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viernes, 19 de enero de 2024

¿Dónde están actualmente los ánsares?

En la entrada anterior quise hacer una evolución desde 1979 hasta 2023 de la invernada del ánsar común en la Reserva Natural de las Lagunas de Villafáfila (Zamora). Evolución que seguía una gráfica campaniforme de menos a más para volver a bajar nuevamente hasta prácticamente ser residual. Vista la evolución y las principales causas de este declive en los últimos años surgía la siguiente pregunta: ¿Dónde están los ánsares ahora?
Como decía en la entrada anterior, la mayoría de ellos se encuentran en zonas de Holanda, Bélgica, Alemania o norte de Francia pero quería dejar claro mediante un mapa y la acumulación de observaciones reales, donde se encuentran, para lo cual he sacado los mapas de Euro Bird Portal que se conforman en tiempo real con “El objetivo de EBP es establecer un repositorio de datos europeo basado en datos agregados de portales de registro de aves en línea de toda Europa con los siguientes objetivos principales:
1-Describir patrones espacio temporales a gran escala de distribución de aves (cambios de distribución estacionales, patrones migratorios, fenología) y sus cambios a lo largo del tiempo.
2-Mejorar el valor de los portales de recopilación de datos en línea.” (Texto extraído de EBP).
He sacado los datos en todos los mapas entre el 24 y 30 de diciembre de 2023 (se puede ver la evolución de la especie a lo largo de todo el año, es decir, dónde están en cada momento del año)
En este primer mapa se muestra dónde están los ánsares comunes. Tengamos en cuenta que estos mapas se conforman: “Para aprovechar al máximo los datos recopilados por los portales en línea de toda Europa,… nuestro objetivo es crear un depósito de datos común que contendrá datos de cada uno de los sistemas existentes”.  (Texto extraído de EBP).
En este mapa los ánsares comunes se encuentran mayoritariamente en grandes zonas de Alemania, Holanda, Bélgica, Inglaterra, Dinamarca, parte de Polonia y sur de Suecia. Es decir, se han movido muy poco desde sus zonas de cría e incluso algunos ni siquiera lo han hecho como los ánsares que crían en esos lugares que prácticamente no se desplazan o los que bajan desde Noruega y el norte de Suecia o Finlandia que mayoritariamente se quedan en esas zonas.
Desde ahí se extienden de forma concéntrica a zonas de Polonia, República Checa, Hungría o norte de Francia; una rama baja por la costa francesa hasta la Península Ibérica para entrar por el País Vasco y Cantabria, bajando a la Reserva Natural de las Lagunas de Villafáfila, lagunas de la Nava, Boada y Campos (Palencia) y la Laguna del Oso (Ávila) en Castilla y León para continuar a los humedales de Extremadura, hasta el Parque Nacional de Doñana (Huelva) y el estuario del Tajo en Lisboa (Portugal) con algunos reductos en la cuenca del Ebro hasta Cataluña.
También se observan datos en Eslovaquia, Hungría e Italia y muy pocos en zonas de Rumanía, Grecia o Turquía.
Pensemos que Villafáfila es uno de los puntos de España que más ánsares nos encontramos. En el momento de la realización del mapa había poco más de 600. Con esos pocos ejemplares nos podemos hacer una idea los que puede haber en zonas similares.
¿Dónde están el resto de ánsares que venían infiltrados en los grandes grupos de ánsares comunes? Algunos ejemplares de ánsares caretos, campestres, piquicortos o barnaclas cariblancas acompañaban a los ánsares comunes; en los siguientes mapas se observa donde se encontraban entre el 24 y 30 de diciembre de 2023.
Ánsar careto.
Ánsar campestre.
Ánsar piquicorto.
También podía aparecer, con mucha suerte y muy esporádicamente, entre los grandes grupos de ánsar común algún ánsar chico. En el siguiente mapa vemos lo exiguo de su población que se concentra entre el 24 y 30 de diciembre de 2023 en zonas de Holanda, Alemania e Inglaterra.
Ánsar chico.
Esta es la distribución de las principales especies de ánsares en plena época de invernada. En España tenemos unos pocos ánsares comunes que son una mínima parte de los miles que llegaban hace muy pocos años.

sábado, 13 de enero de 2024

Evolución de la invernada de ánsar común en Villafáfila desde 1979 hasta 2023.

No vienen. Los ánsares comunes ya no bajan hasta nuestra tierra. Lo que era una tendencia acusada, el enorme declive de la invernada de ánsares comunes, se ha confirmado definitivamente: la gran invernada de ánsares comunes es historia.
Hasta mediados de los años setenta del s.XX los ánsares comunes pasaban por las Lagunas de Villafáfila, era un lugar de descanso o de alimentación en el que permanecían relativamente poco tiempo. Es a partir de esos años setenta, cuando comienzan a quedarse durante el invierno; comenzando así la invernada del ánsar común que fue aumentando paulatinamente su número, hasta llegar a su tope máximo en 1999 con 39.296 ejemplares que pasaban el invierno en las lagunas.
En el siguiente cuadro se puede apreciar su evolución desde 1979 hasta diciembre de 2023:

Año

Ánsar común

Año

Ánsar común

1979

88

2002

23.287

1980

350

2003

27.345

1981

846

2004

25.897

1982

3.386

2005

22.833

1983

2.400

2006

24.023

1984

3.943

2007

18.588

1985

4.450

2008

15.537

1986

5.100

2009

14.000

1987

11.770

2010

14.181 (media)

1988

12.872

2011

18.655 (diciembre 2011)

1989

10.219

2012

15.121

1990

17.375

2013

9.000

1991

23.560

2014

12.000

1992

13.088

2015

5.300

1993

18.668

2016

7.476 (14-12-2016)

1994

22.978

2017

5.200

1995

20.264

2018

1.600 (15-12-2018)

1996

24.728

2019

2.488

1997

24.202

2020

1.436

1998

34.755

2021

1.050 (diciembre 2021)

1999

39.296

2022

580 (diciembre 2022)

2000

32.690

2023

697 (17-1-23)

2001

29.779

609 (14-12-23)

(Datos extraídos de los censos realizados en las Lagunas de Villafáfila (mes de enero) y de la “Guía de la fauna de la Reserva Natural Las lagunas de Villafáfila” y “Veinte años de seguimiento de fauna en la Reserva de Villafáfila y su implicación en la conservación” ambos de M. Rodríguez y J. Palacios. Muchas gracias a J.M. San Román por su colaboración)
Desde el tope de ejemplares en 1999 el descenso ha sido progresivo. Descenso provocado por diferentes circunstancias pero que podemos dividirlas en dos grandes fases.
Una primera fase que llegaría hasta 2012, en la que las lagunas de La Nava, Pedraza y Boada se empiezan a recuperar mediante su llenado gracias al aporte de agua desde el Canal de Castilla, lo cual supone que los ánsares que antes llegaban únicamente a Villafáfila, se repartan entre los diferentes humedales, que además tienen agua en el momento crucial de la llegada de los ánsares del norte, 
Una segunda fase desde 2012 hasta la actualidad en la que la bajada ha sido espectacular y dramática. Las causas de este enorme declive son varias pero todas se resumen en una: el cambio climático.
El núcleo principal de ánsares que llegan hasta las Lagunas de Villafáfila procede de los países nórdicos (Noruega, Suecia, Dinamarca,...) que, antes de llegar hasta nuestra tierra, paran en zonas como Holanda y Alemania donde cada año que pasa, se quedan más sin bajar hasta España.
Todos estos ánsares que no están viniendo hasta nuestro país lo hacen por dos razones fundamentales; tienen comida en la zona de Alemania y Holanda ya que, grandes extensiones de tierra ganada al mar, que antes se utilizaban para el cultivo de flores ahora se han abandonado o se dedican al cultivo de forraje (alfalfa,...), para el ganado. Además, en esas tierras abandonadas crecen pastos, que junto con los cultivos de forraje son un alimento idóneo para miles de gansos de diferentes especies; por otra parte, tanto en Alemania como en Holanda los inviernos son cada año menos duros, con lo cual hay miles de gansos que no se mueven de esas zonas. 
Este invierno en el centro y norte de Europa han caído nevadas que hacía muchos años que no caían. Grandes áreas de Alemania, Dinamarca, Bélgica o Holanda han sido cubiertas por la nieve y azotadas por ventiscas, con lo cual, cabía la esperanza de que los grandes grupos de ánsares que se encontraban invernando se desplazaran más al sur, hasta la península Ibérica pero nada más lejos de la realidad, no han bajado hasta aquí, se han quedado principalmente en Francia.
El hecho de no continuar con la migración hasta la península también implica que los ánsares dejan de conocer el camino hasta aquí, se pierde el conocimiento del viaje. Si no vienen los ánsares no podrán enseñar el camino a las nuevas generaciones que no sabrán como, por donde ni a donde ir, con lo cual según vayan desapareciendo los que conocen el camino, las nuevas generaciones no sabrán como llegar , no vendrán. 
Algo similar ocurrió con la invernada de ánsares campestres en la provincia de Zamora. En el libro: “El ánsar campestre y el ánsar común en Castilla y León” de Mariano Rodríguez y Jesús Palacios se menciona que entre 1968 y 1981 el embalse de Ricobayo (Zamora) era el principal punto de invernada del ánsar campestre en España.
En 1968-69: 6.000 ánsares campestres invernaban en la provincia de Zamora. Su número fue decayendo paulatinamente; todavía en 1981 había 3.800 ánsares campestres que continuaban viniendo a pasar el invierno, en 1982: 3.000, en 1983 se produjo una enorme bajada hasta los 1.400 ejemplares, en 1984: 925; 1985: 792; 1986: 450 y así hasta 1991, año en el que vinieron 157. En la década de 1990-2000 continuaron viniendo en muy escaso número pero es a partir de la entrada en el s.XXI cuando prácticamente desapareció y, actualmente, ver alguno es algo extraordinario como sucedió en la invernada 2022-23 que dos ejemplares descubiertos por Gary Losada estuvieron entre los ánsares comunes.
 Dos ánsares campestres de la Tundra
entre ánsares comunes en la invernada 2022-23.
Si cada vez vienen menos ánsares hasta nuestras tierras también baja enormemente la probabilidad de que entre ellos aparezca algún otro tipo de ánsar infiltrado que no sea el común, como los ánsares campestres, barnaclas cariblancas, ánsares indios, ánsares piquicortos o ánsar chico, incluso algún tarro canelo, barnacla cuellirroja o ánsar nival; los únicos que se siguen viendo con relativa regularidad en números muy variables son los ánsares caretos, este año han venido un grupo de cinco ejemplares descubiertos por J.J. Orduña que estuvieron pocos días en las lagunas y una barnacla carinegra también descubierta por J.J. Orduña que está pasando todo el invierno en las lagunas.
Barnacla carinegra entre ánsares comunes.
Al igual que las probabilidades de ver alguno de estos infiltrados han bajado exponencialmente lo mismo ha sucedido con los ánsares marcados con un collar. En función de los collares que he visto en los últimos años su evolución ha sido la siguiente: 

Año

Collares leídos

Nov. 2012-Feb. 2013

20

Nov. 2013-Feb. 2014

19

Nov. 2014-Feb. 2015

15

Nov. 2015-Feb. 2016

9

Nov. 2016-Feb. 2017

10

Nov. 2017-Feb. 2018

12

Nov. 2018 -Feb. 2019

3

Nov. 2019 -Feb. 2020

7

Nov. 2020 -Feb. 2021

4

Nov. 2021 -Feb.  2022

1

Nov. 2022 -Feb.  2023

2

Nov. 2023 -Ene. 2024

1


Este invierno solamente se ha visto un único ánsar común con collar, descubierto por Gary Losada. Además se ha dado la casualidad que este ánsar de collar 2GV se anilló en Finlandia el 30-5-2021 por Antti Piironen, lo que supone el primer ánsar con collar que se ve en la Reserva Natural de las Lagunas de Villafáfila marcado en ese país. Este ánsar ha cambiado su invernada este año; en 2021 y 2022 desde Finlandia fue hasta Polonia y Hungría donde pasó el inverno, por el contrario este año pasó de Finlandia hasta Alemania y de ahí hasta España donde se ha visto en La Nava (Palencia) y en Villafáfila (Zamora). Una posibilidad del cambio zona de invernada puede ser debido al crudo invierno este año en las zonas que invernó en 2021 y 2022.
Fotografías de Gary Losada
(muchas gracias por prestarlas para esta entrada).
Casualmente los dos únicos ánsares con collar que se vieron el invierno pasado fueron daneses y también era la primera vez que se veía algún ánsar procedente de ese país. Ánsares con una preciosa historia (recordarla aquí).
A fin de cuentas se ha acortado la distancia de la migración (cada vez es más al norte), más cerca de las áreas de cría y la llegada más temprana a sus zonas de cría (cada vez están menos tiempo en las zonas de invernada).
La gran invernada del ánsar común ha muerto. Vienen muchos menos, llegan más tarde y están menos tiempo.

martes, 4 de diciembre de 2018

Historia, actualidad e importancia de las Lagunas de Villafáfila.

Apareció el agua y llegó la vida. Las lagunas de Villafáfila se han ido llenando de aves atraídas por el agua que se ha almacenado durante las últimas semanas. Nos encontramos en plena invernada y multitud de especies se dan cita en este enclave tan importante para las aves y para las gentes del lugar.
La historia de las lagunas de Villafáfila está llena de altibajos, llena de situaciones límites; es una historia que, quizás, mucha gente no conozca. Antes de comenzar me gustaría agradecer enormemente a J.M. San Román su inestimable ayuda para la realización de esta entrada. Historia que me gustaría recordar a grandes rasgos ya que para valorar y respetar algo hay que conocerlo primero.
Algo que parece que todo el mundo sabe y no es así, es el hecho de que las Lagunas de Villafáfila son de agua salada. Este hecho provocado por el tipo de suelo ha propiciado desde la prehistoria la extracción de sal que fue muy importante y codiciada ya que no había ningún otro lugar cercano de extracción de este mineral, con lo que, a lo largo de la historia, las salinas fueron controladas por señores poderosos (nobles o reyes) y la Iglesia. Villafáfila aparece documentada por primera vez en el año 936 en un escrito del monasterio de Sahagún tras la venta de unas salinas a dicho monasterio. Las lagunas eran un centro de abastecimiento de sal y como tal debían de ser protegidas y controladas ya que la sal era un bien de primera necesidad. 
Un equipo de arqueólogos de la Universidad de Valladolid ha confirmado, mediante el hallazgo de restos, diferentes explotaciones de sal de la época prehistórica, de hace más de 4.000 años, lo que indica su tremenda importancia.
Avefrías, chorlitos dorados y grises, ánades azulones, silbones, frisos, rabudos, patos cuchara, combatientes, correlimos o tarros blancos se mueven por las lagunas en busca de alimento mientras grandes grupos de ánsares comunes y grullas van y vienen desde las tierras cercanas hasta el agua. Estamos en plena invernada y, actualmente, unos 2.500-3.000 ánsares comunes han llegado hasta aquí. La cifra más baja de la historia; la invernada del ánsar común se muere.
Entre ellos, en muchas ocasiones, aparecen “infiltrados” como los 8 ánsares caretos (6 adultos y 2 de primer invierno) que pude ver el pasado día 21 en compañía de un gran ornitólogo y amante de la naturaleza: J.A. Fernández Ugarte; un tarro canelo el día 14 de noviembre (descubierto ese mismo día por M. Rodríguez, J. Palacios, J. Morán y J.M. San Román) y 2 barnaclas cariblancas que pudimos ver el día 25 J.A. Hernández, J.Gallego y M. Martín; sin olvidarme del posible ánsar chico de primer invierno del día 14.
También he podido descubrir el primer y único collar de la temporada (hasta el momento): el VGU Anillado el 7-7-2017 en Noruega por Arne Follestad. Ánsar que una semana antes se encontraba en Holanda, siendo esta su primera observación en España.
A lo largo de la historia los humedales han tenido muy mala fama ya que se les consideraba focos de infección y transmisión de enfermedades; a estos humedales se les quiso eliminar y muchos de ellos fueron desecados con el fin de ganar terrenos para la agricultura (algo que se demostró que no era posible dadas sus condiciones especiales).
Las Lagunas de Villafáfila no fueron menos y también se intentó su desecación. En 1969 se inició un proyecto para su eliminación comenzando por la Laguna de Salinas. Se construyó un canal de drenaje y comenzó su eliminación. En 1972 se paralizó el proyecto pero su decadencia era paulatina e inexorable como recoge la prensa en el periódico El País del 5 de mayo de 1983: “La continuidad de las lagunas de Villafáfila (Zamora), consideradas como el biotopo más importante para la invernada de aves en el noroeste español, está amenazada gravemente por la sequía, la progresiva elevación del nivel del suelo por la acumulación de hierbajos y arenas, los pesticidas arrojados en las tierras de labor cercanas y la proliferación en el interior de la ciénaga de campos de cultivo, a pesar de que el terreno es de mala calidad.
Desde hace años se detecta una disminución preocupante del número de ánsares campestres, la especie más característica de la zona, que pasan el invierno en las lagunas. Otro tanto ocurre con el ánsar común, el rabudo, el cuchara, el silbón y la cerceta, aves que también se refugian en Villafáfila durante los meses más fríos; mientras que las fochas y los fumareles hace tres años que ya no aparecen en las lagunas, durante el estío, por la falta de agua.
La falta de agua y la acumulación de materiales en el fondo, con la consiguiente elevación del suelo y descenso de la profundidad, son los peligros mayores”.
Las grullas siguen en importantes números para comienzos del mes de diciembre. Entre ellas he podido ver tres anilladas, de las cuales he leído dos. Ambas procedentes de Alemania. La BuBuY-WGW anillada el 9-7-2012 y la BuBuW-GYR anillada el 28-6-2007.
Los zarapitos reales han ido aumentando su número hasta los 31 contados entre A. Rodrigo, J.A. Hernández, J. Gallego, M. Martín y yo el pasado día 25 o el 3 de diciembre. Agujas colinegras, avocetas y hasta una hembra de sisón que he podido ver en varias ocasiones y que se mueve entre ánsares y azulones, descansan o se alimentan en el entorno de las lagunas.
Lagunas de las que se seguía tomando conciencia del problema. El 17 de agosto de 1988 se publicó en el periódico ABC: “Tras seis meses de silencio por parte de la Administración, desde que ABC se hiciera eco de las denuncias sobre el estado deplorable en que se encontraban las lagunas de Villafáfila, en Zamora, la Junta de Castilla y León ha decidido tomar cartas en el asunto. El próximo lunes comenzarán las obras de recuperación de este sistema lacustre con el objeto de remediar la desecación de una de las mayores reservas de avutardas de Europa.”
Para más tarde decir: ”las obras previstas, que cuentan con una inversión de treinta millones de pesetas, se pondrá fin a la desecación progresiva del sistema lacustre y su irreversible desaparición”.
Estas obras consistirían en: ”La falta de profundidad impedía la existencia de aves buceadoras, que ahora podrán habitar allí, ya que se formarán dos lagunas con este fin dentro de la llamada Laguna Grande. También se crearán islas de nidificación en ese mismo humedal y en las lagunas Barillos, así como dos balsas de decantación donde se controlará el nivel del agua. Además del drenaje de las lagunas, se realizarán tres muros de contención y se reforzarán las orillas, con la construcción de pequeños diques para impedir la salida del agua, cuyo nivel será elevado cuarenta centímetros”.
Los problemas eran visibles y, en teoría, se pondría una solución pero en el mismo periódico el 18 de enero de 1992 se publica: “La Coordinadora de Organizaciones de Defensa Ambiental (CODA), que agrupa a unas 150 asociaciones ecologistas españolas, ha denunciado a la Junta de Castilla y León ante la Comisión de la CE por el progresivo deterioro y artificialización de las Lagunas de Villafáfila”.
Barnacla cariblanca entre ánsares comunes.
La denuncia no llegó a más y en 1992 se inaugura el observatorio de Otero de Sariegos, para más tarde, en 1993 comenzar la construcción de la Casa del Parque, el Centro de Interpretación de las Lagunas de Villafáfila que fue inaugurado en agosto de 1995 pasando a ser lugar imprescindible para que los visitantes obtuvieran una gran información de las lagunas. En 2004 se crean los observatorios de La Rosa y Villarrín que terminan de completar los actualmente existentes.
Observatorios desde los cuales pude ver un águila real que prospectaba la laguna en busca de alimento; cernícalos comunes que se exhibían cerniéndose y un aguilucho pálido sobrevolando las tierras mientras los aguiluchos laguneros se movían entre el agua y la tierra atentos a cualquier oportunidad provocando el pánico y, un enorme revuelo, entre las miles de aves que se encontraban en el agua.
Esta es una pequeña historia de las lagunas de Villafáfila que, desde que se detuvo su desecación, han tenido diferentes grados de protección: 1972 - Zona de caza controlada; 1986 - Reserva nacional de caza; 1987 - ZEPA (Zona de especial protección para las aves); 1989 - Humedal RAMSAR (Protección e importancia internacional del complejo lagunar); 1992 - LIC (Lugar de interés Comunitario); 1996 - Reserva regional de caza y 2006 - Reserva Natural.
Y aquí, en estas lagunas, es donde miles de aves eligen pasar lo más duro del invierno. Aves que vienen de lejos y se unen a las que nos acompañan durante todo el año. Un auténtico privilegio.

domingo, 7 de enero de 2018

91 ánsares caretos en Villafáfila

Seguimos con el ánsar careto. Sé que para algunos les resultará pesado o monótono pero este año es excepcional y como tal debo de continuar escribiendo sobre este precioso ánsar que está dejando números espectaculares en las Lagunas de Villafáfila.
El pasado 29 de diciembre pude ver, en compañía de J. Alfredo Hernández, la espectacular cifra de ¡¡91 ánsares caretos!! Cifra record para las Lagunas de Villafáfila superando los 79 ejemplares que pude ver el 22 de diciembre de 2017 (con Juanjo González), los 78 del día 7 de enero de 2018 (en compañía de Alfonso Rodrigo) y los 55 vistos por Persson H. en 1994 (un año después de dejarse de considerar rareza en España).
Estos impresionantes datos son siempre un mínimo porque en ningún momento se han podido ver todos los que pudiera haber ya que siempre se ha visto parte del gran grupo de ánsares comunes entre los que están infiltrados; con lo cual, seguramente, estemos hablando de más un centenar de ejemplares de este precioso ganso. De momento, la cifra que va a quedar son esos espectaculares 91 ejemplares.
Para darse cuenta de las magnitudes e importancia de estas cifras debemos de poner en relevancia algunos datos de consideración.
Primero. Este año es la invernada de menos ánsares comunes desde que se tienen registros. El último censo del 15 de diciembre arrojaba una cifra de 2.500 ánsares comunes; cifra que se ha visto superada después y, actualmente, según mi previsión, habrá entre 4.500 – 5.000 ejemplares, la menor cifra histórica. Tengamos en cuenta que en 1999 había cerca de 40.000 ejemplares en las lagunas o en 2012 algo más de 15.000. Por lo tanto, el declive de la llegada de ánsares comunes es más que evidente y tremendamente preocupante con muy malas perspectivas.
Quizás pueda llegar a pasar con el ánsar común lo mismo que sucedió con el ánsar campestre, su desaparición. En los años cincuenta del siglo XX los grandes bandos de ánsar campestre se desplazan desde las Lagunas de Villafáfila hasta el embalse de Ricobayo (J.I. Regueras, 1982). En el libro: “El ánsar campestre y el ánsar común en Castilla y León” de Mariano Rodríguez y Jesús Palacios se menciona que entre 1968 y 1981 este enclave es el principal y prácticamente único punto de invernada del ánsar campestre en España: “…un máximo de 6.000 ejemplares en 1968-69 hasta los 3.800 ejemplares de 1981, desapareciendo todos los posibles puntos de invernada distintos del E. de Ricobayo. A partir de 1981 encontramos un descenso uniforme, desde los 3.000 ánsares de 1982 hasta los 134 de la temporada 1989-90 y los 157 de la temporada 1990-91”. Y el resto ya lo sabemos…desapareció y, actualmente, ver alguno en la temporada es algo extraordinario.
La desaparición del ánsar campestre coincidió con la parada del ánsar común que hasta mediados de los años 70 del s.XX simplemente pasaba por aquí, quedándose en un número muy reducido.
La probabilidad de que ánsares caretos vengan es mayor cuanto mayor sea el número de ánsares comunes que lleguen pero…esto es la teoría, la hipótesis, porque este año, esta probabilidad de: a más ánsares comunes más posibilidades de ánsares caretos, se ha roto.
Segundo: las cifras de caretos son muy reducidas durante los últimos años. Los que yo he podido ver, en las últimas invernadas, hablo de cifras máximas vistas por mi (pueden variar algo pero no mucho con las oficiales) son las siguientes: invernada 2012-13: 25 ejemplares (21-1-2013) – 2013-14: 6 ej. (19-1-2014) – 2014-15: 13 ej. (6-12-2014) – 2015-2016: 3 ej. (29-11-2015) – 2016-17: 2 ej. (12-11-2016) – 2017-18: 91 ej. (de momento el 29-12-2017).
Desde 2012 a la actualidad serían: 25-6-13-3-2 y 91 ejemplares. Es decir, en esta invernada he visto casi el doble de caretos de los que había visto en los últimos 5 años.
El ánsar careto proviene de la tundra siberiana, migrando hasta centro Europa (Bélgica, Holanda, Alemania) donde se mezcla con los ánsares comunes y, una mínima parte, viaja hasta nuestro país. 
En la siguiente imagen se puede ver el increíble viaje de diferentes ánsares caretos marcados con GPS en Holanda (datos procedentes de la página www.blessgans.de).
Viaje que, algunos de ellos, un tanto por ciento muy bajo, prolongan hasta nuestro país mezclados con los ánsares comunes que provienen de Noruega y paran en Holanda, Bélgica o Alemania para terminar invernando entre nosotros.
La siguiente imagen es otro ejemplo del viaje de algunos ánsares caretos marcados en Hungría que utilizan otra ruta para llegar desde sus cuarteles de invierno a sus cuarteles de cría, en la fría e inhóspita tundra siberiana.
Los ejemplares que utilizan esta ruta es muy difícil, prácticamente imposible que lleguen hasta nuestras tierras.
Este es el ánsar careto, un espectacular viajero que, este año, nos está dando grandes alegrías en las Lagunas de Villafáfila.