotas reidoras.
Milano real.
Milano negro.
Cuatro gaviotas patiamarillas pudimos ver entre los grupos de sombrías. Aves de diversas edades: una primer invierno y tres de segundo invierno.
Gaviota patiamarilla de segundo invierno.
La mañana avanzaba sin darnos cuenta. El movimiento era constante. Seguíamos observando. No había tiempo que perder. En grupos tan grandes de gaviotas siempre hay que buscar gaviotas anilladas porque nos ofrecen una información muy valiosa. Continuará…

miércoles, 8 de septiembre de 2021

El resurgir del Azud del Riolobos: pagazas piquirrojas, garcilla cangrejera...

La mañana estaba agradable cuando llegamos al Azud del Riolobos en la provincia de Salamanca. La visión fue majestuosa: miles de aves se movían en una enorme lámina de agua que presagiaba una mañana llena de sorpresas, como así fue.
El Azud del Riolobos ha resucitado. A partir de marzo de 2021 comenzó su llenado tras unos años de decadencia en los que las miles de aves que allí acudían lo habían abandonado pero, el agua es vida, con agua todas las aves vuelven, además este año se están dando dos circunstancias relevantes que le han hecho resurgir con una enorme fuerza.
La primera es que en época estival las Lagunas de Villafáfila están secas y la Laguna de la Nava depende del agua que le hayan aportado, por lo tanto, el azud se convierte en un punto importantísimo de agua en una época en la que en el resto de humedales de Castilla y León o hay muy poca o no hay ninguna; además este año ha sucedido un hecho triste, inusual y vergonzoso provocado por la ambición desmedida sin escrúpulos, sin tener en cuenta nada más que la ambición económica olvidándose de temas sociales, medioambientales o de abastecimiento de agua: el vaciado del embalse de Ricobayo por parte de Iberdrola. Un hecho que nos ha dejado a los amantes de las aves sin un punto de enorme importancia en esta época del año ya que los cientos de aves que allí paraban, en plena migración postnupcial, no lo pueden hacer, con lo cual, la inmensa mayoría de esas aves que deberían de estar en Ricobayo acabarán en el Azud del Riolobos.
Miguel Rodríguez, gran ornitólogo, biólogo y mejor persona me había dado unas magníficas indicaciones del mejor recorrido para visitar la zona así es que le hicimos caso y comenzamos por el lado este (zona del pinar) en la que dos grandes ensenadas de agua y tierras someras estaban llenas de limícolas que iban y venían en un constante movimiento.
Las orillas estaban perfectas para limícolas, la luz y su cercanía hacían de la zona una verdadera maravilla para la observación. Cigüeñuelas, avocetas, archibebes oscuro y común, combatientes, correlimos comunes, menudos y zarapitines además de avefrías, andarríos chico, grande y bastardo, agachadizas, chorlitejo grande y chico, sin olvidarnos de una de las estrellas del momento: un pequeño correlimos de Temminck descubierto el 24 de agosto por Miguel Martín, Ángel González y Antonio Ceballos conformaban un magnífico elenco de bienvenida que se vio engrandecida por el encuentro casual con Tino Fernández, otro gran conocedor del Azud, con el que fue un placer encontrarnos y estar toda la mañana, además, nos hizo de inmejorable guía. Muchas gracias por tu compañía, indicaciones y saber.
El Azud del Riolobos fue construido en 1998 y llenado, por primera vez, en el año 2000 para el almacenamiento y abastecimiento de los futuros regadíos en la comarca de Tierra de Peñaranda. Regadíos que se espera terminen su infraestructura en 2022. El Azud fue declarado como Zona de Especial Protección para las Aves (ZEPA) en 2003.
En muy pocos años se convirtió en una zona importantísima de arribada de aves. Se volvió a llenar en diciembre de 2002 y, posteriormente, en la primavera de 2004 pero a partir de ahí su decadencia se fue prolongando a lo largo de los años, mitigada por un llenado parcial en 2012 a partir del cual su caída fue muy preocupante y casi definitiva pero en marzo de 2021 se produjo el milagro: se llenó nuevamente y miles de aves volvieron. 390 hectáreas inundadas, con un perímetro de casi 17 km y 13 metros de profundidad máxima en la zona de la presa pero muchas hectáreas de orillas y zonas de muy poca profundidad, además de algunas islas que conforman un entorno magnífico para las miles de aves que allí se encuentran y las que comenzarán a llegar próximamente a pasar el invierno.
Con Tino continuamos el recorrido por la orilla sur y suroeste donde un grupo de 51 espátulas descansaban tranquilamente. Espátulas entre las que había seis anilladas, pudiendo leer completas cuatro de ellas que seguramente sean holandesas y francesas. Espátulas que paran en grandes números a descansar en el Azud,
Cercetas comunes, azulones, somormujos lavancos, un par de tarros blancos, un aguilucho pálido bañándose, cormoranes, ánades frisos, garzas reales, garcetas grandes, zampullín chico y fochas se movían en grandes grupos sobre la lámina de agua. Fochas entre las que pude ver una vieja conocida la B[0H9], anillada en la Cañada de los Pájaros (Sevilla) por Manuel Vázquez el 30-10-2013 y que ha visitado la Reserva Natural de las Lagunas de Villafáfila en 2020 y 2021.
En esta zona pudimos ver a “Ramsés”, otra de las estrellas del momento, un ganso del Nilo descubierto el 19 de junio por Ángel González y que a Tino le hizo especial ilusión ya que todavía no había conseguido verlo.
Imagen muy lejana de "Ramsés" comiendo.
Continuamos hasta la zona del arroyo donde vimos una preciosa garcilla cangrejera que se alimentaba en la desembocadura y dos palomas zuritas a las que no dimos mucha importancia pero que resultaron ser, como me dijo Miguel Rodríguez más tarde, uno de los escasísimos avistamientos de esta especie en Azud.
En la zona de la presa miles de ánades azulones descansaban plácidamente mientras los cormoranes se zambullían sin descanso y las gaviotas sombrías iban llegando poco a poco.
Fotografía muy lejana y con una enorme reverberación
de las dos pagazas piquirrojas en un grupo de gaviotas sombrías.
En una nueva visita a la zona suroeste descubrimos dos imponentes pagazas piquirrojas en un grupo de gaviotas sombrías, mis primeras pagazas piquirrojas. Una agradable y gran sorpresa poder encontrarlas y disfrutarlas aunque fuera a una gran distancia.
Imponentes pagazas piquirrojas procedentes de sus zonas de cría en el mar Báltico y península escandinava que están en paso a sus cuarteles de invierno en la costa sur de España y África, que han parado a descansar en su largo viaje.
Un gran grupo de gaviotas sombrías apareció al medio día, seguramente procedente del CRSU de Gomecello donde se alimentan; 431 gaviotas sombrías entre las cuales destacaba la corpulencia de “Tom”, un gavión atlántico que lleva desde que Miguel Rodríguez el día 5-12-2020 lo descubrió en el vertedero de Gomecello (Salamanca) siendo un ejemplar de primer invierno.
"Tom" en el vertedero de Gomecello el 30-12-20.
Enorme y precioso gavión que pude ver en una vista el 30 de diciembre pasado a Gomecello (recordarla aquí). Gavión que esperemos siga por la zona, como mínimo, todo este invierno y podamos seguir disfrutando de él.
Pero el Azud no sólo es agua, si miramos alrededor, nos encontraremos en plena estepa cerealista en la que aguiluchos, busardos ratoneros, milanos, avutardas, perdices, cernícalos, mochuelos, águilas culebreras o incluso alcaravanes y gangas ortegas (aunque no viéramos ninguna) campan en las extensas llanuras, sin olvidarnos de pequeños pajarillos como alondras, terreras, cogujadas, gorriones o escribanos trigueros que tienen en la estepa su hábitat de vida.
La mañana llegaba a su fin. Una mañana fantástica de observación y disfrute en la magnífica compañía de Paco Martín y Tino Fernández pero…¿Y ahora qué va a pasar en el Azud cuando en 2022 funcionen los regadíos?

lunes, 4 de enero de 2021

Gavioteando por Gomecello.

Amanecía. Los campos mostraban su blanco manto cuando llegaba al CTR de Gomecello (Salamanca). -5º me saludaban a la vez que Víctor Salvador que ya estaba allí y se preparaba para aguantar el intenso frío de la mañana. A los pocos minutos llegó Miguel Rodríguez. Miguel es un joven biólogo de explicaciones claras, concisas y precisas, de enorme sabiduría, paciencia y un conocimiento absoluto de todo lo que se puede mover en Gomecello donde (junto con Miguel Rouco) realiza, desde hace seis años, una extraordinaria labor de estudio de todo lo que se mueve en ese entorno. Miguel es un joven  salmantino (con raíces zamoranas) que, a pesar de su juventud, es una referencia nacional en el mundo del pajareo, con un enorme futuro al que solamente él será capaz de ponerle techo. Gracias Miguel. 
Entramos en un nuevo mundo para mi. “Estamos en primera división”, comenté, a lo que Miguel me contestó: “No. Es segunda. Primera división son los vertederos de Madrid”. El vertedero de Zamora está prácticamente sellado, no vienen gaviotas sombrías desde hace tres años y las gaviotas reidoras han bajado sus números y son muy complicadas de ver. Nunca he podido entrar mas que a la carretera de acceso y es muy complicado poder mirar. Gomecello es todo lo contrario. Lo primero que me sorprendió es la facilidad que te dan para poder acceder y moverte sin ningún problema por todo su interior (algo impensable en el de Zamora) y la amabilidad de todos sus trabajadores (eso si es igual que en el de Zamora). 
Entramos y mis ojos no sabían a donde mirar. Había gaviotas por todos los lados. Enormes bandos de gaviotas sombrías llegaban mientras otras ya estaban comiendo en la zona de alimentación donde los camiones descargaban su preciado alimento, incluso algunas ya estaban descansando en los tejados congelados de las naves. 
Miguel, con su característica amabilidad, nos iba contando todos los pormenores de las gaviotas que nos íbamos encontrando. Unas de las estrellas del momento son los dos gaviones atlánticos que allí se encuentran: Tom (ejemplar de primer invierno) y Jerry (todavía con plumaje juvenil). 
Gavión atlántico de primer invierno: "Tom".
Ver dos gaviones atlánticos juntos, en el mismo punto, en el interior peninsular es un verdadero privilegio. Sus citas en el interior son muy escasas y casi siempre asociadas a grandes bandos de gaviotas sombrías y en vertederos. El gavión atlántico es la mayor gaviota que se puede ver en España, puede alcanzar hasta 1,65 m de envergadura. Se puede ver en ambos lados del Atlántico Norte, reproduciéndose en Islandia, Escandinavia, Groenlandia, Gran Bretaña y noroeste de Francia, además de en el nordeste de Norteamérica; en la península ibérica se suele ver, de forma esporádica, en invierno en la costa gallega y cantábrica. Verlo en el interior es muy, muy complicado. 
Su tamaño, potencia y fuerza la deja patente en cualquier disputa con las gaviotas sombrías. Es un dominador nato y no dejará que ninguna otra gaviota le arrebate su alimento como queda patente en estas fotografías de Jerry. 
Miguel habla, nos cuenta lo que vamos viendo y es capaz de distinguir una de las gaviotas argénteas en vuelo durante un instante que nos pasó relativamente cerca. Pudimos ver dos gaviotas argénteas inmaduras. Las llamadas Angelita y Miguelita. 
Gaviota argentea inmadura llamada "Angelita".
La gaviota argéntea es abundante en el norte y oeste de Europa pero en España es una escasa invernante que se suele ver en las costas del cantábrico y atlántico además de sus apariciones puntuales en algunos vertederos del interior. En Gomecello, en esta temporada, se han visto cuatro ejemplares. Especie a la que tengo muchas ganas de ver en la provincia de Zamora pero que aun no se ha visto.
Gaviota argentea inmadura llamada "Miguelita".
Mis ojos miraban para todos los lados intentando absorber lo que veía a mi alrededor. Las miles de gaviotas comían, descansaban o se movían de una zona a otra, un millar de cigüeñas blancas descansaban tranquilas mientras estorninos pintos y negros, garcillas bueyeras o gorriones se movían incansables entre los grandes grupos de gaviotas. Además de los oportunistas milanos reales o dos milanos negros que se han quedado a invernar aquí y bisbitas, pinzones, lavanderas, jilgueros, pardillos, escribanos trigueros, colirrojos o unos solitarios zorzales comunes, aguilucho lagunero e incluso un buitre negro o una lejana grulla. 
Los pequeños pajarillos siempre están presentes en Gomecello:
gorriones, estorninos, lavanderas o cogujadas como la de la fotografía.
Milano negro.
Cigüeñas blancas con las gaviotas sombrías.
Milano real.
Garcilla bueyera.
Seis gaviotas patiamarillas pudimos ver entre los grupos de sombrías. Aves de diversas edades: dos primer invierno, dos segundo invierno, un tercer invierno y un adulto que fuimos descubriendo a lo largo de la mañana.
Gaviota patiamarilla de segundo invierno.
Gaviota patiamarilla de tercer invierno: "Hamilton".
La mañana avanzaba sin darnos cuenta. El movimiento era constante. La conversación amena, instructiva y agradable. Víctor Salvador y Miguel Rodríguez son dos fuentes inagotables de saber a los que hay que escuchar atentamente. Seguíamos observando. En grupos tan grandes de gaviotas siempre hay que buscar gaviotas anilladas porque nos ofrecen una información muy valiosa. Los que siguen regularmente el blog o me conocen saben de mi pasión por las historias que nos cuentan las aves anilladas. Aquí, en Gomecello, pudimos leer 36 anillas (33 de gaviotas sombrías y 3 de cigüeña blanca (2 de Alemania y 1 de Francia)). Algo realmente de locura (por lo menos par mi). 
Gaviota sombría 3* anillada en Países Bajos por Roland Jan Buijs el 17-5-2013.
Vista en Lugo, Madrid, Francia, Gomecello y su lugar de anillamiento.
Las gaviotas sombrías procedían de 10 países diferentes: Países Bajos (9), Gran Bretaña (7), Alemania (6), Bélgica (3), España (3), Francia (1), Noruega (1), Islandia (1), Irlanda (1) y Dinamarca(1). Podría estar mucho tiempo contando pormenores de estas gaviotas anilladas pero voy a centrarme en algunas curiosidades o sentimientos especiales hacia ellas. 
Me hizo una enorme ilusión poder volver a ver 6 ejemplares que he podido ver en Zamora hace tres y cuatro años, cuando venían gaviotas sombrías hasta aquí. 
2AU3 en el vertedero de Zamora el 19-1-2016.
La primera es la 2AU3 que pude ver en el vertedero de Zamora el 19-1-2016, anillada en el cuarto año de calendario el 20-5-2013 por Paul K. Veron en Guernsey, una pequeña isla situada en el Canal de La Mancha que pertenece a Gran Bretaña pero está muy cerca de la costa Francesa. Esta gaviota ha sido vista en Portugal (Figueira da Foz y Porto) y en España (Gomecello (Salamanca) y CRSU Zamora) además de su Guernsey natal. 
La siguiente es la C+P. Fue anillada como ejemplar de cuarto invierno el 26-6-2012 por Peter Rock en Bath (Gran Bretaña), la pude ver el 19-1-2016 en el vertedero de Zamora, también ha sido vista en Gomecello y en Lariño (A Coruña), además de Inglaterra. 
3.L1 en el vertedero de Zamora el 24-1-2016.
La siguiente es una nueva gaviota sombría anillada por Paul K. Veron en Alderney, una de las islas del Bailío de Guernsey. La 3.L1 que pude ver el 24-1-2016 en el vertedero de Zamora. Fue anillada el 12-6-2010, es un macho que ha sido visto en Guernsey y Alderney, Francia, Madrid, Zamora y Gomecello. 
YN32 que pude ver en el vertedero de Zamora el 19-1-2016.
YN32
es una gaviota islandesa de ideas fijas. Anillada el 12-5-2013 por Gunnar Thor Hallgrimsson. Siempre se ha visto en Gomecello salvo una vez que la pude ver en el vertedero de Zamora el 19-1-2016, aunque no figura en el historial ya que el último número no le dio confianza al anillador pero esta gaviota es muy característica por su color oscuro en la cabeza. 
2//+ el 20-2-2017 en el río Duero en Zamora.
Fotografía tomada por M.Rodríguez de 2//+ el 30-12-2020 en Gomecello.
2//+ es una gaviota sombría holandesa que pude ver en el río Duero de Zamora ciudad el 20-2-2017. Anillada el 3-7-2016 por Hans Keijser en Holanda y siempre regresa a Gomecello.
En Gomecello se anillaron gaviotas sombrías durante algunas temporadas. Una de ellas es la T129. Anillada como ejemplar de segundo invierno el 13-1-2013 por Vicente López siendo vista en Málaga, Países Bajos, Dinamarca y el 17-2-2018 la pude ver en el vertedero de Zamora. 
330:R anillada en Irlanda por Declan Manley el 26-6-2019.
Vista solamente en Gomecello e Irlanda.
KK0.S anillada en Bélgica el 3-6-2020. Vista solamente en Gomecello.
Historias, historias y mas historias como la de D3 que ha sido anillada dos veces en dos países diferentes: Francia y Países Bajos o la T151 que fue recuperada en CRAS de Salamanca (anillada por Vicente López) y después fue vista en Suecia o la H.260 anillada en Alemania por Sonke Martens el 30-6-2007 y ha sido vista en cinco países diferentes: Dinamarca, Alemania, Países Bajos, España, y Portugal. 
S=N anillada en Gales por Peter Rock el 13-7-2020.
HAR51 anillada por Sönke Martins en Alemania el 2-7-2016.
Todas las invernadas regresa a Gomecello.
Las gaviotas más pequeñas también están presentes en Gomecello. Vimos gaviotas reidoras aunque esta temporada también se ha visto una gaviota cana y tres gaviotas cabecinegras. 
La gélida mañana llegaba a su fin. Mañana fantástica. Mañana de descubrimientos, aprendizaje y fantástica compañía. Mañana en un lugar al que volveré, de eso no tengo ninguna duda.