Es un animal especial, diferente, mágico. Cada vez que me encuentro con él siento una tremenda emoción. Primero por tener la suerte de verlo y segundo por poder admirar a uno de los mamíferos más desconocidos de la península ibérica. Un mamífero difícil de ver, de seguir o de estudiar. Un mamífero diferente, especial y muy hermoso.
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Estos dos jóvenes gatos monteses pertenecen a una camada de tres. |
En el “Atlas rojo de los mamíferos terrestres de España” se dice: “No hay estimaciones del tamaño de la población de gatos monteses o de su tendencia en España, pero estudios parciales sugieren que sus poblaciones podrían mantenerse estables o con un ligero declive. La hibridación genética, la transmisión de enfermedades de gatos domésticos o asilvestrados, los procesos de fragmentación y pérdida de calidad de los hábitats naturales y la mortalidad directa derivada de la actividad cinegética parecen afectar negativamente a la especie. De mantenerse o acentuarse el impacto de los factores descritos, en un futuro podría cumplir con los requerimientos necesarios para ser incluido en la categoría VU (Vulnerable) según los criterios A4e (hibridación y competencia con especies asilvestradas) y A2c (pérdida de calidad y superficie de hábitat)”.
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Misma pareja de jóvenes gatos monteses. |
Últimamente me he encontrado con varios gatos asilvestrados que viven en zonas de bosque alejadas de cualquier zona urbana o pueblo. Estos gatos viven en una zona en la que el gato montés también está presente, por lo tanto, la probabilidad de que estos gatos asilvestados se crucen con los monteses es alta. El cruce entre los gatos monteses y los domésticos o asilvestrados da lugar a un híbrido que es fértil, al contrario que la mayoría de los híbridos que se producen en la naturaleza. Por lo tanto, es un gran problema para la pureza genética de la especie.
La hibridación entre gato montés y gato doméstico puede producirse por diferentes razones.
Primero: que uno de estos gatos asilvestrados que viven en zonas de bosque se cruce con ellos.
Segundo: que alguien, en algún momento llevase una camada, perdida o encontrada en el monte de pequeños gatos monteses a un pueblo o finca y después, alguno de ellos, se cruzara con algún gato doméstico.
Tercero: que cualquier gato montés se haya acercado a un pueblo o finca en la que hubiera gatos domésticos y se crucen.
Se me ocurren estas posibilidades pero seguro que hay más. El caso es que la hibridación es uno de los principales problemas de nuestros gatos monteses. Estos dos gatos que os muestro a continuación son gatos asilvestrados que viven en el monte.
Algunas de las características que nos pueden dar una pista sobre su hibridación o no son las siguientes:
Gato asilvestrado que vive en el campo. No es un gato montés. |
Primero: El gato montés es más corpulento que el doméstico y tiene el pelo más largo.
Segundo: Si la cola es larga y fina no será montés. La cola de estos es gruesa, más corta y tiene tres o cuatro anillos negros acabados en una bola o maza negra.
Tercero: En el gato montés, de la cara, le parten cuatro rayas negras que van hacia las orejas, las dos centrales se prolongan por el dorso para formar una banda negra que recorre toda la línea dorsal de la espalda; desde ella salen hacia los lados las líneas trasversales (no muy claramente dibujadas y más oscuras) que van hacia la barriga. Si estas rayas trasversales están muy claramente dibujadas será un gato doméstico o un híbrido.
Joven gato asilvestrado que vive en el bosque. No es un gato montés. |
Actualmente se está desarrollando un estudio acerca del gato montés en la provincia de Valladolid, el Proyecto Gato Bravo, con seguimientos a diferentes gatos y fototrampeo. Estos estudios son necesarios e imprescindibles para conocer más a este maravilloso mamífero, tan desconocido y falto de estudios.
La verdad es que cuando ves a un gato montés no se olvida fácilmente. Ese andar, esa corpulencia, esa elegancia, es mirada...Un gato montés es diferente, es mágico.