Esta nueva entrada acerca del territorio del lince va a ir
dedicada a los pequeños pájaros que pueblan los montes, los valles y los
roquedos de esa magnífica sierra que rebosa vida por los cuatro costados.
Evidentemente hay más de los que voy a enumerar pero hablaré de los que pudimos
disfrutar a lo largo de los días en los que buscábamos al gran gato rabón.
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Pito real cantando. |
Entre los más comunes y escandalosos pudimos ver a los
rabilargos, los pitos reales y las urracas. Los primeros son muy abundantes y
vistosos, los segundos estaban reclamando constantemente y las terceras son un
indicador que no hay que despreciar cuando buscas al lince ya que en muchas
ocasiones te pueden indicar donde está el tan deseado y buscado lince ibérico.
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Rabilargos buscado de comer. |
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Perdiz roja. |
Otras que estaban como locas cantando eran las perdices.
Constantemente se oían los canticos de los machos subidos en alguna peña o se
veían parejas corretear entre las hierbas.
Entre las currucas pudimos ver y disfrutar de la curruca
cabecinegra, la capirotada y la rabilarga que se movían constantemente entre
los arbustos y los árboles.
Las chovas piquirrojas chillaban por encima nuestro o se
posaban en los roquedos cercanos y el roquero solitario se exhibía
orgullosamente sobre las rocas mientras un zorzal charlo nos miraba entre
intrigado y sorprendido.
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Roquero solitario. |
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Zorzal charlo. |
La vida se movía sin descanso. El cántico de los pájaros,
sus colores o sus vuelos acrobáticos nos dejaban impresionados ante tal
cantidad de biodiversidad. Las muy abundantes palomas torcaces pasaban en
buenos bandos o los estorninos negros y pintos o los solitarios mirlos comunes se mostraban sin descanso.
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Abubilla. |
De alguna abubilla, triguero, mito, avión común y
roquero también pudimos disfrutar en este sin fin constante de pájaros y más
pájaros que aparecían y desaparecían tanto donde nos encontrábamos apostados como en
los caminos hasta llegar allí.
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Triguero. |
Más de cuarenta pájaros diferentes pudimos observar y disfrutar. Pájaros que viven en el territorio del lince, un lugar privilegiado y hermoso que tenemos la responsabilidad de conservar.
Además de pasar unos días en el campo y en buena compañia, a la espera del lince, fuisteis visitados por un montón de amigos que os brindaron sus colores, cánticos, ademanes, poses, correrías y vuelos.
ResponderEliminarSin desperdicio, José.
Un saludo desde Pucela de 'ojolince y sra.'