miércoles, 18 de enero de 2023

El lobo en la carretera.

Llega al borde de la carretera. Para. Observa. Es peligroso y lo sabe. Hay que tener calma. El hombre está por allí. Los extraños animales de cuatro ruedas guiados por el hombre corren muy deprisa. Son peligrosos. Hay que tener cuidado. Hay que tener precaución. No hay que fiarse.
Se acerca al borde de la calzada. Asoma la cabeza. Escucha. Mira a los lados. No hay rastro del hombre y sus animales de hierro. Es hora de pasar. Salta a la carretera. Comienza a cruzar. Se para. Gira la cabeza. Lo oye. Viene rápido. El temido animal de cuatro ruedas se acerca. El lobo retrocede. Vuelve a la seguridad de la cuneta. Se agacha. El animal de hierro guiado por el hombre pasa muy rápido y se pierde en la lejanía.
Segundo intento. Salta nuevamente a la carretera. No se oye el peligro. Hay que estar rápido. Es el momento. A buen paso avanza por el río sin agua. Un nuevo carro de hierro se acerca. Acelera el paso. Ya está casi al otro lado cuando el carro de cuatro ruedas llega. Salta a la seguridad de la cuneta. El hombre que guiaba el carro de hierro no lo ha visto, no se ha percatado de la presencia de la loba que corre entre brezos, escobas y altas hierbas por el campo. Su territorio natural. 
Un día mas ha pasado. Un día mas ha continuado con su vida. Vida azarosa. Llena de peligros. Vida en la que sobreviven los más fuertes, los más hábiles, los más listos o a los que les acompaña la suerte. Vida de lobo.
Esta secuencia se repite día a día en el territorio del lobo. El lobo es un animal muy inteligente y cruza las carreteras, las autovías, las vías del tren o el AVE. Se adapta. Aprende, aunque a veces aparezcan lobos muertos por atropellos; Zamora, al ser tierra de lobos, es una zona en la que aparecen más atropellados que en zonas colindantes.
He podido ver a un lobo, a las doce de la mañana, cruzar por debajo de las obras del AVE. Sabía por donde iba. Había aprendido a pasar por allí. Lo mismo ocurrió con otro lobo que pude ver como cruzaba por debajo de la carretera, por un paso de agua. Sabía a dónde iba, os lo aseguro. Incluso a uno que vi cruzar la autovía por un puente de carretera convencional ante mi asombro que no podía creer lo que estaba viendo. Incluso otro que tomó mil y una precauciones para cruzar la vía del tren.
Estoy convencido que los animales se adaptan y son capaces de minimizar estos obstáculos, aunque, claro está, los riesgos están ahí. El lobo lo sabe y toma todas las precauciones posibles para minimizar los riesgos. Para seguir vivo un día más.

13 comentarios:

  1. Muy interesante. Cómo me encantaría ver un lobo ibérico en libertad.

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  2. Que chulas estas historias loberas, como me gustó tu libro!!! Un abrazo desde Cantabria.

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    1. Fue un momento muy especial. Un saludo y gracias por seguir el blog.

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  4. Entiendo perfectamente tus sensaciones con observaciones tan puntuales y de este calibre tan especial.
    Esto le haría falta al lobo y a tantas especies que necesitan lugares por donde transitar sin tener que jugarse la vida cada vez que se mueven por su territorio fracturado por los intereses humanos.
    Como siempre, una gran observación con tintes muy personales. Enhorabuena.
    Saludos.

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    1. Muchas gracias por seguir el blog. Esta observación fue muy, muy impactante. Un saludo.

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  5. Es lo que conlleva la selección natural, sólo los mas adaptados, los que mas rápido aprenden a sortear los muchos obstáculos que los humanos hemos introducido en sus hábitats naturales, podrán seguir viviendo un día mas. Un abrazo José y enhorabuena por mostrarnos tan interesantes documentos.

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  6. Menudas observaciones de lobo, Pepe. Eres un privilegiado, la mayoría pasa a su lado sin darse cuenta de nada. Abrazos

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    1. Hola Ernesto. Según estuve viendo a este pasaron varios coches y ninguno lo vio. Fue una pasada. Un saludo.

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  7. Donde cualquier persona no ve nada, tu observas, analizas y por si eso no fuera poco tenemos la gran suerte de que nos enseñas una gran historia real del día a día,.
    Si aprendiéramos también los humanos a adaptarnos como hacen los lobos, el mundo sería más bonito.
    Gracias Pepe.

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  8. Que loba tan preciosa, y qué afortunado de verla! Frecuento la sierra de la culebra varias veces al año pero todavía no ha habido suerte. Un saludo y gracias por tus crónicas!

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