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lunes, 29 de abril de 2024

11 años criando los patos colorados en las Graveras de Coreses (Zamora).

Las graveras de Coreses. Un enclave que agoniza lentamente. Un enclave que debería de estar más cuidado y protegido. Un enclave que con una buena y adecuada gestión tendría unas enormes posibilidades. Un enclave en el que se han visto 200 especies de aves (datos de ebird). Este es el enclave elegido por los patos colorados para criar desde hace ya 11 años. 
11 años criando en ese mismo lugar. 11 años en los que han nacido varias generaciones de pequeños patos colorados que siguen llenando de color y elegancia estas maltrechas graveras. 11 años desde aquel 28 de mayo de 2014 en el que tuve la suerte de encontrarme con una hembra con cuatro pequeños pollos ; era la primera cita de cría de esta especie en la provincia de Zamora. Hasta ese momento el único lugar que se tenía constancia de la cría de pato colorado en Castilla y León era en el embalse de Monteagudo (Soria), desde ese momento se podía incluir Zamora.
Primera fotografía de ese 28 de mayo de 2014.
En abril de ese mismo 2014 Alfonso Rodrigo había descubierto la presencia de dos hembras y un macho en las graveras, era la primera cita de esta especie en este lugar. Colorados que, como dije anteriormente, un mes después habían criado por primera vez y que desde entonces no han dejado sus graveras.
El pasado 26 de abril localicé la primera pollada de este año, una hembra con 8 pequeños colorados que se escondían entre las hierbas de una exigua laguna. Hoy 29 de abril he localizado la segunda pollada del año, otra hembra con 10 preciosos pollos que cuida y alimenta sumergiéndose como un experimentado buzo en busca de tesoros para salir con un manojo de plantas acuáticas en el pico a las que acuden los pequeños como si un poderoso imán los atrajera sin remisión. Picoteaban las plantas hasta terminarlas y, automáticamente, la hembra, volvía a sumergirse para seguir alimentándolos ante la atenta mirada de varios machos y una hembra que siempre permanecía muy cerca de la madre; en ocasiones he podido comprobar como varias hembras se juntan para cuidar y proteger a los pequeños pollos de los constantes peligros que les acosan como una águila calzada que se lanzó en un mortífero picado en busca de uno de los pequeños.
Un año más aquí están. Nuevas polladas irán apareciendo ya que hay varias hembras más que seguramente estén incubando todavía. Nueva generación de patos colorados nacidos en este enclave tan poco cuidado como son las graveras de Coreses en Zamora.

domingo, 5 de junio de 2022

Polladas de patos colorados y sus vecinos en las graveras de Coreses (Zamora).

Un año más los patos colorados han criado en las graveras de Coreses. Pero remontémonos unos años: el 8-4-2014 Alfonso Rodrigo descubre 3 patos colorados: 1 macho y 2 hembras en una de las graveras de Coreses. Ese mismo año, el 28 de mayo, tuve la suerte de encontrarme con una hembra con cuatro pequeños pollos; era la primera cita de cría de esta especie en la provincia de Zamora. Hasta ese momento el único lugar que se tenía constancia de la cría de pato colorado en Castilla y León era en el embalse de Monteagudo (Soria), desde ese momento se podía incluir Zamora.
Desde esa fecha han criado todos los años y se han establecido en las graveras. Hace unos días pude observar 40 patos colorados, entre ellos dos polladas.
La primera es la que descubrió Daniel Gómez el 27-4-22 que también pude ver ese día. Esa hembra comenzó con 12 pollos quedándole actualmente 10. La otra pollada era nueva, una hembra con 16 pollos se movía por una de las graveras, días después continua con 15.
En la pollada que son más mayores ya se alimentan solos, zambulléndose como lo hace su madre en busca de materia vegetal. En cambio, en la pollada nueva, la hembra se sumergía como un buzo en busca de conchas y salía con un manojo de plantas acuáticas en el pico a las que acudían los pequeños como si fueran un poderoso imán que los atraía sin remisión. Picoteaban las plantas hasta terminarlas y, automáticamente, la hembra, volvía a sumergirse para seguir alimentándolos. Pasados unos minutos de constantes zambullidas la hembra se paró. Se quedó quieta. ¿Qué hacía?
Los peligros acechan y las hembras de colorado intentan mantener a su prole a salvo de aguiluchos laguneros, águilas calzadas o cualquier otro depredador que esté al acecho.
La hembra miraba el cielo de reojo, girando la cabeza, mientras sus pequeños esperaban una nueva comida. De repente la hembra dio la voz de alarma y todos sus pequeños se acercaron rápidamente a ella siguiéndola hasta la protección de los juncos. Se ocultará con toda su prole entre ellos y permanecerá completamente quieta, con sus pequeños alrededor, hasta que haya pasado el peligro.
En otras ocasiones, si están lejos de los juncos y no pueden llegar a su protección, se sumergirán todos, prácticamente a la vez, para sortear el peligro. Mientras se escucha el canto de una oropéndola, una garza imperial acecha roedores en un campo cercano o un alcaudón común vigila desde una valla.
Macho de oropéndola y hembra detrás, entre las hojas.
Garza imperial.
Alcaudón común.
Posiblemente salgan más polladas ya que se están viendo muchos más machos que hembras y estas estarán, seguramente, incubando nuevas proles que saldrán en cualquier momento mientras los observan ilustres vecinos como algunas de las espátulas anilladas que paran a descansar en las graveras.
Como la BGG-YYfa anillada en Holanda por Otto Overdijk el 13-6-2012 que solamente ha sido vista fuera de Holanda en dos puntos: invernando en el Banc d'Arguin (Mauritania) en el 2014 y en las graveras de Coreses donde la pude ver el pasado 28 de marzo y ha estado hasta el 12 de mayo.
La espátula con el código de colores: aPN-RNfR fue anillada también en Holanda por Kees Vliet el 21-7-2018; ha sido vista en Holanda, Francia y España (Santoña, Cádiz, y Coreses).
Los patos colorados tienen esta pequeña población en las graveras de Coreses, muy cerca de Zamora ciudad. Un verdadero lujo que esperemos siga manteniéndose mucho tiempo.

miércoles, 22 de junio de 2016

Una nueva pollada de pato colorado en Zamora.

Por tercer año consecutivo ha criado en la provincia de Zamora una pareja de pato colorado; el pasado día 20 de junio mi buen amigo y gran fotógrafo Fernando García me avisó que había visto una pollada de pato colorado en las graveras de Coreses, así es que, poco tiempo después de su aviso, me encontraba en la pequeña gravera buscando a la hembra con los pollos.
Llevaba varias semanas yendo en su busca, con la esperanza de que hubieran criado una año más; había podido ver dos machos las semanas anteriores pero no aparecía ninguna hembra, hasta que este pasado lunes pudimos tener constancia de una nueva pollada de pato colorado en la provincia de Zamora por tercer año consecutivo. Allí estaba la hembra con nueve preciosos pollos que la seguían a todos lados entre los juncos de las orillas.
El 28 de mayo de 2014 tuve la suerte de encontrarme con una hembra con cuatro pequeños pollos de pato colorado; era la primera cita de cría de esta especie en la provincia de Zamora. Hasta ese momento el único lugar que se tenía constancia de la cría de pato colorado en Castilla y León era en el embalse de Monteagudo (Soria), desde ese momento se podía incluir Zamora. Al año siguiente, el 16 de mayo de 2015, Carlos Alberto Ramírez, descubrió cinco pollos en la misma zona.
Este tercer año se han descubierto algo más de un mes después, en la misma zona, las graveras de Coreses, donde los nueve pequeños están bastante grandes, comen solos zambulléndose como lo hace su madre aunque, todavía, de vez en cuando, la hembra saca grandes trozos de material vegetal en el pico y los pequeños se acercan a comerlo.
La hembra es muy recelosa y a todo aquel que se acerca más de lo que ella considera su límite de seguridad le ataca con una enorme energía, ya sea una focha o un azulón. De vez en cuando se oculta con toda su prole entre los juncos y permanece completamente quieta con sus pequeños alrededor y, cuando se acerca cualquier peligro alado, como un milano negro, un aguilucho lagunero o una águila calzada da la voz de alarma y todos sus pequeños se acercan a ella siguiéndola hasta la protección de los juncos o, si están lejos de ellos, se sumergen todos, prácticamente a la vez, para sortear el peligro. 
Macho de pato colorado.
En la misma laguna se encuentra, por lo menos, un macho, seguramente, haya otro mas pero, desde el descubrimiento de los pequeños, solamente he podido ver uno que se mueve indiferente por la gravera sin acercarse ni a la hembra, ni a los pollos que esperemos pueda sobrevivir el mayor número posible. La ventaja de este año es que ya están más grandes y, además son nueve, son más que los de otros años.

viernes, 10 de junio de 2016

Vecinos de la laguna.

Tres pequeñas cabezas asomaban entre las plumas del somormujo adulto que los transportaba como a pasajeros de lujo en un seguro y fiable barco por la pequeña laguna. Tres cabecitas blancas rayadas con líneas negras que permanecían asomadas hasta que el otro somormujo adulto se acercó con comida para ellos, lo cual, me permitió verles gran parte del cuerpo ya que asomaban  insistentemente para recibir su parte.
Cada poco el adulto se acercaba para traerles comida e incluso le daba comida al somormujo-barco que la repartía entre los pequeños pollos situados sobre su lomo. Es curioso verlos como se pasan de la espalda de uno de sus padres al otro como cuando una persona se traslada de una piragua a otra pero, más curioso aún, es verlos cuando el adulto que los lleva se sumerge con ellos subidos en su lomo, algo que ocurre muy pocas veces.
A veces se bajan de su barco para nadar alrededor, siempre pegados a sus padres que los defenderán de todo intruso que se acerque ya sea una focha que pasaba por allí o un peligro mayor que venga del cielo. En cuanto los pequeños somormujos perciben el peligro y son avisados por sus padres se suben rápidamente a cualquiera de los dos adultos, el que esté más cerca será un seguro refugio hasta que pase el peligro; cuando este haya pasado se volverán a reunir todos sobre la espalda de uno de sus padres.
Nuestra familia de somormujos tiene unos vecinos muy especiales y variados. Si nos acercamos a la orilla escucharemos insistentemente el potente y hermoso canto del carricero tordal que compite en una canción sin fin con cualquier otro que esté en las proximidades.
Se subirá en lo alto de un junco cual maestro equilibrista para desgañitarse con su característico canto que se escucha en toda la laguna al igual que el inconfundible canto del cuco que desde lo alto de un árbol cercano emite su monótono cuuuu-cu con la esperanza de encontrar una compañera.
Dos machos de pato colorado se mueven tranquilamente entre azulones. Machos con un plumaje muy diferente ya que mientras uno está engalanado y vistoso el otro se encuentra en eclipse con un plumaje más apagado que le hará parecerse a una hembra pero, su pico rojo intenso, le delatará como macho.
Junto a ellos una pareja de porrón moñudo se alimentan en la laguna mientras las polladas de azulones entran y salen de los protectores juncos al igual que las de las fochas o las gallinetas.
Entre los espesos juncos una garza imperial cría sus pequeños que permanecen ocultos e inmóviles en el intrincado laberinto de juncos mientras un aguilucho lagunero o un águila calzada patrullan en busca de algún pollo despistado.
El críalo. Otro oportunista o jeta, según se pregunte a unos u otros, también vive en el entorno de la laguna. Siempre que lo veo me recuerda al dibujo de un enterrador del oeste de Lucky Luke. Ahí está. Esperando que llegue su oportunidad de poner su huevo en el nido de otro.
En la pequeña laguna varios galápagos leprosos se asoman subidos sobre palos, piedras o juncos para tomar el sol y así autorregularse la temperatura.
En la orilla de la laguna el impactante martín pescador observa desde su posadero el vuelo de aviones comunes o golondrinas que caen en picado sobre la superficie del agua para frenarse y pasar a toda velocidad paralelas y así poder coger una diminuta gota de la laguna.
La laguna es vida. Todas las lagunas son importantes, desde las más afamadas hasta las más insignificantes; todas tienen su importancia, todas tienen sus habitantes y todas tienen algo que contar.
La laguna es actividad pero este año en las pequeñas lagunas de Coreses el movimiento es mucho menor que otros años, quizás la abundancia de agua en otros enclaves, quizás la enorme presión a la que se somete a estas lagunas por parte de individuos de poca o nula mente naturalista en la época de caza o, simplemente, porque este año, para ellos, las condiciones allí no son las idóneas, quién sabe o quizás un compendio de todas ellas han hecho que esta temporada las pequeñas graveras estén menos pobladas y activas de lo habitual. 

jueves, 18 de junio de 2015

Cuatro grandes pequeños momentos.

En las últimas semanas he tenido varios pequeños encuentros fortuitos que, por diversas razones, han sido especiales, algunos por su importancia y otros por su sorpresa o novedad para mi. Seguramente estos pequeños momentos para otras personas sean normales o no les den ninguna importancia pero para mi han sido grandes pequeños momentos.
El primero de ellos seguramente sea el más importante ya que el avistamiento de un águila imperial ibérica en la provincia de Zamora es un hecho muy significativo. He tenido la inmensa suerte de ver dos días diferentes a un ejemplar de águila imperial de segundo año que, posiblemente, sea el mismo.
Águila imperial ibérica de segundo año. Imagen tomada
por J. Alfredo Hernández en mayo de 2015  en la provincia de Zamora,
al cual le agradezco enormemente cederla para ilustrar esta entrada.
El primer encuentro fue el más espectacular ya que se desarrolló a muy corta distancia y la acción fue la lucha entre este ejemplar y un milano negro que pugnaban por un trozo de comida; la batalla se desarrolló en el aire y entre quiebros, ataques y contraataques el águila imperial se salió con la suya y se llevó la comida.
En el segundo encuentro el ejemplar de águila imperial iba en un grupo de unos treinta buitres que pasaron volando, patrullando el terreno, seguramente vaya con ellos ya que así podrá aprovecharse de la carroña que estos puedan encontrar. Estos dos encuentros se produjeron en la misma zona, al este de la provincia de Zamora y lo que hasta hace muy poco tiempo era casi imposible, el hecho de ver un águila imperial en nuestra provincia; en los últimos dos años se han producido un buen número de observaciones que están acercando más a esta bella y amenazada rapaz a la provincia de Zamora; en lo que va de año se ha visto un ejemplar de segundo año seis veces y un adulto, dos (que se sepa).
Águila imperial en Doñana.
Este aumento de observaciones en los dos últimos años hace preveer que, más pronto que tarde (esperemos), el águila imperial ibérica se asiente en la provincia Zamora y consiga criar, algo que sería un noticia extraordinaria.
Pareja de águilas imperiales en la Sierra de Andujar.
Águila imperial sobrevolando la Sierra de Andujar.
El segundo encuentro se produjo cerca de Villardeciervos, en plena Sierra de la Culebra, donde, en un día de tremendo calor un hermoso canto atrajo mi atención; sobre un roble un escribano hortelano cantaba desgañitándose como un loco en pos de encontrar una hembra, pero en un radio de unos 80 metros otros dos escribanos hortelanos cantaban también en una competición de trinos y melodías para ver quién conquistaba a alguna hembra cercana.
El escribano hortelano está incluido en el Catálogo Nacional de Especies Amenazadas como "de interés especial". Este precioso pajarillo tiene un enorme problema, la caza ilegal, sobre todo en Francia donde cada año son capturados vivos miles de escribanos hortelanos para ser engordados y luego sacrificados ahogándolos en Armañac (brandy de vino blanco) para venderlos a restaurantes de diferentes países donde son uno de los platos estrella por el que se pagan grandes sumas de dinero. Una auténtica vergüenza que se siga permitiendo.
Mientras observaba a los escribanos hortelanos no dejaban de pasar buitres leonados y, entre ellos, un buitre negro que vi a lo largo del mañana varias veces.
La tercera observación fue en plena ciudad de Zamora, en el río Duero, donde paseantes, ciclistas y deportistas pasean constantemente por sus orillas y, en una de esas orillas, me encontraba observando a unos azulones cuando, un ruido, a escasos 50 cm de mi pié, atrajo mi atención; miré y lo que vi me dejó sorprendido.
Mi primera impresión fue que una enorme culebra de escalera se estaba comiendo algo ya que no paraba de contorsionarse y retorcerse pero nada más lejos de la realidad, eran dos culebras de escalera y...¡se estaban apareando!
Una de ellas mordía a la otra sujetándola mientras se enroscaban en una danza frenética en lo que parecía una batalla en vez de un apareamiento. Allí estaban. En un lugar de paso muy concurrido. Traté de ser discreto y no llamar la atención para que nadie pudiera hacerles nada ya que estoy seguro que si alguien las hubiera visto habría intentado matarlas como he podido ver en más de una ocasión dada la mala reputación de las serpientes.
La cuarta observación es la constatación de una alegría. El año pasado pude descubrir la primera pollada de pato colorado en Zamora y, este año, por segundo año consecutivo han vuelto a criar. El pasado 16 de mayo Carlos Alberto Ramirez descubrió una hembra de pato colorado con 5 preciosos pollos que han ido disminuyendo en número hasta los dos que siguen vivos en la actualidad.
Dos preciosos pollos de pato colorado que van creciendo rápidamente y espero consigan sobrevivir.
Cuatro pequeños momentos. Cuatro pequeños momentos que para mi son grandes momentos que se disfrutan de manera especial y diferente por cada persona y, lo que para mi, es un gran pequeño momento, para otros no lo será pero ahí está lo bueno, ahí esta la variedad, ahí está la grandeza de la naturaleza.