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lunes, 7 de mayo de 2018

Otra Santoña.

Hace, aproximadamente un mes, pude disfrutar de una Santoña diferente. Una Santoña fuera de la plena invernada. Una Santoña en la que unos vienen, otros se van y algunos se quedan.
La invernada ha terminado. Estamos en pleno movimiento de aves que se desplazan de sus zonas de invernada a sus zonas de cría; que se mueven, que llegan a Santoña de paso para descansar durante unos días o para criar. Así pude ver varias garzas imperiales que se empiezan a asentar entre los carrizos para tomar posesión de sus territorios o a los charranes comunes que se lanzaban como verdaderos misiles sobre el agua; o a varias cercetas carretonas que estarán unos días y continuarán a sus cuarteles de cría, como las espátulas que les están poniendo plataformas para criar pero son reacias a hacerlo.
Garza imperial.
Cerceta carretona.
Charrán común.
Otras, han estado un tiempo y marcharán, como un grupo de preciosos moritos que han pasado parte del invierno en estas lagunas o los imponentes colimbos chicos y grandes que están alargando su estancia para ponerse con sus mejores trajes de gala.
Espátulas y moritos.
Colimbo grande. Arriba con plumaje de invierno y abajo nupcial.
Arao dormitando en el puerto.
Un solitario arao descansa en el puerto antes de su partida…¿o no? Como le sucede a las dos grandes estrellas de Santoña el zarapito trinador americano y el eider común que están tan a gusto que aquí continúan para deleite de todos los visitantes a este precioso lugar.
Zarapito trinador americano.
Eider común.
Los grandes bandos se han ido pero gaviotas patiamarillas, reidoras y alguna cabecinegra sobrevuelan la bahía; zarapitos reales y trinadores, agujas colinegras y colipintas, ostreros, negrón común, zampullines cuellinegros, cormoranes grandes y moñudos, chorlitos grises o archibebes se mueven por las lagunas y marismas.
Zampullín cuellinegro.
Pero en Santoña hay más…es increíble la sensación de ver buitres leonados volando sobre el mar o junto a los acantilados o ver un roquero solitario asomado al azul del Cantábrico.
Buitres leonados en el acantilado marino.
Roquero solitario.
Algunos ya están en pleno proceso de cría, como los cisnes o disputando sus territorios como esta preciosa focha leucística que se peleaba con toda aquella que quisiera acercarse a su zona de cría y otros, como los gaviones atlánticos que pronto sorprenderán a más de uno con su cría definitiva en estas marismas.
Focha común leucística.
Santoña siempre sorprende. Esta entrada, eminentemente de fotografías, está dedicada a todos aquellos que Santoña ha atrapado entre sus redes; me considero uno de ellos. Si queréis saber absolutamente todo lo que se mueve y cuando se mueve por Santoña y por Cantabria, no dejéis de tener el magnífico libro de Ernesto Villodas: "Cuándo y dónde ver aves en Cantabria".

viernes, 12 de enero de 2018

Santoña II: eider, zarapito trinador americano,…y mucho más.

Si hay dos estrellas actualmente en Santoña son el eider común y el zarapito trinador americano pero no todo son las estrellas, las aves comunes, las  habituales, las más normalitas son igual de importantes o más; con estas quiero empezar ya que en muchos casos no se les da la importancia que merecen y tienen. Como comentaba en la anterior entrada de Santoña mi sorpresa es mayúscula cuando me dicen, algunos de los más habituales del lugar, que no hay nada por las marismas, que la invernada es muy floja…sigo recordando que hay miles de aves, que en el interior hemos estado muy secos (hasta hace muy poco), sin casi nada (es la invernada más floja de los últimos años) y aquí, en Santoña, hay miles de aves y agua, algo que nosotros, por desgracia, tenemos muy poco.
Colimbo grande.
En Santoña hay dos mundos, dos mundos complementarios en los que sus habitantes se ven y se comportan de dos formas completamente diferentes. Me refiero a la marea alta y a la marea baja. Dependiendo de si está alta o baja la marea los habitantes y sus comportamientos varían por completo.
Con la marea alta aparecen todos los buceadores, están más activos y, en muchos casos más cerca: silbones, azulones, frisos, cucharas, cercetas comunes, cormoranes grandes y moñudos, patos cuchara, rabudos, tarros blancos además de negrones comunes y especulados, colimbos grandes y chicos, zampullines cuellirrojos, cuellinegros y chicos, somormujos, alcas, fochas comunes o porrones se mueven por las marismas en busca de alimento; tranquilidad que se ve alterada cuando alguna águila pescadora, aguilucho lagunero, milano real o busardo ratonero planean por encima de ellos.
Esta enorme variedad de especies conforman los habitantes de la marea alta; entre ellos está la estrella del momento, el precioso e imponente eider común.
El eider es un pato especial, diferente, con un pico muy ancho en la base que le da un aspecto curioso, conformando un perfil característico a su cabeza. Es un pato del norte. Un pato del que actualmente en España hay dos ejemplares, los dos son dos machos, el de Santoña descubierto por Alejandro García en diciembre de 2016 que formaba parte de un grupo de cinco ejemplares (dos machos y tres hembras) que se fueron yendo en diferentes momentos hasta quedar solamente el ejemplar que está actualmente y el de Cariño (La Coruña), descubierto por Ricardo Hevia el 2 de diciembre de 2017.
El eider está precioso, espectacular, con su increíble plumaje nupcial. En las siguientes fotografías se puede ver la evolución de su plumaje en dos meses.
El eider se mueve tranquilo. Bucea. Sale con un mejillón y se lo come entero, directamente, sin abrir ni nada, en su estómago se producirá la digestión. Verlo sacar un mejillón y comérselo me impresionó. Nunca me hubiese imaginado que podía hacerlo, además lo hace sin aparente esfuerzo.
Es un animal extraño pero de extraño que es, es muy hermoso. Aparte del pico destaca, en este macho con plumaje nupcial, su intenso y precioso color, por cierto, el plumón de eider se ha utilizado y se sigue utilizando para rellenar los mejores edredones, sacos de dormir o ropa de abrigo ya que es aislante, suave, mantiene la temperatura y es ligero. Plumón que el eider utiliza para recubrir su nido y mantener aislados y calientes los huevos ante las inclemencias del frío del norte. Plumón que en algunos lugares como Islandia, es recogido a mano y comercializado, siendo un recurso económico muy importante.
Zarapito trinador.
Con la marea baja aparecen todos los limícolas y los que se alimentan en zonas con poca agua como orillas o charcos que van quedando. Ahí aparecen chorlitos grises, chorlitejos grandes y chicos, correlimos comunes, zarapitín, gordo y menudo, ostreros, vuelvepiedras, zarapitos reales y trinadores, espátulas, archibebes comunes, claros y oscuros, combatientes, avocetas, garcetas grandes y comunes, garzas reales, aguja colinegra y colipinta; un sinfín de aves que se van moviendo según la marea va subiendo o bajando.
Aguja colinegra y agujas colipintas.
Ostreros.
Entre todos ellos la estrella del momento es el zarapito trinador americano que descubrieron Haritz Sarasa y David Arranz el 29 de enero de 2017 que lleva casi un año en las marismas.
Me costó varios intentos poder verlo. Este zarapito de Hudson es una rareza total ya que es la segunda cita para España (primera para Cantabria). Es prácticamente igual que nuestro zarapito trinador y hasta que no vuela no puedes saber (por lo menos yo) si es uno u otro. La manera de identificarlo es en vuelo cuando nos enseña el obispillo que no es blanco como en nuestro zarapito trinador. A lo que se le puede añadir la ceja mas marcada y un poco más claro pero, hasta que no lo ves en vuelo, no se está seguro. La siguiente es una fotografía muy testimonial suya.
A estos dos mundos se les puede añadir el de las gaviotas. Santoña es un enclave fantástico para poder verlas. Son muchas las especies que puedes encontrarte y disfrutar ya sea en el puerto, en las conserveras o en las marismas. Pude ver gaviota patiamarilla, sombría, reidora, argéntea, cabecinegra, tridáctila y gavión atlántico. Todo un lujo para alguien de interior que solamente está acostumbrado a ver muy pocas. A estas gaviotas se les puede unir una gaviota groenlandesa descubierta el 7 de enero de 2018 por Ernesto Villodas, César Palacio y Álvaro Bustamante y una gaviota cáspica descubierta al día siguiente en Laredo por Ernesto Villodas.
Posible gaviota argéntea.
Gavión atlántico.
Entre tanta ave siempre hay algunas con anillas. Anillas que cuentan su historia. Cuentan viajes, desplazamientos, edad o lugares de origen. Pude ver anillas de gaviota cabecinegra, patiamarilla y sombría, cormorán grande, zarapito real y espátula.
Cinco fueron las anillas de gaviota patiamarilla: la AP4T anillada el 17-9-2014 en Gijón. La 5Y3:G anillada el 25-6-2017 en Ulía (Guipuzcoa). L1BM.K anillada en la isla de Lekeitia (Vizcaya) y dos anilladas en Tarragona de las que no he obtenido ninguna respuesta después de varios mensajes: las PHZH y la PHXY
Una gaviota cabecinegra francesa anillada el 25-6-2015 con anilla RC5C y dos sombrías: la R:K6E anillada el 5-6-2012 también francesa y la BJ.OU anillada en Bélgica el 4-7-2017.
Dos espátulas holandesas. La PNfG/aPN anillada el 8-6-2017 siendo su primera observación y la aLL/YfG anillada el 27-6-2011 que es una asidua de las marismas de Santoña. 
También pude leer un zarapito real anillado el 16-1-2015 en Cicero y un cormorán grande francés; el M>5/Métal- Bleu > Vert anillado el 23-4-2005 que inverna regularmente en Santoña.
El anillado es el de la derecha.
Doce aves anilladas que cuentan su historia. Doce aves anilladas que viven en un entorno privilegiado como son las Marismas de Santoña. Un auténtico lujo para los sentidos.