Cada vez que sales al campo esperas poder ver, disfrutar, sentir la naturaleza. Hay días en los que no ves nada, otros que son insulsos y otros que son muy buenos en cuanto a observaciones de fauna pero, hay algunos, que son verdaderamente especiales. Uno de esos días fue el pasado 18 de septiembre de 2020. Día en el que las condiciones meteorológicas se volvieron perfectas para lo que sucedió.
La población de espátulas de la zona atlántica se congrega fundamentalmente en dos grandes áreas: una situada en la parte sur de la península ibérica (Andalucía y parte del sur de Portugal) y otra situada principalmente en Holanda aunque también se distribuyen por zonas de Alemania, Bélgica, Francia y Dinamarca.
Una vez finalizada la etapa de reproducción en estas dos grandes zonas, las espátulas comienzan su migración postnupcial hacia el sur, desplazándose hasta Mauritania (Banc d’Arguin) y el Delta del Senegal en África aunque también un buen número invernará en el sur de la Península Ibérica.
Este largo viaje requiere de zonas intermedias en las que descansar y alimentarse durante un periodo de tiempo; así el estuario de Txingudi (Guipuzcoa), la Reserva de la Biosfera de Urdaibai (Vizcaya) y el Parque Natural de las Marismas de Santoña, Victoria y Joyel (Cantabria) constituyen la entrada de esas viajeras en la península ibérica, lugar de descanso y alimentación en los que pasarán semanas e incluso algunas todo el invierno.
Desde ahí, la mayoría de las espátulas de Centroeuropa, atravesará la península ibérica hasta sus cuarteles de invierno en Andalucía o en África. Su paso por el interior suele ser rápido, con muy pocas escalas para la mayoría de ejemplares aunque algunos grupos permanecen días en embalses o lagunas para reponer fuerzas y así poder seguir su largo viaje pero, cuando las condiciones meteorológicas son muy concretas, sucede lo que sucedió el pasado día 18 de septiembre.
Lo primero que hay que tener en cuenta es: ¿por qué migran? La razón fundamental de su viaje es para encontrar mayor disponibilidad de alimento. Sus zonas de cría se ven azotadas por bajada de las temperaturas, fuertes vientos y mal tiempo, incluso nieve que provoca que la comida escasee, desaparezca o sea muy difícil encontrar por lo que deciden desplazarse más al sur en su busca.
Una vez que deciden emprender viaje el siguiente paso es: ¿cuándo emprenderlo? Según se acerca el inicio del viaje comen lo máximo que pueden ya que deben de acumular grasa para el esfuerzo que van a realizar; comienzan a estar intranquilas ya que empieza a hacer frío, las lluvias aumentan, los días son más cortos y los vientos del norte se vuelven fríos; la migración está cerca.
El día del inicio del viaje es elegido cuidadosamente ya que las condiciones meteorológicas son importantísimas así, los mejores días, son los que el viento sople del norte. Con un anticiclón en el centro de Europa los grandes grupos de espátulas levantaron el vuelo y comenzaron su viaje al sur. Atravesaron Francia, entraron en la península ibérica y al llegar a nuestra zona se encontraron de frente con una borrasca de fuertes vientos y lluvia que les hizo bajar al suelo ya que, continuar el viaje, sería muy costoso, con un gasto de energía desproporcionado que les haría falta para más adelante, así es que el día 18 de septiembre las condiciones meteorológicas tan especiales provocaron que los grandes grupos de espátulas tuvieran que frenar su migración al sur al toparse de lleno con esa fría, lluviosa y ventosa borrasca que les obligó a descender al suelo.
El embalse de Ricobayo es uno de los principales embalses de la provincia de Zamora. Se construyó entre 1929 y 1935 en el río Esla, suponiendo una enorme transformación del entorno ya que ocupa casi 6.000 hectáreas y divide la provincia en dos partes: al oeste, la comarca de Aliste y, al este, Tierra de Campos.
Es un embalse con dirección norte-sur con lo cual constituye un inmejorable corredor para las aves en migración por el que se desplazan y pueden bajar a comer o descansar cuando lo necesitan. Por aquí, por este corredor, entraron los grupos de espátulas que aparecieron el día 18 de septiembre de 2020.
En la mañana de ese día 18 de septiembre, Alfonso Rodrigo, al cual tengo que agradecerle enormemente todos sus consejos y excelentes fotografías para la realización de esta entrada, en el paraje de Valclemente (en el embalse de Ricobayo), contó 334 espátulas que tuvieron que parar su viaje y descansar. Por la tarde me acerqué y había 199 a la vez que, Carlos A. Ramírez, en otro punto del embalse (más al norte) contó otras 70, en total 603 espátulas.
Ese es el dato: ¡¡603 espátulas!! Teniendo en cuenta que si restamos los 70 ejemplares que dejó sedimentados Alfonso Rodrigo que estaban cuando fui por la tarde, nos quedan un mínimo de ¡¡533 espátulas!! que es una cifra verdaderamente impresionante.
Tengamos en cuenta que en esos grupos viajaban espátulas anilladas, de las que hemos podido leer una mínima parte. De las anillas que pudimos leer por la mañana Alfonso Rodrigo y yo por la tarde, ninguna se repetía. Si hubiéramos hecho un conteo todo el día la cifra hubiera sido impactante, sabiendo exactamente las que hasta allí llegaron. ¿Cuánto nos perderemos? ¿Cuánto no somos capaces de ver?
Desde ese día los grupos han seguido pasando en pequeños bandos tanto en el embalse de Ricobayo como en las graveras de Coreses o en Puebla de Sanabria. Grupos que paran para descansar y reponer fuerzas.
Parte de un grupo descansando en Puebla de Sanabria. |
De las que se ha recibido contestación provienen: 8 de Holanda, 2 de Francia, 1 de Alemania y 1 de Dinamarca donde fueron anilladas. Espátulas viajeras. Espátulas que tuvieron que hacer un alto en el camino por las condiciones meteorológicas.
Espátula anillada en Dinamarca el 20-5-20 con anilla: G[V312] que lleva unos días descansando en las graveras de Coreses. |
Espátula con código: YfaL/BYR |
Entre estas espátulas anilladas hay historiales que nos muestran su migración completa. Así la espátula con código de colores YfaL/BYR vista por Gary Losada, Alfonso Rodrigo, Miguel Rodríguez, Juanjo Gonzáles y José Barrueso fue anillada el 3-6-2010 por Leon Kelder en Holanda. Ha sido vista en diferentes puntos que nos marcan su impresionante recorrido: 4.459 km desde su lugar de anillamiento hasta su lugar de invernada. Partiendo de Holanda y pasando por Francia, España, Marruecos y Mauritania para terminar en Senegal.
Recorrido de la espátula con código: YfaL/BYR |
Espátula con anillas YfaG/LYL |
Impresionantes viajes de miles de kilómetros que realizan estas bellas y espectaculares aves para obtener un aprovechamiento óptimo de los recursos para poder alimentarse. El alimento no es el mismo a lo largo del año, hay épocas en las que abunda y otras en las que escasea pero se complementa perfectamente entre las zonas de cría y las de invernada.
Viaje hacia el sur que se vio sacudido por una fuerte borrasca que el día 18 de septiembre les obligó a hacer un alto en el camino en un punto de la provincia de Zamora donde tuvimos l ainmensa suerte de poder disfrutarlas
(Muchas gracias a Miguel Rodríguez, Carlos A. Ramírez, Alfonso Rodrigo, Gary Losada y Carmen Cerviño por dejarme vuestras fotos para ilustrar esta entrada).
Vaya espectáculo habéis podido observar, es increíble la cantidad de espátulas juntas en una misma zona. Interesante y sorprendente encuentro y el poderlo documentar. ¡Enhorabuena!
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ResponderEliminarImpresionante! además siendo protagonista una de las especies más bellas y que a mi personalmente más me gustan.
ResponderEliminarEnhorabuena
Contigo siempre se aprende.
ResponderEliminarMe han encantado las fotos de las señoras trabajando.Dura vida. Me recuerdan al señor Cayó, de la novela de Delibes.