En un rincón perdido de la provincia de Zamora se encuentra una de esas pequeñas joyas que atesora nuestra provincia: el Fenal.
El Fenal está en Muelas de los Caballeros, un precioso pueblo de La Carballeda en el que allá por 1900 un indiano llamado Maximiliano Santiago Prieto (1875-1926), rico comerciante textil del pueblo, comenzó a traer semillas y esquejes de muchos de sus viajes por España y el mundo para plantarlos en su finca que convirtió en una verdadera joya.
Hacía muchos años que no lo visitaba así es que era hora de volver en un viaje familiar en el que mi hija lo vería por primera vez.
La vieja puerta de hierro se abrió y un mundo mágico surgió ante nosotros. Un bosque único en el que 500 especies de árboles surgen en un apabullante recorrido por sus caminos rodeados de cedros del Himalaya, secuoyas, pinsapos, tilos plateados o acebos que te sobrecogen según avanzas por tan curioso y lleno de encanto pequeño bosque.
Árboles. Sombras. Luces. Aromas. Agua. Un conjunto de sensaciones asaltan tus sentidos que se ven sobrepasados por la belleza del lugar con la guinda de la curiosa construcción de la casa colgada sobre la roca.
La primera vez que entré fue hace muchos años. Años en los que la finca estuvo abandonada y había que saltar el muro por uno de los laterales para poder entrar. Una vez dentro todo estaba sucio, lleno de malas hierbas, con la impresionante casa colgada de unas rocas en un estado lamentable. Daba lástima que tanta riqueza vegetal se estuviera perdiendo.
Años después (2004-06) la finca cambió de manos y los nuevos propietarios, junto con un programa de ADISAC, arreglaron caminos, limpiaron malas hierbas y dejaron a la vista la tremenda belleza e importancia de las especies que allí se encontraban. Restauraron la casa principal y la casa del guarda donde se instaló un semillero de especies autóctonas. Se hacían visitas y había una persona que explicaba todo su contenido. Todo eso terminó y pasó a un nuevo periodo de abandono hasta hace poco tiempo que se volvió a limpiar pero, aunque parezca mentira, sin ningún tipo de ayuda institucional para mantener un lugar tan especial como es este.
Dentro del “Catálogo de Especímenes Vegetales de singular relevancia de Castilla y León” Zamora cuenta actualmente con 7 ejemplares (llegó a tener ocho pero el castaño de Sotillo de Sanabria se taló por diferentes motivos).
Se incluyen árboles por “sus medidas excepcionales dentro de la especie, por su edad, conformación, historia, particularidad científica, por su interés ecológico, paisajístico o cultural, con independencia de su emplazamiento en terreno forestal, agrícola o urbano, y sea cual fuere el organismo encargado de la gestión de dichos terrenos”.
Los 7 árboles incluidos son los siguientes: el pino de La Laguna (El Pego) de unos 150 años y 21 metros de altura, el pino de Valdemimbre (Gema del Vino) de 150 años y 20 metros de altura, el castaño de Remesal (Palacios de Sanabria) de 300 años y casi 10 m de grosor, el castaño de Cervantes (Robleda- Cervantes) de 500 años y 11,10 m de grosor y el castaño de San Juan (Robleda-Cervantes) de 500 años y 10,80 m de grosor.
Pinsapo en El Fenal. |
La secuoya incluida en el “Catálogo de Especímenes Vegetales de singular relevancia de Castilla y León” |
Olivo del Sancti Spiritus de Toro. Fue plantado durante la fundación del monasterio a principios del s.XIV. Tiene 700 años. |
Castaño de San Román de Sanabria. De 24 m de altura y 18 m de perímetro a la base. Tiene entre 600 y 800 años. |
Pinos del bosque de Valorio (Zamora). Plantados en 1762. Tienen 261 años. |
El Fenal es propiedad privada pero creo que se debería de hacer todo lo posible para que se mantenga y que las administraciones públicas lo adquieran o por lo menos ayuden en su conservación, algo que actualmente no sucede y que si no recibe ningún tipo de ayudas puede suponer su ruina.
Has has hecho un recorrido muy minucioso sobre la riqueza vegetal tanto del Fenal como de la provincia de Zamora. Coincido contigo en que es una pena que el Fenal esté sumido en el abandono, mientras tanto volveremos a disfrutar de ese entorno mágico y exótico. Un abrazo.
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