“En Zamora siempre hubo linces, ojalá, en algún momento, podamos decir que tenemos una población en nuestra provincia ya sea por su llegada natural o por entrar a formar parte en alguna de las reintroducciones que se llevan a cabo, sería un auténtico sueño hecho realidad”.
Estas palabras las escribí hace algunos años y actualmente pueden convertirse en una realidad…o no.
A principios de septiembre se celebró en Almaraz, uno de los pueblos en los que se pretende reintroducir, una reunión en la que se mostraron diferentes opiniones en contra de la llegada del lince ibérico a la provincia de Zamora.
Es una lástima que tan bello animal desapareciera definitivamente de nuestra provincia a principios de los años 90. Dos hechos marcaron el declive y extinción del lince en Zamora: la disminución de los conejos y la reforestación en la segunda mitad del siglo XX.
El lince, en teoría, es un animal especialista ya que su alimentación se basa, en un alto porcentaje, en el conejo. Cuando el conejo comenzó su declive, el lince en Zamora, también.
La aparición en 1952 de la cepa de la mixomatosis que afectó terriblemente a los conejos dejó a nuestro lince bastante tocado. Su lenta decadencia se vio rematada por la aparición en 1987 de la neumonía hemorrágico vírica que eliminó gran parte de su población, firmando la sentencia de muerte para el lince, a lo cual, le añadimos la alteración de su hábitat con la reforestación de pinos en gran parte de la sierra, lo que eliminaba tanto su hábitat como el de sus presas.
El lince en Zamora, igual que en gran parte de España, se dejó morir, no se hizo nada por su conservación, ni siquiera se intentó. Desapareció y punto. Si no se hubieran realizado programas de ayuda en Andalucía, al lince, le hubiera pasado lo mismo y el felino más amenazado habría desaparecido de toda España.
Recordemos que en el año 2002 estuvo al borde de la extinción ya que solamente quedaban 94 ejemplares en Andalucía. A partir de ahí comenzaron los programas de recuperación en los Centros de Cría en Cautividad con una fuerte inversión europea aparte de la española. Centros que han supuesto un enorme éxito a lo largo de los años y, tras un enorme esfuerzo, inversión y trabajo el estatus del lince ibérico pasó en 2015 de estar “en peligro crítico” a “en peligro” según la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN) y conseguir llegar en 2023 a 2.021 ejemplares en toda España.
Se tienen datos de la existencia de lince ibérico en la provincia de Zamora hasta principios de los años 90 del s. XX, desde ahí nada, excepto la irrupción a finales de 2015 y principios de 2016 de Kentaro, un lince que hizo replantearnos muchas de las certezas que se tenían acerca del lince ibérico hasta ese momento.
Fotografía de Kentaro en Zamora. |
El 6 de septiembre se publicó en la Opinión de Zamora un artículo del que he sacado los siguientes párrafos entrecomillados que muestran las diferentes opiniones entre responsables de la administración y los colectivos de cazadores. (Ver el artículo completo aquí).
La Junta de Castilla y León “…insiste en el mensaje del necesario consenso y aprobación de la mayoría del territorio para ejecutar la reintroducción del lince ibérico en los Cañones del Duero…bajo ningún concepto este proyecto saldrá adelante sin la aceptación de la sociedad".
El colectivo más reticente, los cazadores, que lo ven como un competidor para sus intereses cinegéticos.
“"No va a aportarnos nada a los pueblos" sostiene categórico Javier Martín, presidente del coto de Villaseco del Pan. Frente a los datos que presenta la Junta de áreas con abundante población de conejo como una de las variables a tener en cuenta para la reintroducción del felino en los Cañones del Duero… los cazadores aseguran que "no hay conejos. Pueden decir lo que quieran, pero nosotros somos los que salimos al monte, sabemos cómo está. Que un cazador mate 3 ó 5 conejos en una temporada, ¿eso es decir que hay superpoblación?".
Promesas que tampoco convencían a un colectivo encasillado en la idea de que "el lince trae problemas, restricciones y no acaba con el meloncillo o los tejones o el zorro. No me lo creo" apuntaba uno de los presentes en la reunión. "Hay vídeos que demuestran que el lince se enfrenta al zorro, la garduña o la jineta" rebatían los técnicos de Medio Ambiente.
Apoyando las tesis de la Junta, Manuel Martín, técnico de la Fundación Hábitat que desde hace 25 años trabaja en la recuperación de la especie a través de programas de conservación. "No hemos llevado el lince a ningún sitio donde se haya querido porque sin consenso esta proyecto no tiene futuro. Pero tengo la experiencia de zonas de Andalucía y Castilla-La Mancha donde al principio había reticencias y hasta ahora nadie ha dicho que no al lince. Se puede demostrar que donde hay lince mejora la población de conejo. Pueden preguntar a los cazadores de esas zonas donde se ha reintroducido la especie" argumentó mientras explicaba los términos de los convenios que deberían firmarse para continuar adelante y presentar la candidatura a la propuesta de reintroducción del lince.
Javier Martín, presidente del coto de Villaseco, lamenta que las consecuencias las puede pagar la perdiz, "una especie que es una maravilla en los Arribes del Duero; es de lo mejor que tenemos, en cantidades aceptables y se la van a cargar, porque si no hay conejo, el lince tiene que comer. Como nos lo metan, va a crear un impacto muy negativo sobre la perdiz, que es de lo poco que tenemos, procuramos cuidarla y respetarla, lo último que queremos es que entre el lince".
Javier Martín teme por "las restricciones que nos van a imponer, por no decir las consecuencias que vamos a pagar si le ocurre algo a alguno de los linces. Si alguien pega le pega un tiro, está claro que nos cierran el coto. La amenaza va a estar ahí siempre".
No sólo están en contra los colectivos de cazadores sino que también el líder regional de UPA, Aurelio González, a principios de marzo de este año rechazaba la reintroducción del lince por las posibles limitaciones de velocidad, del uso de herbicidas o maquinaria pesada. (Radio 5 todo noticias en un reportaje de Paolo Chinchayhuara, escuchar aquí).
Ese sueño de ver al lince ibérico volver a la tierra en la que vivió durante toda la vida y de la que nunca debió desaparecer, puede truncarse por una falta de consenso en la que priman mas, ciertos intereses que nada tienen que ver con los beneficios de su reintroducción, aparte de inquietudes, miedos y reticencias sin fundamento que aunque se explique por activa y por pasiva que, en las zonas en las que vive y se ha reintroducido, no haya supuesto ningún problema para ningún colectivo además de no producirse ninguna restricción por su suelta.
Aparte de la reintroducción en Zamora el plan de la Junta de Castilla y León es hacerlo también en la comarca del Cerrato en Palencia donde no está existiendo ningún problema social para la llegada del lince sino que lo están viendo como una oportunidad de futuro tanto a nivel económico como social. (Artículo: “Las reticencias de Zamora colocan a Palencia en ventaja para recibir primero al lince”)
¿De verdad que los grupos que se oponen a hacerlo en Zamora no ven los beneficios que puede traer a sus pueblos? ¿No entienden la oportunidad que tienen? ¿Cómo es posible que las reticencias de esos sectores arruine todo un proyecto?
(Quiero agradecer enormemente a Fernando García y Manuel Segura sus fotografías para ilustrar esta entrada).
No sé si son las mejores zonas (Zamora y Palencia) para continuar con el proyecto de recuperación del lince, en vez de otras que puedan conectar mucho más sencillamente con las áreas de existencia actual en Castilla la Mancha o Extremadura, de modo que la distribución se ensanche con más naturalidad, pero lo que es increíble y trágico es que sigamos teniendo el 80% del territorio nacional gestionado cinegéticamente por personas particulares con tan poco conocimiento medioambiental, que sigan viendo al zorro, al meloncillo, al tejón, la garduña, la gineta o los córvidos como animales a eliminar. Se hace verdaderamente necesario replantearse TODA la actividad cinegética en nuestro país, no es posible que nuestra naturaleza esté en manos de semejantes incultos ambientales, son un enorme peligro para el medioambiente. El único coto que debería haber es el que la sociedad impusiera a esta actividad, y no digo prohibirla, pero sí restringirla y restarle los privilegios que tienen los cazadores sobre el resto de usuarios del campo. Son un peligro para la biodiversidad y para las personas, esto es un hecho.
ResponderEliminarUn saludo.
Es increíble que su opinión sea tan importante que condicione un proyecto de este calibre. Opinión sesgada sin ver que el campo no es suyo.
EliminarMe parece increíble, que en los días que vivimos, los cazadores tengan tanto poder. El Lince es un bien común de toda la sociedad que de debe estar por encima de intereses particulares.
ResponderEliminarLo he dicho siempre, hay que hacer caso a los que saben, y esos son los científicos, los biólogos.
Espero con impaciencia la llegada del Lince a nuestra comunidad.
Un saludo desde León.
Como bien dices el lince es un bien común de la sociedad pero ellos solamente ven sus intereses y nada más. Un saludo.
EliminarParece que en el medio rural sólo hay sindicalistas agrarios que únicamente piensan en vacas y alpacas. También hay mucha gente empática, sensibilizada, progresista, animalista, vegana, formada y leída que quiete linces.
ResponderEliminarCreo que muchos más queremos linces pero no tenemos tanta influencia...me temo. Un saludo.
EliminarCreo que pinta mal. No veo solución y tiene toda la pinta de que no se va a introducir el lince. Estoy de acuerdo con las opiniones anteriormente expresadas, no puede ser que un sector influya tanto como para impedir un proyecto como éste. Un saludo, José.
ResponderEliminarEsos sectores, por desgracia, influyen y mucho...un saludo.
EliminarCada especie de fauna o flora extinta en un territorio, representa la pérdida de un tesoro único e irremplazable, que necesitó de miles de años de evolución para llegar a prosperar en sus diferentes hábitats. Oponerse a la reintroducción de una especie como el lince ibérico, en un territorio del que formo parte esencial durante miles de años, es desconocer profundamente que todas y cada una de las especies que habitan un territorio, son absolutamente necesarias para el equilibrio natural del mismo. Menos escopetas y más cámaras fotográficas para seguir disfrutando de nuestros tesoros naturales. Un saludo.
ResponderEliminarCompletamente de acuerdo. Un saludo y gracias por el comentario.
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