Esta vez cuestiones médicas, felizmente resueltas, nos llevaron hasta Santander. Dado el poco tiempo del que disponía, solamente pude acercarme a la zona de Raos (siguiendo los consejos de Ernesto Villodas, uno de los mejores conocedores de las aves de Cantabria y con un libro extraordinario: "Cúando y dónde ver aves en Cantabria"), zona más cercana a la que podía acudir. No conocía nada de este lugar y me sorprendió la variedad
de aves en un entorno tan sumamente industrializado y humanizado que, aun no
siendo la mejor época, pude disfrutar de una buena variedad de observaciones.
En este lugar hay dos zonas claramente diferenciadas; por un lado estaría la zona marítima y por otro la marisma.
En este lugar hay dos zonas claramente diferenciadas; por un lado estaría la zona marítima y por otro la marisma.
Zona marítima: esta zona se llena de aves en cuanto
comienza a bajar la marea. Aves que acuden a rebuscar entre las algas que van
quedando o en los limos de los playones que se van formando. Aves que no paran
un instante de moverse en busca de alimento. Aves como los diferentes tipos de
gaviotas entre las cuales las patiamarillas son las más abundantes, seguidas de
reidoras y cabecinegras, de estas últimas me sorprendió ver un grupo de unos 70
individuos (para alguien de interior eso es una barbaridad) entre los que había
varias anillas (blanca y verde) pero demasiado lejos para leerlas, muy pocas
sombrías y hasta una decena de los impresionantes gaviones que se movían como
gigantes dominadores de las carroñas de peces que aparecían en las islas que se
formaban al bajar la marea.
Junto a las gaviotas una legión de garzas reales,
garcetas comunes y espátulas patrullaban las orillas en busca de todo lo que
pudieran alcanzar. Entre las espátulas pude leer dos anilladas. Ambas espátulas son habituales de la bahía de Santander
donde acuden regularmente cada temporada.
La primera es la: GfGN/aGP (en la imagen superior la de la derecha). Anillada el 31 de mayo de
2015 por Klaus Gunther en Alemania. También ha sido vista en Holanda, Bélgica y
Alemania.
La segunda es la LGL/YfaB. Ejemplar anillado el 22 de julio
de 2013 por Otto Overdijk en Holanda que como nota curiosa 17 días antes de
verla se encontraba en su Holanda natal.
En los limos se movían zarapitos trinadores y reales,
chorlitejos grandes o correlimos comunes que parecían corredores de fondo en
comparación a sus grandes vecinos.
Los charranes patinegros descansaban en los playones o volaban patrullando la orilla lanzando impresionantes picados como pequeños misiles que, tenían su recompensa, en un buen número de ocasiones mientras, grupos de cormoranes grandes o moñudos se secaban plácidamente al sol.
Los charranes patinegros descansaban en los playones o volaban patrullando la orilla lanzando impresionantes picados como pequeños misiles que, tenían su recompensa, en un buen número de ocasiones mientras, grupos de cormoranes grandes o moñudos se secaban plácidamente al sol.
En el agua varios zampullines cuellinegros y somormujos
lavancos se sumergían constantemente mientras sus vecinos deambulaban por las
orillas.
Es increíble la adaptación de los animales a las zonas
humanizadas. Esta zona está muy industrializada y aun así las aves siguen su
vida cotidiana. Es inevitable pensar en ¿cómo sería esta zona sin este gran cambio
provocado por el hombre?
Zona de marisma: la otra gran zona corre paralela al
aeropuerto más otras pequeñas lagunas cercanas. Aquí podemos encontrar aves
completamente diferentes: ánade azulón, ánade friso, focha común, porrón
europeo, zampullín chico, pato cuchara y cerceta común que nadan plácidamente mientras
agachadizas comunes, andarríos grandes, correlimos comunes y algún
vuelvepiedras se mueven por las orillas y las garzas reales, cormoranes grandes
y espátulas descansan sobre la rocas que surgen como pequeñas islas de la
marisma.
También pude acercarme a comprobar la belleza de la costa
y el mar desde Liencres; para alguien de tierra adentro ver el mar es
fascinante, es una sensación placentera pero llena de fuerza, poderío y respeto.
Desde aquí pude observar una gran balsa de alcatraces pescando en constantes y
fulgurantes picados que entraban en el agua a una velocidad increíble para
remontarse nuevamente y comenzar otro nuevo picado.
Alcatraces en la lejanía. |
El alcatraz es una ave pelágica de enorme belleza como
queda plasmada en las siguientes fotografías que tuve la suerte de sacar en
otra ocasión.
Cómo nos gusta pajarear en el mar a los de interior!!!
ResponderEliminarComo bien dices, es una zona con gran diversidad.
Un saludo desde León
Nos encanta...es diferente, hay multitud de especies, animación...agua...mar. Un saludo.
EliminarTe veo viviendo en Cantabria dentro poco, jajaja!!!
ResponderEliminarLa verdad es que me encanta acercarme...
Eliminar