Como muchos sabéis en Zamora tenemos un bosque urbano que
es, ha sido y será cuna de muchos amantes de la naturaleza que acuden a pasear,
disfrutar de sus habitantes, hacer deporte o merendar.
El bosque de
Valorio y Zamora han ido unidos desde tiempos inmemoriales. Desde la
Edad Media se conoce el bosque por dos razones principales. Una
porque durante muchos siglos fue utilizado como una explotación forestal y la
segunda por la leyenda de la Virgen de La Hiniesta en la
que Sancho IV en 1290 salió de caza con su halcón persiguiendo a una perdiz que
se refugió en una retama (hiniesta). Al llegar el rey donde se había refugiado
la perdiz se encontró con una imagen de la virgen. El rey impresionado le
construyó la iglesia de Santa María la Real, surgiendo el pueblo
de La Hiniesta. (Actualmente esa parte del bosque desde La Hiniesta hasta
los límites actuales ha desaparecido).
De la flora
autóctona del bosque: robles y encinas; quedan muy pocos ejemplares.
Lo que más encontramos son pinos y dado su carácter de aprovechamiento forestal
tenemos datos de repoblaciones sucesivas de pinos en el bosque. La que más me
interesa es la que se realiza en 1762, en la cual se plantan los pinos
piñoneros que pueblan el centro del bosque en la actualidad.
Otro momento
importante de acciones en el bosque es entre 1841 y 1852 en los que se
reforesta de nuevo y reacondiciona con la construcción del gran paseo de
entrada, La Casa del Guarda, el estanque de Los Pinares y la
Fuente del León en 1884. El bosque va perdiendo extensión a lo largo de
los siglos y en 1927, con el paso del tren, termina por configurarse su tamaño
actual, aunque, la llegada de otro tren, el AVE ha vuelto a determinar su
configuración.
El bosque de Valorio
tiene una extensión de unas 80 hectáreas distribuidas a lo largo
de casi tres kilómetros de longitud, en el que nos encontramos unas 158
especies de vertebrados (según los datos del gran conocedor de la fauna del
bosque, J. Alfredo Hernández Rodríguez) destacando una gran variedad de
mariposas y de aves, en función de la época del año.
En esta entrada me
voy a centrar en algunas de estas aves, concretamente en los pequeños
pajarillos que podemos encontrar cualquier día que bajemos actualmente a pasear
por el bosque.
El bosque de
Valorio está surcado por un pequeño riachuelo que lo atraviesa en parte,
conformando un estrecho bosque de ribera en el cual muchos pajarillos se mueven de rama en rama.
Tanto en las riberas del riachuelo como en el resto del bosque una gran
variedad de pequeños pájaros van a alegrarnos el paseo con sus cánticos y
movimientos. Valorio nunca defrauda y, siempre que paseas por él, vas a ver o
encontrar algo interesante.
La época que más me
gusta pasear por Valorio es en invierno; las nieblas, el verde, el suelo
cubierto por una fina helada o los árboles sin hojas te permiten ver muy bien a
los pequeños habitantes que se mueven entre las ramas y el suelo.
En un recorrido
virtual a lo largo del invierno hasta la actualidad el bosque te mostrará una
amplia gama de pequeños habitantes que se mueven en sus quehaceres cotidianos.
Habitantes que pueden vivir en el bosque permanentemente, que pueden venir en
invierno o en visitas ocasionales.
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Petirrojo. |
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Pinzón vulgar. |
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Escribano soteño. |
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Mito. |
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Carbonero garrapinos. |
Verdecillo,
verderón común, petirrojo, gorrión común y molinero, carbonero común, herrerillo común
o pinzón vulgar son algunos de los más habituales que puedes encontrar en un
día cualquiera de paseo por el bosque; mosquitero común, picogordo, curruca
capirotada, agateador, chochín, escribano soteño, pardillo común, lúgano,
colirrojo tizón, lavandera blanca o cascadeña, mito, acentor vulgar, jilguero o
pico menor aparecen en mayor o menor medida en el bosque.
Estos pequeños
habitantes conforman un bosque lleno de vida, de alegría, por el que es una
auténtica gozada pasear; al que desde muy pequeños nos llevaban nuestros padres
a jugar y veíamos con ojos curiosos como, un montón de pajarillos sin nombre,
se movían de un lado para otro y que poco a poco fuimos poniendo nombre a todos
ellos.
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Pardillo común. |
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Pico menor. |
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Picogordo. |
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Lúganos. |
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Agateador común. |
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Chochín. |
Valorio no se
olvida. Hay que bajar de vez en cuando, es una necesidad, es un sentimiento y
más ahora que bajo con mi pequeña que está empezando a descubrir la naturaleza
y, en estos días, baja emocionada a ver los patitos que se mueven en el
riachuelo.
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Pollada de ánade real. |
Sus pequeños y expresivos
ojos se abren de par en par cuando los descubre entre las hierbas del riachuelo
llamándolos para que vengan hasta que recuerda que no puede chillar y pone el
dedo en la boca en señal de silencio para que te calles porque sino se van y va
señalando al “papá”, a la “mamá” y cuando algún pequeño se aleja demasiado de
la hembra se pone nerviosa y le empieza a decir que vaya con su “mamá”.
Disfrutemos del
Bosque de Valorio. Disfrutemos de un lugar maravilloso que tenemos en nuestra
ciudad. Seamos conscientes de su valor y de su importancia y, por cierto, no
estaría mal que abrieran el centro de interpretación que hicieron hace años ya
que, cerrado ¿sirve para algo?