Muchas veces cuando se dice mucho una frase, un término o
una afirmación, se toma como cierta, como un dogma que no puede ser cambiado,
como algo inmutable que siempre ha sido así y lo será; esto pasa con mucha
frecuencia en el mundo de la naturaleza, se dicen cosas que no son ciertas y se
toman por buenas y, si además, las dice alguien que parece entendido o se leen
en libros, la certeza se considera absoluta. Pero nada más lejos de la realidad
ya que en el campo las cosas no son ni blancas, ni negras, casi siempre son
grises.
Por ejemplo, todos hemos escuchado que “las puntas de las
cuernas de los ciervos indican los años del animal y que cada año tiene una
punta más”, sin embargo, no es cierto. Mucha gente lo dice, lo piensa y se lo
cree; o sea ¿si un ciervo tiene veinte puntas es que tiene veinte años? No es así. El tamaño, el grosor y las puntas de las cuernas de un
ciervo dependen fundamentalmente de la genética y de la alimentación de cada
año; un mismo ciervo puede tener un año una cornamenta extraordinaria y al año
siguiente no ser tan buena.
También hemos oído que “los buitres no vuelan hasta que
calienta y puedan coger una térmica”. He visto volar buitres a muy tempranas
horas del día, sin luz del sol y con un gran frío; buitres que si siguiéramos
ese dictado no podrían volar en muchos momentos del año, buitres que se
morirían de hambre si esperasen a que se produjeran las corrientes de aire
caliente necesarias para así poder elevarse, aún así, prefieren volar con las
térmicas.
Quién no ha oído decir: “las nutrias solamente viven en
ríos de aguas cristalinas y transparentes; son bioindicadoras de la pureza de
las aguas”; las nutrias pueden vivir también en aguas oscuras o de color
chocolate como son las del río Duero o el Esla, verdaderamente, lo único que
necesitan es alimento, resguardo y tranquilidad, si estas necesidades están cubiertas
en un río de aguas turbias, vivirán en él sin ningún problema.
Lo mismo sucede con el martín pescador que también hemos
oído una y mil veces: “vive en aguas poco profundas y cristalinas”; tampoco es
así, esta bella ave también puede vivir en ríos turbios como le sucede a él
y sus vecinas las nutrias que viven en el río Duero a su paso por Zamora
ciudad.
“Los lobos siempre crían en el mismo sitio”. Los lobos,
dentro de su territorio, no siempre crían en la misma zona. Un grupo de lobos
puede criar un año en un punto determinado y al año siguiente cambiar la
ubicación del nacimiento de la siguiente camada dependiendo de factores como la
disponibilidad del agua, la comida, el resguardo o el nivel de seguridad que
ellos detecten en relación al hombre.
En la naturaleza la inmensa mayoría de las veces no se
puede decir tajantemente algo porque casi siempre hay excepciones o matices, no
se puede decir: “los animales solamente se ven al amanecer y al anochecer”
porque sería algo completamente incierto; lo primero, dependerá de la época del
año en la que estemos, no es lo mismo los calores de julio o agosto en los que
se moverán menos a partir de ciertas horas, con lo cual, la probabilidad de
verlos va disminuyendo progresivamente, que las temperaturas de otoño o
invierno en las que las probabilidades de verlos en las horas centrales del día
crecen; aun así, no quiere decir, que no puedas encontrarte un lobo, un ciervo
o un jabalí en verano a las doce de la mañana o las cuatro de la tarde como me
ha sucedido en varias ocasiones.
También dependerá de la presión humana, es decir, en un
territorio menos humanizado el animal se moverá hasta más tarde,
independientemente de la época del año, por el contrario, en un territorio
humanizado, en cuanto salga el sol, el animal desaparecerá como por arte de
magia sin tener en cuenta el calor o el frío, el hombre condiciona sus
movimientos. Siempre hay que hablar de probabilidades no de certezas absolutas.
Estas frases son un ejemplo de algo que se toma por cierto y que hay que tomarlo con muchos matices, de algo que ha permanecido como verdadero e inmutable y realmente no es así ya que las excepciones, probabilidades e incertidumbres son lo más normal y natural en la vida de cualquier animal.
Estas frases son un ejemplo de algo que se toma por cierto y que hay que tomarlo con muchos matices, de algo que ha permanecido como verdadero e inmutable y realmente no es así ya que las excepciones, probabilidades e incertidumbres son lo más normal y natural en la vida de cualquier animal.