En el pasado mes de diciembre de 2017 se cumplió un año
de la publicación del libro: “Observaciones de campo del lobo ibérico”. Era el
comienzo de un final. Un año
del nacimiento de un sueño que se hizo realidad después de mucho trabajo,
paciencia y dedicación. Un año en el que ha ido creciendo lentamente.
Lo primero es agradecer enormemente a todos aquellos que me apoyasteis, me disteis ánimos y
consejos en su gestación. A Pepe Calvo (director del Museo Etnográfico). A Luís
González (Semuret). Y en especial a mis compañeros de viaje, de horas y horas
en el campo con frío, viento, calor, lluvia y mucha, mucha paciencia, gracias a
Ernesto Hernández, Fernando García y, en especial, a José Luís Santiago.
Gracias a todos aquellos que lo habéis leído u os habéis interesado por él. Vuestras muestras de apoyo y opiniones satisfactorias es lo mejor que puede suceder cuando te embarcas en una aventura como esta. El proceso es largo y lleno de complicaciones. Un libro es una arriesgada aventura y más cuando no tienes nombre, ni caché, ni distribución a gran escala, ni un apoyo mediático…el libro va saliendo por su propio peso, es como si tuviera vida; uno lo lee y lo recomienda a otro, va a la librería y le hablan de él, va cobrando vida propia.
Gracias a todos aquellos que lo habéis leído u os habéis interesado por él. Vuestras muestras de apoyo y opiniones satisfactorias es lo mejor que puede suceder cuando te embarcas en una aventura como esta. El proceso es largo y lleno de complicaciones. Un libro es una arriesgada aventura y más cuando no tienes nombre, ni caché, ni distribución a gran escala, ni un apoyo mediático…el libro va saliendo por su propio peso, es como si tuviera vida; uno lo lee y lo recomienda a otro, va a la librería y le hablan de él, va cobrando vida propia.
La mayor satisfacción es hablar con alguien que lo ha leído
y que te cuente sus opiniones. Opiniones que han sido muy buenas en general. Opiniones
de gente de todo tipo, desde gente muy mayor hasta jóvenes e incluso niños que
lo han leído y te cuentan cosas que les sorprenden, que les admiran o que les
gustan especialmente. Siempre hay frases que te dejan una gran sonrisa de
satisfacción y orgullo al haber transmitido tus vivencias sobre un animal tan
emblemático, tan mítico de nuestra fauna.
Me ha sorprendido la variedad de gente que se interesa por él y la dispersión enorme que tiene por la geografía española; una
de las finalidades del libro era hacer un libro fácil de leer, que todo el mundo,
independientemente de sus conocimientos técnicos o biológicos, pudiera leer y
disfrutar; un libro estructurado de una manera poco habitual pero que atrajera
y animara a su lectura, incluso a los niños o jóvenes y, esto, creo que lo está
consiguiendo.
Me gustaría recordar
algo fundamental del libro: no es un libro de fotografías; es un libro de
historias, de situaciones cotidianas en la vida del lobo ibérico, de
observaciones directas de comportamientos y maneras de actuar en determinados
momentos de su vida diaria para comprenderlo, entenderlo, valorarlo y
respetarlo.
"Siempre se ha dicho que “la mirada de un lobo te
hiela la sangre” y, en cierto modo, es verdad. Esos ojos almendrados de
mirada penetrante, profunda, que te observan y parece que leen en tu interior.
Cuando un lobo te mira directamente, quedas hipnotizado, no puedes dejar de
mirarlo hasta que él decida cambiar la mirada”.
“El tiempo se detuvo durante esos minutos. Ninguno nos
giramos a ver que hacía el otro, cada uno saboreábamos el momento a nuestra
manera, era como cuando te dejan muy poco tiempo para ver un cuadro de un
pintor famoso y quieres aprovechar cada segundo, cada instante. Allí estaba.
Mirándonos. Era un lobo adulto. Su porte, expresión y comportamiento así lo
delataban, un lobo joven nunca hubiera tenido ese aplomo, esa seguridad a la
hora de comportarse, hubiera sido más fugaz, se hubiera movido más rápido pero
este lobo no, todos sus movimientos fueron seguros, firmes y decididos pero
lentos y suaves. Estaba tranquilo, seguro de sí mismo, confiaba en él.
Seguramente nos hubiera oído y decidiera observar quiénes éramos y si
suponíamos una amenaza o quizás pasaba por la zona. Nunca lo sabremos. Pero lo
que nunca se nos olvidará es su mirada, el hecho de que un lobo adulto y en
total libertad estuviera a escasos diez metros observándonos, estudiándonos, no
perdiendo detalle de nuestros movimientos y nuestro comportamiento”.
Gracias a todos.
Enhorabuena por el aniversario!! Yo aún no lo he leído (tengo mucho material amontonado) pero tu libro está en mi mesita de noche esperando su momento. Seguro que me encanta.
ResponderEliminarMuchas gracias Ernesto. Espero que te guste. Un saludo.
EliminarMi gran enhorabuena!
ResponderEliminarEl esfuerzo visto recompensado no tiene igual, pero ponerle fecha de cumpleaños para no parar de rememorarlo.. es mejor aún! Aún sigo con las ganas terribles de leerlo y aprender más todavía de este maravilloso ser, gracias por compartirlo!
Saludos y suerte con el lobo (que dudo que hayas dejado de salir a buscarlo pese a las publicaciones jeje)
Hola Dani. Por supuesto que no he dejado de salir a buscarlo...te diré que tengo desde el verano muchas y muy interesantes observaciones. Un saludo.
EliminarHola,Pepe. A mi me duró dos días. No podía parar de leer y, mientras lo hacía, lo imaginaba, sentía esa sierra...Parece que fuera yo quien estuviera observando al lobo. Reiterarte mi enhorabuena. Un gran libro, sin duda.
ResponderEliminarUn abrazo.
Saludos.
Muchas gracias Antonio. Me alegro y más viniendo de una persona que ama y respeta tanto al lobo. Un saludo.
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